Capítulo IV


Valle de la Pascua, Venezuela, 26 de Junio de 2018

8:20 AM

       Dormí muy bien la noche anterior, no había dormido casi nada los últimos meses, mis ojeras eran mi único maquillaje. Ni siquiera había soñado con Steve, él me atormentaba tanto en sueños como despierta, no tenía refugio seguro contra él, pero esa noche no fue así; incluso me sorprendí soñando cosas hermosas, me di cuenta porque al despertar tenía una sonrisa, una sonrisa genuina. Soñé que mi hermano y yo corríamos en un bosque de hermosos colores vivos por los apamates y araguaneyes que habían en él, una hermosa escala degradada de amarillo a rosa fuerte; el aroma a madera y tierra húmeda inundaba el ambiente; las hojas y ramas secas se partían bajo nuestros pies descalzos; mis padres nos observaban a lo lejos, sentados sobre una alfombra, disfrutando uno del otro y mis amigos nos llamaban para que nos unamos a ellos en un lago no muy lejano, todo era tan hermoso y por eso desperté feliz.

Aunque ya había pasado un buen tiempo después de despertar aún estaba eufórica, Steve no había aparecido y yo estaba feliz, hace mucho que estas circunstancias no se cruzaban. Tomé mi móvil y comencé a responder a los antiguos mensajes de mis amigos y a disculparme por no haber estado en contacto, me sorprendió el hecho de que todos parecían estar contentos de recibir noticias de mí después de tanto, hice planes para verme con ellos pronto.

Mi hermano entró a mi habitación "Convierte tu dolor en arte" recordé.

—Buenos días, hermanota —había olvidado que me llamaba así —.Te ves diferente hoy, estás sonriendo, así me gusta. Mamá dice que el desayuno está casi listo, baja cuando quieras —.

—Buenos días, hermanito. Bajo en un momento, gracias —respondí.

Hasta tenía hambre, mucha hambre, iba a comer y a sonreír mucho frente a mi familia, todos lo necesitamos. Fui al baño a acicalarme un poco antes de bajar a desayunar, volví a mi habitación para vestirme, justo cuando estaba por salir, apareció.

¿QUÉ? ¿ME HABÍAS OLVIDADO? —preguntó —. SIGO AQUÍ —afirmó con esa desagradable voz infrahumana.

Siendo sincera si, lo había olvidado, pero él no lo permitiría, era demasiado egoísta y egocéntrico.

—No te olvidé, solo dejaste de importar —primera vez que me atrevía a responderle, hasta él parece haberse asombrado —. Ya no dejaré que influyas en mi vida.

NO PUEDES ENGAÑARME, NO PUEDES ENGAÑARTE A TI MISMA. ME NECESITAS, LO SABES. ME HE VUELTO PARTE DE TI, NO SABRÍAS QUE HACER SIN MÍ —dijo. Su voz siempre retumbaba a gritos en mi mente.

— ¡VIVIR! ESO HARÉ SIN TI, VIVIR. —grité —. Y no hay manera de que puedas detenerme.

Decididamente crucé mi habitación para poder tomar mi vieja guitarra, hacía mucho que no la tocaba, la desempolvé y afiné rápidamente, al rasgar sus cuerdas por primera vez después de tanto tiempo sonreí y sentí como todo cobraba color nuevamente. Él se acercó a mí e intento tocarme, pero no pudo, ya no podría hacerlo más.

¡NO IMPORTA LO QUE INTENTES, NO PUEDES DETENERME, VAS A MORIR! —dijo.

No le hice caso y rasgué la guitarra nuevamente, esta vez tocando de memoria algunos acordes. Me emocioné tanto que comencé a cantar, tocaba y cantaba como si nada importara.

¡BASTA! ¡ESCÚCHAME! ¡DETENTE!

No le hice caso, seguí tocando y cantando, ni siquiera sé qué estaba cantando, pero no importaba. Me equivoque un poco con los acordes, estaba algo oxidada, pero qué más da. Canté, canté y canté más y más fuerte... Hasta que ya no le escuché, desapareció.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top