51.

Advertencias: angst, drama, temas de género.

Largo vives y alto vuelas,

Y las sonrisas que darás y las lágrimas que llorarás,

Y todo lo que tocas y todo lo que ves,

Es todo lo que tu vida alguna vez será.

~Breathe, Pink Floyd~

Jimin estaba frente a él con una expresión seria, y por un momento, pensó que podría decirle algo horrible, provocando que se asustara por completo.

Hoseok no quería que le dijeran que debía alejarse de Yoongi, le temía un montón a perderlo por completo.

―Vas a cuidarlo, ¿me entiendes? ―dijo Jimin, apuntando a su pecho, y no importaba que Jimin fuera unos centímetros más bajo que Hoseok, lucía temible con esa expresión―. Queda poco más de un mes para que las clases terminen, pero pueden pasar muchas cosas si Yoongi está solo ―Jimin hizo una mueca―. Si pudiera, me lo llevaría conmigo, pero no tengo los recursos suficientes para pagarle un colegio, no puedo hacer nada ante eso... Sin embargo, si me llegó a enterar de que la está pasando mal, no voy a dudar en llevármelo lejos de aquí.

Tragó saliva, asintiendo con la cabeza y jugando nerviosamente con sus manos.

Jimin bajó la voz, aprovechando que Jungkook y Yoongi estaban guardando las maletas en el bus:

―Sé que Yoongi no va a decirme la verdad si la está pasando mal, así que confío en ti para esto ―Jimin puso una expresión amenazadora―. Y si lo vuelves a dejar solo...

―No lo haré ―se apresuró a decir Hoseok―, no permitiré que nadie le haga daño otra vez.

Jimin asintió, sin decir cosa alguna porque en ese instante Jungkook y Yoongi se acercaron.

Hoseok observó a Jungkook de reojo, viendo el broche de mariposa en su cabello, vistiendo una sudadera rosada junto con unos ajustados pantalones negros. Ignoraba por completo las miradas que tres cuartos de las personas allí le dirigían, y no pudo evitar sentir cierta admiración por el hecho de que la chica no lucía afectada por el evidente desprecio en todas las personas del lugar.

Hoseok pensó que, si las cosas no hubieran cambiado meses atrás, él estaría actuando de esa forma también, luciendo disgustado porque Yoongi no parecía femenina. Fingiendo no ver los ojos tristes y perdidos de su exnovia. Novio.

A veces, todavía le costaba ver a Yoongi como un chico, pero trataba de no tener ningún desliz, pues le gustaba la expresión que ponía Yoongi cuando se le trataba de esa forma, aunque siguiera insistiendo en ser una chica.

Hoseok nunca vio a Yoongi tan feliz en la vida excepto en esos momentos. Y Hoseok haría lo posible para que siguiera siendo feliz.

―Tenemos que subir al bus ―comentó Jungkook, llamando la atención de Jimin.

El hermano mayor de Yoongi suspiró, haciendo una mueca, y se despidió de Hoseok para luego ir a abrazar a su hermano menor. Le revolvió el cabello mientras le murmuraba algo al oído. Jungkook hizo lo mismo, pidiéndole también que cuidara a Yoongi con su vida, y Hoseok se lo prometió sin dudarlo.

Hoseok no permitiría que nadie más le hiciera daño, lo que le recordó que tenía ciertas cuentas que arreglar con algunos imbéciles del colegio.

Yoongi se quedó a su lado mientras su hermano mayor y su novio-amigo (lo que fuera que sean), subieron al bus, despidiéndose por la ventanilla cuando partió. Los últimos días lo notó más silencioso que nunca, aunque no un silencio asfixiante y tenso, sino más bien pensativo, reflexivo entre ellos.

Hoseok todavía le quería, eso era innegable, sin embargo, había ciertas cosas que todavía le costaba asumir y comprender por completo. Pero, por otro lado, esas dudas no implicaban que le iba a dejar de lado o cerrar su mente a las necesidades que Yoongi podía tener para querer ser feliz, pues no quería volver a ver esa mirada vacía en sus ojos, esa expresión que forzaba para fingir estar contento, cuando sólo había infelicidad en su rostro.

No, no volvería a cometer los mismos errores de antes.

―¿Vamos? ―preguntó Yoongi, distraído.

Asintió, mirándole con una sonrisa, y deslizó sus dedos por el reciente cabello corto de Yoongi. Recordó lo aliviado que se vio cuando Lisa comenzó a recortar los mechones largos y oscuros luego de que le pidiera hacerlo, con su rostro femenino tornándose un poco más duro, varonil, con el nuevo corte.

Hoseok tenía que admitir que, luciendo así, Yoongi era realmente un chico guapo.

―Eres muy bonito ―dijo como si nada, su mano pellizcando su mejilla―, ¿por qué eres un chico tan guapo, Min Yoongi?

Las mejillas de Yoongi se tornaron coloradas, causando que se riera y ganara un manotazo como forma de regaño.

―No digas esas cosas, ¿no sabes qué me avergüenzas? ―murmuró Yoongi, tratando de reprocharlo, pero obteniendo sólo otra risa a cambio.

―Eso lo hace más divertido ―quiso pasar un brazo por sus hombros, atrayéndolo contra su cuerpo, sin embargo, antes de poder hacerlo, el móvil de Yoongi sonó.

No le tomó mucha importancia, creyendo que sería Taehyung preguntando si ya iban de vuelta, hasta que Yoongi contestó:

―¿Namjoonie...?

Fingió entretenerse mirando la calle, mientras la expresión agria de Yoongi se iluminaba ante la mención del chico que componía rap, y ahogó el bufido de desprecio que quería salir de su garganta.

No estaba celoso, por supuesto que no, porque los celos eran para gente insegura y tonta que no confiaba en sí mismo, y Hoseok no era nada de eso.

¿Cierto?

―¿Mmm...? Tendría que verlo... No tengo algo de dinero... Pero rompí mis letras...

Por supuesto que no estaba celoso de que Namjoon hubiera visto las letras de Yoongi primero que él. Por supuesto que no estaba celoso de que Namjoon hubiera sido el primero en verlo rapear. Por supuesto que no estaba celoso de que Namjoon hubiera besado a Yoongi y apoyado antes que él.

Hoseok no estaba jodidamente celoso de Namjoon.

―Lo voy a pensar... Sí, lo sé, Joonie... Está bien... Yo también, adiós...

Hoseok fingió que el grafitti de la pared era mucho más interesante que cualquier cosa en la vida.

―Hoseok, no tienes por qué molestarte.

Se volteó, sus labios fruncidos hacia abajo en esa tonta mueca que hacía cuando estaba molesto o enojado, y se encontró con la calmada mirada de Yoongi.

―No estoy molesto.

Yoongi rodeó los ojos.

―Sé que Namjoonie no te cae bien...

―¿Desde cuándo es Namjoonie?

―... pero no tienes motivo para actuar así.

―¡No estoy celoso! ―insistió Hoseok―. Sólo estoy preocupado de que te ilusiones y luego acabes con el corazón roto, ¿acaso está mal eso? No quiero que la sigas pasando mal, ese chico puede tener intenciones horribles y vas a sufrir, y si la pasas mal, yo la paso mal, así que sólo te estoy cuidando de esas cosas antes de que-

―Hoseok.

―... termines herido o dañado, los celos son para gente insegura, yo no estoy inseguro, nunca he sido inseguro, sólo un poco llorón, nada más, pero eso no tiene nada que ver con esto, ¿acaso...?

―¿Quieres ir al café de Heechul conmigo?

―¡Sí!

Yoongi enarcó una ceja, pero Hoseok fingió que no estaba aliviado, aun cuando sonrió como un idiota por varias horas al día.

Pero ese alivio no duró mucho, no cuando cerca de las ocho de la noche, entró a su casa y se encontró con la desagradable visión de su padre y madre esperándolo en el comedor con duras miradas.

―¿Dónde estabas? ―preguntó Soowoo con un gruñido.

Se encogió de hombros, fingiendo aburrimiento cuando en realidad estaba tenso y asqueado.

No sabía en qué momento ocurrió, pero hubo un punto en el que dejó de ver a sus padres como fuente de cariño, confianza y amor, y lo único que deseaba era huir de allí, desaparecer de los ojos juzgadores de sus progenitores.

―Por ahí ―contestó, comenzando a caminar hacia las escaleras para encerrarse en su cuarto.

Sin embargo, no dio ni cinco pasos cuando su padre lo agarró del brazo y tiró de él, golpeando su mejilla con la palma de su mano, el ruido seco resonando en el comedor.

Miró a Hyojae, esperando ver alguna expresión de disgusto, de malestar, pero sólo había fría indiferencia en sus ojos, realmente creyendo que Hoseok se merecía aquello. Sintió ganas de vomitar.

―¿Estabas con esa puta y sus bastardos? ―exigió su padre, refiriéndose a Taeyeon con asco―. Todo el mundo sabe que Yoonji se está quedando con ellos, sus padres estuvieron llorando esta mañana en el culto pidiéndole a Dios que les devolviera a sus hijos, ¿y tú sigues apoyando su pecado?

Hoseok humedeció sus labios, furioso por la manera de hablar sobre la madre de Tae y sus amigos, por querer hacerse la víctima, por creer que sólo ellos sufrían.

―No estoy haciendo nada malo ―espetó Hoseok, soltándose―, acá los únicos que están jodiendo son ustedes, creyéndose superiores cuando no dan más que asco.

―¡Hoseok! ¡No te hemos criado así! ―gritó Hyojae, espantada.

―Tú eres el único que puede ayudar a Yoonji ―su padre lo fulminó con la mirada―, una vez te cases con ella y le enseñes a ser una mujer de verdad, una vez le demuestres que eres un buen marido y le des hijos, se dará cuenta de su gran error.

La bilis subió un poco más por su garganta al recordar a Yoongi llorando cuando lo tocaba en sus senos, en sus partes íntimas, la forma en la que solía estremecerse, cómo palidecía y se tensaba en señal de odio, de pánico, de miedo.

¿Cómo iba a poder hacerle eso?

―¡Pueden irse a la mierda! ―gruñó, volteándose―. ¡No voy a permitir que le sigan jodiendo la vida a Yoongi!

―¡Hoseok!

Ignoró el chillido de su madre para seguir caminando, conteniendo los impulsos de voltearse y seguir gritando sus sentimientos, aunque sabía que no lo iban a tomar en cuenta. Sus padres nunca lograron comprender lo que realmente sentía en la vida.

Siempre quiso complacerlos, siempre trató de hacer que se sintieran orgullosos de él, pero muy en el fondo, sabía que no lo iba a lograr jamás, porque apenas lograra una meta, otra y otra iba a aparecer.

Hoseok no podía seguir esforzándose en tratar de hacer feliz a gente que no pensaba en él.

Apenas llegó a su cuarto se encerró con llave, suspirando mientras podía oír a sus padres discutir en el primer piso. Se sobresaltó cuando escuchó el chasquido del cinturón golpeando y el grito de dolor de su mamá: si Hoseok se estaba comportando así, era por culpa de ella, ya que no lo supo criar de forma correcta (o eso era lo que decía su padre mientras la golpeaba).

Pero Hoseok aprendió, a lo largo de los años, que no podía salvarla, porque salvar a alguien que no quería ser rescatado era una tarea imposible y desgastante, eso estaba muy claro para él.

Las manos de Yoongi eran tan suaves, ¿por qué tenían que ser así? ¿Acaso Yoongi no sabía lo nervioso que le ponían?

―Tu padre realmente se merece el infierno ―murmuró Yoongi, afligido.

Negó la cabeza, haciendo una leve mueca cuando Yoongi tocó su mejilla hinchada y moreteada, antes de sonreírle como si nada.

―No me interesa ―respondió.

Yoongi abrió su boca, queriendo decirle algo, pero otra persona habló:

―¡Dios, te cortaste el pelo! ¿Por qué hiciste eso? ¡Luces como un chico, Yoonji!

Pudo notar como el brillo en los ojos de Yoongi desaparecía, su boca formando una fina línea de disgusto mientras bajaba la vista, y Hoseok se volteó irritado, mirando a Joohyun con molestia.

―¡Oppa! ―saludó Joohyun como si nada, tocándole el hombro―. ¿No crees que me veo guapa hoy?

Sí, Joohyun se veía bonita con ese maquillaje hecho con total esmero y su coleta alta, mientras le guiñaba un ojo, pero Hoseok no sintió nada más que enojo y antipatía.

―Estoy con mi novio, Joohyun ―le dijo Hoseok, haciendo una mueca.

Joohyun se quedó quieta, su boca abierta en una mueca confundida, y rió con incredulidad.

―¿Le dijiste novio, oppa? ―preguntó Joohyun suavemente―. ¡Qué divertido! ¿No es así, "Yoongi"?

Podía notar como Yoongi se retraía ante sus palabras, como parecía esconderse otra vez bajo esa capa de falsa indiferencia, como si sus palabras no le afectaran.

―Déjanos en paz ―espetó Hoseok.

La sonrisa desapareció del rostro de Joohyun.

―Oppa, ayer no te vi en el culto de la iglesia ―insistió la chica.

―Mierda, eres un dolor en el culo, Joohyun ―se quejó Taehyung, apareciendo y sentándose con una mueca de desprecio―. ¿Por qué no te vas a molestar a otro lado? Estoy seguro de que otro chico con bajo criterio puede acostarse contigo.

La chica enrojeció por la rabia, pero antes de poder decir algo, el timbre de inicio de clases resonó por lo que tuvo que ir a su asiento, murmurando por lo bajo.

Hoseok le dirigió una mirada de agradecimiento a Taehyung, girándose para observar a Yoongi. De forma sorpresiva, agarró su muñeca cuando notó como rascaba sus brazos por sobre sus ropas.

Yoongi le miró, aturdido, y Hoseok le observó con advertencia, pues sabía muy bien el daño que buscaba hacerse el chico con esas acciones.

―Suéltame ―protestó Yoongi en voz baja.

―Puedes apretar mis brazos si quieres, pero no lo harás con los tuyos ―le dijo Hoseok con seriedad.

Yoongi ladeó la cabeza, sin embargo, no dijo cosa alguna, sólo volvió su atención al profesor.

El día transcurrió con horrible normalidad, los profesores dando sus últimas clases y entregando las fechas de los exámenes finales. Sus amigos ayudaron a Yoongi a ponerse al día para que no estuviera perdido, y notó, mientras almorzaban, que el chico buscaba esconderse, hacerse pequeñito, desaparecer, cuando el grupo de Jiho entraba en el mismo lugar en el que ellos estaban.

Cuentas que arreglar, se repitió durante la última clase del día, incluso hasta cuando la secretaria entró:

―Disculpe que interrumpa, profesor ―dijo la mujer―, pero Min Yoonji debe retirarse de la clase.

Yoongi parpadeó. Hoseok le miró. Taehyung se volteó.

―¿Por qué? ―preguntó Yoongi, con confusión.

La secretaria hizo una mueca, inconforme.

―Lo sabrás cuando estemos en recepción, ahora sólo debes acompañarme.

Yoongi lucía perdido, mirándole. Hoseok comenzó a ordenar sus cosas.

―Bueno, vamos entonces-

―Se solicitó sólo la presencia de Min Yoonji, no la tuya, Hoseok ―dijo el profesor de Química con el ceño fruncido.

Hoseok se puso de pie, echando su mochila al hombro mientras sostenía la del chico que se ponía de pie, tomándole del brazo con la ansiedad pintando su rostro. No hizo una mueca cuando Yoongi le apretó el antebrazo en ese gesto de nervios que decoraba su rostro cada día.

―Lo siento, pero si yo no voy, entonces Yoongi no irá a ningún lado ―fue su única respuesta, tomándole la mano a Yoongi y guiándolo fuera del salón, dispuesto a enfrentarse a todos sus miedos si con ello lograba protegerlo.

¡gracias por leer!

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