Capítulo siete: Y nos besamos.
—¿Es verdad que le hablas de mi a tu mamá? —el chico me mira al instante, y puedo decir que incluso se pone nervioso.
—¿Yo? ¿Yo de ti no hablo? —alzo una ceja.
—Claaaaro —acepto para nada convencida. Le doy un sorbo a mi malteada de chocolate. ¿Cómo adivinó que era mi favorita? Jmm, sospechoso.
—Es enserio, no se de donde has sacado que hablo de ti —sigue insistiendo.
—Tu mamá me dijo que le dijiste que era buena estudiante y que era la primera de mi clase —lo miro, la luna está muy intensa hoy, es incluso bonita, y él se ve muy guapo debajo de ella.
Nos encontramos sentados en la acera de nuestra cuadra, Jungkook con leche de plátano (algo que me dejó atónita) y yo con una malteada de chocolate, lo trajo él, y era de noche.
Por la cara de Jungkook puedo decir que quea atrapado. Porque se pone muy nervioso, y si no fuera por la oscuridad diría que se sonrojó.
—Eso no es la gran cosa —le quita importancia.
—Para mi si lo es —sus ojos se encuentran con los mios, estamos tan cerca que su brazo choca con el mio cada vez que se mueve.
Hay silencio, uno que no es incómodo, y me gusta que mire de esa manera, con ojos brillantes y expresivos, porque cuando antes veía tristeza, ahora veo algo más, Jungkook cambia mucho cuando atraviesa la puerta de su casa, ya me había asegurado de ello.
—Leah yo...
—¿Qué pasó con tu padre? —cambio de tema radicalmente, ¿la razón? No quiero que diga cosas que me rechacen a estar a su lado, porque quiero estar a su lado, incluso tengo muchas ganas ahora de abrazarlo. Ambos le damos un sorbo a nuestra bebida, todo para relajar un poco el ambiente.
—¿Qué pasa con mi padre?
—No se, eso te pregunto yo a ti —se queda en silencio por algunos segundos —Si no me lo cuentas tú, tu madre acabará contándome —suspira.
—Digamos que decidí sacar a mamá de su lado —frunzo el ceño, sigo sin entender.
—¿De su lado? ¿Porqué?
—Mi mamá sufría maltrato de su parte desde que tengo memoria, al principio lo intentaba soportar, era solo un niño que se escondía debajo de su cama y se tapaba sus oídos para no escuchar como su madre sufría. Pero cuando comencé a crecer y ver que era mucho más grande y fuerte que mi padre, decidí protegerla, no iba a dejar que la volviera a tocar, y dejaba que me golpeara a mi, porque al menos a mi no me dolía tanto, además, después de enterarme de que mamá tenía cáncer, no podía recibir esos golpes, denuncié a mi.padre y decidimos mudarnos yo y ella, la mesada nos la da el abogado que contratamos para la orden de añejamiento —me quedo tan metida en su historia que permanezco en silencio por un rato. Pero luego hablo.
—¿Cómo es que alguien se puede casar primero por amor y luego maltratar a ese amor? No tiene sentido alguno, es... vulgar —me mira.
—Pues yo tampoco le hayo sentido —añade.
—Fuiste valiente ¿sabes? Si yo tuviera un chico como tú a mi lado, estaría orgullosa de que me defendiese de esa manera —nuestras miradas vuelven a encontrarse, hay tensión o atracción entre nosotros, no se cual de las dos, pero ya van dos veces que nos quedamos así. Él toce para romper el contacto.
—Gracias —pronuncia —Siempre me haces preguntas y yo tengo que responderlas, habla un poco de ti —sonrío un poco.
—Mi vida no es tan interesante —menciono.
—La mía tampoco, ojalá pudiera olvidarla, además, quiero saber de ti —de nuevo esa tensión, y trago saliva, estoy eufórica por dentro, porque ha dicho que quiere saber de mi.
—Mi vida se resume en mi hermano, ¿no lo has visto? —niega —Te lo traeré algún día, él... es sordomudo, pero es un niño tan inteligente y dulce que apenas te darás cuenta de su incapacidad, mamá y yo hemos estado ahí siempre para él y él para nosotras —cuento brevemente.
—¿Y tu padre?
—Nunca lo conocí, y mamá nunca me ha hablado de él, así que tendrá sus motivos, no quiero traerle el pasado al presente ¿me entiendes? —asiente —Por eso no insisto, además, estamos muy bien solos los tres, nos ayudamos mutuamente —lo veo asentir —Por cierto, me da curiosidad saber en que trabajas, tu madre dice que llevas mucho dinero como para que trabajes de mesero —se rasca la nuca, he dado en el clavo.
—No lo entenderías.
—Claro que sí, tengo mucha curiosidad.
—Siempre tienes curiosidad, Leah, es parte de ti.
—Y quiero que me resuelvas mi nueva curiosidad, anda, no le diré nada a tu madre —le hago ojitos.
—No hagas eso, por favor.
—¿Qué cosa?
—Eso con la cara, así abres tus ojos y arrugas tus...labios —mi cara se relaja cuando veo que me mira estos últimos, los que menciona —Leah...
—¿No me dirás en donde trabajas? —me acerco un poco más a él, sin embargo, no se aparta, estoy a centímetros de él, y siento su perfume tan perfectamente que me nubla por un segundo.
—No insistas, por favor —dice tan bajito, tan flojo.
—Entonces resuelve otra curiosidad que hay en mi —me atrevo. El vuelve a mirar mis ojos, tan cerca de él que nuestras narices se rozan.
—¿Cuál? —su aliento chica con mi boca.
—Quiero saber que se siente besarte —suelto, él se queda callado, mirándome por unos segundos.
—Joder, Leah... —y me besa.
Cuando su mano atrapa mi nunca para acabar con el espacio que nos separa y su boca cae encima de la mía, suspiro, aliviada, porque tenía muchas ganas de besarlo. Su boca abre la mía para saborearla, y yo le imito en los movimientos, sintiendo su sabor a leche de plátano ligado al mio de chocolate, es una mezcla rara pero electrizante. Jungkook parece saber lo que hace, porque me besa muy bien, con su mano acaricia mi nunca dándome escalofríos, llevo mis manos a él dejando mi bebida y las paso por su cuello, acercándome más a él, profundizando más el beso y su lengua hace intromisión en mi cavidad, saludando a la mía.
Siento el impulso de sentarme a horcajadas encima de él y lo hago, también porque la otra mano de Jungkook me insistía en que me levantase. Quedo sentada encima de el sin dejar de besarle. Sus labios son tan suaves, tan dulces que me encantan. Me aprieto mucho más contra él y lleva sus manos a mi espalda baja, haciendo lo mismo, y jadeo en su boca. Nos separamos agitados.
—Leah ¿Qué has hecho? —no entiendo su pregunta.
—¿Qué he hecho de qué?
—Conmigo, yo estaba bien con la soledad y mi madre, pero has venido a joderlo todo, niña —sonrío un poco.
—Me gustas mucho, siempre me gustaste —le digo —¿Y yo? ¿Te gusto?
—¿Qué te dice mi beso?
—¿Qué sí?
—Es más que obvio —sonrío grande y vuelvo a besarlo. Sin embargo, esta vez dura menos —Tienes que ir a dormir, Leah, mañana hablamos.
—Pensé que me pedirías ser tu novia, ¿sabes?
—El momento está arruinado, te lo pido en otro momento —me río a carcajadas, esto es muy raro.
—Vaaale.
Ambos sonreímos y Jungkook me ayuda a bajarme de encima de él, me lleva hasta la puerta de mi casa, y nos despedimos, esta vez con un beso en la boca, y entro más feliz que una lombriz, por fin estaba donde quería.
━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top