Este es uno de los breves fics sobre Steven Universe que escribí yo mismo. Es bueno poder ponerle mi seudónimo de una vez :-)

Fue escrito mucho antes de que asistiéramos al chasco de la quinta temporada, cuando Diamante Blanco era solo un rumor, y las diamantes todavía parecían una amenaza terrible para la Tierra y las Gemas de Cristal.

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Diamante Amarillo huía del híbrido que había destruido casi por completo al imperio de las gemas y a la Gran Autoridad del Diamante.

Misión imposible. El escudo del híbrido podía resistir las más fuertes descargas de su poder. Y su arma endemoniada había destruido al resto de las diamantes de un solo disparo.

La seguía tan de cerca, que era imposible ocultarse por más tiempo. En su precipitada huida se encerró a sí misma lejos de los pasadizos secretos del palacio real.

- ¡Detente, maldita; y tu muerte será mucho más rápida y sin sufrimiento! -le gritó Steven, al tiempo que le arrojaba un escudo.

Apenas pudo evadirlo, pero enseguida se dio cuenta de que ella no era el verdadero blanco; sino una columna que, al caer sobre ella, detuvo completamente su huida.

- No hay a donde huir, Diamante Amarillo -dijo el híbrido, apuntándole con su arma-. Ahora pagarás por tus crímenes contra la Tierra.

Diamante amarillo lo miró con una mezcla de odio y terror. Hubiera suplicado por su vida, si no supiera que sería inútil.

- ¡Necio! ¡Estás acabando con parte de tu propia herencia, híbrido insensato! ¡La gloriosa raza de las gemas conquistó más de 30 planetas en dos galaxias diferentes!

- Hasta en eso te equivocas, tonta -sentenció el híbrido de cabellos rizados-. El único planeta que intentaron conquistar, eliminando a las criaturas vivas que lo poseían es la Tierra. Y lo hubieran hecho, si mi madre y las Gemas de Cristal no lo hubieran impedido.

- Todavía estás a tiempo de rectificar. Ven con nosotros a Homeworld. Has demostrado ser un gran guerrero y un extraordinario conquistador. Contigo de nuestro lado, ¡el imperio de las gemas no conocerá límites!

Pero Steven se rió en su cara.

-Nunca aprendieron lo que es valioso, ¿verdad? Mi madre intentó hacérselos entender, pero en su odio ciego, ustedes nunca quisieron escuchar. La vida y la libertad son lo más valioso del universo.

- ¡Eres un hipócrita! ¿Acaso no estás acabando con nosotros, maldito? ¿Dónde quedó entonces tu respeto por la vida?

Steven la miró con cierto respeto. Sin duda, por algo fue parte de la Gran Autoridad el Diamante.

- Venganza.

- ¿Qué?

- Esto es un acto de venganza. Ustedes destruyeron a todas mis amigas. Acabaron con mi ciudad, con mi pareja... ¡Con todo lo que era valioso para mí! Solo pude salvar a mi planeta. Todo se reduce a eso: un acto de venganza. O justicia, si quieres verlo así.

- ¡Pues acaba de una vez, maldito! ¡Y que la maldición y el recuerdo de mi imperio conquistador te persigan por toda la eternidad!

Steven le dedicó una sonrisa amarga. Apuntó hacia la gema de Diamante amarillo, y un instante antes de apretar el gatillo, le dijo con voz pausada:

- Es bueno ver que, lo último que queda de la civilización de las gemas, tiene un poco de dignidad.