Prólogo
PETER MIRABA LA ESCENA con ojos enrojecidos. Ya había llorado lo suficiente y no quería soltar más, aunque eso fuera algo imposible; porque al ver cuando Pepper arrojó más lágrimas al soltar el primer reactor arc de Tony —según le habían dicho—, no soportó más y se hundió en lágrimas. Su tía May acomodó la mano sobre su espalda mientras daba movimientos leves acariciando.
Pero es que no podía evitar derramar lágrimas ante la despedida de un gran héroe, su mentor, «su amigo».
Miró de reojo a los héroes que estaban presentes y trató de pensar positivamente en que su sacrificio había logrado que familias y amigos se reunieran.
Cerró sus ojos derramando una última lágrima, se giró hacia su tía y le dijo que entraría a la casa de los Stark. No le dijo para qué, porque en realidad el tampoco sabía.
Caminó y subió el pórtico, entró y visualizó a unas cuantas personas, todas vestidas de negro, en la sala de estar.
Se dirigió a la cocina para pensar y procesar todo. Cinco años habían pasado desde que se había convertido en polvo, Stark tuvo una hija y ahora no estaba.
Dejó de pensar cuándo miró un cuadro con una foto. La tomó y la observó por un buen rato. Era la foto qué se había tomado junto a Tony para «la pasantía Stark».
Su sentido arácnido le avisó que alguien se acercaba y volteó para ver a Scott Lang quién iba por un vaso de agua.
Ambos se observaron pero no dijeron palabra alguna. Peter lo conocía. Si buscabas «Scott Lang» en Google, podrías encontrar un sin fin de artículos recalcando que era Ant Man. Además, los dos lucharon años atrás, pero ahora eso se había olvidado. En cambio, Scott, sólo sabía que había un chico araña que se aparecía en Nueva York, pero nada de su identidad.
Peter dejó el marco en un estante y salió de la casa para acompañar a la señorita Potts.
Scott miró al chico irse y lo siguió pero se detuvo en la entrada. Miró de reojo a un hombre abrazando y consolando a una niñita que claramente pudo recordar que era Morgan, la hija de Stark.
Bajó la mirada al suelo un momento sintiendose mal por ella. Aún tenía a su madre, quién por supuesto iba a cuidarla con mucho amor, pero lamentablemente crecería sin su padre.
Y no pudo olvidar eso en el vuelo que tuvo de regreso a casa. Cassie pasó cinco años sin él. ¿Que habrá sido de ella en ese tiempo? Se perdió de mucho, pero en cambio de Tony, él tenía la suerte de continuar con su hija, con su pequeña pulga.
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No el mejor prólogo, pero les prometo que el capítulo 1 si les va a gustar. O eso espero, he.
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