Bajo el muerdago - Parte 2: Regreso a la realidad
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PROMEDIO DE PALABRAS: 4600+ (ups!)
ADVERTENCIAS: Maldiciones, flashbacks, mención de falta de agua y jabón, confrontaciones, amigos geniales. ¡Leanlo hasta el final!
ESCRITO POR: PomeloVillano
N/A: Segunda parteeeee! Vamos a ponerle un poco de todo a este estofado (O alto guiso lol) para darle sabor...
*Itálica (cursiva): FLASHBACK*
*Créditos de la imagen: Pinterest*
~•~
Los beneficios de trabajar desde el departamento comenzaban a causar estragos; Tras tres semanas de que t/n decidió que era mejor evitar cruzarse con Steve y su "nueva" novia, ella prefirió el refugio del único lugar que podía resguardarla de un afuera que aún temía enfrentar. Por lo que llevaba 21 días sin salir más allá del lobby del edificio.
"¿En serio piensas dejar que esta situación te pase por encima en lugar de sacar lo mejor de esto y ser feliz como corresponde?" La voz de Kat resonaba en su cabeza.
Pero t/n hacía un excelente trabajo haciendo a un lado todo lo que aprendió de aquella extraordinaria mujer y se recluyo sin pelear.
Al conocer su trabajo a la perfección, t/n seguía con el ritmo habitual que la hizo una de las mejores en la firma para la que trabajaba; Múltiples llamados, fax y mails al día, seguidos de horas de tecleo furioso en su laptop y teléfono, la llevaron a resolver casi todos los casos en los que estaba trabajando.
Pero la paz es finita cuando no depende de uno.
Viernes 13 de diciembre, 10:00 de la mañana. Cita con Odinson.
El recordatorio apareció en su computadora, su agenda y su teléfono. Un quejido se escapó de ella. Esa cita sólo significaba una cosa: Debía, por el bien de su buen nombre y su remarcado profesionalismo, ver el único rostro que se negaba a enfrentar...
-Al diablo, es mi cliente y no lo perderé por un estúpido.- Murmuró mientras marcaba en su teléfono aquel recordatorio para el día siguiente.
Dejando a un lado todo en lo que trabajaba, en un intento por relajar su cuerpo de la posición en la que permaneció por horas, extendió sus brazos hacia arriba. De manera automática fruncio el ceño al sentir un fuerte hedor. Acercó levemente si nariz hasta su axila y al sentir que era la fuente de dicho aroma, alejo su rostro rápidamente.
-Ok, creo que necesito una ducha...- Dijo mientras se dirigía hacia su baño.
~•~
La mañana siguiente la encontró con un grado de ansiedad que no experimentaba desde que estaba en la universidad; Casi sin dormir, con suficiente cafeína para causarle un infarto, duchada, con su mejor falda traje, maquillaje suficiente para ocultar el cansancio en su rostro y oliendo a lavanda y vainilla, t/n entró a su nueva oficina.
Un poco pequeña pero con una vista espectacular, ese sería el principio de una línea que trazaba un nuevo comienzo en su vida.
Un suspiro se escapó de ella.
-Ok, tu puedes con esto.- Murmuró antes de cerrar la puerta tras de si.
~
-Lo bueno es que, luego de algunas semanas de arduo trabajo, pude completar una muy buena defensa para su caso, señor Odinson.- T/n hablaba con suma calma mientras observaba al sujeto frente a si; alto, fuerte, con una sonrisa increíblemente encantadora, Thor Odinson, era la fantasía de cualquier chica.
Un leve suspiro se escapó de él.
-Suena fenomenal, señora Rogers. Sabía que podrías resolverlo y ayudarme a salir de ese lodazal en el que esos paparazzi me metieron.- Dijo en tono animado.
T/n asintió haciendo caso omiso de aquel apellido que ya no le pertenecía.
-A eso me dedico, señor Odinson.- Hizo una leve pausa. -Y prefiero que me llame por mi apellido.- Agregó.
Los ojos del rubio se abrieron de par en par.
-Lamento el mal entendido, señorita T/A.- Dijo él.
-Usted no se preocupe, la notificación de la demanda será enviada esta misma tarde y espero tengamos novedades el lunes a primera hora.- Agregó. -Además, no creo que ellos quieran arriesgar el pellejo.- Finalizó.
-¡Fantástico! Entonces, espero su llamado.- Dijo poniéndose de pie.
T/n se puso de pie y lo acompañó hasta la puerta de su oficina.
El corto recorrido hasta el elevador fue llenado con una pequeña conversación llena de entusiasmo por parte del fortachon.
-Nos vemos pronto, señorita T/A.- Saludó él antes de entrar en el elevador.
-Nos vemos pronto, señor Odinson.- Dijo ella antes de dar media vuelta y regresar a su oficina.
~
T/n suspiró aliviada. Tras un largo día, había logrado completar todas sus tareas pendientes, almorzado con algunos compañeros de la firma y había tenido la suerte de esquivar el tema que más ruido hacía con facilidad; después de todo, su trabajo era prioridad.
Al terminar de organizar una lista de candidatos para entrevistar a su potencial asistente, dio por finalizado su día.
Salió de su oficina y cerró la puerta tras de si con una amplia sonrisa. Era bueno volver a hacer las cosas a su manera y más aún, tener algo de control en su vida.
Las puertas de elevador se estaban cerrando cuando alguien lo detuvo; el ceño de t/n se fruncio casi de manera automática al ver a Margaret, su antigua asistente.
T/n respiró con calma intentando recobrar su paz mental. Casi podía palpar la tensión que en aquel pequeño recinto comenzaba a cocinarse.
"Eres un adulto, no puedes matar a nadie... si lo haces no dejes rastros". Aquel recuerdo de Kat la hizo sonreír.
-Sé que sonará mal viniendo de mi parte...- La voz de Margaret sacó a t/n de su momentáneo trance. Volteó levemente y la observó. -Pero realmente agradezco que seas tan consciente y tomes todo este asunto de la ruptura con tanta madurez.- Agregó la castaña.
T/n se encogió de hombros un momento.
-Todo es por el bien de mi... psique...- La mirada de t/n se posó en la castaña y casi de inmediato comenzó a lamentarlo.
El bello vientre de embarazada de Margaret fue, sin duda, el golpe de realidad más doloroso que podía recibir.
Margaret notó la mirada de t/n y posó sus manos en su vientre.
-¿Cuánto?- Cuestionó t/n.
-¿Perdón?- Respondió la castaña.
-¿Cuánto tiempo estuvieron viéndose antes de que ese cobarde finalmente me pidiera el divorcio?- Cuestionó t/n en el tono más calmado que logró manejar.
La respiración de la castaña comenzó a agitarse.
-Un año...- Dijo en tono serio.
-¿Un año? ¿Te pagué por acostarte con ese idiota por todo un maldito año?- Una risa sin humor se escapó de t/n. -¡Esto es increíble!- Agregó.
-T/n, por favor, creí que estabas tomando esto con más calma de la que estas demostrando ahora.- Dijo Margaret casi con enojo.
-¡¿Más calma?! ¡El imbécil con el que pasé los últimos once años de mi vida me dejó y se llevó absolutamente todo lo que me pertenecía: mi tiempo, mi paciencia y a mi maldita gata!- El tono de t/n comenzaba a elevarse. -Sé que no debería estar diciéndote esto a ti, pues eres sólo otra ingenua en el camino de ese idiota, pero si para mañana Rogers no me regresa el sillón de Kat y a Merengue, voy a contra demandar y les quitaré hasta las malditas ganas de vivir.- Dijo t/n.
Las puertas del elevador se abrieron, finalmente, y t/n se aventuró a salir de este. Volteó un momento y observó a la castaña.
-Esa panza es la prueba irrefutable de que ese bastardo cometió adulterio, así que quiero mi sillón y mi gata o los haré pagar caro... y sabes que lo haré.- Tras decir aquello, caminó a toda prisa fuera del edificio.
~•~
El teléfono de t/n no paraba de sonar; Desde aquel encuentro en el elevador, ella tuvo más que claro lo que necesitaba hacer con su vida.
Una bien pensada y redactada carta de renuncia, el traspaso de sus casos activos a sus colegas más sobresalientes, la posterior devolución de su amada gata y el atesorado sillón, ya no hubo motivos para salir del departamento... O eso creía.
Lunes 16 de diciembre, 14:30.
T/n abrió los ojos con pesar al oir el insistente golpeteo en la puerta de entrada. Salió de la cama y se envolvió en su manta favorita de Spiderman, la cual Steve odiaba pero ella amaba. Se arrastró de mala gana hasta la entrada y abrió levemente la puerta; el rostro del otro lado era uno que realmente no esperaba ver.
-¿Qué quieres?- Cuestionó desde la rendija que sólo dejaba ver una pequeña porción de su rostro.
La pelirroja rodó los ojos.
-A mi también me da gusto verte, perra.- Espetó. -¿Qué diablos haces? ¡Déjame entrar!- Dijo empujando la puerta y abriendo esta de par en par.
-Oh si, pasa Natasha. Mi hogar es tu hogar.- Murmuró t/n. Ajustó la manta para cubrir su despeinado cabello.
-Veo que finalmente redecoraste.- Dijo Nat señalando la casi vacía sala.
T/n se encogió de hombros un momento.
-Era hora, supongo.- Admitió. -Sé que va a sonar horriblemente mal pero, ¿Qué haces aquí?- Cuestionó.
Nat se sentó en el sillón y suspiró. Posó sus pies en la mesa de café y observó a su amiga. Merengue subió a su regazo y la pelirroja comenzó a acariciar suavemente su pelaje blanco.
-¿Qué crees?- Dijo apuntando las maletas que había dejado a un lado.
-Emmm, ¿Te vas de viaje?- Cuestionó t/n confundida.
Nat negó con la cabeza.
-No, tu te vas de viaje. Vengo a arrastrar tu trasero de regreso a casa.- Admitió la pelirroja. T/n estaba a punto de protestar cuando Nat intervino. -No no, nada de "No quiero ir".- Dijo en tono serio mientras se ponía de pie. Posó sus manos en los hombros de t/n y la observó fijamente. -Si, esto es un asco y quizá crees que el encerrarte es la mejor opción, pero no pienso permitir que dejes que esto te convierta en una ermitaña a la cual veré nuevamente en algunos años rodeada de gatos y comiendo helado con los dedos.- Agregó.
Una pequeña risa se escapó de t/n.
-Eso no pasará Nat.- Dijo t/n.
-Te encerraste luego de que ese idiota te dejó y se dio el lujo de restregarte en la cara su nueva relación, se llevó todas tus cosas incluyéndo a tu gata sólo para que veas que él aún tiene control sobre tu vida.- Señaló. -Pero ése infeliz no va a quitarte lo más valioso.- Agregó.
T/n fruncio el ceño.
-¿Y eso sería...?- Cuestionó confundida.
-¡Tu maldita integridad! ¡La fortaleza que te hizo quien eres! ¡Tu dignidad!- Aseguró Natasha.
Los ojos de t/n comenzaron a llenarse lentamente de lágrimas ante cada palabra.
-¡Pero no tengo nada de eso!- Exclamó t/n. -Él me humilló frente a toda la maldita firma y en mi restaurante favorito, se llevó mis porquerías incluyendo los adornos de Navidad... los cuales son horribles...- Hizo una leve pausa para secar sus lágrimas. -Se cogió a mi asistente durante un maldito año y ahora ella está embarazada, algo que yo jamás pude... quizá mi castigo por ser hija de esos idiotas es no poder traer nada bueno a este maldito mundo.- Dijo de forma apresurada.
Natasha rodeó con sus brazos a t/n y la estrujó suavemente.
Sollozos llenaron el departamento.
Poco a poco, el llanto comenzó a cesar. Nat acarició suavemente la espalda de t/n.
-Quiero que me escuches con atención.- Nat se apartó y observó fijamente a su amiga. -Que ese hijo de perra haya hecho lo que hizo no significa que debas hacer a un lado quien eres.- Dijo en tono serio. -Eres la mujer más fuerte y valiente que conozco, capaz de resolver cualquier situación, que logró destacar siempre en cada cosa que se propuso, quien me ayudó, cuando eramos adolescentes, a criar a una niña que hoy día es una adolescente odiosa pero maravillosa, que jamás tuvo miedo de enfrentarse a cualquier tipo de reto y que siempre supo levantar la cabeza porque...- La pelirroja miró fijo a t/n.
-Mañana es un nuevo dia.- Finalizó t/n.
-¡Exacto!- Exclamó la pelirroja. -Sé que todo se ve mal y que es muy reciente, pero Steve Rogers no es el principio ni el fin de tu vida, ¿Está claro?- Cuestionó en tono serio.
T/n asintió.
-Bien, ahora que ya quedó eso claro... ¿Qué diablos es ese maldito olor?- Cuestionó la pelirroja.
T/n fruncio la nariz.
-¡Soy yo!- Exclamó.
Nat negó con la cabeza.
-¿Cuando fue la última vez que te duchaste?- Cuestionó.
-Creo que el... viernes por la mañana.- Admitió t/n.
Nat resoplo.
-Primero, ew. Segundo, siendo la persona más limpia que conozco, me sorprende... ve a darte una ducha, yo me encargo del resto.- Dijo dando una suave palmada en el hombro de t/n.
~
-¡¿A caso perdiste la cabeza?!- Exclamó Natasha.
T/n se encogió de hombros un momento.
-Quizá. No hagas dramas, Natasha.- Dijo ella en tono animado.
Natasha rodó los ojos.
-¡Eso no es excusa para que quieras conducir 4600 kilometros hasta Seattle!- Señaló Nat.
T/n levantó sus manos en rendición.
-Esta bien, tu ganas... pero cuando lleguemos alquilare un auto y haré donas por todo el estacionamiento.- Aseguró mientras salían de su departamento.
-Suena bien para...- El discurso de la pelirroja se vio interrumpido por el escandaloso sonar del teléfono de t/n. -¿Piensas atender esa porquería? Si tengo que oírlo una vez lo haré pedazos...- Dijo en tono amenazante.
T/n rodó los ojos antes de observar la pantalla de su teléfono. La notificación del mail que este le devolvía la sorprendio.
-Esto es raro...- Murmuró abriendo la notificación y leyendo rapidamente el e-mail.
-¿Qué es raro?- Cuestionó Nat mientras caminaban hasta el elevador.
T/n comenzó a teclear rápidamente una respuesta antes de apagar el dispositivo y hacerlo a un lado.
-¿Recuerdas la primera firma que quiso contratarme cuando me gradué? ¿Stark & Strange?- Cuestionó. Natasha asintió. -Al parecer se enteraron de mi renuncia y quieren que me una a su equipo lo más pronto posible...- Agregó.
-¡Eso suena fantástico!- Dijo la pelirroja con entusiasmo mientras oprimia el botón que las llevaría al lobby.
-Si suena fantástico, solo me sorprende la rapidez con la que corren las noticias.- Dijo pensativa.
Nat chasqueo la lengua.
-No lo pienses demasiado, si estás lista ve por ello sino... mi sofá estará siempre a tu disposición.- Bromeó.
T/n rodó los ojos para luego reir.
-Como sea, les dije que debo pensarlo... lo que me da algunos días para responder si quiero o no hablar de trabajo nuevamente.- Admitió.
~•~
El recorrido en avión desde Nueva York hasta Seattle se sintió eterno y a la vez no. Si bien era el lugar que la vio nacer, crecer, cometer miles de errores y convertirse en la persona que hoy día es, t/n evitaba regresar desde hacía seis años.
La pelirroja y t/n subieron al auto rentado y suspiraron aliviadas.
-¿A dónde, Miss Daisy?- Cuestionó Nat mientras abrochaba su cinturón de seguridad y ajustaba el asiento.
T/n ajustó su cinturón de seguridad. Volteó y observó a Merengue en su jaula.
-Ya sabes a donde tenemos que ir primero...- Dijo ella en tono apagado.
Nat asintió poniendo el vehículo en marcha y saliendo del estacionamiento.
Un lento suspiro se escapó de t/n.
~
-...Hay días en los que desearía haberle hecho caso a mi madre. Quizá la historia sería otra.- Dijo Nat. -No me malinterpretes, los amo pero me vuelven loca.- Agregó.
T/n llevaba los últimos 40 minutos pérdida en una nebulosa en su mente.
Al detenerse frente al cementerio, t/n respiró profunda y lentamente.
Nat posó su mano sobre la de t/n y le dio un suave apretón.
-Con Sam y las niñas venimos una vez al mes. J.B viene más a menudo...- Dijo la pelirroja.
Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de t/n.
-Él siempre fue su favorito...- Aseguró. Una pequeña risa se escapó de Nat.
-Siempre...- Agregó.
~
Tras pagar por el ramo de flores, t/n recorrió a paso seguro el camino que la llevaba hasta aquella inscripción. Al encontrarla, se paró frente a esta y suspiró. Se arrodilló a un lado dejó las flores junto a la lápida.
Katherine Archer
10 de Marzo, 1949 - 20 de febrero, 2014
Amada madre y abuela.
"Que el fin siempre sea el principio de algo mas".
-Si digo que tenías razón probablemente dirías "Dime algo que no sepa".- Murmuró t/n. Sus ojos comenzaron a llenarse lentamente de lágrimas. -Tenías razón, Kat... él es una maldita rata...- Dijo con la voz cargada de dolor.
~•~
~16 de Noviembre de 2013 - Manhattan~
La risa de t/n llenaba el, por demás repleto, salón. Kat la observó con una amplia sonrisa en su rostro.
La relación de Kat y t/n siempre fue encantadora; a pesar de que las circunstancias en la que terminaron juntas no fueron las más fáciles, ellas siempre supieron encontrar lo positivo en lo negativo. T/n fue producto de la irresponsabilidad de dos adolescentes, pero aún así el mayor orgullo de Kat.
T/n bailaba con J.B, su mejor amigo de la infancia, cuando algo captó la atención de Kat; En un rincón del salón, casi oculto a la vista de los invitados, se encontraba el novio... besando a una de las meseras.
Kat sacudió la cabeza en un intento por ordenar sus ideas, pero lo único que pasaba por su mente era que t/n debía saberlo.
~
Luego de lo que pareció una eternidad, Kat finalmente encontró sola a su nieta. Inhalo profundamente y con calma en un intento por mantener su compostura. Posó su mano en el hombro de t/n captando su atención.
-Hey, ahí estás.- Dijo t/n con alegría. El alcohol comenzaba a colarse en sus palabras.
-¿Puedo hablar contigo un momento?- Cuestionó Kat. Sus enormes ojos verdes cargados de seriedad.
T/n asintió. Tomó la mano de Kat y ambas salieron del salón hasta el estacionamiento.
T/n se apoyó en uno de los autos estacionados y suspiró.
-Si dijera que cometí un error, ¿Qué dirías?- Cuestionó Kat.
T/n fruncio el ceño.
-Que es la primera vez que dices algo así.- Señaló.
Kat suspiró lentamente.
-Ok, cometí un grave error.- Aseguró ella.
T/n se acercó a Kat y la observó con atención.
-¿Estás segura de lo que dices?- Cuestionó ella.
Kat asintió. Posó una mano en una de las mejilla de t/n.
-Eres mi más grande orgullo; El día en que supe que llegarías prometí que haría hasta lo imposible por verte feliz.- Admitió. -Si bien la idea de tener que ser responsable de tu persona me dio más miedo que criar a tu madre, tengo que admitir que veo que hice algo bien contigo; eres inteligente, audaz, valiente y por sobre todas las cosas la mejor persona que he conocido.- Los ojos de Kat comenzaron a llenarse de lágrimas. -Por eso creo que cometí el error mas grande de mi vida al dejar que te cases con esa maldita rata.- Dijo en tono seguro.
T/n fruncio el ceño ante aquellas palabras.
-Abuela, por favor.- Dijo en tono molesto.
-Nada de abuela.- Agregó Kat. -Él te hará sufrir, quizá no hoy o mañana, pero algún día... no permitas que lo haga.- Dijo.
T/n apartó la mano de Kat de su rostro.
-¿Es una broma? Entiendo que creas que soy una estúpida por enamorarme de alguien y querer vivir mi vida, pero yo no soy mi madre.- Los ojos de Kat se abrieron de par en par ante aquellas palabras y el tono de t/n. -Ahora podrás dormir tranquila por las noches sabiendo que no te traeré más problemas y que no deberás cargar más con el peso que la hija de dos adolescentes estúpidos te puede traer.- Espetó.
Kat sacudió la cabeza.
-¡Tu nunca fuiste una carga!- Exclamó Kat.
-¡¿Entonces por qué diablos intentas arruinar mi maldita fiesta?!- Exclamó t/n. -¡Por una vez en tu vida olvídate de toda esa mierda y déjame ser feliz!- Exclamó t/n.
-¡¿Cómo diablos piensas ser feliz si no eres capaz de ver que esto es una maldita farsa?! Ese tarado que elegiste de esposo te apuñalara por la espalda y no pienso escucharte llorar o quejarte de que yo tenía razón.- Agregó Kat. -¡Ahora ve y disfruta el primer día del resto de tu estúpida y cornuda vida!- Dijo antes de dar media vuelta y marcharse.
~•~
El auto se detuvo, finalmente, frente a un escenario menos sombrío; la casa de Natasha y Sam siempre provocaba una sonrisa en el rostro de t/n. Ambas bajaron del auto y t/n se aventuró a la puerta de entrada cargando la jaula de Merengue.
-¿No piensas bajar tus maletas?- Cuestionó la pelirroja.
T/n negó con la cabeza mientras abría la puerta.
-¡¿Qué parte no entiendes?! ¡No te perforaras la lengua!- La voz de Sam se escuchaba desde la entrada.
Una pequeña risa se escapó de t/n. Nat, por su parte, rodó los ojos.
-¡¿ Y qué parte de lo haré quieras o no no entiendes?!- Exclamó Whitney.
Dejó a un lado la jaula de Merengue y abrió su puertita.
T/n caminó por la casa y se paró en la entrada de la cocina donde la discusión se llevaba a cabo. Se cruzó de brazos y suspiró.
-Veo que traje el espíritu de las fiestas conmigo.- Dijo en tono animado.
Sam y Whitney voltearon y al verla, la adolescente corrió a abrazarla.
-¡Tía!- Exclamó con alegría mientras estrujaba a t/n.
-Veo que tienes más fuerza que hace algunos años.- Dijo t/n.
-¡Tía t/n!- Una voz más pequeña y un par de brazos menos fuertes rodearon sus piernas.
-¡Me atacan, me atacan!- Exclamó t/n para luego reír. Las risas de las niñas se unieron.
Tras un momento, la voz de Sam las interrumpió.
-Ok, niñas, no maten a su tía que aún no la abracé yo.- Dijo en tono animado.
La adolescente y la pequeña liberaron de su abrazo a t/n. Rápidamente, Sam la rodeó y estrujó.
-Es bueno verte de nuevo.- Dijo el moreno.
-Es bueno verte de nuevo a ti, Sam.- Dijo t/n.
Una amplia sonrisa se formó en su rostro.
~
T/n suspiró. Tomó su teléfono y lo observó un momento antes de encenderlo. Se sentó en el sofá de la sala junto a una muy dormida y cómoda Merengue.
El aparato cobró vida y, por un instante, todo parecía tranquilo... hasta que las muchas notificaciones comenzaron a llegar.
Cientos de mails sin leer, cuarenta mensajes de texto, treinta llamadas perdidas, y un sin fin de recordatorios de su agenda...
-Ok, es momento de borrar todos esos recordatorios.- Murmuró.
Tras eliminar los recordatorios, los cuales consistían en citas con clientes con los que ya no trabajaría, chequeo las llamadas perdidas; al menos diez eran de la asistente personal de Thor y otras diez del mismísimo Thor. Las diez llamadas restantes eran de Fury, Hill y dos de un número desconocido. Los mensajes de texto eran de las mismas fuentes incluyendo el número desconocido, el cual pertenecía a Virginia Potts, asistente legal de Anthony Stark. Para la sorpresa de t/n, los mensajes eran de un sutil recordatorio de los beneficios de trabajar para su firma. Los mensajes de texto de Thor y su asistente personal eran un ruego de no abandonar su caso.
Los mails fueron un poco más de lo mismo; Fury y Hill rogando que regrese, Darcy la asistente personal de Thor rogando que no los abandone, Thor rogando exactamente lo mismo, Sharon Carter -a quien cedió sus casos sabiendo que los dejaba en excelentes manos- agradeciendo la oportunidad... y rogando que regrese.
Una corta respuesta a Sharon con un elaborado mensaje alentador en el que destacaba una y otra vez su potencial, remarcaba que no debía darse por vencida bajo ninguna circunstancia y deseándole mucha suerte y un exitoso futuro, t/n dejó su teléfono aliviada... por dos segundos.
El aparato comenzó a sonar sin pausa nuevamente.
T/n rodó los ojos al ver que uno de los textos pertenecía a Steve en el que remarcaba que era "Una perra desalmada" por ceder sus casos a "una incompetente sin talento" en lugar de a él.
-¿Por los viejos tiempos? ¡Pudrete, imbécil!- Dijo antes de hacer a un lado su teléfono.
-De haber sabido que sería recibido con tanta calidez, me quedaba congelando el trasero afuera.- Los ojos de t/n se abrieron de par en par ante aquella voz.
Al voltear se encontró con una amplia sonrisa, una que traía consigo un sin fin de recuerdos.
Recuerdos de risas, sonrisas, mejillas acaloradas, pechos agitados, pies descalzos en el césped una tarde de verano, besos en el ático y en la cocina de Kat...
-Aún estás a tiempo...- Dijo t/n poniéndose de pie.
Al pararse frente al castaño, observó con detenimiento su rostro; a pesar del paso del tiempo, aún conservaba ese encanto que lo hacía único.
Una sonrisa se formó en el rostro de J.B.
-¿Qué tanto ves?- Cuestionó en tono animado.
T/n fruncio el ceño. Una pequeña sonrisa se plasmó en su rostro.
-Tienes arrugas... envejeviste, viejo amigo.- Tras decir aquellas palabras, rodeó los hombros del castaño con sus brazos.
Él procedió a rodearla con sus brazos.
-Es bueno volver a verte...- Murmuró él.
-Es genial volver a verte, Bucky.- Murmuró ella.
T/n, aún pérdida en aquel abrazo, elevó levemente la vista. Su ceño se fruncio de manera automática al ver el muerdago mecerse sobre ambos.
~
El sonido de escandalosas risas llenaban el comedor. T/n cubrió su rostro ante la anécdota que Natasha contaba.
-¡Fue muy dramático!- Exclamó la pelirroja.
T/n sacudió la cabeza.
-¡No lo fue para mi! Kat me había quitado mi teléfono y cortó el cable de mi televisión... parecía la decisión mas factible.- Hizo una leve pausa y dejó que Marie le diera un trozo de zanahoria.
Whitney arrugo la nariz al ver la interacción entre la pequeña y t/n.
-¿Por qué dejas que te de su comida? Siempre está fría, babeada y es un asco.- Dijo la adolescente.
T/n sonrió.
-Yo dejaba que me des galletas llenas de saliva cuando eras pequeña Whitty-Whitt.- Admitió t/n.
Envió un guiño a la adolescente haciéndola reir.
Marie tomó otro trozo de zanahoria con su tenedor y se lo dio a Bucky. Él lo tomó y puso en su boca exagerando un poco el sabor.
-Mmmm... ¡esta ensalada está mejor que la mía!- Exclamó. Una pequeña risa se escapó de Marie.
Nat y Sam observaron aquella interacción entre t/n, Bucky y su pequeña. Ambos compartieron una mirada cómplice.
-¿Qué tal van las cosas en la cafetería, J.B?- Cuestionó Natasha.
Bucky se encogió de hombros un momento.
-Como de costumbre. Amo ser mi propio jefe pero odio tener tantas responsabilidades.- Dijo el castaño.
-A mi me alegra que puedas dedicarte a algo que amas...- Aseguró t/n.
Una amplia sonrisa se formó en el rostro de él.
-Bueno, ya me conoces... Siempre quise dedicarme a esto...- Admitió el castaño. -¿Recuerdas cuando incendiamos el horno eléctrico de Kat?- Cuestionó él con entusiasmo.
-¡Por supuesto que lo recuerdo! Me castigó un mes por eso.- Dijo t/n recordando.
-Si y por eso dijiste que te cambiarías de apellido y que ibas a vivir en mi sótano.- Señaló Nat.
T/n rodó los ojos.
-¡No vi a ninguno de ustedes por un mes!- Exclamó.
-Y aún lamento en el lío en que te metiste por mi culpa...- Agregó Bucky.
T/n sacudió la cabeza levemente.
-Te perdone cuando me llevaste esas galletas de limón.- Dijo ella. -Por cierto, no duraron un mes como se suponía...- Agregó llevándose una risa del castaño.
-Contaba con ello.- Admitió él.
~
T/n y Sam lavaban y secaban los platos mientras conversaban cuando el aclarar de una garganta los interrumpió. Ambos voltearon y se encontraron con un sonriente Bucky.
-Debo admitir que el que estemos los cuatro juntos de nuevo me trae muchos recuerdos.- Admitió el castaño.
T/n asintió.
-A mi también...- Dijo ella.
-Y me encantaría quedarme un rato más, pero mi turno comienza temprano mañana.- Agregó Bucky.
T/n fruncio los labios.
-Entonces... ¿Te veo otro día?- Cuestionó ella.
Bucky asintió.
-De hecho, quería invitarte un café. ¿Mañana estás libre?- Cuestionó él.
T/n asintió con enérgicamente.
-Tengo vacaciones permanentes.- Aseguró ella.
Una pequeña risa se escapó de él.
-Entonces, ¿mañana a las 11:00 te parece bien?- Cuestionó mientras acomodaba su chaqueta.
T/n se acercó y asintió.
-Suena genial.- Dijo ella.
Ambos caminaron hasta la puerta de entrada y se despidieron con un corto abrazo.
-Nos vemos mañana, t/n.- Dijo él.
-Nos vemos mañana, Bucky.- Dijo ella.
Tras cerrar la puerta, t/n se quedó un momento estática; una extraña sensación de alegría la invadía.
-Asi que... ¿J.B?- La voz de Natasha la hizo rodar los ojos.
-No sé de qué diablos hablas, Nat.- Dijo t/n mientras huía a toda prisa.
~~•~~
N/A: ¿Qué les pareció? ¿Demasiado largo? El siguiente es más largo aún...
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