Capítulo II


Valle de la Pascua, Venezuela, 22 de Abril de 2018

2:00 AM

       Mi último encuentro con Steve fue hace ya dos semanas, jamás se había tardado tanto en aparecer, aunque siento que solo han pasado unas pocas horas. Aun cuando no está se las arregla para hacerme sentir como si cargara todo su peso en mis hombros.

       Lo recuerdo perfectamente, es difícil sacarlo de mi mente, fue algo así...

       [Ahí estaba otra vez, ni siquiera lo vi venir.

       Estaba tan ocupada acabando un trago de ron que no me enteré que me veía fijamente, sí se puede decir que me ve.

       Siempre me visitaba cuando estaba sola en mi habitación, generalmente de madrugada o muy entrada la noche, pero se ha vuelto agresivo e invasivo, más de lo que era antes. Aparece en la mañana; cuando estoy en la universidad, al medio día; mientras almuerzo con mi familia, también en las tardes; cuando estoy con amigos o simplemente con mi hermanito.

       Pero ese día se había alzado, estaba en una fiesta, entre un montón de gente. Jamás se había atrevido a aparecer cuando estoy de fiesta, maldita sea —me dije, tiene demasiada fuerza ahora.

       Ya no sé si se alimenta de mí o yo misma le alimento. —Porque ahora le conozco más— Steve se alimenta de mi enojo, de mi tristeza, de mi decepción hacia mí misma y no tengo idea de cómo dejar de alimentarlo, nadie me ayuda, nadie lo ve, estoy sola contra este monstruo.

       Intenté ignorarlo como siempre, pero esa vez estaba diferente, no sé si mi vista me engañó o de verdad vi como la silueta de una sonrisa macabra y aún más negra que su misma forma se asomaba en su rostro, ampliándose más en su cara mientras se acercaba a mí sin vacilar entre la multitud.

       —Hijo de puta, no sé cómo alejarte de mí, pero no dejaré que infectes a esta pobre gente con tu malicia, tu infernal y asquerosa presencia —me dije, apuré el trago y luego otro... y otro. Desapareció entre la multitud y el alboroto, le había ganado por ahora.

       El alcohol y los cigarrillos se habían convertido en mi única arma para afrontarle, por eso los había comenzado a consumir más seguido, demasiado seguido.

       Desperté al día siguiente con un horrible dolor de cabeza, abrí los ojos y no estaba ahí, gracias a Dios.

       Me senté al borde de mi cama a meditar un poco la situación y tomé una decisión, si no quiero que Steve contamine a la gente, a mis amigos o incluso a mi familia, entonces tendría que alejarme.]

       Fue una decisión muy dura para mí, yo los amo a todos un montón. Mis amigos siempre estuvieron ahí para apoyarme, pero ¿Qué podrían hacer ellos contra Steve? Ni siquiera pueden verle, sólo yo sé que está ahí, sólo yo sé que me atormenta. Mis padres me aman y yo los amo a ellos; pero ellos piensan que es solo una etapa, está bien que lo crean ellos tampoco pueden verle y mi hermanito; mi pequeño y más fiel amigo, suele verme con cara de tristeza cuando salgo de mi habitación.

       — ¿Cómo estás? —me pregunta.

       Y yo cual contestadora automática respondo —Bien, amiguito —y le sonrío.

       Ha vuelto... Qué raro, comenzaba a extrañarle.

       Saqué la botella de ron que escondo bajo mi cama y bebí.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top