STEVE ROGERS X LECTORA (AU)
PROMEDIO DE PALABRAS: 2800+
ADVERTENCIAS: FLASHBACK. ¡Leanlo hasta el final!
ESCRITO POR: PomeloVillano
N/A: Tercera parte de esta bella serie.
Si, llegamos al punto en donde hay que hablar un poco de Steve, t/n y parte de lo que fue su relación.
*Itálica (cursiva): FLASHBACK*
#PomeloAmaASteve
#StevePapito #SiQueresTeLlamoPapeh
~•Hace algún tiempo atrás en Brooklyn•~
T/n nunca llegaba tarde a clase. Sin importar nada, ella siempre estaba en el salón antes que el resto.
Pero ese día todo parecía salir mal; El despertador no sonó, perdió el bus escolar, su madre no pudo llevarla por lo que tuvo que recurrir a su hermana mayor para que la lleve... Y tardó una eternidad.
Los pasillos de la escuela se encontraban ya vacíos para cuando llegó. Comenzó a correr para llegar a su clase, cuando al doblar se topó con alguien. Sus libros cayeron al suelo.
-Realmente lo siento, debería fijarme por donde voy.- Dijo t/n mientras reunía sus libros.
Un par de manos comenzaron a ayudarla.
-Debería ser yo quien se disculpe.- Respondió el chico.
T/n elevó la vista y, al ver al chico, sintió algo que jamás había sentido: curiosidad.
-Es que no me fijé por donde iba...- Finalizó mientras extendía uno de los libros hacía t/n. Ella tomó el libro y sonrió. -Soy Steve, por cierto.- Dijo el chico con una cálida sonrisa en su rostro.
-Soy t/n.- Dijo ella sonriendo.
-Soy nuevo en esta escuela, y estoy algo perdido. ¿Tienes idea de donde queda el salón 112?- Cuestionó Steve.
-Casualmente, hacia allá voy.- Respondió t/n aún sonriendo.
-Genial, yo te sigo.- Agregó Steve.
~
-Chicos, él es Steve. Steve, ellos son Sam, Maria, Natasha y Bucky.- Dijo t/n a modo de introducción en la cafetería de la escuela.
Todos dieron un pequeño saludo mientras Steve y t/n tomaban asiento.
-Así que, ¿Tu eres el nuevo del que todas hablan?- Dijo Maria.
Steve se ruborizó levemente.
-Emm no lo sé, quizá haya otro nuevo.- Respondió Steve.
-Lo dudo, hermano. La ultima vez que hablaron tanto de un alumno nuevo fue cuando él llegó hace un año.- Dijo Sam señalando a Bucky.
-Oh. Entonces, creo que si, yo soy el nuevo.- Una tímida sonrisa se formó en el rostro de Steve.
-Y dinos, Steve, ¿Cuál es tu historia? ¿Peleas? ¿Vandalismo? ¿Salías con una maestra o maestro?- Cuestionó Natasha. Steve se ruborizó una vez mas.
-Emm... Supongo que ninguna de las que mencionas.- Hizo una leve pausa. -Quise vivir mi momento de justiciero al ver que molestaban a alguien, pero no salió del todo bien para mi. Solo le di un golpe a un idiota y me pidieron "amablemente" que me cambie de escuela.- Dijo para luego suspirar.
-Oh, veo que tienes el síndrome t/n.- Dijo María.
Una pícara sonrisa se formó en el rostro de Maria. T/n rodó los ojos.
-¿Síndrome t/n?- Cuestionó Steve confundido.
-No les hagas caso, a veces son unos idiotas.- Aseguró t/n.
Todos en la mesa comenzaron a protestar.
-A lo que la adorable Maria se refiere es que siempre quieres defender a los demás, incluso si son causas perdidas como Barnes.- Dijo Sam.
-Así salvé mas de una vez sus traseros.- Señaló t/n.
Steve la observó y sonrió.
-A mi me parece genial que quieras defender a los demás.- Aseguró él
T/n sentía que sus mejillas ardían.
~•~
Steve se adaptó rápidamente a la nueva escuela. Con la ayuda de t/n se puso al tanto de cada clase y cada actividad. Se volvieron amigos en muy poco tiempo.
El equipo de football americano fijó su atención en él casi de inmediato y Steve no dudó en unirse.
Todos querían ser su amigo y todas las chicas estaba encantadas con él; Después de todo era encantador por dentro y por fuera aunque él no lo viera de esa manera.
Pero Steve tenía ojos sólo para una chica aunque ella no lo notara o correspondiera.
O eso es lo que él creía.
-Un pajarito de ojos azules, cabello castaño y, a veces, mala actitud me contó que Steve quiere invitarte a salir.- La animada voz de Natasha sacó a t/n de su concentración.
T/n elevó la vista un momento para luego reír.
-Quizá deberías dejar de andar de chismosa por todos lados mas si ese pajarito es Bucky. No es una fuente confiable de información.- Dijo t/n en tono bajo.
Nat tomó asiento frente a t/n y le quitó el libro que leía.
-Mujer, ¿Acaso me estás escuchando? ¡Steve te va a invitar a una cita!- La voz de Natasha resonó en la silenciosa biblioteca.
Varias miradas maliciosas se posaron en ambas chicas.
T/n suspiró lentamente.
-Quizá deberías bajar la voz. Por si no lo has notado, esto es una biblioteca, querida Nat.- T/n respondió para luego sonreír. -¿Estás segura que no es otra de las bromas de Bucky? Aún no me recupero de aquella vez en la que dijo que iba a morir. Maldito idiota.- T/n tomó el libro de las manos de Natasha.
-Estoy segura de que esta vez es en serio. Todo el mundo sabe que Steve Rogers babea a mares por ti.- Aseguró Nat.
-Si tu lo dices...- Dijo t/n volviendo a su lectura.
-Y otra persona que conozco esta loca por el chico de cabello rubio, ojos azules, alto y guapo, de enormes manos... Apuesto a que esos largos dedos deben sentirse geniales...- Una pícara sonrisa se formó en el rostro de Natasha.
T/n sacudió la cabeza.
-Te urge ir a ver a Bucky.- Dijo t/n antes de reír.
-Y a ti te urge que Steve te meta su enorme...- t/n la interrumpió.
-¡Por favor, no sigas!- Exclamó.
Una leve risita se escapó de ambas chicas.
~
Steve estaba nervioso. Había recorrido el gimnasio de una punta a otra en un intento por calmarse.
-Si sigues así harás un agujero en el suelo, Rogers.- La voz de Bucky y la risa de Sam lo hicieron detenerse.
Ambos estaban sentados en las gradas observando a Steve.
-No puedo evitarlo. ¿Qué tal si dice que no?- Cuestionó Steve.
-Relajate hermano, ella dirá que si. Quizá no lo has notado porque eres medio lento, pero ella está loca por ti desde que te conoció hace ya... ¿Cinco meses? ¡Increible que no lo hayas notado!- Dijo Sam para luego soltar una leve risa.
-¿Estás seguro? Ella es linda con todos incluso con ustedes.- Señaló Steve.
-Para tu información, ella y yo somos amigos desde kinder.- Dijo Sam. -Y es vecina de éste desde hace casi dos años.- Agregó señalando a Bucky.
-Es cierto. Además, todos sabemos que ella es linda, pero contigo es diferente. ¡Eres el único idiota que no lo ve!- Señaló Bucky.
Steve bajó la mirada.
-Aún así, puede salir mal...- El sonido de la puerta abriéndose lo interrumpió.
Tomó un profundo respiro antes de voltear para encontrarse con una sonriente Natasha.
-Tranquilo grandulon, ella viene en camino con María.- Dijo para luego darle una leve palmada en el brazo. -Tardamos un poco porque veníamos sacando teorías sobre tu pene.- Aseguró la pelirroja en tono bajo haciendo que Steve se sonrojara por completo.
-¿Gracias?- Dijo dudando.
-No es nada. Si estoy en lo cierto, de un modo u otro lo sabré...- Dijo Natasha antes de caminar hacia las gradas y unirse a Bucky y Sam.
Steve sacudió la cabeza.
Sus nervios comenzaban a disiparse cuando la puerta se abrió una vez mas. T/n conversaba con Maria hasta que notó a Steve parado en medio del gimnasio. Maria la observó y asintió en señal de que todo estaba bien, antes de dirigirse a las gradas con el resto.
T/n caminó lentamente hasta Steve, el cual la esperaba con una nerviosa sonrisa.
-Hey, tu.- Dijo t/n. -¿Qué está pasando?- Cuestionó.
Steve se acercó a t/n y la observó con detenimiento. Una amplia sonrisa se formó en su rostro.
-No pasa nada malo, lo prometo.- Dijo aún nervioso. Aclaró levemente la garganta antes de continuar. -Veras, mi idea original era pedirte para ir a una cita, pero aquellos idiotas me hicieron darme cuenta de que ya fuimos a muchas citas.- Señaló. -Por lo que pensé "Hey, ¿Qué tal si sacas tu cabeza de tu maldito trasero y eres realmente honesto con ella?"- T/n fruncio el ceño confundida. -Si, sé que suena extraño, pero si lo piensas, ellos tienen algo de razón.- Dijo señalando hacia las gradas. Inhaló con calma antes de continuar. -La verdad es que me gustas mucho y no sólo porque creo que es así por todo el tiempo que pasamos juntos, me gustas y lo sé porque eres increíble.- Los ojos de t/n se abrieron de par en par ante las palabras de Steve. -Me gusta tu risa, tu sonrisa, la forma en la que arrugas la nariz cuando algo no te gusta, como se ilumina tu rostro al ver algo que te gusta, la calidez de tus manos cuando acaricias mi cara, que "El Rey León" sea tu película favorita de Disney, que te guste leer más que ir de fiesta, la manera en la que tus abrazos se sienten como lo mas hermoso del mundo, y que cada vez que te veo, me siento aún mas estúpido por ti.- Una leve risa se escapó de ella. -Me gustaría saber hacia donde nos va a llevar todo esto, así que aquí y ahora, frente a esos cuatro estúpidos que hacen sonidos sexuales y señas obscenas mientras hablamos. T/N, ¿Quieres ser mi novia?- Finalizó él.
Una amplia sonrisa se formó en el rostro de t/n.
Una y mil cosas pasaban por su cabeza, pero algo era más que claro: Ella estaba completamente loca por Steve.
T/n rodeó los hombros de Steve con sus brazos y sonrió.
-Steven Grant Rogers, me encantaría ser tu novia.- Dijo t/n. Steve rodeó la cintura de ella con sus brazos.
Bucky, Nat, Maria y Sam celebraron desde las gradas.
-¿Qué esperas, tarado? ¡Besala!- Exclamó Maria. -¡Beso, beso, beso!- Dijo en tono animado.
Todos se unieron al coro.
Steve observó a t/n y sonrió.
-¿Les damos el gusto?- Cuestionó.
T/n asintió y acercó su rostro al de Steve. Ambos unieron sus labios en un tierno beso.
~•~
Steve y t/n eran la pareja favorita de todos; Ambos recorrían los pasillos de la escuela siempre de la mano, robaban uno que otro beso antes de ingresar a clase, en la cafetería durante el almuerzo, en la entrada y salida de la escuela, antes de cada partido y al finalizar.
Tras seis meses de un noviazgo extremadamente tierno, t/n decidió que era momento de presentar a Steve como su novio ante su familia. Para su sorpresa, sus padres y hermanos mayores lo tomaron bien.
El padre de t/n hizo algunos chistes sobre que creía que su hija se casaría con los libros que tanto amaba leer, Eric, el hermano mayor, dijo que era bueno verla feliz con alguien y que "Si te atreves a lastimarla, espero que puedas aprender a vivir sin piernas, Rogers." para luego reír. Emily, por su parte, dijo que le sorprendía que t/n quisiera tener novio ya que era demasiado nerd para dejar sus estudios de lado, y su madre elogió una y otra vez que Steve fuera tan apuesto y cortés y que esperaba que siempre sea así con t/n.
-No se preocupe, señora, siempre la trataré bien. Ella se merece el mundo.- Dijo Steve al final de la cena llevándose la mirada de ternura de todos.
~•~
T/n suspiró mientras guardaba el viejo anuario de secundaria en su caja -súper secreta- de recuerdos. Algunas veces al año, mientras se encontraba sola en su departamento, solía sacar su cofre de los tesoros y llorar por horas viendo su anuario, fotos de ella y sus amigos, fotos de Steve...
Siempre se decía a si misma que aquel tiempo pasado fue bueno, pero lo bueno solo perdura en los recuerdos. Por eso atesoraba cosas sin sentido -para el resto- como viejos boletos de cine, flores de origami, servilletas de papel con frases, algunas notas que solía pasarse en clase con sus amigas y amigos, cartas y tarjetas de navidad, su sortija de compromiso. A pesar de los años, aún la conservaba.
Luego de ocultar su caja de recuerdos en lo mas profundo de su closet, cerró la puerta tras de si. En sus viajes nostálgicos solía preguntarse si todos esos años junto a quien supo ser su primer amor, valieron la pena. Solo bastaba ver una fotografía de Alice para saber que si, siempre valdrán la pena. Cada maldito segundo.
Si bien el divorcio fue su idea, había días en los que se arrepentía y quería conducir hasta Brooklyn y rogarle a Steve que volvieran a estar juntos. Pero su orgullo era aún mas grande, por lo que la idea desaparecía.
El sonido de la puerta de entrada la sacó rápidamente de su torbellino de pensamientos.
Observó su rostro en el espejo en busca de alguna señal de que había estado llorando. Al notar que todo estaba mas que bien, salió de su cuarto.
Una enorme sonrisa se formó en su rostro al ver a su hija.
-Hola cariño, ¿Qué tal estuvo el campamento?- Cuestionó t/n.
Amber la observó por un momento en silencio. Dejó sus maletas a un lado y se acercó lentamente hasta su madre. T/n fruncio el ceño algo confundida.
-¿Todo en orden? ¿Te trataron mal? De ser así, sabes que demandaré el trasero de cada uno de esos in...- Su discurso se vio interrumpido al ver una sonrisa en el rostro de su hija.
Rápidamente, la adolescente abrazó a t/n. Una expresión de sorpresa se formó en su rostro antes de unirse al abrazo.
-Ok, definitivamente demandare a esa gente porque me cambiaron a mi pequeña.- Dijo t/n antes de depositar un beso en la frente de su hija.
-No hay necesidad de eso. Supongo que después de todo este tiempo lejos tuyo si te extrañé...- Dijo Amber aún abrazando a t/n.
-Yo también te extrañé, cariño.- T/n suspiró aliviada. -¿Que tal si vamos por algo de comer a lo de Carol?- Cuestionó.
Amber asintió.
-Eso suena genial... Mamá.- Dijo casi susurrando la última palabra.
Los ojos de t/n se abrieron de par en par al oírla.
-Bien... Ve a guardar tus cosas y nos vamos.- Dijo t/n sonriendo.
Amber asintió antes de dirigirse hacia su habitación.
T/n se quedó en silencio. Un sin fin de preguntas la atormentaban. ¿Desde cuándo Alice la llama mamá? ¿Acaso fueron tan estrictos en el campamento que hicieron que realmente Alice la extrañara?
Haciendo a un lado todas esas ideas, buscó su chaqueta y su bolso. Una cena en lo de Carol junto a su pequeña era mas que suficiente para olvidar absolutamente todo aquello que la agobiaba.
~
-¿Qué tal están tus papas?- Cuestionó t/n.
Amber sonrió.
-Están muy buenas. En el campamento solo comíamos porquerías sanas. Fue una pesadilla.- Dijo con la boca aun llena de comida.
-Supongo que debe ser como vivir con Maria, Sam y Rosie.- Agregó t/n.
Una pequeña mueca de duda se formó en el rostro de Amber. Quizá Alice olvidó mencionar algunos detalles después de todo...
-Es una pesadilla tan solo oírla hablar por horas de los beneficios de comer mas vegetales y menos muerte.- Agregó rápidamente.
T/n asintió.
-Ni que lo digas. Una vez, cuando estábamos en la universidad, tiró un pavo por la ventana en pleno festejo de navidad. Tuvimos que comer ensaladas y jugos exprimidos. Aún no la perdono por eso.- Aseguró.
Amber soltó una carcajada ante la anécdota.
-¿En serio? Eso si es llevar su estilo de vida al extremo.- Dijo Amber.
T/n sonrió.
-Es una demente. Con buenas intenciones, pero demente en fin.- Dijo en tono animado.
Una cálida sonrisa se formó en el rostro de Amber al oír a t/n hablar.
-¿Cómo es que sigues siendo amiga de esa demente?- Dijo Amber.
T/n soltó una leve risa.
-Ella y yo nos conocimos en la primaria...- Dijo t/n.
Amber observaba a t/n mientras esta relataba aquel viejo recuerdo.
Por un instante se preguntó como sería su vida si sus padres jamás se hubiesen separado. Se preguntó que clase de persona sería hoy día, si su padre sería feliz al estar junto a alguien tan encantadora como t/n.
Un leve suspiro se escapó de Amber.
-...Y desde entonces, ella defiende mi trasero y yo el suyo. A veces me arrepiento, pero supongo que así es mejor. Es bueno tener a alguien como ella en mi vida.- Concluyó t/n. Amber aún sonreía.
-¿Y que me dices de Sam? ¿Cómo es que él y Maria terminaron juntos?- Cuestionó Amber.
-Eso es aún mas gracioso. Fue en una de mis fiestas de cumpleaños...- Dijo t/n con entusiasmo.
La sonrisa en el rostro de Amber casi dolía.
Si, definitivamente se podía acostumbrar a vivir con t/n.
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