72.
Advertencias: angst, drama, temas de género.
El viento está soplando,
Y no puedo aguantar más,
¿Podrías llamarme otra vez?
Mi corazón se está endureciendo,
Y me siento perdida...
~Jenga, Heize ft. Gaeko~
―Entonces Jihyo terminó contigo.
―Sí.
―Y quisiste darle un beso a Yoongi.
―Algo así.
―Pero al final no lo hiciste.
―Exacto.
―Amigo... estás jodido.
Hoseok miró el rostro en blanco de Taehyung, esperando encontrarse esa expresión de broma que solía traer, pero sólo viendo incredulidad allí. Abrió la lata de Sprite que tenía sobre el césped, mientras su amigo le imitaba con su botella de cerveza.
―Fue todo muy extraño ―trató de defenderse Hoseok―, él estaba en mis brazos, tú sabes qué es pequeñito y encaja bien conmigo, y me miraba con... me miraba como antes y me incliné hacia adelante, pero retrocedí antes de hacerlo. No quería...
¿Qué era lo que no quería? Hoseok quería besar a Yoongi otra vez hasta hacerlo reír, aunque no podía hacerlo, comenzando porque el chico estaba con Namjoon o algo así. Por otro lado, él acababa de terminar con Jihyo, ¿no era eso traicionero?
Más aún porque no podía olvidar el rostro lleno de lágrimas de Jihyo frente a él.
Todo fue muy extraño y raro. Una vez Jihyo se sentó en el sofá, Hoseok fue a la cocina a buscar una cerveza. No era fanático del alcohol, sin embargo, ahora necesitaba algo de valentía para poder decirle todo a la chica.
―Yoongi no tiene ninguna hermana, sólo un hermano mayor, Jimin ―explicó Hoseok luego de darle un trago a la lata, tratando de encontrar las mejores palabras para decir a continuación―, las personas de la foto... somos Yoongi y yo. Nadie más.
Jihyo parpadeó un instante, como tratando de orientarse hasta que sus ojos se abrieron con fuerza en una expresión de sorpresa y horror. Un momento de tenso silencio entre ambos, en el que Hoseok trató de mantenerle la mirada a la chica.
―¿Qué? ―había balbuceado Jihyo, aturdida―. ¿Yoongi... Yoongi es una chica? ¿Qué?
―Es un chico ―corrigió Hoseok de forma automática―, él va a hacer la transición en unos meses, así que...
―¿Es una chica? ¿Tiene una vagina, Hoseok?
Se estremeció de forma automática ante sus palabras por lo extrañamente cruel que sonó Jihyo. La chica se veía desorientada y asustada, no asqueada, pero eso no quitó lo raro que sonó. Se recordó a sí mismo diciéndole eso a Yoongi, y la vergüenza lo invadió.
―Nació y creció como una chica ―trató de volver a explicar―, el año pasado decidió... vivir como un chico así que...
―Espera ―Jihyo mordió su labio inferior un instante―, ¿es tu exnovia? ¿Yoongi es tu exnovia?
―Exnovio...
―Oh dios ―ella soltó una risa algo histérica―, estás bromeando, ¿cierto, Hoseokie? ―el muchacho no respondió―. ¡Hoseok!
―No debes preocuparte de eso, sólo somos amigos ahora.
―¡No se trata de eso! ―los ojos de Jihyo se llenaron de lágrimas―. Santa mierda, ahora entiendo todo, la actitud de Yoongi conmigo, la forma en la que lo tratas...
―¿De qué hablas, Jihyo?
La chica se puso de pie, temblando, parpadeando para tratar de no llorar frente a él, llegando incluso a abrazarse como si tuviera frío. Hoseok no recordaba haberla visto tan vulnerable en todo ese tiempo que la conocía porque ella, si bien era sensible, trataba de mantenerse con una sonrisa en su cara a pesar de la situación.
Pero ahora parecía lejana, perdida, completamente fuera de sí.
―¿Es transgénero? ¿Es un chico transexual? ―preguntó Jihyo de forma repentina. Hoseok asintió con la cabeza en silencio, soltando un suspiro bajo―. ¿Por qué no me lo dijiste desde un inicio?
Hoseok lo pensó un instante, tratando de seguir buscando las palabras correctas para decirle a la chica. Para tratar de explicar toda la situación.
―Porque no es algo mío. Porque... ―endureció su voz―, porque no le encuentro lo importante a ese detalle. Tú lo conociste como un chico porque es un chico, ¿debía decirte otra cosa?
Los ojos de Jihyo refulgieron con ira, la pena pareciendo desaparecer en ese momento. Hoseok pensó que incluso lo iba a golpear, ya que su respuesta fue algo grosera, lo sabía. Incluso deseó que lo golpeara, pues se lo merecía.
―¿Y decirme que fueron novios? ¿Tampoco merecía saberlo? ―Jihyo sacudió su cabeza―. Claro que no ibas a decírmelo, ¿cómo me lo explicarías? Decir que fuiste novio de Yoongi era decirme que te gustan los chicos y me lo tendrías que explicar. Qué cobarde, Hoseok.
El chico parpadeó al oír sus palabras, antes de apretar su mandíbula un momento.
―Te equivocas ―alzó su barbilla―, no me gustan los chicos. Me gusta Yoongi.
Jihyo soltó un ruido de incredulidad, luciendo a segundos de, con toda probabilidad, darle una bofetada en la mejilla. Hoseok la deseó con todas sus fuerzas.
En cambio, los ojos de Jihyo volvieron a llenarse de lágrimas.
―Pensé durante todo este tiempo que yo estaba haciendo las cosas mal ―dijo ella con tono quebrado―, que yo era el problema, pero... pero esto...
―¿En qué cambia las cosas? ―preguntó Hoseok, incrédulo―. ¿Qué importa si Yoongi es transexual?
―No lo entiendes.
―Lo que no entiendo es la influencia que tiene Yoongi en nuestra relación.
―¡Me mentiste, Hoseok! ¡Me ocultaste información importante! ¡Eres un mentiroso!
―¿Información importante? ¡Me conociste a mí, no a Yoongi! Se supone que yo soy tu novio.
Jihyo lo observó en silencio, con sus ojos pareciendo tratar de discernir lo que estaba ocurriendo exactamente en ese instante. Hoseok le devolvió la mirada y se dio cuenta de algo que tuvo que percibir desde el inicio.
Yoongi siempre le gustó porque era como el fuego: cálido de alguna extraña forma, atrayente con sus ojos, hermoso de una manera que no entendía por completo, salvaje e indomable, apasionado y desenfrenado. Jihyo, por el contrario, era como el agua. Tranquilizadora para quien estaba a su lado y la miraba, calmada gran parte del tiempo, pero también furiosa cuando la situación lo ameritaba. Como estaba ocurriendo en ese momento.
Su expresión en ese momento estaba cubierta de enojo e ira, y pensó que, a pesar de todo, se veía muy bonita.
―Yoongi, él... ―Jihyo parpadeó―, ella antes que tu novia fue tu mejor amiga.
―No hables de él como una chica, Jihyo, porque no lo es ―pidió Hoseok.
La mirada de la muchacha se endureció.
―¿Tú la trataste como un chico desde el inicio?
La culpa y la vergüenza golpearon a Hoseok al recordarse un año atrás, al recordar la duda, la indecisión. Al recordar a Yoongi en el suelo, siendo golpeado mientras él permanecía quieto, incapaz de moverse, incapaz de ayudar pues todo era complicado, pues no podía entenderlo.
Todavía le costaba entenderlo un poco, pero eso no significa que lo trataría de una forma que no quisiera, ya que todavía podía ver a Yoongi llorando en sus brazos cuando, en la empresa, todos lo trataban como una chica.
―Yoongi es un chico y eso es lo importante ―insistió Hoseok, ignorando su pregunta porque Jihyo no tenía por qué saber de eso―, y mi relación con él no es tu incumbencia, Jihyo.
―Entre él y yo, ¿a quién elegirías?
―¿Por qué tengo que elegir a uno? Yoongi siempre será mi mejor amigo y nadie cambiará eso.
Jihyo agarró su bolso.
―Sigues sin entenderlo entonces ―Jihyo sacudió su cabeza―, lo que tú hiciste recién con él, llevarlo a la cama, sostenerlo, quedarte con él, esas cosas...
―Yoongi tiene un trastorno de ansiedad ―se defendió el chico―, y no había nadie más, ¿qué se supone que debía hacer?
―¡Llamar a su novio! ―gritó Jihyo―. ¿No está saliendo con Namjoon? ¡Él debería hacerse cargo de cuidarlo, no tú!
―Cállate, lo vas a despertar.
Jihyo retrocedió.
―Eres increíble ―espetó la muchacha―, no puedo con esto, no puedo... ―ella volvió a llorar―. Me... me hiciste parecer una estúpida, ¿no es así? Tan inocente, tan ignorante, debió ser muy gracioso, debió... ―sorbió por su nariz―. Necesito un tiempo.
Un instante de silencio en el comedor y Hoseok parpadeó por la incomprensión, por no entender qué acababa de ocurrir. Porque no creía que la conversación tomaría ese camino.
―¿Qué? ―Hoseok la miró, aturdido―. ¿Y por qué?
―¡Porque no puedo estar con un mentiroso! ―soltó Jihyo―. ¡Porque no has sido honesto conmigo, Hoseok! ¡Porque... porque...! ―el llanto aumentó de forma considerable―. Porque no entiendo muchas cosas y estoy confundida con otras, por eso.
Sacudió su cabeza, todavía atónito por el pedido de la chica. Se supone que ellos estaban bien, que ellos se querían, que ellos...
Jihyo siempre fue amable, dulce y comprensiva con todo, ¿qué era lo distinto ahora? Además, nunca pareció incómoda con el hecho de que Yoongi fuera gay, estuviera saliendo con Namjoon, jamás demostró rechazo o asco por ello, ¿y ahora se estaba comportando así?
―No lo entiendo ―insistió Hoseok―, ¿es por Yoongi? ¿Te repugna que sea transexual?
―¡No! ¡No es eso! ―Jihyo frotó sus ojos―. ¿Quieres que te sea honesta? No entiendo a Yoongi, no lo comprendo del todo, pero... pero eso no me interesa. Es la vida de Yoongi, no voy a meterme con él. Es... son otras cosas, Hoseok. Me siento... me siento engañada, me siento ridícula aquí, siendo tu novia cuando tu... Yo no quiero un amor a medias, me merezco más que eso.
―¿De qué hablas, Jihyo?
―Piénsalo ―la muchacha se aferró con fuerzas a su bolso―, pero por ahora, necesitamos un tiempo, Hoseok.
―Jihyo...
―Adiós.
No fue capaz de decir algo más cuando ella se giró, caminando con velocidad hacia la puerta y saliendo sin mirar atrás, sin observarlo una última vez. Cuando el ruido de la puerta siendo cerrada resonó en el cuarto, Hoseok se sintió más solo que nunca en mucho tiempo.
―Bueno, ¿y qué quieres ahora? ―preguntó Taehyung, luego de varios minutos sin decir algo―. Jihyo ha cortado contigo.
―Ella quiere su espacio ―trató de convencer Hoseok no sólo a su mejor amigo, sino también a él―, entonces debo respetar eso. Tal vez, a futuro...
Su voz se fue apagando de a poco, mordiendo su labio inferior porque, si era sincero, una parte suya decía que a futuro no habría nada más. Que todo se acabó con la chica. Y, siendo honesto, no sabía cómo sentirse respecto a eso: una parte suya estaba invadida por la culpa, por la tristeza, pero otra... otra sentía algo parecido a decepción.
―Estás jodido ―repitió Taehyung―, todavía te gusta Yoongi y estás inseguro acerca de tus sentimientos con Jihyo.
―Es un buen resumen de todo ―espetó Hoseok con voz llena de pena―, yo sólo creí que... Pensé que, si Yoongi es capaz de rehacer su vida, ¿por qué yo no?
Taehyung le dio un golpe en el costado, rodando los ojos antes de dejar salir un bufido de indignación.
―¿Puedes dejar de actuar como un rencoroso, por favor?
―Estás hablando igual que Jin ―rezongó Hoseok.
―Sólo... ―Taehyung negó con la cabeza―, tú y Yoongi terminaron porque ambos querían cosas distintas, ¿no? Y ahora él está cómodo con esa relación con Namjoon porque no le exige demasiado, así como tú le exigías.
―Me haces ver como el malo ―Hoseok tenía ahora cara deprimida, acabándose la Sprite para pasar la pena de toda la situación.
Su mejor amigo hizo un mohín con sus labios, rascando su nuca, donde estaba creciendo su cabello. Estaban solos, pues su padre y madrastra fueron al pediatra para un examen de rutina de su bonita nueva media hermana, Minjoo.
―No eres malo ―replicó Taehyung―, sólo... sólo que tú querías algo que Yoongi no podía darte, no en este momento, y te llenaste de rencor por eso.
―Sí ―admitió Hoseok―, fue así y actué como un idiota con él ―rubor pintó el rostro del chico―, estoy bastante avergonzado por todo lo que le dije, no pensé...
―Tú nunca piensas.
Ahora fue el turno de Hoseok de darle un golpe gracias a la indignación por su comentario. Taehyung soltó un quejido, aunque había una sonrisa enorme en su rostro.
―Bueno, ¿y qué pasa con Lisa?
Los labios de su mejor amigo no dejaron la sonrisa, a pesar de que pudo notar la tensión ahí presente de forma repentina. Lo ocurrido con Lisa ya llevaba varias semanas y no se veían indicios de que fueran a volver.
―No vamos a volver por ahora ―dijo Taehyung, acabándose la cerveza haciendo otro mohín de asco―, nos la pasábamos peleando. Ella es... es muy celosa y yo no tengo mucha paciencia con eso, lo mejor es esto ―su voz se tornó triste―, y eso me da pena porque yo realmente la quiero, Hoseok.
―Lo sé ―murmuró, aplastando la lata de Sprite―, lo sé, TaeTae.
Lo sabía mejor que nadie, ya que él también terminó con la persona que todavía le gustaba, creyendo que era lo mejor para ambos aunque, en el momento, no lo pareció.
Yoongi giró la cabeza hacia un lado, cubriéndose el rostro con un brazo antes de frotar sus ojos para mirar a Alex, que tarareaba un rap con un chupetín metido en los labios.
―I'm not afraid... To take a stand... Everybody... Come take my hand...
La observó mientras ordenaba sus libros en el pequeño librero que tenía, viendo su cabello amarrado en una cola de caballo, su postura estilizada, sus ojos miel risueños revoloteando por los títulos. Era muy bonita, pensó con extrañeza, con esa sonrisa chueca, su cabello desordenado, sus cejas pobladas.
Frotó su nariz, recordando que el día anterior conversó con Lisa sobre el tema de Hoseok, pero ahora necesitaba otra opinión. Lisa fue tajante en decir que lo mejor sería alejarse de su exnovio, al menos una temporada, para dejar que los sentimientos por él fueran apagándose de a poco, que ahora estaba con Namjoon y no podía actuar de esa forma con el chico.
Yoongi quería mucho a Lisa, de verdad, sin embargo, ella nunca comprendió bien el concepto de ‹‹relación abierta›› y creía que Namjoon y él salían como novios.
―¿Alex? ―preguntó en voz baja.
―Yes, baby boy? ―dijo cantarina la chica.
Menos mal no lo estaba viendo o habría notado el rubor en su rostro al escuchar el mote. Alex era muy cariñosa con todo el mundo, siempre hablaba con voz suave y juguetona, despreocupada por completo, a pesar de estar en otro país donde el habla informal era muy raro o mal visto.
Yoongi se sentó en la cama, echando a un lado la mochila. Esa mañana tuvo sus primeros exámenes de sangre y los resultados estarían en unos días, una vez con ellos debía avisarle a Jaebeom para visitar a un endocrinólogo con el que hablarían sobre su tratamiento hormonal. Se sentía muy feliz por eso, pero la ansiedad parecía estar volviendo de a poco.
Trataba de controlarlo, de verdad, sin embargo, estaba demasiado sensible desde hace días por todo lo ocurrido con Hoseok, y la forma en que lo contuvo y que terminó con Jihyo. Namjoon parecía muy pendiente de él, además, poniéndole más nervioso, porque Yoongi se estaba sintiendo muy raro con todo.
No se entendía a sí mismo en ese instante.
―¿Podemos hablar? ―le preguntó a Alex, llamando su atención.
―Oh, sí, sí ―la chica se tiró a la cama, recostándose a su lado y quitándose el chupetín de la boca. Abril ya estaba llegando, así que el invierno acabó por completo y los días ya lo demostraban con el sol primaveral―, ¿qué ocurre?
Yoongi se quedó viendo un instante los bonitos muslos que se veían por el vestido de Alex, antes de desviar los ojos, sintiéndose más raro que nunca. No comprendía ninguna de sus acciones y ahora se sentía peor por estar actuando así.
―Quise besar a Hoseok ―confesó primero.
Alex parpadeó.
―Bueno ―dijo ella desconcertada.
Yoongi levantó la vista antes de volver a bajarla hacia el cobertor de la cama, fingiendo ver algo muy interesante allí.
―¿No es eso malo? ―preguntó con la voz un poco temblorosa.
―Umm... ¿por qué sería malo? ―dijo Alex, sin entender a qué se refería el chico.
―Porque estoy saliendo con Namjoon.
―¿Sí? ―Alex abrió sus ojos exageradamente―. ¿No estaban en una relación abierta?
―O sea, sí... pero...
Alex volvió a meterse el caramelo entre sus labios con una ceja enarcada, diciéndole que siguiera hablando, pero Yoongi no tenía mucho qué decir sobre eso. Si era honesto, esperaba un regaño por parte de su amiga.
La chica suspiró.
―Yoongi, te gusta Hoseok ―dijo Alex―, y Namjoon lo sabe, ¿no es así?
―Mmm...
―Tú estás en una relación abierta ―continuó Alex con calma―, tanto tú como Namjoon tienen ese acuerdo, y bajo ese acuerdo, puedes gustar de otra persona cuanto quieras e incluso besarlos si así quieres, aunque Namjoon debe estar al tanto de eso.
―Supongo...
―No lo estás engañando ―aseguró Alex―, no eres su novio, no son nada oficial, sólo la pasan bien juntos y...
―Ese es el otro punto ―se apresuró a decir Yoongi, sintiendo su rostro colorado otra vez de manera repentina. Llevó sus dedos a su boca, comenzando a morder el pellejo de su dedo pulgar a pesar de que en realidad quería fumar, pero a Alex no le gustaba que fumara dentro de su departamento―, ¿cómo... uh...? Namjoon y yo sólo nos hemos besado, ¿cómo sé si él...? ―tragó saliva casi a punto de llorar, pero no sabía el motivo de sus ojos llorosos―. ¿Cómo sé si él me desea sexualmente?
Alex se quedó en silencio, ahora realmente desconcertada por completo debido a su pregunta.
Yoongi empezó a contar. Un libro sobre el velador. Dos lápices a un lado. Tres fotos pegadas en la pared. Cuatro peluches esparcidos por el suelo. Cinco delfines en el cobertor. Con cada objeto trataba de respirar profundamente, en un torpe ejercicio que Sora le enseñó días atrás, para forzarse a manejar de alguna forma la ansiedad.
Recórtala, contrólala, mantenla en el límite. No se irá por completo, pero hay que dejarla a raya para que no te sobrepase. Respira. Cuenta. Concéntrate en la realidad.
Ni siquiera entendía el motivo de esa ansiedad en su cuerpo, era sólo una pregunta inocente, ¿o no?
―¿Nunca has tenido sexo? ―preguntó Alex, sin filtro alguno.
Más color en su rostro, negando con la cabeza furiosamente.
―Es decir... ―aclaró―, cuando estaba con Hoseok yo... mmm... lo masturbé algunas veces con la mano y la boca, pero no hubo penetración nunca ―se apresuró a decir.
Alex arrugó el ceño levemente.
―Supongo que se le paraba ―dijo con algo de duda en su voz.
―¡Claro, claro! ―saltó Yoongi con demasiada vergüenza, sin saber dónde mirar o esconderse. La ansiedad parecía haber disminuido un poco, pero ahora se sentía tímido y pequeñito―. Nunca hubo problema con respecto a eso.
―Bueno, ahí lo tienes ―las cejas pobladas de Alex estaban arrugadas y se veía un poco graciosa luciendo así―, si se le para, significa que te desea mucho.
―Pero... ―ahora su voz se volvió un hilo. No, se equivocó, la ansiedad volvió a crecer―, es que Namjoon... él nunca... ―ansiedad y llanto, santo dios, ¿qué mejor combinación?―. Cuando beso a Namjoon y empezamos a tocarnos, de pronto me detiene, dice algunas palabras dulces y no hace nada más. Yo nunca le noto una erección ni ha intentado tocarme mucho. Hoseok, por último, se calentaba rápido, pero Namjoon...
―Oh ―dijo Alex.
Claro. Oh.
Yoongi se puso a llorar y no entendía por qué, ¡la situación era casi estúpida! Pero estaba muy nervioso, con la ansiedad apretando su estómago, provocándole náuseas. Ahora sólo quería estar con Hoseok y que le acariciara la pancita como a veces hacía para calmarlo, ¿qué tan estúpido sonaba eso?
―¿Tú te mojas con Namjoon?
Bueno, ahora el llanto se detuvo.
―¿Qué? ―preguntó estúpidamente, y fue tanta la sorpresa de la pregunta que miró a la chica a los ojos.
Alex tenía una expresión concentrada, con su mirada fija en él como si tratara de descifrarlo. Yoongi se apresuró en desviar la vista ante el pánico.
―Eso ―dijo Alex―, si te mojas. Si sientes deseo por él ―Alex soltó su cabello de la coleta―. Aparte de besos y abrazos, ¿hacen algo más?
―Ah... ―Yoongi limpió sus ojos furiosamente―, a veces salimos a comer, o hablamos de nuestras canciones o de la empresa.
―Qué aburrido.
Yoongi no lo evitó: soltó una risa torpe ante la declaración de Alex, que arqueó una ceja de forma elegante al oír esa risotada nerviosa.
―¿Tú crees? ―preguntó Yoongi.
―¡Falta pasión! ―aseguró Alex―. Lo que me cuentas... parece de amigos. De buenos amigos, de nada más ―ella se inclinó con una sonrisa ahora pícara―. Pero, ¿te mojas con él?
La temperatura subió en el cuerpo de Yoongi ante la cercanía, sintiendo de pronto que todo ese espacio era muy pequeño para él. ¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Correr hacia la ventana y lanzarse por ella? Sonaba muy bien, siendo sincero.
Lo pensó un instante, incapaz de mirarla.
―No ―admitió―, yo tampoco... uh... Me gustan sus besos y sus abrazos son... son cómodos, pero... pero no siento deseo tampoco.
La chica se alejó de él, sentándose ahora contra el respaldo de la cama, subiendo sus piernas en la cama, hacia su pecho. No parecía muy interesada en si estaba mostrando más de su piel en presencia de Yoongi, aunque el de cabello negro parecía más concentrado en perder la vergüenza que todavía sentía.
Nunca habló de estos temas con otras personas, ni siquiera con Jungkook, porque le daban demasiado miedo y pavor, pero ahora sentía que debía hacerlo. Tenía que conversarlo con alguien para, por último, sacarse todas las ideas que tenía en su pequeña cabecita ansiosa.
Alex se aclaró la garganta, volviendo a llamar su atención.
―Pues... ¿quieres que te sea honesta?
―Por favor ―pidió Yoongi.
―Me da la impresión de que... tu relación con Namjoon es más amistad que otra cosa ―dijo Alex―, es decir, la pasan bien juntos y se sienten cómodos, pero...
―Nos besamos, eso no es de amigos ―respondió Yoongi de forma automática.
―¿Sí? ―Alex sonrió con cariño―. Claro, aquí no es de amigos y muchos no lo ven así, pero Yoongi... A veces los amigos se besan y pueden seguir siendo amigos, todo depende de cada persona. Algunas personas creen que un beso es significativo, pero para otras... un beso es un beso. Un beso sólo tiene la importancia que tú le das ―Alex lo miró―. ¿Un beso de Namjoon es lo mismo que un beso de Hoseok?
Yoongi se vio incapaz de responder a esa pregunta, pues él sabía la respuesta sin pensarlo mucho.
Como no habló, el silencio volvió a instalarse entre ambos, dejando que la calma del cuarto tranquilizara también a Yoongi, que parecía haber tomado una vez más el control de sus emociones desbordantes.
Apoyó su espalda en la pared, tomando aire.
―¿Entonces Namjoon no me desea? ―preguntó en voz baja―. Lo que quiero decir es que... cuando Hoseok me abrazó luego de mi ataque, cuando él parecía a punto de besarme, yo realmente... Si él lo hubiera hecho, habría dejado que hiciera más conmigo, y me dio miedo porque... ―una vez más comenzó a mordisquear el pellejo de su dedo, sólo que ahora fue el índice―. ¿Lo sexual es acaso importante?
Alex tampoco contestó enseguida, poniendo una expresión pensativa para poder darle una respuesta concreta.
―Sí y no ―la chica se terminó el chupetín, dejando el palito del caramelo sobre el velador―. ¿Te gusta sentirte deseado?
―Sí ―sintió color en sus mejillas―, cuando a Hobi se le paraba, me sentía... me sentía orgulloso de que me deseara, de que me quisiera de esa forma, aunque... aunque tuviera este cuerpo.
―Ah ―Alex sonrió con un poco de pena―, así que se trata de eso, ¿no es así?
―¿Qué?
―De tu cuerpo ―la muchacha pasó su cabello por detrás de su oreja―, de cómo crees que los demás te ven ―la voz ahora de Alex se tornó brutal―. ¿Te has masturbado alguna vez?
Sí, lanzarse por la ventana sonaba como una buena opción en ese instante.
Negó con la cabeza furiosamente, incapaz de mirarla, porque de verdad sentía demasiada humillación por la conversación que estaban teniendo. Sintió la tentación de pedirle que se detuvieran, que lo olvidara, pero una parte de él estaba tirando a que debía seguir hablando, a qué debía solucionar gran parte de las dudas que todavía tenía.
―Lo he... lo he intentado varias veces ―masculló apenas, con su garganta apretada―, cuando... Antes de aceptarme, cuando tenía como catorce o quince, quise... quise hacerlo, pero... pero empezaba a tocarme y me detenía, me ponía a llorar así que nunca... ―tomó aire―. Luego empecé a salir con Hoseok y quise volver a hacerlo porque... porque yo sabía que él me deseaba, yo sabía que querría intentarlo, así que... Pero no podía hacerlo tampoco. Incluso... ―cubrió su rostro.
―¿Incluso...?
―Vas a creer que soy patético.
―Creí hasta los trece años que podía hablar con los animales, por lo que cuando iba a la granja de mis abuelos, les hablaba a las vacas todo el día ―Alex hizo un gesto despreocupado―, anda, dime, no hay nada más patético que eso.
Yoongi se rió.
―Me metía a páginas porno para saber cómo hacerlo, pero luego de ver a la gente teniendo sexo me asustaba más y sólo volvía a llorar ―confesó Yoongi.
―Oh, está bien, todos hemos visto porno ―Alex le sonrió para quitarle peso de encima, aunque Yoongi lucía demasiado deprimido―, aunque el porno no es un buen profesor, ¿lo sabes?
―Claro que no ―Yoongi ahora comenzó a quitarse el pellejo del dedo corazón―, era demasiado exagerado todo.
Ahora fue el turno de Alex de reírse, sacudiendo su cabeza antes de volver a ponerse seria. Yoongi quiso encogerse y desaparecer de allí, y por un estúpido instante deseó tener la capacidad de convertirse en un gato para correr lejos de ese lugar.
―Creo que estás un poco equivocado, Yoongi ―dijo Alex con suavidad―, masturbarse va de la mano con lo sexual, por supuesto, pero también sirve para conocerse a sí mismo, para conocer tu propio cuerpo, para saber qué cosas te gustan.
Yoongi permaneció un instante en pensativo silencio, tratando de hilar bien sus pensamientos para no terminar barboteando ideas sin sentido.
―Antes... ―dijo pausadamente―, me daba miedo y no quería hacerlo, porque sentía que... sentía que era una manera estúpida de reafirmar la existencia de un cuerpo que no quería ver. Sentía que... que mientras menos lo viera, menos lo tocara, todo se haría más fácil.
Su amiga lo escuchó sin decir algo más, con el rostro calmado, y eso era lo que Yoongi necesitaba, un poco de comprensión, de calma, para poder soltar todo lo que le aquejaba. Con Sora y Jaebeom no lo hablaron todavía, no era un tema que tocaban, ya que él no lo sacaba a colación gracias al miedo, pero ahora estaba llegando a un punto en que no lo podía seguir guardando.
―Ahora... ahora trato de verlo, trato de sentirlo, cada mañana... ―tragó saliva―, cada mañana me paro frente al espejo y empiezo a verlo mientras me digo... me digo que no importa el cuerpo que posea, seré un hombre sin importar qué ―hizo un pequeño mohín―. Los peores días lo veo y me pongo a llorar, pero trato de enfrentarlo. En los mejores, puedo tocar mis pechos, puedo mirar hacia mi entrepierna y mantenerme firme a pesar de que desee ver un pene allí, pero tocarme... todavía me asusta hacerlo.
―Pero lo quieres hacer ―señaló Alex―, o no estaríamos teniendo esta conversación.
Yoongi humedeció sus labios, asintiendo sin poder hablar, pues se volvió tímido una vez más.
―¿Quieres qué te enseñe?
Ahora abrió la boca.
―¡¿Qué?! ―gritó, sorprendiéndose cuando su voz salió un poco más aguda―. ¡No!
Alex comenzó a reírse de forma escandalosa, quitando un poco de tensión al aire. Yoongi cubrió su rostro, aunque sí sonrió muy a su pesar por la broma.
―¡Alex!
―¡Sí, sí! ―la chica trató de ponerse seria―. Ve a casa, Yoongi, desnúdate y acuéstate sobre la cama. Luego empieza a tocarte.
―Pero...
―Llega hasta donde consideres suficiente ―insistió la chica―, no tienes por qué penetrarte con tus dedos, sólo... sólo tócate. ¿Has experimentado un orgasmo?
Negó con la cabeza.
―Son buenos. Son muy bueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeenos ―Alex sonrió con pereza―. Inténtalo, Yoongi, ¿qué pierdes? Nadie lo va a saber, o sea... sólo yo, pero nadie más ―la chica le tomó la mano―. Y piensa sobre lo de Namjoon. Te sigue gustando Hoseok y eso está bien, pero también debes pensar en si quieres realmente una relación o prefieres estar sólo un tiempo, ¿quién sabe? ¡Date un tiempo para ti, las relaciones no lo son todo en esta vida!
Más tarde, mientras Yoongi cenaba sólo en el departamento –todos allí salieron con amigos–, lo pensó un instante. Tal vez Alex tenía razón. Tal vez él funcionaba mejor en ese instante solo, ¿qué perdía? Namjoon tampoco parecía muy interesado en él, además.
Aunque tampoco sabía cómo abordar ese tema, ¿no era malo de su parte luego de haberlo ilusionado? Namjoon parecía que gustaba mucho de él, a pesar de que ellos mantenían esa relación abierta con la que Yoongi se sentía tan cómodo.
Pero eso no quitaba que también seguía gustando de Hoseok. Se recordó la semana anterior en brazos de su mejor amigo, acurrucado contra su pecho, dejando que le acariciara el cabello en una dulce forma de consolarlo luego del ataque de ansiedad que tuvo. Los minutos pasaron y ninguno de los dos estaba incómodo, así que Yoongi levantó la cabeza, algo dormido por el calor que lo envolvía, y observó los ojos oscurecidos de Hoseok sobre él.
Sus cejas estaban un poco arrugadas, sus labios formaban una mueca seria, pero sus ojos eran... eran absorbentes y cálidos y muy bonitos. Yoongi sintió deseos de inclinarse para besarlo, para agarrarlo de las mejillas, para sentir el cuerpo de Hoseok sobre el suyo. Realmente quiso hacerlo, estuvo a punto de hacerlo y dejar que el chico hiciera lo que quisiera con él y–
Y de pronto la puerta del departamento fue abierta, Yoongi saltó de su regazo como si estuviera haciendo algo malo y Namjoon apareció de pronto con aspecto cansado. La culpa lo golpeó, por lo que se despidió de forma torpe de Hoseok, corriendo hacia su cuarto como si hubiera sido descubierto haciendo algo malo.
Qué complicado era todo, ¿por qué las cosas no podían ser como en las películas dónde todo se arreglaba en un instante?
Yoongi deseaba que las cosas no fueran complicadas, aunque fuera por sólo un día.
¡gracias por leer!
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