Piezas de un rompecabezas - Parte 7: ¿Adultos?

STEVE ROGERS X LECTORA (AU)
PROMEDIO DE PALABRAS: 3600+
ADVERTENCIAS: FLASHBACK, mención de desnudez, tristeza, divorcio, Steve perro sucio... ¡Leanlo hasta el final!
ESCRITO POR: PomeloVillano
N/A: En este cap exploraremos las aguas profundas de un pasado algo complicado, ya que todo marchaba relativamente bien hasta que empezó a marchar relativamente mal *Léase en voz de Jorge de Teloresumo*

Pd: El temita del "4x3" fue inspirado en un caso real que leí hace poco, en el que destrozaron a una persona por querer algo diferente a lo que se hace normalmente.

#PomeloAmaASteve
#StevePapito
#SiQueresTeLlamoPapeh

~•~

~Hace algún tiempo atrás...~

T/n estaba furiosa. Llevaba una caja en sus manos y la determinación que necesitaba para dar fin a todo.
En el pasillo, con un claro gesto de preocupación, Bucky y Natasha la esperaban.
-Dime que es una maldita broma. ¡No nos puedes dejar!- Dijo Bucky.
-Sabes que somos unos idiotas y no funcionamos sin ti... Bueno, estos tres, yo no.- Dijo Natasha. -Te lo ruego, t/n, piensa bien lo que harás.- Agregó.
T/n fruncio el ceño.
-No sé si saben que los amo, pero si se vuelven a meter en mi maldito camino, olvidaré eso y les pateare el trasero.- Dijo en tono calmado.
Bucky y Nat se hicieron a un lado dejándola entrar al departamento que compartía con Steve.
-Por favor, no lo mates. Lo último que queremos es tener que encubrir un asesinato.- Murmuró Bucky.
-No prometo nada.- Dijo t/n antes de cerrar la puerta tras de si.

-Rogers está muerto. A él solo se le ocurre hacer algo así.- Dijo Natasha.
-Es su funeral. ¿Vamos por hamburguesas?- Cuestionó Bucky.
-Lo que sea que me aleje de este desastre.- Respondió Natasha.

~

Steve estaba sentado en el sofá de la sala cuando t/n entró en el departamento. Su sonrisa al verla se desvaneció al notar su claro gesto de enojo.
Al ver la caja en sus manos, su corazón comenzó a latir con mucha fuerza.
-Por favor, dime que es primavera y esa caja es para tirar mi colección de revistas viejas...- Dijo Steve.
T/n dejó la caja en el suelo y observó a Steve. Arqueó una ceja.
-Esta caja es para llevarme todas mis malditas cosas lejos de ti.- Dijo para luego cruzarse de brazos.
Rápidamente, Steve se puso de pie y se acercó a t/n.
-Cariño, por favor piensa un momento en lo que vas a hacer. Si, sé que estuvo mal lo que hice pero creo que deberías dejar el rencor de lado y perdonarme, quizá...- Una inocente sonrisa se formó en el rostro de Steve.
Pero t/n no era fácil de convencer.
-¡¿Perdonarte?!- Exclamó ella. -¿Tienes idea de lo mucho que me lastimaste con lo que hiciste, Steven Grant Rogers?- Agregó.
Steve rodó los ojos ante la mención de su nombre completo.
-Sabes que odio que me llames así, ¡T/N Rogers!- Dijo sabiendo lo mucho a ella no le gustaba que él la llamara de esa manera.
-Ohh, ¿Con que así serán las cosas? Bueno, espero que aprendas vivir sin mi, Steven, porque definitivamente me voy... ¡Y quiero el maldito divorcio!- Dijo en tono molesto.
Los ojos de Steve se abrieron de par en par ante aquellas palabras.
-No.- Dijo casi en un hilo de voz.
-¿No?- Dijo t/n cruzándose de brazos.
-No. No pienso darte el divorcio... Nos casamos a hace poco mas de un año, ¿Por qué querrías dejarme? Sabes que no sirvo de nada sin ti...- Dijo poniendo sus mejores ojos de cachorro.
T/n rodó los ojos sabiendo que no podía resistirse a esa mirada. Volteó levemente para evitar ceder ante aquel manipulador gesto.
-No me harás cambiar de parecer, Rogers. Es definitivo.- Dijo para luego observar una vez mas a Steve.
Steve dejó escapar un suspiro de derrota. Lentamente se acercó a t/n y tomó su rostro entre sus manos.
-Cariño, eres lo mejor que le pasó a mi vida y nada puede cambiarlo...- Dijo Steve con su mirada fija en t/n.
-Hay algo que puede cambiar lo que yo siento... Y tu lo hiciste.- Tras decir esto, arqueo una ceja.
Steve rodó los ojos una vez mas.
-¿Cómo es que no puedes simplemente olvidarlo? Cariño, por favor, ¡perdoname!- Dijo casi rogando.
-Es un poco tarde para pedir perdón, ¿No crees? Quizá debiste hacer las cosas bien desde un principio. Un buen esposo jamás haría algo así...- Murmuró t/n.
Steve fruncio los labios aún observando a t/n. Ella rodó los ojos una vez más.
Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de Steve. Entonces, comenzó a hacer gestos en un intento por hacerla reír.
T/n, lentamente, comenzó a olvidar su enojo. Steve cruzó los ojos haciendo, finalmente, reír a t/n.
T/n rodeó los hombros de Steve con sus brazos y lo observó sonriendo.
-Increíble que me haya casado con un idiota.- Dijo para luego reír.
Steve sonrió triunfal. Deslizó sus manos por la cintura de t/n y la sujetó con fuerza.
-La chica mas genial de planeta se casó conmigo porque soy genial...- Aseguró él.
T/n dio un pequeño salto y rodeó la cintura de Steve con sus piernas. Este la sostuvo posando sus manos en los glúteos de ella.
-Cierra la boca Rogers, no hagas que me arrepienta...- Dijo sonriendo.
-Como diga, señora Rogers.- Dijo él.
T/n soltó una carcajada que rápidamente fue cayada por los labios de Steve.

~

Steve y t/n se encontraban desnudos sobre la alfombra de la sala. Ambos observaban el techo.
-Entonces... ¿Me perdonas por hacer trampa en Mortal Kombat?- Dijo Steve.
T/n lo observó y sonrió.
-Si. Pero que sea la última vez.- Dijo para luego acercarse y besar los labios de Steve.

~•~

~Dos meses después~

T/n tomó la mano de Steve y le dio un leve apretón. Este intentaba calmar los nervios de ambos asegurando una y otra vez que todo estaba bien.
El doctor los observó y sonrió.
-Bien, veo que son un matrimonio joven y las sorpresas serán parte de sus vidas de ahora en más. Felicitaciones, señora y señor Rogers.- Los ojos de ambos se abrieron de par en par.
-Necesito que sea más claro al respecto porque no estoy entendiendo...- Dijo Steve.
-Lo que quizá no entendió es que, en siete meses, serán padres.- Agregó el doctor. Dirigió su mirada hacia t/n. -Bien, ya que no sigue ninguna dieta específica solo me resta recomendarle que, debido a su anemia crónica, comience a consumir hierro, ácido folico y mutivitaminicos...- T/n asintió a cada palabra sin siquiera prestar atención.
La noticia había sido una completa sorpresa para la que no estaba preparada.

Tras salir del consultorio, ambos se observaron.
Steve abrazó a t/n.
-Tranquila, todo va a estar bien. Tu y yo podemos con esto.- Dijo Steve intentando dar ánimos a t/n.
Una leve risa se escapó de t/n por lo que Steve fruncio el ceño.
-¿Qué es tan divertido?- Cuestionó confundido.
-Maldita reconciliación.- Murmuró t/n antes de posar su mirada en la de Steve. -Te culpo por esto, Steven Grant Rogers.- Dijo para luego sonreír.
Steve sonrió.
-Lo sé... Pero no fui yo quien se enojó por nada, así que técnicamente es tu culpa.- Aseguró él.
T/n soltó una carcajada.
-Es culpa de ambos. Pero así será de ahora en mas; tu, yo y un pequeño o pequeña Rogers. Suena fantástico si lo piensas.- Dijo t/n.
-Todo a tu lado suena fantástico.- Dijo Steve antes de besar los labios de t/n.

~•~

~Un año después~

T/n estaba agotada; Criar gemelas era un trabajo arduo, sin duda alguna. La ayuda que recibía de sus amigos para cuidarlas durante el día era algo maravilloso que le permitía seguir trabajando, pero a la noche todo ese caos se multiplicaba y el hecho de que Steve estuviera trabajando horas extra para poder afrontar los gastos, era otro factor en contra.
El llanto de Amber y Alice la sacaron de su momentáneo sueño. Observó la hora. Tres de la madrugada. Volteó para ver a Steve y se encontró con el lado opuesto de la cama vacío.
Inhaló profundo en un intento por no desesperarse por el hecho de no haber notado que su esposo no había vuelto.

Una vez mas.

Salió de la cama y se dirigió a la habitación de las gemelas.
Un biberón, pecho, palmaditas en la espalda y cambio de pañales después, t/n volvió a su habitación ansiando dormir un poco mas. Pero al entrar y encontrarse con la cama vacía, la preocupación comenzó a invadirla. ¿Y si le pasó algo?

Rápidamente tomó su teléfono y marcó el número de Steve. Sus llamadas iban directo al buzón de voz.
La desesperación comenzaba a crecer lentamente en ella.
Llamó a cada uno de sus amigos, conocidos y colegas de Steve. Disculpas mediantes y el preocupado tono en su voz fueron suficiente para que ninguno se molestara con ella. Después de todo, era una madre preocupada por el bienestar de su esposo el cual no había llegado a casa.

Su teléfono sonó y t/n atendió de inmediato pensando que era Steve. Para su desgracia, era del hospital para notificarle que Sarah, la madre de Steve, había sufrido una descompensación y fue a parar a emergencias.
Una vez mas, t/n llamó a Natasha para pedirle que cuide a las niñas en lo que ella iba al hospital a chequear que Sarah estuviera bien.
Camino al hospital, intentó llamar una vez mas a Steve. Su teléfono aún daba con el buzón de voz.

~

Sarah Rogers siempre fue el ser mas dulce y comprensivo del planeta. T/n siempre amó con locura a aquella mujer que le dio un hogar y el apoyo necesario para sobrellevar los retos diarios que el matrimonio representaban.

T/n nunca fue una persona fácil; su aura dulce y cariñosa podía ser fácilmente opacada por su falta de paciencia y su pequeño problema de ira.
"Siempre fui la hermanita menor de unos tarados, ¡y ahora soy madre de cinco!" solía gritar cuando el grupo la sacaba de quicio.
Con la llegada de las gemelas, esa parte de ella fue menguando lentamente ya que no quería que ellas vieran algo de esa magnitud.
Pero en esta ocasión estaba olvidando que no debía enojarse por nada. El recorrido desde su casa hasta el hospital fue para reflexionar lo que los últimos meses habían dejado frente a ella: Steve pasaba mas tiempo fuera de casa desde que las gemelas nacieron.
Si, él estaba haciendo horas extra en la oficina para mantener los gastos en general... Pero había días en los que él regresaba y no estaba presente en lo absoluto, ya no discutían, los mensajes y llamados a cualquier hora eran extraños y era claro que él había perdido el interés en ellas por completo ya que ni siquiera se ocupaba de sus propias hijas.

T/n pasó la madrugada en el hospital junto a Sarah, intentando asegurarle de que todo iba a estar bien. Lo bueno es que todo fue un susto, por lo que en la mañana pudo regresar a su casa a descansar y ella regresó a la suya con algo mas de alivio.

Al llegar a su casa, notó que el auto de Natasha ya no estaba y en su lugar estaba el de Steve. T/n se quedó un momento en su auto intentando pensar con calma todo lo ocurrido.

Era momento de una charla.

Entró en su casa y cerró la puerta tras de si con suavidad. Aún era horario en el que las niñas dormían y no quería perturbar su sueño en lo absoluto.
Al entrar en la cocina, Steve se encontraba tomando café. T/n se acercó a la cafetera sin siquiera mirar a Steve y sirvió una taza para ella. Tras dar un sorbo, tomó asiento frente a él.
-Buenos días, cariño. ¿Dónde estabas? Le pregunté a Nat pero ella parecía molesta conmigo...- Dijo Steve.
T/n lo observó un momento para luego reír sin humor.
-¿Dónde estaba? Siendo un adulto responsable porque al parecer soy la única que hace eso en esta maldita casa.- Dijo para luego arquear una ceja. -Pero, la pregunta aquí es, ¿Dónde diablos estabas tu?- Cuestionó con enojo.
-Intentando hacer dinero para que tu puedas quedarte aquí con nuestras hijas.- Respondió Steve en tono serio.
-¿Estás seguro de eso? Estuve desde las tres de la madrugada llamando a tu teléfono. Me preocupé al punto en que llamé a todo mundo para saber si estabas bien, o vivo siquiera.- Hizo una leve pausa. -A las cuatro de la mañana me llamaron de un maldito hospital porque Sarah se descompensó y, luego de una maldita hora intentando dar contigo, me di por vencida. Es claro que Margaret es mas importante en tu vida de lo que es tu propia familia.- Dijo para luego fruncir los labios.
Steve inhaló profundamente.
-Cariño, por favor...- T/n lo interrumpió.
-Ni lo intentes, Rogers. Sé perfectamente que pasas tiempo con ella haciendo quien sabe qué, pero no te culpo.- Dijo en tono calmado.
-¿Qué dices?- Steve frunció el ceño confundido.
-Lo que digo es que si a mi se me presentara la oportunidad de quemar algo de estrés y estar lejos de aquí, también lo haría. Es una pena que hayas decidido lastimarme en el camino...- Dijo en tono calmado.
Steve negó con la cabeza.
-No es lo que tu crees.- Agregó él.
-¿Entonces que diablos es?- Cuestionó t/n.
-Es que... Luego de que supimos que seriamos padres las cosas no son como antes. Tenemos mas responsabilidades y, por estúpido que suene, prefiero que te quedes aquí en lugar de que sigas trabajando para la firma de Stark.- Dijo algo molesto.
T/n rodó los ojos.
-Trabajo para Tony desde hace dos años y él fue el único que vio potencial en mi. Sin mencionar que puso una maldita guardería para que pueda seguir trabajando.- Aseguró ella.
Steve rodó los ojos.
-Sabes perfectamente que él hace eso por ti porque quiere algo mas.- Espetó.
T/n soltó una carcajada.
-¡Por dios, Steve! ¡Eres el único imbécil que cree que mi maldito jefe quiere cogerme!- Exclamó. -En cambio tu y ella pasan tiempo juntos e incluso duermes en su maldita cama, pero quien debe alejarse de su jefe soy yo. ¡Fantástico!- Dijo ya exasperada.
-¿Cómo es que estás tan segura de que él no quiere dormir contigo?- Cuestionó Steve.
-¡Porque está con alguien más desde hace años! Alguien a quien conozco y aprecio, por cierto.- Dijo t/n. Bajó levemente la mirada y observó las manos de Steve. Al notar que él no traía su anillo, la furia llegó a su limite. -Además, no soy yo quien se quita el anillo de casado cuando sale de esta casa...- Dijo señalando su mano.
T/n tomó su propio anillo y lo sacó de su dedo. Lo colocó frente a Steve y lo observó.
-Cuando decidí que ese viaje a Las Vegas era lo ideal para nosotros, que casarme contigo era todo lo que siempre soñé, supuse que era igual de tu parte. Pero veo que no confías en mi al punto de traicionarme por creer que soy yo quien te traiciona.- Un lento suspiro se escapó de ella. -Pero eres un adulto, Steven Grant Rogers, y creo que es momento de que actúes como tal.- Aseguró.
Steve estaba atónito.
-¿Eso que significa?- Murmuró.
-Significa que no puedo pasarme una vida entera junto a alguien que no es capaz de hacer las cosas bien ni cuando mas se lo necesita.- Tras decir esto se puso de pie y salió de la cocina.
Steve la siguió rápidamente.
-Por favor, piensa en lo que vas a hacer.- Dijo parándose frente a t/n.
Ella lo observó con un claro gesto de enojo.
-De hecho, ya lo pensé. Quiero el maldito divorcio y que desaparezcas de mi vida.- Dijo haciéndolo a un lado.
-No. No pienso ceder ante uno de tus malditos berrinches. Esto no es un juego, t/n, es nuestra maldita vida y no pienso dejar que la arruines.- Dijo Steve elevando la voz.
-¡Sé perfectamente que no es un juego pero soy la única que se hace cargo de lo que pasa en nuestras vidas!- Exclamó t/n. -Quiero que te largues de aquí en este instante...- Dijo casi en un hilo de voz.
-No pienso hacer nada y no pienso ir a ninguna parte porque esta es mi maldita casa.- Espetó Steve.
-Entonces me iré yo.- Dijo antes de dirigirse a la puerta y salir de la casa.

~•~

Tres semanas. Veintiún días completos y nadie tenía idea de donde estaba t/n.
Tras llamar a cada persona que la conocía, Steve estaba en un estado de desesperación que lo consumía. Sus amigos y familia no sabía nada de ella y eso estaba volviéndolo loco.

El teléfono sonó. Steve atendió con una mezcla de temor y tristeza.
-Sólo llamo para asegurar de que sigo viva y que dejes de llamar a todo mundo... no pienso volver a casa, ni contigo.- La voz de t/n sonaba agotada.
Steve contuvo sus lágrimas.
-¿Qué hay de nosotros? ¿Qué hay de nuestras hijas?- Cuestionó Steve.
-Supongo que, cuando salga el acuerdo de nuestro divorcio podremos ver como será el asunto de la custodia. Por el momento, prefiero que se queden contigo y que la custodia sea completa para ti.- Dijo ella.
Steve inhaló lentamente.
-No puedes hacer eso...- Dijo él.
-Puedo y lo haré. Está mas que claro que el mundo se pondrá en mi contra, pero quizá sea lo mejor.- Aseguró t/n.
-Pero eres su madre, deberías cuidar de ellas.- Espetó Steve.
-Y tu eres su padre y deberías hacer exactamente lo mismo. No son invitadas en tu vida, son tus hijas y es momento de que te pongas en el papel que te corresponde. Las llevé dentro mío nueve meses y las cuidé sola noche y día por cinco meses mas mientras tu pasabas tiempo fuera de casa con Peggy.- Dijo t/n.
-T/n, por favor. No puedo hacer esto sin ti a mi lado.- Dijo Steve.
-Debiste pensar en eso antes de hacer lo que hiciste y, más aún, debiste pensar en tu familia antes de ser un egoísta, Steve. Adiós.- Sin dejar que Steve respondiera, colgó.

~•~

~Siete meses después~

-Linda, ¿Estás completamente segura de que es lo que quieres? Strange, Rhodey y yo pelearemos con uñas y dientes por ti, pero necesito saber que estás cien por ciento segura de que es lo correcto.- La voz de Tony sacó a t/n de su momentáneo trance. Ella volteó a verlo y asintió.
-Sé que suena a una locura que quiera alejarme definitivamente de mi amor de la secundaria, pero es eso o vivir en un matrimonio que no funciona.- Dijo ella.
T/n fruncio los labios.
-A lo que me refería es al tema de la custodia. Nadie, y digo nadie, verá con buenos ojos que una madre joven renuncie a sus hijas.- Aseguró Tony.
T/n desvió levemente la mirada.
-Sé que nadie lo ve bien porque esperan que sea la madre que lucha por sus hijas. Pero es hora de que ese imbécil deje de lado su estupidez y haga algo bien en su vida.- Aseguró.
-¿De eso se trata? ¿Aleccionar a Rogers?- Tony posó su mano sobre la rodilla de t/n y le dio un suave apretón. -Nadie sale ileso de algo así.- Aseguró.
-No intento aleccionarlo, sólo necesito que el mundo vea que las cosas deben cambiar. Él es padre de esas dos niñas y no renunció a nada por traerlas al mundo, yo debí dejar de trabajar y estudiar cuando ya no podía si quiera ponerme de pie.- Tony rió ante el recuerdo. -Él no pudo ver mas allá de todo y me acusó de infidelidad cuando era él quien hacía de las suyas.- Dijo ella.
-Aún así, será difícil. Supongo que tenemos a nuestro favor que se comprobó su infidelidad.- Dijo Tony. -Que Strange te adora y movió cielo y tierra para conseguir una audiencia lo antes posible.- Aseguró.
T/n asintió.
-Lo sé. Sólo, quiero terminar con esto y poder tener un momento de paz para mi.- Agregó.
-Bueno, linda, eso no sucederá hoy.- Dijo Tony mientras el auto se detenía frente al juzgado. -Respira profundo y, ya sabes, siempre estaré por y para ti.- Tony dio una suave palmada a la pierna de t/n.

~

La audiencia por la demanda de divorcio fue larga y tortuosa.
Steve era representado por su jefa, Margaret "Peggy" Carter, mientras que t/n era representada por Tony y sus asociados Stephen Strange y James Rhodes.
La balanza estaba inclinada a favor de t/n en cuanto al divorcio, al comprobarse con registros de llamadas telefónicas y mensajes de texto que, efectivamente, Steve y Peggy mantenían una relación, se falló a favor de t/n concediendo el divorcio.

Gracias a las influencias de Strange, el arreglo por la custodia se llevó a cabo algunas semana después.
El acuerdo original era un 4x3; en el que las gemelas estarían cuatro días a la semana con Steve en Brooklyn y tres días con t/n Manhattan.
Ante el horror de todos, t/n presentó que era el único acuerdo que aceptaría.

-Tienen dos hijas, la solución es simple y poco ortodoxa; Cada uno decida con cual quiere convivir y asunto arreglado.- Espetó Peggy.
T/n arqueó una ceja al oírla.
-Esto no es un botín de guerra que estamos repartiendo, hablamos del destino de dos seres humanos, señorita Carter.- Dijo Tony. -Como ya dejamos constatado, mi clienta y yo solo aceptaremos el trato original o en su defecto uno lo mas similar posible.- Aseguró.

-Quizá deberías pensarlo.- Susurró Stephen en el oído de t/n. -Será una solución menos dramática y estos imbéciles no te apuntaran con el dedo por querer hacer las cosas a tu manera.- Aseguró.
T/n suspiró lentamente. Su cabeza era un mar de pensamientos que no paraba.
Observó a Steve y luego a Stephen. Asintió levemente.
Stephen se acercó a Tony y le comunicó que t/n estaba de acuerdo con quedarse con una de sus hijas.

-Bien, al parecer hay un cambio por parte de mi clienta y accederá a quedarse con una de sus hijas...- Dijo Tony.

Steve observó a t/n.
Los ojos de t/n se llenaron de lágrimas.
No por no lograr su acuerdo original, sino porque Bucky tenía razón: Ella había separado a todos.

Esta vez de verdad.

Y para siempre.

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