Te vi venir* [Lapiven] (autor:stevenuniverse20yy)


Esta recopilación de historias se fue haciendo a lo largo de varios años. La mayor parte las hicieron mis amigos Stevenuniverse20yy y rlc2001, los cuales hace mucho tiempo que dejaron de escribir. Hay también alguna de mi autoría, y he decidido rescatarlas para deleite de quien quiera conocerlas.

La mayor parte de estas historias abarcan un solo capítulo, pero hay algunas un poco más largas. Una de ellas, en cambio es un drabble de solamente 100 palabras. En esta colección hay un poco de todo: amor, romance, tragedia, drama. Y por supuesto, hay muchos ships para que cada cual escoja lo que desea leer.

Un aviso importante: muchas de las historias se escribieron cuando algunos eventos de la serie todavía no eran canon. Haré las aclaraciones pertinentes en cada una.

Por otra parte, varias historias son songfics, lo cual quiere decir que están basadas en la letra de alguna canción. Cuando incluya un songfic, el título llevará un asterisco, e intentaré proporcionar una liga para acceder a la canción en la cual se inspira.

 Nuevamente, mil gracias a los antiguos miembros del fandom que las lean, y a todos los nuevos lectores que se animen a darles una oportunidad.

Eidanyoson_

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Tenía tanto miedo.

Todavía no podía creer lo que había hecho. ¡Se había atrevido a robarle un beso a Steven! Al encantador muchachito que había cambiado toda su vida, y la había hecho conocer placeres y sufrimientos que en su vida de gema jamás hubiera sospechado.

Nunca entendería cómo se había atrevido a hacerlo. Su vida había sido una tortura continua y sin esperanza. Lo había perdido todo de la manera más cruel y desafortunada: su trabajo, su libertad, su casa y su planeta.

Pero Steven había cambiado todas esas cosas.

Fue él quien la liberó del espejo. Trató de convencerla para huir de la nave en la que regresaba al horrible mundo en el que había sido torturada. Le mostró la manera en que podía volver a levantar su casa y un nuevo refugio en un planeta hostil y desconocido. Gracias a él, había roto los lazos malsanos que la habían atado a Jasper mientras estuvo fusionada con ella.

Por él había vuelto a creer; tenía nuevas esperanzas para el futuro. Y para rematarlo todo, le había entregado su amistad de manera incondicional y procuraba pasar todo el tiempo posible con ella.

Fue imposible no enamorarse de él.

Desde los primeros días en el granero empezó a tener sueños y fantasías en las que los dos estaban juntos, especialmente después de que Peridot le enseñó los episodios de "Campamento, amor y pinos", la serie de televisión que tanto le gustaba. Se imaginaba a ella y a Steven paseando juntos a la orilla del mar, volando entre las nubes, recorriendo el espacio sideral y uniendo sus labios en el más dulce de los besos.

Y cada vez que lo veía su mente se alimentaba de su presencia, de su dulce voz, para generar fantasías cada vez más hermosas y atrevidas. Steven le llenaba cada vez más la imaginación, el sueño y los pensamientos.

Cuando Peridot supo de sus sentimientos, le insistió en que debía declararse lo más pronto posible. Incluso intentó ayudarle mostrándole fragmentos de películas románticas. Al principio, Lapis no tomaba en serio esos consejos. Pero cada vez que veía a Steven sentía estallar sus emociones. Sus sentimientos se hacían más intensos, y llegó el día en que ya no pudo más. Había abierto su corazón sin querer, y Steven se había adueñado de él. Ahora tenía que saciar ese deseo, mantener su presencia en ella para siempre... O deshacerse en pedazos.

Hacía solamente tres días que Steven y ella salieron a pasear por la playa y se sentaron en una escollera. Platicaban de cualquier cosa, y Steven se quedó contemplando el mar por unos momentos. La luz clara de las estrellas se reflejaba en sus ojos, y Lapis quedó embelesada contemplando su perfil.

Steven volteó para mirarla y le dedicó la más hermosa de sus sonrisas. Lapis apartó la vista, sintiendo que sus mejillas se teñían de un azul intenso.

- Steven...

- ¿Qué ocurre, Lapis?

- Creo que nunca te agradecí por convencerme de quedarme en la tierra.

- Al contrario, Lapis –dijo Steven, alargando su mano para tocar su hombro -. Me encanta estar contigo y pasar tiempo juntos.

- ¿De verdad? Pero, ¿por qué?

- Porque eres maravillosa, Lapis. Me diste la oportunidad de ser tu amigo, de convivir juntos. Hay tantas cosas que solo he podido disfrutar de verdad porque tú me haces verlas de otra manera.

- No digas eso... -dijo Lapis. Bajó la mirada y se ruborizó todavía más. Si hubiera tenido un corazón, en esos momentos estaría latiendo mil veces por minuto.

- ¡Claro que sí, bonita! –dijo, tomándola de la mano-. ¿Recuerdas la hoja de maple que te regalé? Antes, apenas me daba cuenta de que las pisaba. Ahora, cada vez que veo una en el suelo, pienso en ti. En cómo estarás, como te sentirás. Y eso las hace tan especiales ahora...

Lapis no pudo más. Sus ojos se llenaron de lágrimas de pura felicidad. Se lanzó sobre Steven y lo abrazó con toda su fuerza.

- ¡Gracias, Steven! ¡Tú eres el único que me hace sentir especial!

Tras el primer instante de sorpresa, el muchachito correspondió al abrazo. Le encantaba la sensación de aquel cuerpo suave y delicado en sus brazos.

Lapis rompió el abrazo para tomar el rostro de Steven con sus manos. Era ahora o nunca. Si dejaba pasar el momento, jamás volvería a reunir el valor.

- Yo... ¡Te amo, Steven! –gritó, e inmediatamente le dio un beso sorpresivo en los labios. Steven quedó tan sorprendido que no pudo reaccionar. Ni siquiera cuando Lapis se separó de él y comenzó a retroceder.

- Lo siento... yo... -balbuceó, y de inmediato invocó sus alas de agua para alejarse a toda prisa.

***

Había estado alejada del granero y Steven todo ese tiempo. Sabía que tenía que regresar, saber si su beso y su declaración eran suficientes. Pero tenía verdadero terror.

¿Qué pasaría si él le decía que no? ¿Qué podría hacer ella? Tenía la certeza de que, si Steven la rechazaba, se sumergiría nuevamente en el oscuro pozo de la desesperación y el aislamiento. No habría de nuevo razones para quedarse en la tierra, o para creer en el amor. Ni siquiera para vivir. Si pasaba lo que tanto temía, hubiera sido mil veces mejor que Steven nunca hubiera reparado su gema.

Pero no podía huir por siempre. El miedo y la emoción no la habían dejado dormir en todo ese tiempo y se sentía cansada, consumida. Ni siquiera los meses de fusión con Jasper la habían extenuado tanto.

Tenía que enfrentar lo que ella misma se había buscado; por ella y por Steven. Así que regresó al granero. Peridot estaba mirando la televisión, y apenas volteó a verla cuando la oyó llegar.

- ¿Peridot, tú has... -comenzó, pero la gema verde la interrumpió con un ademán de su mano. Apagó la televisión y salió de la estancia.

Lapis no supo qué decir, ni cómo reaccionar. Entendía que Peridot estuviera molesta porque no había regresado ni avisado en dónde estaba, ¿Pero por qué se comportaba así?

Casi inmediatamente, de la penumbra en que Peridot había desaparecido, Steven apareció corriendo, con una sonrisa radiante y los brazos abiertos.

- ¡Lapis! ¿En dónde has estado, bonita?

Lapis comenzó a llorar. No era necesario decir más. Ya no hacían falta palabras. Corrió al encuentro de Steven y se fundieron en el abrazo más fuerte y esperado de sus vidas. Comenzaron a besarse todo el rostro con urgencia y ardor, hasta que sus labios se unieron en un beso desesperado.

Cuando se separaron, ambos reían. Hasta ellos que eran inexpertos se dieron cuenta de lo torpe que había sido su primer beso. No era nada parecido a lo que ambos habían fantaseado.

Pero tendrían toda la eternidad para practicar.


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Songfic inspirada en la canción homónima del dueto "Sin Bandera" (2001).


https://youtu.be/93puMDhX7xs

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