BUCKY BARNES X ¿? AU
PROMEDIO DE PALABRAS: 2000+
ADVERTENCIAS: Divorcio, mención de niños mal portados. ¡Leanlo hasta el final!
ESCRITO POR: PomeloVillano
N/A: -

#PomeloAmaABucky
#TeamBuckyForEva #DenleAmorABucky

Créditos de la imagen: Pinterest

~•~

-...Y con eso, teniendo en cuenta su previo arreglo con la otra parte competente, ya daríamos comienzo a lo que será el cese legal de su matrimonio...- Mientras el abogado hablaba, Bucky tenía la mirada y la mente fija en otra parte.

Divorcios.

Por eso la gente no debería casarse, para no tener que pasar por esto cuando el amor se termina, pensó.

-Supongo que todo será por correo de ahora en mas, señor Barnes.- El abogado habló en voz alta intentando sacar a Bucky de su momentáneo trance.
El castaño suspiró y observó al sujeto frente a él. Asintió levemente antes de ponerse de pie. Extendió su mano y dio un apretón a la mano de su abogado.
-Supongo que si. Gracias por tu tiempo y paciencia.- Dijo Bucky en tono calmado. -¡Y deja de llamarme "señor Barnes", Sam!- Espetó.
Una carcajada se escapó de Sam.
-Es divertido fingir que somos adultos y nos llamamos los unos a los otros con formalidades.- Dijo en tono animado.
-Sam, somos adultos... Demasiado adultos.- Dijo Bucky.
Sam rió.
-Si, si. Es claro que todo esto de ser adultos no te sienta del todo bien, así que... ¿Qué te parece si llamo a Rogers y salimos por unos tragos?- Propuso Sam. -Después de todo, te lo mereces.- Finalizó.
Bucky frunció los labios.
-No lo sé, ¿No estamos viejos para eso?- Cuestionó.
Sam sacudió levemente la cabeza.
-Jamás... Bueno, quizá Rogers. Ya sabes, "capitán correcto".- Agregó.
Bucky sonrió.
-Cierto.- Dijo Bucky. -¿Sabes qué? ¡Al diablo con todo! Vamos por esos tragos.- Dijo con entusiasmo.
-¡Ese es el espíritu!- Dijo Sam en el mismo tono.

~

-...A veces creo que esa niña va a volvernos locos a Peggy y a mi.- Dijo Steve antes de dar un sorbo a su cerveza.
-Dejenla ser. Es mejor eso que reprimir su comportamiento y que luego sea una adolescente odiosa que deja de amarte de un día para el otro porque no le compraste el teléfono que quería.- Aseguró Sam.
-Recuerden que es de mis ahijadas de quienes hablan.- Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de Bucky.
-Si, lo sé. Pero debes admitir que Rosie es un demonio.- Bucky rió ante las palabras de Steve.
-¿Qué hay de tus hijos?- Cuestionó Sam.
-Sophie y Frank vendrán a mi espantoso departamento a pasar el fin de semana. Ya saben, pizza, juegos de vídeo, Netflix y ellos ignorandome por completo. Lo usual.- Bucky frunció los labios.
-¿Cómo tomaron lo del divorcio?- Cuestionó Steve.
-Al principio me culparon a mi, luego a Nat, luego a ambos. Pero, después de una charla y la promesa de vacaciones en donde elijan, olvidaron el tema.- Aseguró.
-¿Tuviste que sobornarlos?- Steve arqueo una ceja.
-Nop, Nat los soborno. Yo no caigo en sus juegos.- Aseguró el castaño.
Una leve risa se escapó de Sam.
-Recuerdo cuando aún podía sobornar a Rosie para que no repitiera las maldiciones que yo digo.- Agregó Steve.
-Fue muy tierno cuando en navidad apareció gritando "mierda".- Dijo Bucky.
-Si que lo fue, a Peggy casi le da un infarto... apuesto a que te tiró de las orejas por eso.- Señaló Sam.
-Nooo... si me dijo que era un padre sumamente irrespondable, que Rosie era demasiado pequeña para maldecir, que no la iba a dejar conmigo nunca mas...- Dijo Steve. -Pero eso le duró dos días y ahora Rosie está conmigo todo el tiempo.- Agregó sonriendo.
-¿Percibo favoritismo?- Cuestionó Bucky.
-¡Por supuesto que es mi favorita! Tiene tres años y cree que soy el mejor del mundo... a diferencia de esos otros cuatro mocosos que prefieren a Peggy.- Dijo Steve.
Bucky sacudió la cabeza.
-Se que está mal decir eso, pero piénsalo por un momento. Todos tienen un hijo favorito. En mi caso, es Rosie sin lugar a duda.- AseguróSteve.
-Juno es hija única así que debería ser mi favorita pero... Un día era una niña adorable y ahora sólo es una adolescente odiosa. El favoritismo por la cañería.- Agregó Sam. -¿Qué hay de ti?- Cuestionó en dirección a Bucky.
El castaño rió.
-Amo a mis dos hijos.- Dijo sonriendo. Sam y Steve le lanzaron una mirada maliciosa. -Ok, Sophie es mi favorita.- Dijo para luego reír.
-¿Frank prefiere a Nat?- Cuestionó Steve.
-No, Frank está desconectado del mundo. Hay días en los que no se lo escucha hablar. Él va a donde haya comida y wifi.- Dijo Bucky.
-La época moderna tiene sus cosas malas, pero poder plantar a esos niños frente a una pantalla para que dejen de patalear es sin dudas lo mejor del mundo.- Dijo Steve.
-Definitivamente. Quizá nos hubiéramos metido en menos problemas de haber la tecnología que hay ahora en nuestra época.- Señaló Sam.
-¿Seguro? Los fines de semana en el sótano de Rogers difieren.- Dijo Bucky.
-Es cierto. Esa máquina de Pac-Man era fantástica.- Agregó Sam. -Tu madre casi nos patea el trasero cuando supo que se la habíamos robado a Stark.- Los tres rieron ante el recuerdo.
-Fue un buen verano. Recuerdo que Bucky finalmente se animó a besar a... ¡Hey!- Una patada en la pierna de Steve por debajo de la mesa lo interrumpió.
-Creí haber dicho que no hablaríamos de eso nunca más.- Dijo Bucky.
Steve levantó las manos en rendición.
-De acuerdo, no mencionaremos jamás a quien te tenía todo estúpido. Por quien provocaste una guerra entre tu padre y su padre...- Agregó Sam.
-Eso definitiva y totalmente fue ajeno a lo que yo hice.- Se defendió Bucky.
-Si, claro. Que besaras a la menor de los Odinson casi hace que su padre te de una paliza.- Señaló Steve.
-Thor me arrastró por todo el jardín cuando se enteró, Hella me lanzó un sándwich a la cara en una fiesta. El único que no dijo nada fue Loki...- Dijo Bucky.
-Porque él siempre estuvo enamorado de Annie.- Señaló Steve.
-Al menos funcionó para ellos.- Dijo Bucky.
Observó la hora en su teléfono y suspiró lentamente.
-Ok, debo volver a la oficina. Supongo que los veo en una semana.- Dijo poniéndose de pie.

~•~

El resto del día en la oficina pasó con una lentitud dolorosa. Típico de lunes.
Su mente se encontraba vagando una vez más en el recuerdo de aquel verano de hace tantos años; Risas, roces inocentes, aquel dulce beso, aquella amplia y encantadora sonrisa...
Bucky sonrió inconscientemente.
A pesar del paso los años, él aún recordaba aquella época como la más feliz de su adolescencia.
De eso se trata la nostalgia, ¿Verdad?

Un exagerado aclarar de una garganta lo trajo a la realidad. Al elevar la mirada de sus notas su asistente, Darcy, lo observaba con una sonrisa algo complice.

-¿Algo para mi?- Cuestionó el castaño en el tono más calmado que logró manejar.
-Diria que algo que te alegrará el día, pero a juzgar por la cara de haber cogido, creo que sólo será algo del montón.- Señaló la castaña.
Bucky sacudió la cabeza.
-¿Qué diablos es cara de "haber cogido"?- Cuestionó curioso.
-Ya sabes, esa cara de estúpido que suelen poner las personas que practican a menudo dicho acto.- Hizo una leve pausa. -Como la cara que tienes ahora.- Dijo señalando el rostro de su jefe.
Bucky rodó los ojos.
-No tengo idea de qué estás hablando. Una vez mas, ¿Tienes algo para mi o sólo vienes a burlarte de quien firma tus cheques?- Dijo conteniendo su risa.

-De hecho, si.- Dijo para luego dejar una pila de sobres frente a Bucky. -Quizá salí un tiempo con el chico del correo y lo dejé. Cuando me vio hace unas semanas, me pidió volver y le dije que no, acumuló todo este correo con la esperanza de que me despidieran... pero le salió mal y lo despidieron a él.- Dijo para luego rodar los ojos de manera dramática.
B

ucky observó los sobres frente a él. Había, por lo menos, unos cien.
-Me tomé la libertad de organizarlos por secciones; Los primeros cincuenta son notificaciones y algunas respuestas a citaciones, los siguientes son correo personal y los de manila obviamente son papeles importantes.- Dijo mientras separaba los sobres en tres pilas. -Y estos coloridos de aquí, son invitaciones.- Dijo señalando una última pila.
-Gracias Darcy, tu siempre salvandome de los problemas en los que me metes.- Dijo para luego resoplar.
-¡No es mi culpa! Él es lindo y yo soy débil... pero me duró poco el amor...- Aseguró antes de salir de la oficina.

Bucky tomó los sobres Manila y los dejó a un lado junto a, su ya inmensa, pila de papeles. Luego tomó las notificaciones y las guardó en uno de los cajones de su escritorio, problemas para mañana se dijo a si mismo.
La pila de invitaciones y correo personal la guardó en su maletín, problemas para más tarde.

~•~

El final del día encontraba a Bucky como de costumbre; El silencio de su departamento era algo que apreciaba luego de días tan agobiantes como el que había tenido.

Una cena recalentada y dos cervezas después, el sofá de su sala y su televisión fueron la mejor compañía.
Mientras buscaba algún programa digno de hacer ruido de fondo, ya que planeaba ignorarlo como siempre, su teléfono sonó. Al tomarlo vio que era una notificación de instagram avisando que habían subido contenido nuevo. Una amplia sonrisa se formó en su rostro. Si, sonaba mal admitirlo en voz alta pero él seguía a aquella persona que había marcado parte de su vida... y tenía activadas las notificaciones para no perderse de nada. Llamarlo placer culpable sería demasiado, pero sin duda lo era.
Bucky disfrutaba el observar de tan lejos la vida que llevaba. Era bastante glamorosa, interesante e incluso con algunos misterios. No había muchas fotos de su rostro, pero si muchísimas dedicadas a su trabajo, a los lugares que visitaba, de sus sobrinos, de muchos y bellos atardeceres. Todas acompañadas de alguna frase de los libros que leía, en los que colaboraba actualmente, o pensamientos... Esos eran los mejores.
-Siempre vio la belleza en todo.- Murmuró.
Una sonrisa plasmada en su rostro.

Al abrir la foto que acababa de publicar, sus ojos se abrieron de par en par. Era de algo que reconocería hasta con los ojos cerrados...

"Esta belleza lleva casi veinte años a mi lado... Tecnicamente cuenta como la relación estable más larga que he tenido 😄
Se ve en perfectas condiciones justamente porque, a pesar de haberlo leído infinidad de veces desde que me lo obsequiaron, lo cuido con mi vida. Nadie tiene permitido tocarlo más que yo.
Sus páginas me inspiraron infinidad de veces desde que tengo dieciséis años, y tal vez lo sigan haciendo para siempre.
Quizá no sea el libro mas sobresaliente, pero sin dudas es el que mas alegrías le ha traído a mi vida.
¿Alguno atesora algun libro?"

El texto acompañaba una bella foto del libro junto a una taza humeante de café. La luz en esta parecía provenir del sol de la tarde.

-Aún piensa en mi...- Dijo sonriendo para luego sacudir la cabeza. -No seas idiota, habla del libro no de quien se lo dio.- Se respondió a si mismo.

Se debatió si darle o no like a la foto. Eso quizá lo delataria como seguidor. Fiel seguidor fantasma...
-Tiene miles de seguidores, jamás lo sabrá.- Dijo para luego dar like.
Un leve suspiro se escapó de él. El recuerdo constante de esa persona lo acompañó durante mas de quince años. Sonaba hasta cruel que, estando casado y teniendo dos maravillosos hijos, él aún pensara en alguien mas... pero ahora estaba divorciado. Su culpa descendió hasta desaparecer.

Dando un último vistazo a aquella cuenta, dejó su teléfono en la mesa de café.
Allí se topó con el correo acumulado. Tomó los sobres y comenzó a abrir uno por uno. En su mayoría eran fotos que su madre le enviaba; De sus sobrinos, de las últimas vacaciones, de navidad. Dejando los sobres en la mesa, tomó las invitaciones. Todas eran de fiestas que organizaban sus clientes.
Celebraciones.
La mera idea lo hizo rodar los ojos.
La última era diferente. Frunció levemente el ceño y leyó el dorso del delicado sobre color perla.

"Familia Barnes"

Abrió el sobre, saco del interior una bella y simple invitación.

"Familia Barnes

Están cordialmente invitados a la celebración de la unión espiritual-civil entre Rebecca J. Barnes y Josephine Stark.

El sábado 22 de Junio a las 17:00 h..."

Bucky cerró los ojos por un momento intentando calmar el mar de pensamientos que azotaba su cabeza. Dio un lento suspiro antes de dejar el delicado papel sobre la mesa.
-Diablos, hermanita... ¿Ahora que haré?- Murmuró en el silencio de su departamento.

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