Simplemente fue incómodo, más para él que para mi, no habló mucho, pero su madre si que habló mucho con la mía, ambas parecían caerse tan bien que me dio mucha envidia, porque Jeon apenas me dirigió la palabra, pero su mirada permaneció todo el tiempo sobre la mía, incluso cuando mamá y yo nos despedimos de él y la señora Jeon me miró tan profundo que temblé.

La señora Jeon parecía tener algo que se gastaba sus energías por segundos, pero era alegre, era agradable y muy cariñosa, por lo que aún tenía curiosidad de saber el motivo por el cual su hijo era todo lo contrario, ¿qué podía haberle pasado si tenía a una madre tan buena y dulce? No entendía.

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Agarro la mochila lo más rápido que puedo, y me frustro cuando me tardo de más en ponerme los zapatos en la entrada, Jeon ya había salido, es mi oportunidad de ir con él a la escuela. Corro lo más rápido que puedo saliendo de mi casa. Cuando salgo veo a Jeon a unos cuantos pasos de mi, camina bastante rápido.

Me permito gastar energía matutina para alcanzarlo, corro un poco hasta llegar a su lado, con la respiración agitada y un poco cansada, tengo la boca seca.

—Buenos...días —le saludo, él parece darle igual, y suspira, al parecer no le gustó tanto la idea de verme a su lado. Intento seguirle el paso lo mejor que puedo —¿Cómo amaneciste? Saliste temprano, ¿siempre vas a la escuela así de temprano? —intento sacarle conversación, el chico es bastante difícil, pero no me importa —Le dije a mi madre que en la tarde ayudaría a la señora Jeon con la mudanza, dijo que no podías con ella solo —comento, agarrando las asas de mi mochila, dejando que el aire mueva mi cabello al caminar.

—Puedo solo —es lo que añade.

—Y yo puedo ayudar —añado también, él detiene su paso.

—¿Qué es lo que quieres realmente? —pregunta, yo frunzo el ceño sin entender su pregunta.

—¿A qué te refieres? —intento comprender.

—¿Qué qué es lo que quieres con todo esto? No quiero tu lastima, ni tu ayuda, tampoco que te acerques a mi, ya sabes quien soy, como soy y como es mi vida, puedes largarte ahora y decirlo en la escuela si quieres, no me interesa lo que digan de mi, pero alejate, no quiero que te acerques a mi —me quedo mirándolo, es la primera vez que lo escucho hablar tanto y todo lo que me a dicho me ha dolido.

—No diré nada de ti, ¿porqué lo haría? —digo sincera.

—Porque eso es lo que hacen todos, piensan que soy un tipo de persona cuando apenas me conocen —añade.

—Y lo se, por eso ayer yo...te hablé, no creo que seas nada de lo que dice la gente, pienso que... Tienes tus razones para ser así ¿no? —se gira para por fin mirarme, su ojos oscuros me atraviesan.

—¿Eso crees? —asiento —¿No vas a hablar de mi como los demás?

—Lo que he hecho hasta ahora es defenderte, y... Quiero conocerte, Jungkook —se queda en silencio, mirándome.

—No le digas a nadie que vivo frente a tu casa, es lo único que pido —comenta y vuelve a retomar su camino, yo lo sigo, sonriendo.

—Vale, es nuestro secreto a partir de ahora —y tal vez sea producto de mi imaginación, pero cuando lo miro, o imagino o de verdad veo que sonríe, y me alegro, me alegro tanto que suspiro.

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