No: esto no es un Stevonnie. Aunque ellos sean los protagonistas.

Un poco de contexto: es una línea alterna situada al inicio de la quinta temporada, cuando Connie se molestó con Steven después de que él regresa tras estar prisionero en Homeworld.

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-Entonces, ¿no me darás la oportunidad, Steven? Ya no me quieres... ¿ni como amiga?

Steven negó con la cabeza. Aquello era difícil, muy difícil. Pero tenía que dejarlo claro. Peridot y Amatista le habían hecho ver, con toda claridad, que él no había hecho nada para merecer que Connie dejara de hablarle durante tres meses.

- No, Connie. Me ignoraste demasiado tiempo. Sé que yo cometí un gran error al no comprender lo que sentías. Pero cuando lo hice, te llamé inmediatamente para tratar de explicarme. ¿Y tú qué hiciste? Solo querías estar enojada. Nunca quisiste entenderme.

- ¿Y qué estás haciendo tú ahora? ¿Acaso intentas entenderme? ¿Comprender lo que yo sentí? - dijo la ella, visiblemente alterada.

- ¿Lo ves? Ya estás enojada de nuevo.

- ¡¿Y quién tiene la culpa?!

- Connie. Ponte en mi lugar. ¿De verdad te gustaría tener un amigo que se enoja tan fácilmente? ¿Que no te escucha hasta que decide controlar su enojo? ¿Tú creerías que te mereces que te traten así?

La chica morena se quedó callada. A pesar de su molestia, no podía evitar sentir que Steven tenía razón.

-Steven... Yo nunca te ofrecí disculpas, ¿verdad?

El chico negó con la cabeza, y Connie se sintió triste y muy culpable. Sin quererlo, un tropel de imágenes acudió a su mente: el día que Steven curó sus ojos, la vez que lo llevó a cenar con sus padres, cuando convenció a Perla de que la entrenara...

Él había hecho tantas cosas por ella... ¿Y qué le había dado ella a cambio? Tres meses de silencio e incertidumbre.

Comenzó a llorar.

- Steven... Me porté tan mal. Espero que algún día puedas perdonarme. Por ahora... Solo te deseo que seas feliz.

La niña se ahogó con sus propios sollozos, y salió corriendo de aquel lugar.

Steven estuvo a punto de correr tras ella. De decirle que la perdonaba y que quería seguir siendo su amigo, pero...

¿Acaso algo había cambiado? ¿Ella se había portado mejor?

De ninguna manera.

Así que se contuvo. Apretó los puños y retuvo sus lágrimas, haciendo uso de toda su voluntad.

En ese momento, llegaron Peridot y Amatista. Habían escuchado todo, por supuesto. Y cuando vieron que Connie se alejaba, salieron del templo y acudieron junto a Steven para abrazarlo y consolarlo.

Steven se abrazó a ambas, y por fin estalló en llanto. Sabía que tomó la decisión correcta...

Pero le hubiera encantado tomar otra.