66.

Advertencias: angst, drama, temas de género.

Así que cuando me convierta en alguien algún día,

Siempre recordaré que vine de la nada.

(...)

Estoy enviando mis condolencias,

Estoy enviando mis condolencias al miedo.

Estoy enviando mis condolencias,

Estoy enviando mis condolencias a las inseguridades.

~Condolence, Benjamin Clementine~

Yoongi suspiró cuando observó la composición hecha, sus dedos tamborileando de forma nerviosa en el mesón, para volver a suspirar y echarse hacia atrás con la silla, quitándose los audífonos.

—Está listo —dijo con voz suave, llamando la atención de todo el mundo.

Ignoró la enfurecida mirada de Junghwan sobre él, observando a Woobin asintiendo y poniéndose de pie. A su lado, Namjoon le sonrió con orgullo.

—Wow, que rápido —alabó su amigo—. Tardaste sólo un par de horas.

Le miró con una sonrisa tímida, comenzando a morder el pellejo de su dedo en una acción nerviosa. Sora decía que eso era un síntoma de ansiedad que debía aprender a controlar.

—Di la verdad —escupió Junghwan—, le hiciste tú la composición, ¿no, Namjoon?

Namjoon rodó los ojos, murmurando por lo bajo, pero Yoongi lo ignoró cuando Woobin se ubicó detrás de él.

—Junghwan, te recuerdo que tú también eres un aprendiz como lo son Yoonji y Namjoon —dijo Hyuksoo, sin levantar la vista de unos informes que estaba revisando.

El aludido soltó un bufido, sin embargo, no dijo cosa alguna, porque Woobin le dio play al trabajo que Yoongi realizó. Se oyó inmediatamente un sonido de ambiente, seguido de las teclas de piano. Pocos segundos después, su voz suave comenzó a rapear.

La semana anterior prepararon una composición breve de un minuto hecho por sus propias manos y ese día debían entregarlo, antes de las siete de la tarde. Eran las cuatro en ese momento.

Mordió su labio inferior cuando su voz murió, la música desapareciendo, y trató de que su rostro no se tornara rojo al sentir ojos encima de él. En especial de Woobin, Hyuksoo y Minhee, los encargados de entrenar a los aprendices de composición de la empresa. Woobin era amable todo el tiempo y Minhee lucía siempre indiferente, pero Hyuksoo...

Hyuksoo nunca le agredió de forma directa ni tratado mal realmente, pero era evidente que no era de su agrado. Siempre le trataba de Yoonji, de ella, y cuando Woobin los presentó...

Están fuera del límite para inscribirse —dijo Kim Dohoon, fundador de la compañía y uno de los mejores productores que tenían—, pero confío en el criterio de Woobin para recibirlos. Me ha dicho que sus nombres son Kim Namjoon y Min Yoongi.

Yoongi se había sentido feliz de saber que Woobin lo presentó con ese nombre y le dirigió una sonrisa de agradecimiento al mayor.

Gracias —dijeron los dos chicos haciendo una inclinación.

Kim Jinwoo, otro de los CEO con más poder, habló entonces:

¿Eres una chica?

Se estremeció, sabiendo que todos los ojos estaban puestos sobre él.

Se aclaró la garganta.

Um, yo... biológicamente lo soy, pero... uh... me identifico con un chico... —tartamudeó de forma nerviosa, con su rostro colorado y bajando la vista.

Oh —fue lo único que dijo Minhee.

Dohoon se encogió de hombros.

Woobin ya me lo comentó y estoy bien con ello —respondió—, no pensamos en hacerte debutar ni en solitario ni en un grupo, y si llegáramos a usar tus composiciones, deberás usar un sobrenombre para permanecer en el anonimato.

Algo dolió en su interior, pero no sabía por qué, y no quería mostrarlo, así que sólo asintió tratando de mantener la calma.

Pues yo creo que es mala idea —dijo entonces Hyuksoo, llamando la atención de todos—, primero porque están fuera de plazo, pero también porque esto nos puede traer problemas con el público general. ¿Tener a una chica amachada e indecisa como compositora?

No soy una chica —le espetó antes de pensarlo dos veces, aunque su voz salió más aguda de lo que pretendía.

¿Cuál es tu verdadero nombre? —preguntó Hyuksoo en medio del silencio.

Su garganta se apretó.

Min Yoongi —contestó.

Hyuksoo frunció el ceño.

Tu verdadero nombre. Y rápido, no tenemos todo el día —siguió presionando.

Bajó la vista, humillado, y a su lado Namjoon le tomó la mano, tratando de demostrarle su apoyo, a pesar de que sólo quería romper a llorar. Pero se prometió que sería fuerte, que no se dejaría derribar nunca más por ellos.

Min Yoonji —contestó con tono helado.

Otro breve silencio, donde los segundos pasaron, y casi esperó que le dijeran que debía irse, que no le aceptarían, entonces...

Anda pensando en un sobrenombre —dijo Hyuksoo—, por si llegas a quedar, lo que veo poco probable. Al final sólo aceptaremos a tres nuevos compositores. Y eso también va dirigido para ti, Namjoon.

Así acabó la reunión. Yoongi salió de la oficina sintiéndose algo débil, por lo que Namjoon le invitó a comer unas rosquillas para recuperar fuerzas, y desde la siguiente semana comenzaron con su entrenamiento.

No eran los únicos aprendices en la empresa, por supuesto, había visto brevemente a aquellos chicos que esperaban debutar en un grupo o solistas, teniendo que cumplir con un horario más pesado que el suyo, además de que vigilaban estrictamente sus comportamientos y dietas. Para ellos las reglas, por otro lado, eran más sencillas: no causar problemas, tener una conducta impecable y cumplir con las tareas que se les vayan pidiendo.

Del grupo de quince chicos que entraron, quedaban diez en ese instante: Namjoon, Jinyoung, Taehyun, Changkyun, Boah, Junhyung, Junghwan, Hyuna, Bumjoo y Yoongi.

Para julio se esperaba que quedaran solo cinco, y para las siguientes navidades deberían ya estar los tres seleccionados.

—Wow —dijo Woobin en medio del silencio, y Yoongi se encogió, con pánico en su mirada, porque era la primera vez que se ponía a componer algo como tal luego de seis meses de entrenamiento—, eso fue...

—¿Es tu primera vez componiendo? —le interrumpió Hyuksoo a su compañero, observándolo fijamente.

Tragó saliva, comenzando a mover sus manos nerviosamente, abriendo y cerrando sus puños.

—S-sí —tartamudeó, para después toser—, yo... uh... la letra la estuve trabajando estos meses y... mmm... sé tocar el piano, entonces... —su voz se ahogó un poco—. ¿Es muy malo? Puedo mejorarlo sí...

—Es buenísimo —dijo Minhee, callándolo porque ella solía ser silenciosa, poco comunicativa, sólo dando su opinión cuando lo consideraba necesario—, es una buena pieza, para ser de un minuto.

—Un minuto y veinte segundos —corrigió Yoongi, y su rostro volvió a colorearse cuando los ojos se posaron en él una vez más—. Uh... que-quedaba muy cortado con sólo un minuto y...

—A veces uno tiene que tomar decisiones —dijo Woobin con una mirada de aprobación—, aunque pases por encima de algunas órdenes —el padre de Taehyung le sonrió—. Bien hecho, Yoongi.

El aludido también sonrió.

—Gra–

—Pues yo no creo que sea muy bueno —dijo de pronto Junghwan—, sonaba demasiado aburrido, apagado, ¿y eso fue un intento de rap con tu voz de chica, Yoonji?

Yoongi lo fulminó con la mirada, tratando de contenerse para no escupirle lo que pensaba, porque Junghwan le recordaba mucho a Jiho. En su mirada altanera, su expresión de superioridad, su comportamiento como si fuera más inteligente que todos. Para su fortuna, el chico nunca le golpeó ni hirió físicamente, ni parecía tener ganas de intentarlo, limitándose sólo a lanzar comentarios mordaces y groseros.

—¿Por qué no mejor te concentras en tu trabajo? —dijo Namjoon con molestia—. Estoy seguro de que ni siquiera estás cerca de terminar, y quedan sólo unas horas.

Y con las palabras de Namjoon, todo el mundo volvió a su trabajo, pues el chico tenía razón: debían entregar eso antes de las siete de la tarde.

—Puedes retirarte, Yoongi —dijo Minhee—, envía tu trabajo a nuestros correos con el nombre que le has puesto, ¿cuál es?

First Love.

—Suena genial —Minhee le sonrió amablemente antes de volver a sus informes.

Yoongi obedeció, haciendo lo que le pidieron con rapidez ya que no quería perder un poco del trabajo que había hecho, para luego guardar sus cosas. Pensó en esperar a Namjoon fuera para así irse juntos, sin embargo, al observarlo tan concentrado, decidió que no sería lo mejor. No sabía cuánto le faltaba al chico para que terminara, y no quería presionarlo, así que sería mejor dejarle solo.

Se despidió de todo el mundo, saliendo del cuarto en el que estuvieron trabajando, pero antes de cerrar la puerta, alguien más salió.

—¿No te molesta que te acompañe hasta la salida? —dijo Hyuksoo con tranquilidad.

Yoongi sintió cómo su estómago se contraía, tentado de negarse, porque aquel hombre no le agradaba, sin embargo, sabía que sería muy grosero y no le iba a beneficiar mucho. No cuando el mayor era parte de las personas que revisarían todo el material que iban a generar ese tiempo.

Así que negó con la cabeza, aunque los nervios comenzaron a carcomer en su interior, sus manos volviendo a abrirse y cerrarse en un movimiento repetitivo. Los antidepresivos estaban ayudando a controlar toda la ansiedad que sentía bajo esas situaciones, pero debía también poner de su parte para que las cosas no se le salieran de control, le dijo Jaebeom.

El silencio que se instaló entre ambos se tornó un poco incómodo cuando comenzaron a caminar hacia las escaleras; estaban en un tercer piso, así que bajarían por allí. Yoongi no sabía cómo comenzar la conversación, por lo que permaneció callado, fingiendo estar concentrado en observar las paredes.

Cuando llegaron al primer piso caminaron hacia la salida, pasando por un pasillo, y miró de reojo a los trainees de la empresa metidos en un cuarto de ensayo, bailando danza urbana.

Recordó brevemente a Hoseok, pero se obligó a eliminar aquello de su mente.

—Tienes un talento innato.

Miró sorpresivamente a Hyuksoo al escuchar sus palabras, aunque el hombre observaba al frente.

—Um... gra-gracias —dijo con torpeza.

—Pero no sé si será lo mejor tenerte en nuestra empresa, Yoonji.

Mordió su labio inferior al escuchar el femenino, sin embargo, una parte suya no pudo evitar darle la razón al mayor, porque sabía que, en esa sociedad tan cerrada, ¿no se estarían condenando al aceptar a alguien... en sus condiciones?

—No sólo por... tu confusión —continuó Hyuksoo—, sino también por tu depresión.

—No es una confusión —le dijo, aferrándose a la tira de la mochila—, nunca ha sido eso —apretó sus labios un instante—. ¿Se lo dijo Woobin-nim?

—Todos tenemos que estar al tanto de nuestros trainees y aprendices —respondió Hyuksoo, abriendo la puerta de salida—. No quiero que pienses que voy a sacarte usando trucos malos, Yoonji, porque yo no soy así. Me gusta ser justo. Pero te lo estoy diciendo para que tú lo pienses bien, ¿entendido? —no le dio tiempo a contestar—. Nos vemos mañana.

Y cerró la puerta en su cara.

Que hombre más grosero.

Yoongi se giró, caminando hacia el paradero para agarrar el bus, murmurando por lo bajo debido a lo enojado que se sentía. ¿Qué se creía ese idiota? ¿Acaso pensaba que no pensó en esa oportunidad durante tanto tiempo? ¡Por supuesto que lo hizo! Incluso ahora seguía dudando, pero se prometió que no iba a rendirse enseguida, aunque sintiera miedo.

Se acomodó sus audífonos en sus orejas, todavía molesto, y se puso a escuchar música para tratar de sacar la molestia de él. Las cosas estaban funcionando por fin para él, y no quería permitir que ningún viejo idiota bajara sus ánimos en ese instante. Minhee lo alabó por First Love, y Woobin también, e incluso al antipático de Hyuksoo le pareció buena, así que se quedaría con eso.

Se bajó tres cuadras antes de llegar al departamento, pasando al supermercado a comprar algo dulce para comer. Aunque tratara de convencerse de que no estaba tan afectado, en el fondo sí lo estaba, y quizás un trozo de pastel o chocolate le levantara el ánimo. Darse un mimo de vez en cuando no estaba mal, ¿cierto?

Además, no es como si tuviera que guardar el dinero. Estaba bien, porque además se encontraba trabajando los fines de semana y algunos días durante la semana, cuando tenía tiempo, en una cafetería que pertenecía a la hermana menor de Heechul. Al parecer la familia del hombre se especializaba en tener cafeterías, pero a Yoongi no le interesaba mucho, porque su hermana, Heejin, era amable y dulce y no hacía preguntas incómodas. Y lo más importante: lo dejaba sólo en la caja, atendiendo a las personas, para que así no tuviera que soportar atenderlos o escuchar preguntas incómodas.

Así que estaba bien comprarse algo para comer cuando quería levantarse el ánimo.

Salió con mejor humor del supermercado, caminando hacia el departamento, dándose cuenta de que comenzó a nevar, y pensó un instante que haría para su cumpleaños, en un mes más. Jimin le invitó a Daegu, así que probablemente iría para allá junto a Namjoon, porque además extrañaba un poco a su hermano y a Jungkook y a Jin y a todos sus amigos. A toda esa pequeña familia que tenía allí. El pensamiento de verlos le hizo sonreír, sintiéndose menos ansioso mientras subía al ascensor.

Minutos después, estuvo entrando al departamento, música retumbante sonando, y vio a Lisa bailando y cantando mientras barría el comedor.

La observó un instante.

La la la la la, la la la la la la la la la —cantaba al ritmo de la música, moviendo sus caderas—, Tonight we gon' be it on the floor... —por un breve momento hasta pensó que Tae estaba allí y le estaba haciendo un baile erótico, pero para su fortuna, la chica comenzó a mover su cabeza, su cabello dando vueltas en el aire—, La la la la la, la la la la la la la la la, Tonight we gon' be it on the floor...

Cerró la puerta y la chica se sobresaltó.

—¡Heeeey! —saludó Lisa, bajando el volumen de los parlantes—. ¡Llegaste temprano hoy! ¿Cómo fue todo?

—Bien —respondió, levantando la bolsa con el pastel—. ¡Mira lo que traje!

—¿Celebramos algo especial? —preguntó Lisa, un poco confundida.

—¿No quieres?

—¡Yo nunca dije eso!

Se rió al ver la indignación de su amiga, yendo a la cocina luego de sacarse el abrigo, y comenzó a acomodar las cosas en el refrigerador para guardar el pastel, con mejor humor que nunca en el día.

—Yoongi, oye...

Se giró para ver a Lisa, que lucía en ese momento algo preocupada, sosteniendo la escoba.

—¿Qué ocurre? —preguntó.

—Recordé que Hoseok...

—Hola, Lisa —saludó una voz suave detrás de la chica, y la aludida se sobresaltó. Un bonito rostro se asomó—. Oh. Hola, Yoongi.

Park Jihyo le sonreía con timidez, con sus mejillas coloradas por la vergüenza, llevando una camiseta de Hoseok encima.

Su estómago dio un vuelco.

Se giró a tomar un vaso, sintiendo como su día volvía a ser arruinado.

—Hola, Jihyo noona —contestó, y su voz salió más tosca de lo que hubiera querido.

—Um, yo... uh... ve-venía a buscar agua... —tartamudeó la chica.

—¡Oh, claro, ven! —trató de ayudar Lisa, entrando a la cocina con Jihyo detrás—. ¿Cómo has estado, unnie?

—Todo bien —respondió Jihyo, en tanto Yoongi trataba de no mirarla—, ya he pasado la mayoría de mis exámenes, así que ya tengo más tiempo libre... ¿cómo te ha ido a ti, Yoongi?

La observó un instante, esforzándose para que su rostro estuviera tranquilo.

Jihyo era muy bonita, preciosa, con su cabello castaño hasta los hombros, su rostro pálido y sus ojos enormes, inocentes y dulces. Sumado a eso, tenía un cuerpo bastante curvilíneo, proporcionado, con caderas marcadas, que llamaban la atención de cualquier chico.

Por lo poco que sabía, Jihyo estudiaba Enfermería y era mayor que ellos, con veinte años. No quería saber mucho, además.

Bebió un poco de agua.

—Bien —respondió, con su tono indiferente, casi aburrido—, hoy salí más temprano de lo que esperaba de la agencia.

—¡E-eso suena genial! —trató de hablar Jihyo, desviando la vista con algo de pena—. Hasta podríamos cenar...

—Hey, cariño, ¿por qué...?

Hoseok entró a la cocina.

El ambiente se tornó más pesado, en especial cuando los ojos de Hoseok y Yoongi chocaron. Más aún cuando Jihyo caminó hacia Hoseok, tomándole la mano con vergüenza.

—Estábamos hablando —dijo Jihyo, sosteniendo su vaso con agua—, pero ya iba al cuarto.

—Oh —Hoseok trató de sonreírle—, hola, Yoongi.

—Hola, Hobi.

Yoongi se maldijo porque su voz temblara, pero fingió toser, como si se hubiera atorado con algo.

Lisa parecía querer desaparecer de allí.

—Le decía a Yoongi que podríamos cenar todos juntos —continuó Jihyo, con tono llena de esperanza—, como ha llegado temprano...

—Eso suena genial —respondió Hoseok.

Yoongi quiso bufar, sin embargo, se contuvo, rodando los ojos con fastidio. Debido a que se la pasaba en la agencia, llegaba tarde y no cenaba con sus amigos. Muchas veces salía directamente con Namjoon a comer algo rápido a cualquier lugar.

—No es necesario, puedo pedir comida a domicilio —dijo Yoongi bruscamente.

La expresión de Jihyo decayó, en tanto Hoseok arrugaba sus labios en una mueca molesta.

—Yoongi lo va a pensar —dijo Lisa.

—Sí, que nos avise —replicó Hoseok, hosco también—. Vamos, bebé, dejamos la película a medio ver.

—Sí... —murmuró Jihyo, mirando a Yoongi un poco insegura—, nos vemos...

Yoongi no se despidió.

Pasaron varios segundos sin decir nada después de que ambos chicos se fueran.

—Wow —parpadeó Lisa—, nunca creí que podrías ser así, Yoongi.

El aludido frunció el ceño, observando a su amiga, pero no había una expresión de diversión en su rostro, sólo ligera molestia que llamó su atención.

—¿De qué hablas? —preguntó.

Lisa soltó un ruido, negando con la cabeza y girándose para que se vieran cara a cara.

—Tú sabes, ellos llevan saliendo un mes —dijo Lisa, algo dura—, y Jihyo quiere llevarse bien con todos nosotros, porque sabe que somos amigos de Hoseok desde hace tiempo. Ella realmente pone todo su esfuerzo en que le caigamos bien.

—Tal vez no debería esforzarse y simplemente desaparecer.

Se arrepintió de inmediato por sus palabras al ver la mirada sorprendida de Lisa, sabiendo que sus palabras no sonaron bien, y suspiró con cansancio.

—Lo siento —dijo, pues de verdad lo lamentaba—, es sólo que... uh... todavía no me acostumbro a ello. A verlo con otra persona —su voz se quebró—. A verlo con una chica. Es sólo...

—Oye, oye —se apresuró a decir Lisa, tomándole la mano—, está bien, Yoongi, sé que no es fácil. Pero... pero tú sabes... Ambos decidieron terminar y Hoseok tiene el derecho a estar con la persona que quiera, así como tú...

—Lo mío con Namjoon ni siquiera es algo serio.

—Eso no importa. A estas alturas, no importa.

Yoongi lo sabía, lo tenía muy claro, así que no siguió presionando, sólo se apoyó en Lisa ya que en ese momento lo necesitaba.

Un mes después de haberse instalado en Seúl fue que decidieron terminar por completo. Yoongi tenía ahora sus propios horarios al igual que Hoseok, por lo que el tiempo que se veían y compartían era muy poco. Por otro lado, el más alto se estaba volviendo pegajoso (otra vez), hasta el punto de actuar celoso en varios momentos, sobre todo cuando le veía regresar con Namjoon a las nueve de la noche, pues esos primeros meses tenían que quedarse más tiempo en la empresa y cenaban fuera por temas de facilidad.

Por otro lado, Yoongi también comenzó a actuar celosamente al ver que, cuando salían, Hoseok a veces se quedaba mirando a chicas con expresión embobada, y eso generaba que le sacara en cara si acaso quería estar con alguien así en lugar de él.

Las peleas se hacían más y más constantes, tensando demasiado su relación.

El punto de quiebre fue cuando, luego de un momento acalorado entre ellos, en el que Yoongi le practicó sexo oral a Hoseok, el chico insistió en masturbarlo también. Yoongi se negó con más dureza de la que hubiera querido, desencadenando otra tonta pelea en la que se dijeron diversas cosas, y terminaron sin hablar por una semana.

Luego de eso, ambos llegaron a la conclusión de que sería mejor terminar, porque se estaban haciendo más daño del que realmente querían.

Eso fue a principios de octubre. Para diciembre, Yoongi estaba en algo extraño con Namjoon, sin tener un nombre a lo que fuera que tuvieran, y antes de Navidad fue que conocieron a Jihyo, pero Hoseok la presentó sólo como una amiga.

Cuando volvieron de año nuevo, el chico confirmó que empezó a salir con ella.

Por lo tanto, Yoongi comenzó a evitar el departamento varias veces, al menos hasta cierta hora, ya que sabía que Jihyo iba varias veces a cenar con ellos, y no quería verla. No quería saber demasiado de ella para evitar sentirse celoso, porque Jihyo era la encarnación de la pareja perfecta de Hoseok.

Suspiró, tratando de controlarse. Pensó en irse del departamento y buscar algo más privado, quizás con Namjoon, pero no era un iluso, y los arriendos de un lugar para dos personas estaban fuera de su alcance. Además, si era honesto, no era tanto lo que debía soportar, porque al fin y al cabo, pasaba tanto tiempo fuera que no veía mucho a Hoseok. Ya ni siquiera sabía quiénes eran sus nuevos amigos, lo que le daba algo de pena, pues no pensaba que fueran a acabar así.

—¿Vas a cenar con nosotros? —preguntó Lisa cuando lo vio más calmado.

—No sé si sea lo mejor...

—Jihyo piensa que la odias —declaró su amiga, callándolo—, me lo dijo hace unos días, pidiéndome ayuda para llevarse mejor contigo. Ella piensa que tú no la encuentras lo suficientemente buena para Hoseok. Parece saber que tú fuiste mejor amigo de Hobi, pero no su exnovio...

Ese pensamiento volvió a doler, aunque no era tan sorprendente, ¿qué le diría Hoseok a su nueva novia? ¿Qué había salido con él? Jihyo parece que ni siquiera sabía que él tenía un sexo que no correspondía a su género, porque todo era demasiado complicado, y de seguro Hoseok no quería espantarla.

—Piensa que incluso la odias porque le quitas tiempo con él —siguió Lisa, revolviéndole el cabello—, e incluso Hoseok parece molesto contigo por la forma en la que la tratas... Hasta yo me molesté, Yoongi.

Asintió, sabiendo que no fue su mejor comportamiento, e incluso fue duro y antipático con ella, cuando Jihyo, en el fondo, no le hizo nada.

—Está bien —cedió—, cenaré con ustedes. Trataré de... uh... llevarme mejor con ella. De ser más amable.

Lisa le sonrió, aliviada.

—Vale, ¡así me gusta! Voy a invitar a Taehyung también, ¿te parece? Hace mucho no se pasa por aquí.

—Vino hace dos días, Lalisa.

—Detalles.

Yoongi soltó una risa baja, pensando que ese día podía mejor todavía, aunque fuera un poquito.

¡gracias por leer!

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