Piezas de un rompecabezas - Parte 9: Noche de chicas

STEVE ROGERS X LECTORA (AU)
PROMEDIO DE PALABRAS: 3500+
ADVERTENCIAS: Reuniones, reencuentros, revelaciones, algunas maldiciones. ¡Leanlo hasta el final!
ESCRITO POR: PomeloVillano
N/A: Errar es humano y todos los amigos de t/n son los mas humanos lol

#PomeloAmaASteve
#StevePapito
#SiQueresTeLlamoPapeh

~•~

Group Chat: Perras de Brooklyn 👿

T/N: Ok, perras, llegó la hora...
Maria: Ohh diablos... ¿A quién mataste?
Natasha: Si t/n ¿A quién mataste?
T/N: Increíble que se hagan llamar las mejores amigas del mundo. No maté a nadie... Aún. Pero me urge una noche de chicas
M: Siiiii! 👏
N: Siiiiii! 🎉
T/N: Este viernes, en Crazy in Red
M: Largo tiempo sin ir a ese lugar
N: Lo mismo por aquí...
T/N: Yo no voy desde que terminé con el Noruego...
M: El Noruego era lindo y siempre nos conseguía tragos gratis 😭
N: Si y siempre nos sacaba a los idiotas de encima
T/N: El Noruego es historia, pero su amigo Volstagg es ahora el dueño del bar y él nos adora 🙌
M: V ahora es dueño? Genial, me voy a embriagar hasta que olvidarme de mi familia 😂
N: Yo haré mi mejor intento. Creo que ya estoy vieja y no estoy soportando tanto alcohol 😭
T/N: Bien, esta dicho; Viernes, Crazy in Red a las 8:00. Ya saben el código de vestimenta. ¡No me fallen, perras!
M: Nos vemos ahí, perras 😘
N: Hasta el viernes, perras 😙

T/N sonreía mientras tecleaba sin pausa. Con el paso de los años y la llegada de mas responsabilidades a sus vidas -Maria tuvo a Rosie y Nat aún cuidaba de cerca a Amber- les era mas y mas difícil reunirse como en los viejos tiempos. Pero, cada tanto, se juntaban en algún lugar para ponerse al día sobre todo lo que pasaba en sus vidas.

Tras terminar de poner los toques finales a su próxima reunión con sus amigas, t/n hizo a un lado su teléfono.
Luego de volver a casa y darse cuenta de la verdad frente a sus ojos, que durante la última semana había convivido por primera vez en doce años con su otra hija, prefirió dejar a Amber dormir ya que le parecía injusto sacar de tan placentero sueño a alguien, mas aún a su pequeña.
Se recostó en el sofá de la sala y observó el techo. Comenzó a repasar los últimos años de su vida. Desde el divorcio hasta su mas reciente relación, lo único que siempre fue estable era el profundo amor por sus hijas. A pesar de haber accedido a quedarse sólo con una de ellas, siempre hizo hasta lo imposible para poder asistir a todos las obras escolares, concursos de deletreo, partidos de hokey de Amber. Alice era un poco mas reservada en ese aspecto, por lo que sólo participaba en campeonatos de matemáticas.
Tan nerd como su madre, siempre pensó.
Tan inteligentes, ambas, como su padre.
Tan idénticas y únicas.
Tan cerca y lejos a la vez...
Esa parte era la que dolía mas. La última vez que tuvo a sus hijas juntas fue aquel desafortunado día en el salió de su casa y no regresó jamás.

Luego que ella decidió que lo mejor era divorciarse, Bucky tomó el lado de Steve y se enojó con t/n al punto de decirle que era la peor persona que había tenido la desgracia de conocer. Nat se disculpó en nombre de él una y mil veces, pero t/n dejó en claro que "si ese tarado quiere pedir perdón, deberá hacerlo en persona."
Pero eso jamas ocurrió. Cada vez que Bucky intentó acercarse, t/n lo ignoró y le dijo que se pudra. Quizá era lo que merecía luego de actuar como un cretino sin saber la verdad del asunto. Típico de él, hacer todo sin pensar.

Pero, eso ya era asunto pasado. Era momento de, finalmente, reconstruir aquellos lazos que alguna vez se perdieron por errores que dos adultos no tan adultos cometieron y arrastraron a un sin fin de personas con ellos.

Entonces, una vez mas, un sin fin de preguntas llegó a su cabeza.
¿Amber sentirá rencor por todos los años en los que estuvo ausente? ¿Será capaz de perdonarla por, prácticamente, abandonarla? ¿Sabrá ella el motivo de su separación? ¿Qué estará haciendo Alice?
Alice. Ella ahora estaba lejos suyo por primera vez en doce años...
Pero no estaba sola. Alice está con Steve.

El sonido de unos suaves pasos la sacaron de su momentáneo trance. Rápidamente se sentó y observó a Amber acercarse al sofá. Una amplia sonrisa se formó en el rostro de t/n.
-Hola cariño. Perdón por no despertarte, es que te veías tan pacífica que me pareció injusto interrumpir tu descanso.- Dijo t/n.
Amber sonrió.
-No hay problema, mamá.- Dijo en tono calmado.
-¿Tienes hambre? Traje pizza como prometí. Solo habrá que ponerlas en el horno.- Dijo t/n.
-Si, tengo algo de hambre...- Dijo en tono algo tímido. -¿Podemos ver alguna película después de cenar?- Propuso Amber.
T/n asintió sonriendo.
-Por supuesto, cariño. Todo lo que quieras.- Agregó t/n.

~

Luego de cenar, t/n y Amber vieron una película hasta que el sueño comenzó a vencer a la adolescente y se retiró a su habitación a dormir, no sin antes desearle a su madre las buenas noches.
Tras poner orden en la sala y la cocina, t/n se dirigió hacia su estudio. Cerró la puerta tras de si y encendió las luces. Frunció el ceño al notar que algo no estaba del todo bien... Se acercó al escritorio y, tras observar con detenimiento, notó que faltaba un clip para papel. Normalmente t/n dejaba los objetos en números pares, por lo que, un clip faltante era demasiado notorio. Pensó por un momento que no era importante, hasta que vio el clip en el suelo. Este estaba desdoblado, junto al archivero.
Rápidamente, intentó abrir el último cajón. Al abrirlo con facilidad, supo de inmediato que su hija era guiada por su curiosidad tanto como ella misma...
-La manzana no cae tan lejos del árbol después de todo.- Dijo sonriendo.

Sacó la caja donde guardaba cada recuerdo que fue archivando de Amber y no pudo evitar sentirse aún mas culpable.
-Prometo enmendar todo, cariño.- Murmuró antes de cerrar la caja y guardarla una vez mas.
Esta vez no se molestó en cerrar el cajón con llave, ya que no tenía sentido alguno ocultar esa caja.

~•~

El viernes llegó tan rápido como era usual para t/n. Aunque su semana laboral había sido algo tortuosa y agotadora, teniendo que quedarse dos días seguidos a hacer horas extra con Strange lo cual no era malo en lo absoluto, pero ella prefería volver a casa a horario para poder ver a su pequeña.

T/n se encontraba dando los toques finales a su maquillaje, cuando su teléfono sonó. Observó el nombre en la pantalla y rodó los ojos.
-Ve al buzón y deja ahí lo que gustes... Hoy no quiero escucharte.- Murmuró.
Tras aplicarse algo de labial -rojo por supuesto- observó su reflejo en el espejo y sonrió. Eran pocas las ocaciones en las que se sentía así de confiada con su imagen y mas aún con ella misma. Pero en esta ocasión no era a una cita a quien debía impresionar con la superficie de su persona, solo le gustaba verse bien cuando salía con sus amigas para que las "fotos ebrias" sean menos horrendas. Maria y Natasha tenían esa pequeña mala costumbre de tomarle fotos a t/n cuando estaba en un estado deplorable de ebriedad y subirlas a facebook o instagram. Malvado. Divertido, pero malvado.

Tomó su chaqueta de cuero la cual complementaba su outfit, el cual consistía en un simple skinny jeans azúl, un top rojo y stilettos negros. Simple, casual, cómodo y genial.

Al salir de su habitación, pasó junto a la puerta de Amber para saludarla antes de partir.
-Hey, ¿Segura que no quieres que llame a Sam para que se quede contigo?- Cuestionó.
Al oír la voz de su madre, Amber hizo el libro que leía a un lado y sonrió.
-Voy a estar bien, mamá. Hay pizza, sodas y helado. El internet es muy útil, en caso de un incendio o como último recurso apelare al sentido común.- Aseguró.
T/n sonrió y sacudió su cabeza.
-Confío plenamente en que, si se incendia el departamento, salvarás a las mascotas antes que nada.- T/n guiño un ojo y Amber rió.
-Ellos son prioridad, sin duda.- Respondió.
-Ok, cariño. Volveré en unas horas.- T/n entró en la habitación y se acercó a Amber. Acarició la mejilla de su hija y luego deposito un beso en su frente. -Portate bien.- Dijo sonriendo.
-No prometo nada.- Dijo Amber. Esto sacó una risa de t/n.

~

El bar "Crazy in Red" era uno de los lugares favoritos del grupo durante sus años de universidad. Este tenía una promoción vigente hasta la fecha en la cual, si el grupo entero de amigos llevaba prendas color rojo, tenían descuento en tragos toda la noche.
Los seis iban todos los viernes, bebían, se divertían y volvían al departamento a continuar la diversión jugando videojuegos, juegos de mesa o competencias de bebida. Todo terminaba con ellos durmiendo dispersos; T/n y Steve normalmente terminaban durmiendo en la bañera, Nat y Bucky en la cocina, Sam y Maria en el sofá. Y el departamento en caos.

T/n sonrió ante el recuerdo de aquellos años en los que su máxima preocupación era llegar a clase a tiempo. O sobria.
Siendo una maniática de la puntualidad, t/n llegó veinte minutos antes para, además, poder quedarse con la mejor mesa. Al entrar, las rojas decoraciones y los cascos y escudos vikingos la hicieron sonreír.
Una estruendosa y escandalosa voz la recibió.
-Quizá mis ojos me engañen, pero, ¿t/n volvió al bar?- El enorme hombre pelirrojo detrás de la barra anunció.
Una tímida sonrisa se formo en el rostro de t/n. Esta se acercó a la barra.
-También es bueno verte, V. Esa barba sigue siendo un encanto.- Dijo sonriendo.
Volstagg rodeó la barra y tomó en sus brazos a t/n estrujándola en un fuerte abrazo. Los pies de t/n se separaron de suelo mientras el enorme pelirrojo la hacía girar.
Tras un momento, la dejó de pie en el suelo.
-¿Cuánto pasó? ¿Dos, tres años?- Cuestionó Volstagg.
-Solo tres años.- Aseguró ella.
Ambos se sentaron en los banquillos junto a la barra.
-Sabes, que hayas destruido el frágil corazón de mi amigo no significa que no eres bienvenida.- Dijo el pelirrojo.
T/n rodó los ojos ante aquella mención.
-Hey, en primera, tu amigo era demasiado intenso. Salimos por poco tiempo y me propuso matrimonio. Segundo, me quedé sin compañeras de bebida. Y beber sola es triste.- Dijo t/n.
Volstagg resopló.
-Pretextos. Él es un romántico, tus amigas lindas pero unas perras, en especial Natasha, y aquí jamás beberías sola, siempre estaría yo para hacerte compañía.- Dijo él.
T/n rodó los ojos.
-Bien, es porque me estoy volviendo una anciana que carga caramelos en el bolso en caso de que a alguien le baje la presión, pastillas para la alergia y cigarrillos que fumo en raras ocasiones. Como dije, anciana.- Aseguró ella.
Volstagg rió con ganas.
-Bienvenida al club, cariño. Tienes suerte de que la vejez no te llegue con una de estas.- Dijo señalando su panza, la cual con el paso de los años crecía mas y mas.
-¿Quintillizos?- Bromeó t/n.
-Oh, la vieja t/n podrá llenarse de canas, arrugas y ungüentos innecesarios, pero siempre serás la misma.- Dijo para luego sonreír. -Bien, ¿Qué milagro te trajo?- Cuestionó.
-Noche de chicas...- Dijo sonriendo.
-Suena a caos viniendo de ti. ¿Qué te traes?- El pelirrojo elevó una ceja.
-Bien, digamos que sé algo y estoy segura de que ellas también lo saben y quiero que lo admitan como las perras que son.- Dijo con rapidez.
Volstagg rió.
-Oh, ya veo. No será como la vez del anillo, ¿Verdad? Entre tu y Nat rompieron tres mesas. Y dos mas cuando se reconciliaron... ¡a los diez minutos!- Dijo él.
T/n rió ante el recuerdo.
-En mi defensa, esas perras si sabían algo, pero no había anillo. Fue un empate técnico.- Dijo t/n.
-Empate técnico, mi trasero. Tuve que culpar a los tarados de la fraternidad para que mi madre no sospeche de que tres universitarias ebrias casi destruyen éste lugar.- Dijo riendo.
-Siempre fuimos un desastre. Pero ahora no deberás preocuparte, somos tres mujeres adultas con el trasero caído y papiloma por perder la virginidad antes del nuevo milenio. Todo va a estar bien.- Le aseguró t/n al pelirrojo.
Este asintió aún escéptico.

~

~Dos horas después~

Las escandalosas risas de Maria, Natasha y t/n inundaban el bar.
Como las tres llevaban prendas en color rojo, los shots de vodka y la cerveza artesanal no paraban de llegar a su mesa. Aunque, para la sorpresa de t/n y Maria, Nat no estaba bebiendo...
-¿En serio hizo eso? ¡Dios, ese sujeto es un intenso!- Dijo Maria casi a gritos.
Claramente el alcohol comenzaba a afectarla.
-Si y lo peor es que quiere que lo perdone de inmediato, ¿Acaso no me conoce?- Dijo t/n casi escandalizada.
-Hey, deberías saber que eres un imán para los sujetos así. Recuerda a Rogers.- Señaló Nat.
-Y al Noruego.- Agregó Maria.
-¿Tan difícil es entender que se puede tener sexo con alguien sin necesidad de nada mas?- Dijo t/n de dar un largo trago a su cerveza.
-Ellos creen que son los únicos que pueden tener sexo con quien se les antoje sin compromiso. Pero pobre de la mujer que intente lo mismo.- Dijo Nat.
-Exacto, y él cree que porque llevamos durmiendo ocasionalmente, que, ¿Seis años? Puede querer algo mas de mi. Lo siento cariño, pero no pienso pasar por eso nunca mas.- Dijo t/n. -"Seis años es un largo tiempo, eres maravillosa y quiero que seas parte de mi día a día"- Imitó ella. -Además él sabía que lo nuestro jamás sería posible. Ni cuando empezamos, ni ahora, ni nunca.- Agregó.
Maria y Natasha rieron.
-¿Y por qué no lo dejas?- Cuestionó Natasha.
-Es que él hace esa cosa con las caderas que les juro me hace entrar en el plano astral.- Dijo t/n con los ojos abiertos de par en par.
Las tres estallaron en risas.

-Tu si que sabes elegirlos bien.- Dijo Maria. Un pequeño hipo se escapó de ella.
-Meh, no tanto. Recuerden el fiasco con Rogers.- Señaló.
-No fue un fiasco.- Dijo Nat.
-Tu lo dices porque aún te agrada.- La voz de t/n comenzaba a reflejar su ebriedad. -Él es un idiota.- Agregó.
-Si, lo es. Eso no se discute, Natasha. ¿De que lado estás?- Dijo Maria.
-Hey, no se enojen conmigo por no ponerme de un lado u otro.- Se defendió Natasha.
Entonces, t/n recordó la razón por la cual convocó esta reunión.
-Si, nadie te culpa.- Dijo t/n. -Bien, cambiando de tema... Mi pequeña volvió tan cambiada del campamento... Es como si fuera una persona completamente diferente.- Aseguró haciendo énfasis en las últimas palabras.
El silencio se hizo presente. Natasha y Maria se observaron un momento.
-¿A qué te refieres?- Cuestionó la pelirroja.
Su voz, llena de duda dieron la respuesta que t/n buscaba.
-Me refiero a que, no me malinterpreten, creo que en ese campamento le lavaron el cerebro o algo...- Dijo t/n en un falso tono de preocupación.
-¿Lavado de cerebro?- Dijo Maria dudando.
-Es, literalmente, una persona nueva. No sé donde quedó la insolente que escupió a ese árbitro en su ultimo partido de fútbol.- Dijo ella.
-Eso es imposible, t/n. Nadie cambia de la noche a la mañana, mucho menos tu hija.- Dijo Nat.
-Pero es una posibilidad... Sino, no me explico que sea tan dulce, que haga sus quehaceres y que quiera pasar tiempo conmigo.- Dio un lento suspiro. -Además, no recuerda a Strange. Eso es extraño.- Aseguró.
Una vez mas, Maria y Natasha intercambiaron miradas.
-Las adolescentes son así, recuerda como éramos a su edad...- Dijo Maria.
-Si, adolescentes...- Murmuró t/n.
No estaba funcionando.
Entonces, una idea surgió.
T/n fijó su mirada en Natasha. El silencio y el no parpadear solían ponerla nerviosa. Y quebrarla.
El cambio en su expresión indicaba que estaba funcionando.
-Nat, ¿Estás bien? Te noto algo rara...- Señaló t/n.
Natasha negó con la cabeza.
-Ee-estoy bien, ¿Ppp-por qué no lo estaría?- Cuestionó nerviosa.
-Porque comenzaste a sudar cuando mencioné a mi hija... Eso es extraño.- Dijo t/n.
-Emm... No estoy nerviosa, solo... Sólo...- La pelirroja comenzó a balbucear.
-Vamos Nat, no me hagas decirlo...- Dijo t/n en tono malicioso.
-¿Decir que?- Cuestionó aún más nerviosa.
-Ya sabes. Que yo sé que tu sabes. Que los secretos no duran cerca mío. Y que, a pesar de que le puedas mentir al resto, conmigo eres completamente honesta.- Aseguró ella.
Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de t/n.
-¡Bien! Si, es verdad. Yo lo sé...- Dijo avergonzada.

Una sonría amplia invadió el rostro de t/n.
-¡Lo sabía!- Dijo t/n señalando a Natasha y luego a Maria. -Malditas perras, creí que éramos amigas...- Espetó.
-Lo sentimos, es que creímos que sería lo mejor si las cosas se daban como si no supiéramos nada al respecto...- Aseguró Maria.
-De hecho, si no fuera porque soy una madre amorosa y conociera a mis propias hijas, no me habría dado cuenta.- Dijo t/n. -Pero lo que mas me duele, es saber que Alice está en Brooklyn causando estragos en la psique de su padre... Oh, esperen. Eso me agrada.- Dijo para luego sonreír.
-Emm, de hecho, hasta lo que Steve nos dijo... Se está portando de maravilla.- Dijo Natasha.
-¡¿Qué?! Doce años con ese demonio mientras el criaba un ángel y ahora Alice se comporta bien con él... ¡Maldito ADN Rogers!- Dijo con enojo.
-Bien, esto te va a sonar extraño, pero Amber también es un demonio. Si tu dices que ahora es dulce... Esto es raro.- Dijo Natasha.
-Ohh... Por eso el campamento. Bien jugado, Rogers.- Dijo t/n. -Momento... Eso aún no explica... Porque tu no estas bebiendo, Natasha Romanoff.- Señaló.
-Es que últimamente he tenido días horribles en los que mi estómago no soporta nada, hay olores que me marean...- Dijo la pelirroja.
T/n y Maria intercambiaron miradas y rieron.
-¿Que es tan divertido?- Cuestionó Nat.
-Querida Nat, esos síntomas dicen que sufres de algo llamado... ¡Un embarazo terminal!- T/n y Maria exclamaron la última frase al unísono.
Nat negó con la cabeza.
-Ustedes bien saben que es imposible.- Dijo Nat.
-Vamos, Nat. Tu y Barnes cogen como conejos desde 1998. En algún momento iba a pasar.- Señaló t/n.
-Hey, que ustedes tengan hijos no significa que sea algo que nos pueda llegar a pasar. No a nosotros.- Dijo Nat.
Maria y t/n rieron.
-Ustedes lo hicieron en mi cama, mi bañera, mi armario, en el baño de mi suit de luna de miel en Las Vegas. Creo que no existe lugar en el que no hayan posado sus traseros desnudos.- Dijo t/n.
-Es verdad. En la fiesta de graduación subieron a la casa del árbol de Rogers también.- Señaló Maria.
-Y así traumatice a Amber.- Murmuró Nat.
-¡¿Qué hiciste que?!- Exclamó t/n.
-¡Lo siento! No fue nuestra intención...- Se defendió Nat. -Jamás creímos que al vernos caería del árbol y se fracturaría el brazo...- Agregó.
-¡¿Mi bebé se quebró un brazo por culpa de ustedes, par de sucios?!- Cuestionó t/n.
El sonido de alguien aclarando la garganta hizo voltear a t/n.
-Oh, diablos.- Dijo Nat.
T/n tomó una de las botellas de cerveza vacía que había en la mesa y la rompió.
-Tu, ¡maldito idiota!- Dijo amenazando a un muy asustado Bucky.
Ante la conmoción, Volstagg vino al rescate. Tomó a t/n del brazo y le quitó la botella.
-Tranquila, t/n. No mates a nadie en mi bar. Para eso ve afuera.- Dijo en tono calmado.
T/n rió.
-Nah, no iba a matarlo, sólo quería ver esa cara de espanto. ¡Es tan tierna!- Dijo señalando a Bucky.
Volstagg rió y la dejo ir.
T/n se abalanzó hacia Bucky y lo abrazó.
-Maldito Barnes. Maldito, estúpido y genial Barnes.- Dijo denotando su actual estado de ebriedad.
-T/n lo siento, lamento lo que pasó, lo que hice, lo que dije, el haber nacido, el haber robado tu diario para saber si gustabas de mi, perdoname por todo. Por favor.- Imploró Bucky.
T/n se separó un momento y lo observó. Una cálida sonrisa de formó en su rostro. Posó una de sus manos en la mejilla de Bucky y la acarició, para luego darle un pequeño golpe en la cabeza.
-Eso es por como me trataste aquella vez.- Se acercó y posó un beso en la mejilla de Bucky. -Y eso es por cuidar de mi bebé todos estos años.- Dijo dejándolo aun mas confundido.
-Ok, creo que es momento de ir a casa...- Dijo Bucky.

~

-Cariño, ¿Por qué no hueles a alcohol?- Cuestionó Bucky.
Nat lo observó.
-No me sentía bien y cuando les conté a ellas, dijeron una tontería.- Dijo Nat.
-¿Qué tontería?- Cuestionó Bucky curioso.
-Una tontería. Ellas creen que, y sigo pensando que no es asi, estoy embarazada... Pero eso no es posible.- Dijo Nat.
Bucky la observó.
-¿Y... si lo estás?- Cuestionó él.
Los ojos de Nat se abrieron de par en par. Ambos se quedan en silencio.
-¡Maldito baño de burbujas de aniversario!- Dijeron al unísono.

Maria y t/n rieron desde el asiento trasero del auto de Bucky.

-Finalmente, llegará el bebé Barnes... ¡Para competir con el otro bebé Barnes!- Dijo t/n para luego reír.

~~•~~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top