Capítulo 12: La Caja Musical

Narrado por Tiffany

Papá...

Pensé en cómo habían terminado las cosas cuando descubrí el amorío de mi papá. No lo había vuelto a ver después de la graduación, y ahora probablemente moriría.

—¿Qué piensas Tiff? —preguntó Amber que me vio perdida en la nada.

—Pienso en que estos años he sido una persona egoísta con mi padre —solté y las lágrimas comenzaron a caer—. ¿Sabes? Fui una mala persona al no buscarlo en todo este tiempo y, ahora puede que muera.

—Ay, no —dijo mientras me rodeó con sus brazos. Nos alejamos de Caroline y Lizeth para no preocuparlas.

Salimos de la tienda de vestidos avanzando hacia una de las bancas del centro de Stewartville. Nos sentamos y comencé a contarle lo que había sucedido días antes de la graduación.

—Era tanto el coraje que le traía por haberle hecho eso a mamá, que simplemente dejé de hablarle y jamás volví a buscarlo.

—Tranquila Tiffany. Mira, entiendo que te hayas sentido furiosa en ese momento, y también entiendo que hasta la fecha siguieras guardándole ese coraje. Pero eso no te hace egoísta, simplemente actuaste bajo un evento que te ocurrió.

—Pero pude hablarle Amber y decidí simplemente no hacerlo. Ahora, no sé qué vaya a suceder si no cumplimos todo el juego... Tengo miedo.

—Todos lo tenemos, pero estamos juntos en esto. Hallaremos la manera de salir de esta.

Comencé a tranquilizarme.

Lo único que quería era que mis padres estuvieran sanos y salvos, que los de todos se encontraran bien.

Sequé las pocas lágrimas que cubrían mi rostro y Amber tuvo la idea de que fuéramos a una tienda de antigüedades que habían abierto. Me levanté del asiento y la seguí mientras de reojo veía a las chicas en la tienda de vestidos.


Una campana sonó en cuanto entramos al local. No había mucha gente debido a que no todos gustaban de coleccionar objetos, ni siquiera de verlos.

Avanzamos entre los pasillos observando desde relojes viejos hasta algunas figuras de colección. Amber estaba muy anonadada con las cajas musicales, mientras que yo observaba unos cuadros con pinturas realistas.

—Buenas tardes, ¿puedo ayudarlas con algo? —dijo una voz que se había colocado a un lado mío.

—Oh, no. Solo estamos viendo, gracias... —respondí intentando leer algún nombre en su gafete.

—Claire, mi nombre es Claire.

—Gracias Claire. Si logramos interesarnos en algo te lo haré saber.

—Entendido —dijo mientras se retiraba del pasillo donde estaba. Intenté recordar el momento exacto en cuanto entramos con la intención de rememorar haberla visto, pero no lo logré conseguir.

Continúe apreciando el arte que resaltaba en cada uno de los cuadros puestos en la pared. Hubo uno que atrapó mucho mi atención, parecía ser un culto de personas con un animal muerto en el centro de ellos.

—¿De verdad estás viendo eso? —preguntó Amber que ya estaba a lado mío.

—Es que entre todos los demás cuadros, este es el único que no encaja.

—Mejor ven a ver las cajas de música. Están hermosas y probablemente compre una.

—Voy.

Había un anaquel repleto de cajas de música. Amber parecía una niña pequeña porque a todas les daba cuerda con tal de escuchar la melodía que contenían. Fui escuchando cada una de ellas hasta que llegué a una que literal era una caja, tenía ciertas ranuras que la hacían ver peculiar.

Amber me miró y me dijo que la llevara. Que ella la compraría para mí con tal de verme sonreír más. Le devolví la sonrisa y la abracé fuertemente agradeciéndole que me escuchara y por la caja.

Pasamos a la caja y la chica que me había interrumpido estaba feliz de que fuéramos a llevarnos algo. Dijo que tomáramos asiento en lo buscaba la caja, porque la que traíamos era de exhibición.

—No tardaré —dijo Claire accediendo a una puerta trasera.

—Sí... —respondí quedando en claro que no me había escuchado.

—¿Ya te sientes mejor Tiff?

—Sí Amber, en verdad gracias.

—No hay problema. Ojalá a todos les guste la caja musical que llevaremos.

—La música que emana es muy relajante, seguro les gustará.

Esperamos durante diez minutos. Hasta cierto punto nos pareció misterioso que hubiese tardado mucho la chica, pero cuando llegó nos explicó que no encontraba la pieza entre tantas que tenían guardadas.

—Muchas gracias —dijo Amber.

—Gracias a ustedes. Espero disfruten de la caja y vuelvan pronto.

Al salir notamos que el tiempo realmente se había ido volando. El cielo ya estaba oscuro, por lo que buscamos rápidamente a las chicas para irnos a casa.

En cuanto vimos a Caroline su rostro me dejó callada. Algo había pasado y seguramente eran malas noticias.

—Las estábamos buscando —dijo Lizeth preocupadamente.

—Danny me habló. Entraron a la casa y dejaron una caja con fotografías instantáneas de nosotros.

Inmediatamente nos fuimos del centro.


Al entrar a casa Danny y Dylan estaban en la sala. Todas las fotografías se encontraban distribuidas en la mesa. Podíamos ver algunos de los momentos que habíamos vivido durante nuestra estancia en la universidad; había unas con reuniones que hicimos a lo largo de todo este tiempo y, también algunas otras eran de nuestros padres.

Danny se levantó acercándose directamente a Caroline. Le puso en sus manos un sobre y le dijo que ella era la siguiente en el juego.

—Veamos... —dijo Caroline abriendo el papel. Sacó la carta y comenzó a leerla para sí misma—. ¿Qué hora es?

—Las siete con cuarenta minutos, ¿por qué? —respondí rápidamente.

—Tengo veinte minutos para llegar al cementerio y buscar en una hora todo lo que está aquí.

—Caroline...

—Tengo que irme, prometo estar en contacto.

Subió rápidamente a su habitación y cuando bajó traía puesta una chamarra. Todos le dijimos que se cuidara y que por favor se mantuviera en contacto. Salió de la casa y nosotros nos sentamos a esperar.

Amber me tiró del brazo haciéndome señas para sacar la caja musical. Creía que era el momento indicado para tranquilizarnos. Tomé la caja y la abrí cuidadosamente, todos me miraron en cuanto la dejé sobre la mesa.

Saqué una llave que era la que haría que se abriera y posteriormente hacer que la música fluyera. Poco a poco le fui dando cuerda hasta que la caja se abrió y la música comenzó a sonar.

Mientras escuchábamos el sonido que desprendía la caja, me di cuenta de que había otra cerradura con la misma entrada de la llave. Pensé que al quitar la llave la música pararía, pero no fue así. La ingresé en el otro agujero y la caja sacó un pequeño compartimento.

Dentro había un papel doblado. Lo saqué para desenvolverlo y al terminar me encontré con un mensaje.

"Tú eres la siguiente..."

¿Recuerdan haber leído un mensaje así en La Fecha Marcada? eue

Espero les haya gustado este capítulo. Háganmelo saber con un voto y con sus comentarios. :D

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top