Piezas de un rompecabezas - Parte 6: Espejito, espejito

STEVE ROGERS X LECTORA (AU)
PROMEDIO DE PALABRAS: 3300+
ADVERTENCIAS: Maldiciones, una pre-adolescente celosa, un adulto insufrible. ¡Leanlo hasta el final!
ESCRITO POR: PomeloVillano
N/A: Y llegamos a la ansiada introducción de el enemigo...

#PomeloAmaASteve
#StevePapito
#SiQueresTeLlamoPapeh

~•~

~Hace seis meses~

Steve no era demasiado bueno negándose a hacer o decir algunas cosas.
Cuando conoció a Sharon, él estaba en medio de otra "relación", por lo que jamás imaginó que terminarían juntos. Pero, tras algunos meses de "salir", ella le puso un ultimátum que si no la hacía parte de su vida lo dejaría. Él creyó que, luego de su rotundo fracaso al llevar la contra en una relación, debía ceder un poco ante alguna que otra exigencia. Error.
Sharon era algo eufórica y determinada cuando quería algo. En parte eso le recordaba a aquella actitud de cierta persona... Pero, al contrario de esa cierta persona, Sharon jamás daba el brazo a torcer en cuanto a lo que ella quería.

-Creo que es momento de que llevemos esto al siguiente nivel.- Dijo ella una noche.
Amber estaba en casa de su amiga en una pijamada, por lo que Steve decidió salir.
-¿Siguiente nivel?- Cuestionó confundido.
-Si, ya sabes. Seis meses y aún no conozco a tu hija...- Dijo ella.
Los ojos de Steve se abrieron de par en par. Él aún no le había mencionado a Amber que salía con alguien.
-Veras... No sé si eso sea una buena idea. Ella no es nada fácil de llevar y es algo celosa.- Se excusó Steve.
Sharon negó con la cabeza.
-Los niños me adoran, no hay nada que pueda pasar. Ella y yo seremos buenas amigas en muy poco tiempo, te lo aseguro.- Dijo sonriendo.
Steve, aún dudando, simplemente asintió.
-Ok, pero déjame que hable con ella primero y luego haremos una cena en casa. Quizá sea lo mejor...- Dijo pensando en los posibles escenarios del caos por venir.

Y en efecto, el caos se desató.

-Cariño, por favor. No seas así.- Dijo Steve en tono calmado.
-¿En serio, viejo? ¿Creiste que simplemente me dirías que te estas cogiendo a alguien y que yo solo lo aceptaría? ¡Que ingenuo!- El enojo en la voz de Amber era evidente.
Steve resopló.
-Sharon y yo llevamos seis meses saliendo y creí que sería lo indicado que la conozcas...- Dijo en tono calmado.
Amber lo observó, su ceño aún fruncido.
-Viejo, yo no quiero conocer a ninguna de las prostitutas con las "sales". Si ella entra a esta casa, me iré a vivir con los tarados de mis padrinos.- Dijo aún molesta.
-Eso jamás va a pasar. Solo dale una oportunidad. ¿Por mi?- Dijo él.
Amber rodó los ojos.
-Bien, pero si no me agrada no volverás a traerla mientras yo esté aquí, ¿Está claro?- Cuestionó ella.
Steve asintió enérgicamente.
-De acuerdo, cariño.- Dijo él.

Steve creyó que podría manejar el caos que se desataría o que este sería algo mas leve. Una vez mas, error.

Al ver a Sharon por primera vez, Amber puso esa expresión que le recordaba enteramente a t/n, esa que gritaba "alejate o te sacaré un ojo". En parte era adorable pero ese problema de ira era justamente eso, un problema.
La cena transcurría en un silencio abrumador cuando Sharon comenzó a hacer algunas preguntas para romper el hielo.
-Dime, Amber, ¿Qué te gustaría para navidad?- Cuestionó. Amber rodó los ojos.
-Arsénico o un cuchillo de caza.- Dijo en el tono mas distante que supo manejar.
-¿No te gustaría mejor al más femenino?- Cuestionó la rubia.
Steve respiró profundo al oír a Sharon. Sabía lo que vendría con esa pregunta.
-¿Femenino? ¿Cómo una barbie, una falda o maquillaje?- Cuestionó Amber en un muy fingido tono alegre.
-Si, ese tipo de cosas.- Señaló Sharon.
Amber volteó a ver a Steve, el cual estaba observaba todo con temor.
-Viejo, creí que eras mejor que esto.- Dijo señalando a Sharon. -Veo que en tu patético intento por hacer tu vida mas "normal" traes a esta idiota con aires de grandeza e ideas oxidadas de como "debe" ser una chica.- Sharon la observó horrorizada. -Entendería si fuera una de tus colegas, al menos tendría un título universitario, pero creo que es hora que dejes de levantar prostitutas en la calle y vayas a hacerte un chequeo de sangre en caso de que necesites algún tratamiento por lo que este espanto te pudo haber contagiado.- Agregó.
Amber observó a Sharon. Una marcada expresión de enojo en ambas.
Sharon volteó a ver a Steve.
-¿Piensas permitir que me hable de esa manera?- Cuestionó.
Steve comenzó a balbucear.
-Emm, yo, ella... Tu...- Dijo.
-Vamos, viejo, no es momento para esta mierda. Dile a ésta que salga de nuestra casa o la sacaré yo.- Dijo Amber en modo desafiante.
-Me gustaría ver que lo intentes, mocosa.- Dijo Sharon.
Sin dudarlo, Amber le lanzó un una albóndiga a la cara.
-No me desafies, estupida. ¡No en mi propia casa!- Dijo para luego lanzarle los fideos que tenía en su plato.
Steve dio un golpe a la mesa. Amber lo observó.
-¡Suficiente! Ve a tu habitación en este instante y no salgas hasta que te disculpes.- Dijo señalando a Amber.
-Con que así será... Bien, disfruta de lo que sea que esto es, viejo.- Dijo Amber.
Observó una vez mas a Sharon quien esgrimía una sonrisa de triunfo.

Y desde entonces, el caos se desató por completo.

Cada vez que Sharon iba a cenar con Steve, observaba a Amber con una expresión de malicia.
Hasta que, en una ocasión, Amber y ella comenzaron a pelear y la adolescente la hizo tropezar en los últimos escalones de las escaleras.
Steve decidió que lo mejor sería que ellas no convivan.

~•~


Steve creyó que era buen idea intentar una vez mas que Amber y Sharon se llevaran bien. El campamento había funcionado, de alguna manera, mostrando una clara mejoría en la actitud de ella por lo que decidió que una cena los tres juntos era lo ideal.
En efecto, la cena transcurrió con calma. Alice sólo ignoró a Sharon ya que estaba demasiado enfocada en su teléfono.

-¿Y... qué te pareció el campamento?- Cuestionó Sharon durante la cena.
Alice elevó la vista de su teléfono un momento para luego volver a este.
-Bien, supongo.- Dijo en tono calmado.
Sharon observó a Steve, ambos sorprendidos por la calmada actitud de la adolescente.
-¿Alguna nueva amiga que hayas hecho?- Dijo Sharon.
Alice seguía enfocada en su teléfono.
-Siete, de hecho. Todas geniales.- Respondió Alice.
-¡Eso es fantástico! Ahora ya no serás una rara sin amigos...- Agregó.
Alice elevó la vista de su teléfono y observó a Sharon.
-No es que te importe, pero tengo amigos. Y si, soy una rara. Pero es eso o ser parte de este convencionalismo absurdo en el que todos esperan que me consiga un novio, me case, eventualmente termine divorciada, con DOS hijas...- Espetó la adolescente.
Steve se atragantó con las últimas palabras de su hija.
-Ay, linda. Solo era una observación. No es que esperamos que tu tengas un novio. ¡Al menos no con esa actitud!- Señaló Sharon.
Steve frunció el ceño.
-Es bueno saberlo, Sharon. Supongo que es lo que te decían en el prostíbulo.- Dijo Alice.
Steve rodó los ojos.
-Ok, creo que es momento de cambiar de tema.- Dijo él en un intento por evitar otra guerra. -¿Qué otras cosas hicieron en el campamento?- Cuestionó.
-No mucho. Era como una especie de cárcel sin celdas. Nos daban comida orgánica, nos enseñaron a tejer, bordar y pintar mandalas para ejercitar la paciencia.- Una carcajada se escapó de Sharon. Alice la observó. -También nos enseñaron a afilar cuchillos, tijeras, defensa personal y a no depender de ninguna otra persona mas que uno mismo.- Aseguró.
-Eso suena genial. Eso te será útil, pero no golpees a nadie cariño.- Dijo Steve.
Alice observó a su padre y sonrió. Este le guiñó un ojo.
-Yo fui a un campamento en donde nos enseñaron a  cocinar, lavar, planchar y mantener el orden y la economía de la casa. Prácticamente nos enseñaron a ser la esposa ideal...- Dijo Sharon en tono animado.
Los ojos de Alice se abrieron de par en par. Observó a Sharon un momento.
-¿Cómo se llamaba? ¿Campamento 1940?- Dijo sacando una risa de Steve.
Sharon rodó los ojos.
-No, pero el querer ser una esposa ideal no es malo. Quizá si no tuvieras las ideas que esa Natasha te metió en la cabeza verías los beneficios de tener un buen hombre a tu lado.- Aseguró Sharon.
Alice la observó horrorizada.
-Tengo trece años, no creo que buscar un "buen hombre" sea lo ideal a esta edad...- Dijo antes de dar un trago a su vaso de agua.
-En algún momento querrás lo que todas las mujeres.- Agregó Sharon.
-¿Y eso que sería? ¿Un trabajo bien remunerado, igualdad e independencia económica, vivir mi vida como se me antoje sin prejuicios?- Alice hizo una leve pausa. -¿Liberación, no tener que usar bra, abolir los estereotipos, los roles de género y la belleza hegemónica? Porque eso es lo que YO quiero, Sharon.- Alice estaba algo agitada y enardecida. Dio un profundo respiro intentando calmar su furia.
Steve estaba atónito. Ese fuego era entera y  totalmente t/n. Una amplia sonrisa se formó en su rostro.
-¿Ves? Te dije que Natasha le mete ideas estúpidas en la cabeza.- Dijo Sharon algo molesta.
Alice se puso de pie y lanzó su servilleta a su plato.
-Si vuelves a hablar de ella, te voy a rapar mientras duermes.- Dijo antes de retirarse.
Sharon observó a Steve.
-Veo que el campamento funcionó a medias.- Dijo Sharon. Steve fruncio el ceño.
-Tu deberías dejarla en paz y nunca mencionar que Nat no te agrada. Ella ha sido parte de la vida de mi hija desde siempre.- Aseguró él.
Sharon rodó los ojos.
-Por favor, ve lo que provoca que pasen tiempo juntas. ¿Liberación? ¡Dios mío! Eso es lo que pasa cuando crías a una niña sin una figura materna.- Señaló ella.
Ahora era el turno de Steve de rodar los ojos.
-Aún así, si vuelves a mencionar a Nat con ese desdén, voy a dejar que mi hija te rape mientras duermes.- Dijo Steve. Una risa se escapó de Sharon.
Steve fruncio el ceño.
-Hablo en serio.- Finalizó.

~•~

La mañana siguiente, Steve despertó con una sensación de preocupación. Los eventos de la noche anterior dejaron un sin fin de preguntas.
¿Era Sharon ideal para él?
La manera en la que se dirigió a su hija y remarcar que no quería a Natasha en la vida de ella fue un detonante.
¿Qué debía hacer ahora?
Sin dudas era hora de hablar con ella y dejar en claro que no querían las mismas cosas.

Lentamente, salió de la cama y se dirigió al baño. Una ducha lo ayudarían a calmarse y a tomar la determinación que necesitaba.
Al salir de ducharse, escuchó un grito en la habitación. Al entrar, se encontró a una emocionada Sharon sosteniendo la caja aterciopelada que tenía guardada en la cómoda junto a la cama. El anillo brillaba aún después de todo ese tiempo...
Una expresión de horror se formó en su rostro.
-¿De dónde sacaste eso?- Cuestionó Steve.
-Estaba buscando mis aretes y creí que habían caído en el cajón... ¡Y me encontré con esto!- Rápidamente se puso de pie y lo abrazó. -Acepto, Steve. ¡Acepto, acepto, acepto!- Dijo ella con entusiasmo.
Sharon comenzó a besar el rostro de Steve, quien aún estaba atónito; El anillo que Sharon había encontrado no era para ella. Ese anillo perteneció alguna vez a t/n. Si bien el primero que le dio fue uno que compró de una máquina en Las Vegas, el segundo era perfecto. Él llevaba años guardándolo en caso de que volvieran a estar juntos. Ese anillo siempre sería de t/n...
-¿Qué?- Fue todo lo que logró decir.
-Si, me casaré contigo, Steve.- Dijo Sharon. -Espera a que se lo restriegue en la cara a mi prima, ¡Quizá, finalmente se muera!- Dijo con entusiasmo, deslizando el anillo en su dedo antes de dirigirse al baño.
Al escuchar la puerta cerrarse, Steve se desplomó en la cama. Sostuvo su cara en sus manos.
-¿Qué diablos dejé que pasara?- Murmuró.

Haciendo a un lado el torbellino de pensamientos que comenzaban a agobiarlo, se vistió y salió de la habitación rumbo a la cocina.

~

-Buenos días, cariño.- Dijo Steve sonriendo al ver a su hija entrar en la cocina. -Te preparé el desayuno.- Dijo con entusiasmo.
Una sonrisa se formó en el rostro de su hija.
-Buenos días, papá.- Dijo Alice mientras tomaba asiento en uno de los banquillos junto a la isla de la cocina.
Steve posó el plato frente a Alice y esta lo observó sorprendida.
Waffles espolvoreados con azúcar glass, acompañados por frutas cortadas en forma de perfectas estrellas. T/n preparaba exactamente lo mismo, pero ella cortaba las frutas con ese cortante en forma de luna en creciente...
Steve posó un vaso con jugo frente a su hija y tomó asiento.
-¿Todo en orden, cariño?- Cuestionó al notar la expresión en el rostro de ella.
Rápidamente, ella salió de su momentáneo trance.
-Todo en orden, papá. Solo que... Extrañaba mucho esto. En el campamento solo comíamos granola y leche de almendras.- Dijo ella.
-Si, el folleto mencionaba algo de eso.- Dijo Steve antes de dar un sorbo a su café.
Alice tomó el tenedor y el cuchillo y cortó un trozo de waffle. Al probarlo, cerró los ojos perdiéndose en el sabor; era exactamente la misma mezcla que usaba t/n.
Steve sonrió al notar aquel gesto. Pero luego pensó en que no recordaba que Amber disfrutara tanto de sus waffles...
Observó a su hija por un momento y las preguntas de qué diablos pasó en ese campamento resurgieron.
-¿Sigues en contacto con tus amigas del campamento?- Cuestionó Steve.
Alice asintió.
-Sip, hicimos un grupo de chat.- Dijo con la boca aún llena.
-Eso es fantástico, cariño.- Dijo Steve.
La voz de Sharon llamando a Steve hizo que Alice rodara los ojos.
-Vuelvo en un momento.- Dijo antes de retirarse.

Alice continuó desayunando cuando su teléfono sonó. Al ver la pantalla, no pudo evitar sonreír al notar que era un mensaje de Amber.

"Él hace exactamente lo mismo para desayunar. Espero no te sorprendas."

Decía el mensaje que acompañaba la foto que Amber envió en el que le mostraba sus Waffles con frutas.
Rápidamente respondió.

"Lo sé, es lo que estoy desayunando ahora mismo. Diría que extraño las lunas, pero las estrellas de frutas son igual de geniales."

Dejó su teléfono a un lado un momento y observó a su alrededor. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro al ver algunos dibujos de Amber pegados en la puerta del refrigerador.
Una vez mas, su teléfono sonó.

"T/n es mas genial de lo que me dijiste."

Su sonrisa creció ante este mensaje. Sin dudas, comenzaba a extrañar a su madre...

"Lo es... Y Steve es mas genial de lo que me contaste."

Tras enviar aquel mensaje, guardó su teléfono.
La voz de Sharon la hizo rodar los ojos una vez mas.
-Buen día.- Dijo en tono animado.
-Bien día.- Dijo Alice sin elevar la vista de su plato.
Sharon se sentó frente a Alice y posó ambas manos en la mesa.
Steve sirvió café y dejó un plato con tostadas frente a Sharon.
-Gracias cariño.- Dijo Sharon. Steve asintió y se sentó junto a ella.
-Sabes, quería disculparme por lo que pasó anoche.- Dijo Sharon. -Sé que no debería ser yo quien se disculpe, pero soy una mujer adulta y quiero dar el ejemplo.- Alice rodó los ojos. -Además, vamos a ser familia y creo que es momento de que hagamos nuestras diferencias a un lado.- Aseguró.
Alice elevó la vista de su plato para encontrarse con una sonriente Sharon. Esta sostenía su mano en alto frente a la adolescente, esgrimiendo su anillo. Alice frunció el ceño al reconocer aquel anillo de una vieja fotografía de t/n...
-¿Q...qu... Qué?- Balbuceo Alice.
-Si, linda. ¡Tu papi y yo nos vamos a casar!- Dijo Sharon en tono animado.
Alice volteó a ver a Steve, el cual estaba mas pálido que de costumbre.
-¿Es en serio?- Dijo casi en un hilo de voz.
Steve asintió.
-Claro que es en serio.- Dijo Sharon.
Alice enfocó su mirada una vez más en su plato.
Steve, al notar este gesto, quiso reaccionar pero fue interrumpido por su teléfono.
Observó la pantalla y resopló.
-Tengo que atender esto.- Dijo antes de salir de la cocina.

El silencio entre Alice y Sharon era atroz.
Una maliciosa sonrisa se formó en el rostro de la rubia.
-Animate, finalmente habrá algo de orden en ésta casa.- Espetó Sharon.
Alice la observó. Su ceño aún fruncido.
-¿Y eso que diablos significa?- Cuestionó molesta.
-Significa que, mejor ve haciéndote la idea, yo seré tu nueva mamá.- Aseguró.
Una amplia sonrisa estaba plasmada en el rostro de Sharon.
La furia de Alice llegó a su limite. Tomó una tostada del plato de Steve, la cual tenía jalea, y se la lanzó a la cara a Sharon. Esta dio un grito ante la sensación de la jalea en su rostro.
-Quiero que escuches con atención, tarada, ¡Yo ya tengo madre y tu jamás ocuparas su lugar!- Exclamó la adolescente.
La voz de Alice alertó a Thorin, el cual entró en la cocina y comenzó a ladrar en dirección a Sharon. Ante la conmoción, Steve entró en la cocina. Al ver el panorama, no dudó en que había ocurrido.
-¿Qué diablos pasó?- Cuestionó mientras acariciaba la cabeza de Thorin en un intento por calmarlo.
-Esta mocosa me lanzó una tostada en la cara porque le dije que los vamos a casar, ¡Eso pasó!- Dijo Sharon con enojo.
-Amber, ¿En serio hiciste eso?- Dijo Steve.
Alice se puso de pie.
-Si y no me pienso disculpar y mucho menos llamar "mamá" a esta idiota.- Dijo señalando a Sharon.
Steve inhaló profundamente.
-Cariño, nadie va a llamar a nadie de ninguna manera. Pero lanzar comida está mal y lo sabes.- Dijo antes de rodear a su hija con sus brazos.
Alice correspondió al abrazo.
-Realmente lo lamento... por la tostada.- Dijo para luego dejar escapar una leve risa.
-Ok, ve a tu habitación.- Dijo Steve en tono calmado.
Alice asintió y salió de la cocina seguida por Thorin.

Steve dejó escapar un suspiro de derrota.
-No podías esperar, ¿Cierto?- Cuestionó.
-Solo quería que ella lo sepa antes que cualquiera.- Dijo Sharon con inocencia.

~

Alice estaba en un limbo entre furia y tristeza. Era increíble que esa mujer dijera algo tan horrible como que sería su "nueva mamá". Pero la reacción de Steve fue lo que más le sorprendió.
Alice esperaba, sin duda, que él estuviera realmente molesto. Sin embargo, eso no ocurrió.

Algunas horas después, ya mas calmada, decidió que no iba a dejar que Sharon se llevara lo mejor de ella sacando lo peor. Después de todo, aún habían dos personas del otro lado del puente que la hacían sentir bien.

Tras mensajear con Amber, una idea surgió; Si Sharon era así con ella lejos de Steve, era hora de que Alice le demuestre que no era alguien con quien quería meterse. Después de todo, t/n no crió a una cobarde...
-¿Nueva mamá? Que comience el juego, perra.- Murmuró.

Tres golpes en la puerta la sacaron de su torbellino de pensamientos. Al abrir, se encontró con Steve.
-Hey, quería saber si se te antoja algo de comer. ¿Quizá cenar en lo de Clint?- Propuso Steve.
Una tímida sonrisa en su rostro.
Alice asintió sonriendo.
-Eso suena genial... Espera, ¿No estás molesto conmigo?- Cuestionó.
Steve negó con la cabeza.
-Para nada. Supongo que yo reaccionaría de igual manera si me tiran una bomba de esa magnitud.- Dijo él. -Sólo quiero que sepas que, sin importar nada ni nadie, siempre serás lo mejor de mi vida. Jamás lo dudes.- Aseguró.
Alice sonrió de manera amplia y rodeó la cintura de Steve con sus brazos.
-Eres genial, ¿Sabias?- Dijo aún sonriendo.
-No tanto como tu, cariño.- Steve posó un beso en la frente de su hija. -Ahora ve y busca tu chaqueta que nos esperan la magnífica comida de Clint.- Alice asintió sonriendo.

Steve dio un lento suspiro.
Era bueno pasar un agradable momento con una de sus personas favoritas en el mundo...

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