4.
Advertencias: angst, drama, temas de género.
Tú cierra la boca
Cómo puedes decir
Que hago las cosas de manera equivocada
Soy un humano y necesito ser amado
Igual que todos los demás
~How Soon is Now?, The Smiths~
—¡Voy a extrañarte tanto! —fingió sollozar Hoseok, tomándola de las mejillas y sin soltarla un poco.
Yoonji rodó los ojos, pero no lo alejó. Muy en el fondo, le encantaba tener la atención de su novio de esa forma, sintiéndose mimada y querida.
—Sólo son dos días, Hoseokie —regañó Yoonji antes de recibir un corto beso.
—¡Es una eternidad! —Hoseok la abrazó una vez más hasta que se alejó, dándole otro beso—. Llámame apenas llegues, bebé, ¿está bien? Y dale muchos saludos a Jimin.
Yoonji asintió, distraída, subiéndose al bus que la dejaría en la estación de buses de Daegu, donde supuestamente Jungkook la estaría esperando. Se despidió de Hoseok a través de la ventana cuando el vehículo partió, tratando de no sentirse culpable ni mal por haberle mentido a todo el mundo.
Todos creían que Jimin la estaría esperando cuando llegara, pero la verdad era que le dijo a su hermano que viajaría más tarde. Llegaría cerca de las tres de la tarde a la ciudad, lo que le daría tiempo para juntarse con Jungkook, ir a tomar un café cerca de la estación, y Jimin la iría a buscar como a las siete de la tarde, sin enterarse un poco que llegó antes.
Nada podía salir mal, ¿cierto?
Luego de una hora de viaje, cuando debía quedar cerca de media hora para llegar, le envió un mensaje a Jungkook preguntándole si ya estaba allí.
Nochu:
¡Estoy yendo, bobo!
¡Salí de mi cama por ti!
Yoongi:
Es lo mínimo que podías hacer.
Se obligó a tomar aire, tratando de relajarse y esperando que todo saliera bien en ese momento.
Media hora después, se estaba bajando del bus con su mochila a su espalda, y buscó entremedio de la multitud un rostro conocido.
Vio a Jungkook, sentada en un banco y jugueteando con su celular. Llevando una blusa con flecos, una faldita a cuadros, medias hasta sus rodillas y un broche en su desordenado cabello castaño. La gente la miraba con extrañeza, algunos con repulsión, con rechazo, pero Jungkook parecía ajena al resto, poniéndose de pie cuando la vio.
Era un chico, biológicamente hablando, y Yoonji lo sabía muy bien, pero mierda, la ropa femenina le quedaba hermosa. Parecía una especie de hada, con esa preciosa blusa que se pegaba bien a su tonificado cuerpo, y el broche de mariposa decorando su cabello.
—¿Eres Yoongi? —le preguntó Jungkook, esbozando una sonrisita de felicidad. Fue, en ese momento, que se percató que era muchísimo más alto que ella.
Y lucía como un conejito al sonreír.
Yoonji sonrió, asintiendo.
—¡Eres muy bonito, dongsaeng! —dijo Jungkook, y sin poder evitarlo, lo abrazó de golpe.
Yoongi. Me dijo Yoongi, pensó Yoonji, cerrando sus ojos y devolviéndole el abrazo.
—Vamos, vamos, tenemos que tomar un café, hay tanto que quiero hablar contigo —dijo Jungkook, tomándole la mano y sacándola del lugar.
—No vayamos tan lejos, por favor —dijo con suavidad Yoonji, recordándoselo de forma indirecta. Es decir, ella le contó que tenía un hermano al que iría ver, pero nada más allá de eso.
—No te preocupes, tontito, sólo iremos a una cafetería, debes tener hambre —contestó Jungkook, arrastrándola por entre la multitud de personas.
Efectivamente, minutos después, Jungkook se detuvo en la esquina, en una familiar y tranquila cafetería donde no había mucha gente. Se sentaron al lado de una ventana y ordenaron un pedazo de pastel y chocolate caliente minutos después.
—Quería tanto conocerte, Yoongi —comenzó a decir Jungkook, apoyando su rostro en sus dos manos—. Estoy feliz de conocer más gente como nosotros —el menor ladeó la cabeza, sin dejar de mirarla, para luego sonreír dulcemente—. ¿Estás bien, Yoongi?
Yoonji asintió, tomando aire y sintiéndose cálida por dentro al oír su nombre saliendo de los labios de Jungkook, con tanta normalidad, sin preguntarle el porqué de su cabello largo. Si no fuera por ello, estaba segura, luciría como un chico, porque viajó con una de las sudaderas de Jimin y unos pantalones sueltos.
—Claro que sí —asintió Yoonji, y sin poder evitarlo, soltó una risa baja—. Es sólo que... es un poco raro, ¿no crees? Debes ser la primera persona que no me pregunta si soy chica o chico.
Jungkook asintió en señal de comprensión, pero no dijo nada mientras la mesera dejaba las tazas y platos frente a ellos, retirándose poco después. Una vez solos, volvió a hablar:
—Bueno, eso no importa en el fondo —contestó Jungkook, encogiéndose de hombros—. Tú sólo eres... eres Yoongi, ¿no es así? —asintió, relajada—. Entonces no importa el resto. No me importa si eres chica o chico, Yoongi —Jungkook le tomó la mano, dándole un apretón—. Pero, si no te es incómodo que lo pregunte... tu sexo es femenino, ¿no? Pero eres un chico —Yoonji volvió a asentir, bebiendo del chocolate caliente—. Está bien, entonces. Para mí eres Yoongi, mi dongsaeng pálido y con expresión enfurruñada.
—Jungkook —se quejó Yoonji, riéndose—. Entonces supongo que tú eres Jungkookie, mi noona dientona.
—¡Eso es grosero! —protestó Jungkook, riéndose también.
Yoonji solía ser cerrada con muchas personas, no demostrando lo que sentía, sin embargo, y no sabía por qué, con Jungkook fue totalmente distinto. El mayor la hacía sentir cómoda de una forma increíble, haciéndola sacar su lado bromista y juguetón, conversando de miles de cosas como si hubieran sido amigos de toda la vida. Yoonji nunca se sintió tan cómoda en toda su vida con otra persona, nunca se expresó de esa forma con alguien más, y la hacía sentir cálida y querida al mismo tiempo.
—Otro día, cuando vengas —le estaba diciendo Jungkook más tarde—, te voy a presentar al resto del grupo. ¡Te van a caer bien, estoy segura!
Yoonji asintió, relajada.
—Jungkookie —la chica la miró, enarcando una ceja—. ¿Cómo tú... supiste que eras de género fluido? ¿Cómo se lo dijiste a tus papás?
Jungkook dejó la tercera taza de chocolate caliente que pedía sobre la mesa, poniendo ahora una expresión de tranquilidad.
—Supongo que siempre lo supe —dijo Jungkook, pensativa—. Digo... había días donde lo único que quería era vestirme como una chica. Lo asumí totalmente hace cinco años, cuando mamá me pilló probándome un vestido y comenzamos a discutir —suspiró, cerrando sus ojos un momento—. Mis papás no se lo tomaron bien, por supuesto, aunque tampoco me echaron de la casa ni me trataron mal. Me llevaron al psicólogo, a médicos, creyendo que estaba pasando por una etapa, pero luego de mucho tiempo... no quedó más que asumirlo. Ahora que estoy más grande ya no vivo con ellos, sin embargo, cuando voy a verlos, trato de vestir siempre como un chico o de forma neutral —Jungkook sonrió, amable—. Ya sabes... ellos me siguen queriendo, pero aún hay cosas que les cuesta asumir. Por ejemplo, todavía no quieren conocer a mi novio.
Yoonji enarcó una ceja, mirándola de forma picarona.
—No me has contado de tu no–
—¿Jungkook?
Yoonji se tensó al escuchar una sorprendida voz, sin poder evitarlo, y el pánico estalló ante esa repentina interrupción.
Jungkook levantó la vista, chocando con la persona que recién habló.
—Oh, hola, Jimin hyung.
Mierda. Mierda.
Yoonji bajó la vista, rogando que sólo fuera un saludo lejano, que no se detuviera, que–
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Jimin, acercándose—. ¿Y quién es tú–? ¿Yoonji?
La voz de su hermano mayor se tornó incrédula.
Levantó la vista, asustada y tratando de sonreír de manera amable, aunque por dentro se sentía morir por el terror de la situación. El pánico, en ese momento, era como una olla de presión, a punto de explotar y provocar un enorme desastre.
—Hola, oppa —saludó con la voz temblorosa.
Jimin la estaba contemplando como si no pudiera creer que su hermanita menor estuviera allí. Yoonji no sabía qué decir, lo único que quería era desaparecer de ese lugar, de ese momento, porque no sabía qué excusa decir para librarse de ello. Por dios, no era buena para crear mentiras repentinas, ¿qué se supone que debía decir=
Jungkook los observó lentamente, confundida.
—¿Se conocen? —preguntó Jungkook, tratando de aligerar el aire.
Jimin se volteó a ver a Jungkook, parpadeando.
—Es mi hermana menor —dijo, sin atisbo de calidez en su voz—. ¿De dónde la conoces, Jungkook?
Yoonji miró con súplica a Jungkook, diciéndole con los ojos que la cubriera, que, por favor, no dijera nada de lo hablaron entre ellos dos.
La expresión de la chica se suavizó.
—No la conozco —dijo Jungkook, relajada—. Yoonji me estaba haciendo un pequeño favor, nada más —se encogió de hombros, tomando su bolso y sacando dinero para dejarlo sobre la mesa—. Un conocido mío de Chongdae me envió algo, y para evitar los gastos de viaje, le pidió a Yoonji si podía traérmelo. Luego la invité a tomar algo en señal de agradecimiento —en ese momento, alguien más entró a la cafetería—. Ah, ahí viene Jiyong.
Jimin se tensó ante el último nombre, pero fingió pasarlo por alto.
—¿Quién te pidió ese favor, Yoonji? —le preguntó Jimin, mirando a su hermana menor con una clara expresión de incredulidad.
—Taehyung —soltó sin pensarlo—. Conoce a Jungkook de League of Legends, ya sabes que está obsesionado con ello —mintió, una tonta idea apareciendo en su mente de pronto.
—¿Terminaste, bebé? —preguntó el recién llegado.
Yoonji se giró, viendo el momento exacto en que Jungkook tomaba la mano de un chico de su porte, con el cabello teñido de rojo y aretes en sus orejas. Toda su ropa era de cuero, lo que contrarrestaba enormemente con el aspecto dulce y tierno de Jungkook, sin embargo, cuando Jungkook lo saludó con un pequeño beso, pudo ver que se veían lindos juntos.
—Park —saludó Jiyong, moviendo la cabeza hacia Jimin, que saludó sólo con un gesto.
Yoonji no entendía el por qué el ambiente tenso entre esos tres, pero prefirió no preguntar, porque sabía que estaba metida en problemas.
—Un gusto conocerte, Yoonji —se despidió Jungkook, revolviéndole el cabello—. Nos vemos en clases, Jimin, adiós.
Y sin mirar hacia atrás, la pareja salió de la cafetería. Yoonji contempló como Jungkook se subía a una moto, detrás de su novio, y segundos después se marcharon.
Al voltearse, se encontró con la molesta mirada de Jimin.
Mierda. Ahora si estaba jodida.
¡gracias por leer!
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