Piezas de un rompecabezas - Parte 12: El arte de convencer

STEVE ROGERS X LECTORA (AU)
PROMEDIO DE PALABRAS: 3200+
ADVERTENCIAS: Mención de masturbación, partes de la anatomía demasiado especificas (lol), guerra de comida, algunos insultos. ¡Leanlo hasta el final!
ESCRITO POR: PomeloVillano
N/A: ¿Quién dijo que todo está perdido?

#PomeloAmaASteve
#StevePapito
#SiQueresTeLlamoPapeh

~•~

El camino desde Vers al departamento fue corto pero le sirvió a t/n para pensar una y otra vez lo sucedido. Habían pasado años desde que pudo entablar una conversación con Steve sin querer arrancarle la garganta con sus propias manos. Todo se dio de manera tan natural, como si el tiempo no hubiese pasado en lo absoluto.
La cena había sido algo que t/n no esperaba que saliera tan bien. No por pesimista, sino porque sabía que en algún momento estallaría por el mas mínimo llamado a su ira. Podía ser cualquier cosa que Steve dijera; Él tenía esa facilidad de hacerla enojar y, a la vez, hacerla querer besarlo que la perturbaba... Aún.

El cuchicheo de las gemelas la trajo a la realidad. Las observó por el retrovisor y no pudo evitar sonreír; Sus dos hijas estaban juntas y a su lado... Al menos por dos días. Tiempo suficiente para darles muchos abrazos, besos, decirles cuanto las ama y asegurarles de que, sin importar nada ni nadie, siempre estará a su lado. Siempre.

-¿Qué es tan divertido?- Cuestionó t/n.
Las gemelas se observaron un momento para luego reír.
-Nada... Sólo que tu cara se ve diferente.- Señaló Amber.
-¿Diferente cómo?- T/n arqueó una ceja.
Alice rió nuevamente.
-No lo sé. Como si hubieras ganado la lotería o algo así.- Aseguró Alice.
-¿Esta es mi cara de "gané la lotería"? Interesante...- La voz de t/n iba cargada de humor.
-Si, de eso o de "vi a la persona que me gusta y ahora tendré sueños húmedos por semanas".- Dijo Amber.
-Eres incorregible, sin duda... Pero no tengo idea de qué están hablando ustedes dos.- Aseguró t/n.
Las gemelas rieron.
-Si, lo que digas. Sabes que tenemos razón al menos en una cosa.- Alice observó a t/n.
-¿Y eso que sería?- Cuestionó t/n ya curiosa.
-En que tendrás sueños húmedos con el viejo por semanas.- Dijo Amber.
Las gemelas estallaron en risas. T/n resopló.
-No no, ni se les ocurra querer empujar eso como tema de conversación. Aún son muy jóvenes para que las traumatice con ese tipo de charlas.- Se defendió t/n.
-¿Jóvenes? Quizá en los 90s, pero estamos en la era de la tecnología, las charlas de educación sexual en escuelas y de masturbación en el chat group, mamá. Modernizate.- La voz de Alice sonó cargada de seriedad.
T/n abrió los ojos de par en par, pero luego asintió.
-Es verdad. A su edad Nat, Maria y yo señalábamos chicos random en las clases de gimnasia y especulabamos de que tan grande serían sus penes. Un horror ahora que lo digo en voz alta y a esta edad...- Dijo t/n.
-Eso no es nada. Te lo podemos asegurar.- Amber elevó las cejas de manera juguetona.
-La verdad no me gustaría saber de qué hablan en su grupo de amigas porque sería demasiado metiche de mi parte, pero si en alguna ocasión necesitan despejar alguna duda o algún consejo, no duden en preguntar. Siempre que pueda responderles, lo haré.- La voz de t/n sonaba calmada y segura.
Las gemelas asintieron.
-Lo haremos, mamá...- Dijeron al unísono.
Ambas se observaron un momento.
-¿Cómo es que el viejo y tu se conocieron?- Cuestionó Amber.
T/n suspiró.
-Cuando lleguemos a casa les contaré, lo prometo.- Dijo t/n.

~

Las risas de Amber, Alice y t/n llenaban la sala del departamento.
-¿Te pidió para salir cinco meses después de que de conocieron?- Cuestionó Amber.
-Sip, para mi gusto se tardó demasiado tiempo. Eramos los únicos dos en el grupo de amigos que no salían con nadie.- Aseguró.
T/n dio vuelta la página del anuario y señaló otra fotografía.
-¿Ese es Bucky?- Amber señaló una foto en la que él y Steve celebraban luego de ganar un partido.
-Si, ese es Bucky. Siempre tuvo esa cara adorable.- Dijo t/n sonriendo.
-Y supongo que ese es papá.- Señaló Alice.
-Si, ese es su padre. El uniforme de capitán le quedaba genial.- Una pícara sonrisa se formó en el rostro de t/n ante en recuerdo de Steve con su uniforme.
-¡Ew!- Dijo Alice.
-¿Qué? Su padre era encantador y tan atractivo que cada vez que lo veía con el uniforme lo besaba como si no hubiera un mañana.- Aseguró t/n.
Las gemelas rieron.
-Aún así, ew.- Dijo Amber.
-Hey, ¿no fueron ustedes las que dijeron que este siglo las hizo mas tolerantes a este tipo de charlas?- T/n arqueó una ceja.
-Si, es cierto. Sólo no describas su pene cómo sueles hacer cuando estas ebria, por favor.- Dijo Alice.
T/n soltó una carcajada.
-Está bien, solo prometo hablar de su encantador, hermoso y gr...- Las gemelas se taparon los oídos y comenzaron a gritar.
-¡Gran corazón! Cielos, ustedes son peor que Bucky.- T/n rió.
-Y tu eres peor que Sharon por teléfono.- Señaló Amber.
Alice rodó los ojos ante la mención de aquella persona.
-¿Sharon? ¿Sharon Carter?- Cuestionó t/n.
-Si, Sharon Perra Carter.- Dijo Alice. -La oxigenada novia de papá.- Agregó.
-¿Sharon Maldita Carter? ¡¿Su asistente?!- Exclamó t/n.
Las gemelas se observaron y luego a t/n.
-Supongo que la conoces...- Dijo Amber.
-¿Conocerla? Esa tarada fue asistente de su padre cuando comenzó a trabajar para la firma de Peggy.- Hizo una leve pausa. -Además de ser una perra envidiosa, la muy desgraciada cada vez que llamaba para pedirle hablar con Steve me decía que estaba "demasiado ocupado".- Dijo imitando la voz. Amber rodó los ojos. -En una ocasión, llamé para avisarle que estaría en el hospital porque Alice estaba con fiebre y no le dijo a Steve. Además de pésima persona, pésima asistente.- Agregó.
-Que bajo cayó papá.- Dijo Alice. -Al menos tu te vas a casar con un anciano rico.- Agregó.
Amber asintió.
T/n rodó los ojos.
-Veo que el ADN Rogers es fuerte en ustedes.- Las gemelas se observaron confundidas. -Voy a decir esto y espero que les quede mas que claro; yo no salgo y jamás salí con Tony.-Aseguró.
Ambas abrieron los ojos de par en par.
-¿Y qué hay de la boda?- Cuestionó Alice.
-Él se va a casar, yo no. Ni mucho menos yo con él.- Dijo t/n para luego reír.
-Pero papá dijo que...- t/n interrumpió a Amber.
-Tu padre siempre creyó que Tony tenía otras intenciones conmigo. Lo único que siempre fue él para mi es un buen jefe y, mas aún, un excelente amigo.- t/n suspiró lentamente. -Además, estoy ayudándolo con su boda porque durante los primeros años de universidad trabajé como asistente de una organizadora de bodas y sé algunas cosas al respecto.- Finalizó.
-¿Significa que lo odié sin motivo todos estos años?- Dijo Alice.
T/n asintió.
-¿Significa que no tendremos que sabotear ninguna boda?- Agregó Amber.
-¿En serio pensaban hacer esa estupidez? Diablos, si que son Rogers ustedes.- T/n dejó escapar una pequeña carcajada.
-Momento... ¿Con quién hablabas tan animada aquella vez?- Cuestionó Amber.
-Quizá con Stephen. Nunca tuvimos nada formal, pero el sexo ocasional era genial...- Aseguró t/n.
-Ohh... Con razón siempre venía a casa los viernes y preparaba esas papás tan deliciosas.- Dijo Alice.
T/n asintió.
-Entonces... ¿No sales con nadie?- Cuestionó Amber.
-Nop. Felizmente soltera.- Aseguró t/n.

Las gemelas se observaron y asintieron.

-Si pudieras salir con alguien que ya conoces, ¿Con quién sería?- Cuestionó Alice.
-Oh, no. No, no y no. Sé hacia donde va esto y la respuesta es absolutamente no.- Dijo t/n.
-¿Por qué no? Mejor malo conocido que bueno por conocer...- Dijo Amber.
-Niñas, sé que ustedes quieren que yo lo intente pero no es tan simple. Él y yo somos personas diferentes. Ya no somos los adolescentes estúpidos que se besaban en la casa del árbol de Sarah Rogers ni los universitarios que dormían en la bañera luego de beber demasiado.- Dijo t/n antes de fruncir los labios.
-Pero él demostró ser mas maduro y responsable todos estos años. Me crió prácticamente solo.- Señaló Amber.
Alice asintió.
-Si, ¿Y gracias a quién crees que eso fue posible?- Cuestionó t/n.
-¿Al esfuerzo y dedicación que le puso?- Dijo Alice.
T/n sacudió la cabeza.
-Cada vez que él no sabía que hacer, llamaba a Nat, la cual a su vez me escribía textos a mi y yo respondía sin importar la hora. Técnicamente, fui yo la que lo ayudó.- Afirmó t/n.
-Oh... Eso explica como supo cómo dar la charla sobre el período.- Dijo Amber. -Pero, hay cosas que también hizo bien solo.- Agregó.
-¿Como qué?- Cuestionó t/n.
-Aprendió a cocinar, a coser, a peinar. Hace unas trenzas excelentes...- Aseguró Amber.
-Si, y esas son cosas que él debía saber... Pero es bueno que al fin haya aprendido a cocinar, por dios.- Dijo t/n.
Las gemelas rieron.
-Hace su mayor esfuerzo aunque a veces no lo logra. Tiene una paciencia de acero y es altamente manipulable... Pero es un buen papá sin lugar a duda.- Señalo Amber.
-Además, es el oso de felpa mas grande del mundo. Le gustan las películas animadas de Disney, cantar viejas canciones mientras cocina y sabe como me gusta la pizza sin siquiera conocerme.- Agregó Alice.

T/n estaba atónita ante aquellas revelaciones.
¿Es posible que Steve haya mejorado tanto en esos últimos años? Si, la respuesta era mil veces si.
¿Es posible que él haya aprendido todo lo que ella alguna vez le reclamó debía saber para poder ser un mejor padre? Si, él aún es bueno aprendiendo.
¿Es posible hacer a un lado todo lo que llevó su relación a su fin y, al menos, ser amigos? Quizá...

T/n rodó los ojos.

-Ok, sólo por ustedes voy a intentar ser amiga de su padre. Pero nada mas.- Dijo t/n.
Las gemelas se abalanzaron sobre ella.
-Es todo lo que pedimos.- Dijo Amber.
-Si mamá, es todo lo que pedimos.- Agregó Alice.
-Ok, creo que ya es hora de que vayan a dormir. Mañana iremos de compras juntas y por helados.- Dijo t/n.
Las gemelas celebraron.
-Buenas noches, mamá.- Dijeron al unísono mientras abrazaban a t/n.
-Buenas noches mis amores.- Dijo t/n.

Una vez en su habitación, las gemelas celebraron.
-Te dije que funcionaría.- Dijo Amber.
-Lo sé, no creí que sería tan fácil. Ella es difícil de convencer.- Aseguró Alice.
-Sip, pero la manera en la que hablan el uno del otro grita que aún hay amor entre ellos. Aunque no lo quieran admitir.- Señaló Amber.
-Ok, eso es cierto. Son dos ñoños cuando se refieren el uno al otro. "Ella es hermosa por dentro y por fuera", o sea, disimula un poco.- Dijo Alice.
Ambas rieron.
-Bien, fase uno lista. Fase dos, comienza el lunes.- Dijo Amber.
-¿Crees que funcione tan bien?- Cuestionó Alice.
-El viejo es mas fácil de convencer. Mas si se trata de t/n. Él dirá que si sin pensarlo.- Amber sonrió.
-Pero sólo accederán a ser amigos.- Alice frunció levemente los labios.
-Si, pero se conocen hace ya bastante, hoy día son adultos y por lo que veo se comeran el uno al otro ni bien tengan la chance.- Las gemelas rieron.
-Eso es una enorme posibilidad. Espero que funcione.- Dijo Alice.
-Funcionará, te lo aseguro. En poco tiempo, estos dos estarán juntos nuevamente.- Aseguró Amber.
Alice sonrió ante aquellas palabras.
-Eso será genial.- Dijo antes de abrazar a Amber una vez mas.

~•~

El lunes por la tarde, Natasha y Bucky pasaron a buscar a las gemelas para llevarlas hasta Brooklyn. Durante todo el viaje, los cuatro hablaron del plan y de lo mucho que les gustaría que resulte.
Bucky y Nat accedieron a dar ese pequeño empujón de cada lado para que t/n y Steve acepten.
-Ustedes dos son incorregibles, pero es la mejor idea que se les pudo ocurrir. Las felicito.- Dijo Bucky.
-Oh, por favor Barnes. Es una excelente idea y lo sabes. Dales mas crédito.- Dijo Natasha.
-Ok, ok. Admito que es una excelente idea y la manera en la que están llevando todo a cabo es genial.- Dijo para luego rodar los ojos. -Aunque... Mi idea es mil veces mejor.- Agregó.
-Ya te dije que encerrarlos en una cabaña en el medio de la nada es una idea absurda.- Nat rodó los ojos.
-¿En serio esa es tu idea para reunirlos? Dios, papá tiene razón cuando dice que tienes suerte de ser bonito.- Señaló Amber.
-Hey, Rogers también tiene suerte de ser bonito. De lo contrario, jamás hubiera conocido a t/n y yo no tendría dos dolores de trasero rubios molestándome.- Tras decir esto, las gemelas protestaron.
-Pudrete Bucky.- Dijo Amber.
-Si, eso, pudrete.- Agregó Alice.
Bucky suspiró.
-Siempre soñé con el día en que ambas me dijeran que me pudra.- Los ojos de Bucky se llenaron de lágrimas.
Las gemelas se observaron.
-Oh, viejo, eres peor que papá cuando ve esa maldita película.- Dijo Amber.
Nat rió.
-Dejenlo en paz, está algo sensible desde que sabe que ustedes hicieron el intercambio.- Aseguró Natasha.
-Ohhh Bucky, sabes que te queremos mucho y que eres nuestro tío favorito...- Dijo Alice. Eso sólo hizo llorar aun mas al castaño.
-También soñé con el día en el que pase a ser su tío favorito por sobre todos los otros perdedores.- Dijo el castaño.
Nat rodó los ojos.
-Si, si. Lo que digas, Barnes.- Dijo en tono burlón.

Al llegar a la casa, Steve las esperaba en la puerta de entrada.
-Veo que alguien está ansioso... Pobre, no sabe lo que le espera...- Dijo Bucky.
-Bien niñas, sean buenas y no maten a su padre si no accede, ¿De acuerdo?- Dijo Natasha.
Las gemelas asintieron.
-Prometemos portarnos bien, pero si él dice que no a lo otro... Parricidio no suena tan mal...- Bromeó Alice.
-Ok, bajense, demonios. ¡Las amo!- Dijo Bucky.

Las gemelas bajaron del auto tras despedirse de Bucky y Natasha y corrieron a abrazar a Steve.
-¿Crees que lo logren?- Cuestionó Bucky.
-No lo creo, sé que lo lograrán. Hay mucho de t/n en ellas y Steve no dejará pasar la oportunidad de volver corriendo a sus brazos. Confía en mi.- Dijo Nat.

~•~

En efecto, el plan funcionó a la perfección.
Tras tan sólo media hora de charla, Steve accedió a invitar a t/n para ponerse al día de la vida de cada uno e intentar ser amigos... Además de poner fin a su relación con Sharon.

Esa noche, Steve invitó a Sharon a cenar con ellos. La rubia observó horrorizada a las gemelas.
-Jamás me dijiste que tenías dos hijas.- Dijo en tono inocente.
-Tu siempre supiste que tenía dos hijas. Incluso conoces a su madre.- Señaló Steve.
-Ohh cierto, tu noviecita de la secundaria.- Dijo en tono despectivo.
Las gemelas la observaron con enojo.
-Cariño, ¿Podrías decirles que no me miren así? Después de todo, yo seré su nueva mamá.- Espetó Sharon.
Las gemelas rodaron los ojos.
-De hecho, hay algo de lo que debo hablarte.- Dijo Steve.
Sharon asintió.
-Dime, cariño. Si es por los gastos de la boda, no te preocupes, papá accedió a pagar todo lo que yo pida.- Aseguró Sharon.
-De hecho... Dios, esto es complicado.- Murmuró Steve. Las gemelas lo observaron y asintieron. -Sharon, quiero que terminemos.- Dijo el rubio.
Sharon escupió el vino que tenía en la boca.
-¡¿Quieres qué?!- Exclamó.
-Lo que oíste. Quiero terminar contigo.- Afirmó Steve.
Sharon negó.
-Pero, ¿Por qué? ¿Es por qué no me agradan tus mascotas o por que no me agradan tus hijas?- Cuestionó.
-Es porque en realidad nunca vi que esto fuera a funcionar. Queremos cosas distintas y lo sabes.- Señaló Steve.
Amber y Alice sonreían.
-Pero me pediste que me case contigo, ¿Eso no es querer lo mismo?- Cuestionó.
-De hecho, jamás te lo pedí. Tu encontraste esa sortija en uno de mis cajones y supusiste que yo quería casarme contigo. Pero no, en realidad no quiero casarme contigo y...- Steve tomó la mano de Sharon y le quitó el anillo. -Esto le pertenece a una sola persona.- Dijo guardando el anillo en el bolsillo de su camisa.
-Pero... Pero...- Sharon observó las sonrisas en los rostros de Amber y Alice. Automáticamente, su cara se transformó. -Ustedes lo convencieron de esto, ¿Verdad? Claro, tenían que ser ustedes. No podían soportar la idea de que él ame a alguien mas y tenían que sabotearme, ¿Cierto? ¿Pues adivinen que? Él volverá a mi, ya verán. Lo hizo una vez, lo hará de nuevo.- Dijo Sharon.
Las gemelas estallaron en risas.
-¿Qué es tan gracioso, mocosas?- Dijo Sharon.
-Que te ves ridícula creyendo que él irá tras de ti.- Dijo Amber.
-¿Y tu que sabes? Que, ¿Acaso te enseñaron como saber si alguien gusta de ti en ese campamento? Ten en cuenta de que nadie jamás se fijara en alguien tan patética y marimacho como tu.- Espetó Sharon.
Alice le arrojó el pedazo de pan que tenía frente a ella dándole justo en la cara.
-¡Cierra la boca, estúpida! Nadie se fijará en tu triste trasero con esa actitud de bruja de bajo presupuesto que tienes.- Dijo Alice.
Steve rió.
-Mas estúpida es tu madre que no supo como complacer a su esposo y él la dejó.- Dijo Sharon en tono burlón.
Las gemelas la observaron.
Ambas tomaron todo lo que había en sus platos y se lo lanzaron a Sharon; Los gritos de la rubia, las risas de las gemelas y los ladridos de Thorin llenaban el comedor.
Steve sólo observó todo en silencio.

Sharon se marchó furiosa y cubierta de comida.

A modo de "castigo", las gemelas tuvieron que limpiar el desastre que desataron en esa guerra de comida. Con la ayuda de Steve, por supuesto.

Tras terminar de limpiar, ordenaron y lavaron los platos los tres juntos.

-Y... ¿Cuándo la llamarás?- Cuestionó Amber.
Steve la observó.
-Aún no lo sé. ¿Y si no quiere salir conmigo ni siquiera como amigos?- Dijo Steve.
Las gemelas se observaron y luego a él.
-Papá, creeme cuando te digo que no hay manera a en la que ella diga que no.- Aseguró Amber.
-Además, no sabrás hasta que no lo intentes...- Agregó Alice.
Steve asintió.
-Tienen razón. El que no arriesga, no gana.- Dijo Steve.
-Ok, ¿Qué diablos estás esperando? ¡Ve a llamarla!- Dijo Amber.
Steve rió.
-Suenas como ella cuando te pones toda mandona.- Señaló Steve.
-¡Deja de perder el tiempo y llamala!- Dijo Alice.
-Cielos, ustedes son clones de esa mujer. Hasta me da miedo.- Bromeó Steve.
Las gemelas lo observaron y él asintió.
-Bien, iré a llamarla. Dejen de verme así.- Dijo Steve para luego salir de la cocina.

Las gemelas celebraron una vez mas.

Steve de encerró en su habitación a pensar en que es lo que diría.
¿Cómo comenzar esa conversación? Se cuestionó.
-Hola linda, ¿Te gustaría ir a cenar conmigo y ponernos al día de lo miserables que fueron estos doce años sin ti a mi lado? Te extrañé cada maldito día y siempre que pienso en nuestro divorcio quiero prender fuego mi auto, quemar en el absolutamente todo, porque luego de que te fuiste me di cuenta de que me vida no vale la pena sin tu amor, tu calor, tus besos, tus abrazos, tu inmensa paciencia...- Murmuró. -Demasiado... Se asustará.- Susurró.

Tomó su teléfono y marcó el número de t/n. Lo puso junto a su oído y esperó.

Un tono.
Por favor atiende.
Dos tonos.
Daría lo que fuera para que me aceptes de nuevo.
Tres tonos.
Diablos, te amo tanto...

-¿Hola?- La suave voz de t/n hizo que el corazón de Steve se detuviera un momento.
-Hola, t/n...- Dijo él.
Una enorme sonrisa se formó en su rostro.

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