#7 Solo amigos
BUCKY BARNES X LECTORA X STEVE
PROMEDIO DE PALABRAS: 4000
ADVERTENCIAS: Mención de encuentros sexuales, infidelidad al por mayor (practiquemos las relaciones sanas, porfis), uso excesivo de algunas malas palabras, Bucky siendo medio idiota y algo manipulador. ¡Leanlo hasta el final!
ESCRITO POR: PomeloVillano
N/A: OS inspirado en la canción 'Just Friends' de Amy Winehouse.
#AmyPorSiempre
~•~
-Creo que es momento de parar con esta estupidez.- Dije mientras me vestía.
Bucky dejó escapar una leve risa para luego ponerse serio.
-Oh, no estás bromeando.- Dijo sentándose en la cama.
Las sabanas aún tibias por lo que habíamos hecho hace un momento.
-Claro que no bromeo. Ambos sabíamos que esto era una pésima idea y aún así seguimos viéndonos a escondidas como un par de adolescentes.- Dije en tono calmado.
Arreglé mi cabello mientras observaba a Bucky.
Quizá iba a refutar con alguna tontería, pero se vio interrumpido por el sonido de su teléfono. Natasha probablemente está muerta de preocupación y éste tarado aquí conmigo.
-Adiós, vuelve con ella antes de que se dé cuenta y te mate.- Dije saliendo de aquella asquerosa habitación de hotel.
Al salir del "establecimiento" que sólo resguardaba encuentros ocacionales con quien alguna vez fue mi mejor amigo y luego novio, mi cabeza comenzó a viajar a aquel bello tiempo en el que lo único que nos preocupaba era en que el resto no supiera que gustábamos el uno del otro.
Imbéciles los dos.
~•~
Hoy, luego de salir por tres años romper y no saber nada el uno del otro por otros tres, que cada uno siguiera adelante, me pregunto cómo diablos dejé que el querer volver a ser amiga de quien fue sin duda mi mejor amigo, se me fuera tanto de las manos...
¿Soy una imbécil por querer ser su amiga? No.
¿Soy una imbécil por acostarme con mi ex quien por cierto tiene novia, la cual es maravillosa? Si y mil veces si.
Pero me cuesta tanto evitarlo. Es como si tuviéramos imanes metidos en el trasero que nos atraen constantemente el uno al otro...
Y todo termina de la peor manera.
¿Cómo es que dejé que esto pasara? Sólo queria volver a ser su amiga.
Mi cerebro siempre me dice que no responda a sus malditos llamados a las 12:00 de la noche, pero ahí voy yo corriendo tras su trasero. Su bello y firme trasero.
Dios, soy una idiota.
Pensar que cuando rompimos creí que jamás iba a querer tocarlo o verlo nuevamente, pero para mi desgracia no fue así.
Hace algunos meses, Tony hizo una fiesta y no pude poner excusa alguna para no ir. A modo de ultimátum, él me dijo que si no iba diera por terminado el vínculo familiar que nos unía. No sé a qué se refirió, pero tuve que ceder e ir a su bendita fiesta.
Allí, con un vestido que dejaba ver absolutamente todos mis "encantos", trago en mano y una sonrisa más fingida que orgasmo en película porno, me encontraba viendo como mis amigos y ex compañeros de equipo pasaban un buen momento. Esquivé cuanto pude sus preguntas de por qué me fui de la base, pero todo se vio frustrado cuando el verdadero motivo con piernas apareció frente a mi.
Bucky Maldito Barnes.
Sé que no es su verdadero nombre, pero juro que se lo ganó.
Jeans negros, camisa negra y su cabello recogido en un rodete algo desordenado, allí estaba por quien decidí alejarme.
Ser su amiga fue magnífico, ser su novia un sueño hecho realidad... Hasta que tocamos fondo y decidimos que romper era lo ideal. La decisión mas adulta que tomé en mi vida.
-Hola, muñeca. Largo tiempo sin verte.- Dijo en su siempre tono calmado.
Su voz era lo único que escuchaba. El ruido de fondo desapareció. Una sutil sonrisa se formó en mi rostro.
-Bucky... Largo tiempo sin verte.- Dije algo nerviosa.
Él podía notar lo incómoda que estaba, pero digamos que eso sólo lo alentaba más.
Imbécil.
Se acercó levemente a mi con los brazos abiertos.
-¿Un abrazo por los viejos tiempos?- Dijo sonriendo.
Sin dudarlo me acerqué y lo abracé. Respiré por un momento el aroma que emanaba su ser. Dios, ¿Por qué siempre huele tan bien? Gel de ducha, shampoo de menta y ropa limpia. Exquisito.
Maldición.
Nuestra burbuja se reventó al escuchar a alguien aclarar la garganta. Rápidamente nos separamos y volteamos a ver a quien nos observaba con una, digamos, sonrisa.
-Hola Nat.- Dije dando una sonrisa algo incómoda.
-Hola T/N, es bueno volver a verte...- Dijo en tono amigable. -Cariño, me puedes ayudar con algo?- Dijo Natasha dirigiéndose a Bucky.
¿Cariño? Diablos, diablos, diablos.
-Por supuesto, dulzura.- Dijo el súper soldado, no sin antes agregar -Nos vemos luego, muñeca.- Agregó antes de alejarse.
-Nos vemos.- Dije con un hilo de voz mientras observaba como se marchaba junto a la bella pelirroja.
Si, él efectivamente siguió adelante mientras yo seguía siendo una fracasada con conquistas de una noche para evitar vivir otro rompimiento. Inteligente al principio, si, pero las noches eran algo solitarias después de todo.
Ok, la fiesta terminó para mi.
No pienso pasar otro segundo en este infierno.
Terminé mi trago de una sola vez sintiendo como éste bajaba por mi garganta y, tras dejar el vaso en la barra, me dirigí rápidamente a la salida mas cercana. Mi plan de huida se vio frustrado al toparme con un muy animado Steve.
Carajo, yo sólo quería volver a casa y gritar en mi almohada.
-¡Hey! ¿Tanto tiempo ausente para que solo soportes 10 minutos en una fiesta? Suena que no quieres vernos mas...- Dijo en tono triste.
Odio a estos sujetos y su facilidad de hacerme ceder a pasar tiempo con ellos.
-De hecho, estaba buscando el baño...- Mentí mientras sonreía.
-Oh, entonces te dejo con tus asuntos.- Dijo para luego abrazarme. -Es realmente bueno volver a verte, hablo enserio.- Agregó dándome su mas sincera sonrisa.
-También es bueno volverte a ver, Capi- Dije huyendo hacia el baño.
Ninguno de los dos notó como eramos observados con atención.
Una vez dentro del baño dejé salir un largo suspiro.
¿Por qué creí que era buena idea venir?
Mi torbellino de pensamientos se vio interrumpido cuando la puerta se abrió. Debí ponerle llave, maldita sea.
-Con que... ¿Steve?- Dijo él.
Reconocería esa voz en cualquier parte.
Volteé a ver a un muy serio y hasta casi enojado Bucky. Dejé escapar un resoplido.
-¿Desde cuando te debo explicaciones?- Cuestioné algo molesta.
Él solo rió sarcásticamente.
-Jamás dije que me dieras una explicación... Sólo me siento algo herido que eligieras a mi mejor amigo de entre toda la gente que hay allá.- Aseguró.
Lentamente comenzó a acercarse hasta estar frente a mi. Podía sentir su respiración.
-Veo que los celos no te dejan ver con claridad.- Dije para luego reír. -Aún así, ¿Quién diablos te crees para cuestionar lo que haga? Por si no lo recuerdas, ya no somos nada... Ni siquiera amigos.- Dije.
Aunque intenté controlar el tono en el que las palabras salían, el sabor mas amargo dejaba mi boca en cada una de ellas.
-¿Y de quién es la culpa?- Cuestionó mirándome a los ojos.
-Tuya, por supuesto.- Escupi.
-Nah, fuiste tu quien no quiso saber más nada de nosotros y, mas aún, fuiste tu la que se fue. Eramos buenos amigos y lo arruinaste todo.- Dijo en tono algo molesto.
-¿Yo arruiné todo? ¿Hubiera sido mejor si seguíamos fingiendo que todo iba bien aunque no fuera así?.- Dije para luego empujarlo.
Caminé hasta la puerta pero éste la bloqueó con su maldito brazo de metal.
-Nah ah ah. Tú no te vas hasta que arreglemos esto.- Dijo él.
-Bucky, por favor. No hay nada que arreglar. Si quieres podemos volver a ser amigos pero, ¿Podríamos hablarlo en otro lugar?- Pregunté señalando nuestro alrededor.
-Nop, o lo resolvemos aquí y ahora o no habrá otra oportunidad.- Aseguró.
La ira comenzaba a invadirme.
-Bien.- Dije para luego apoyarme en el lavamanos. -¿Cómo resolvemos esto?- Pregunté algo frustrada.
-No lo sé. No pensé que ibas a querer hablar conmigo...- Dijo para luego reír.
-Ok, si no sabes como resolver esto, llámame cuando sepas.- Dije en tono calmado.
Una vez mas mi huida se vio frustrada por él.
-Bueno, quizá si haya una forma de resolverlo.- Dijo dándome su mas amplia sonrisa.
Oh no, eso jamás es bueno.
-¿Ah si? Iluminame.- Dije en tono seguro.
Mi curiosidad era mas grande que mis ganas de irme.
Mierda.
-¿Qué tal un beso? Si no pasa nada daré por cerrado ese capítulo y ambos podremos volver a ser buenos amigos como antes. ¿Qué dices?- Dijo él.
Una sonrisa invadía su rostro.
-¿Sólo un beso? Creo que puedo con eso.- Dije acercandome.
Me incline levemente hacia su rostro y deposité un suave beso en sus labios. Al separarnos nos miramos por un momento a los ojos.
Ese fue el principio del fin.
En un momento estás en una fiesta a la cual no querías asistir y al otro estás teniendo sexo con tu ex en un baño. Magnífico.
Estúpido.
Imbéciles.
Al salir del baño, me dirigí a toda prisa hacia la salida. Necesitaba aire, llorar, gritar, huir de allí.
Dios, ¿Por qué vine a esta estúpida fiesta?
Al llegar a mi departamento, arranqué de mi ese estúpido vestido y corrí hacia la ducha. No existe agua y jabón en el mundo que laven la culpa que sentía de no sentir culpa por lo que había hecho. Después de todo, fue solo una vez.
O eso creí.
Dos semanas después de aquél estúpido encuentro, a mitad de la noche, alguien golpeó a mi puerta. En pijamas, el cual consistía en una vieja remera que le robé a Bucky y ropa interior, super despeinada y con mucho pesar, caminé hasta la puerta. Al abrir, me encontré con un Bucky alegre.
Eso nunca es bueno.
-Hola mu...- Lo interrumpi.
-¿Qué diablos haces aquí y a esta hora?- Pregunté aún resfregando el sueño de mis ojos.
-Estaba de paso por el vecindario y creí conveniente pasar a saludar a una vieja amiga.- Dijo apoyándose en el marco de la puerta.
-¿No es un poco tarde para andar haciendo visitas?- Cuestioné arqueando una ceja.
-Para nada, creí prudente esta hora porque es el horario en el que más linda se ve... Más cuando usa una de mis viejas remeras...- Dijo observándome de pies a cabeza.
Inhale con fuerza.
Sé fuerte y no lo dejes pasar.
-¿Puedo pasar o tendré que rogar?- Dijo él.
-Claro.- Dije dejándolo entrar.
Al cerrar la puerta y voltear hacia él, me encontré con sus labios besando los míos con desespero.
Técnicamente nos arrancamos la ropa, por ponerlo en palabras. Jamás creí que la mesa del comedor sería una superficie apta para tal acto.
Mierda.
Lo observe vestirse en silencio. ¿Cuándo vas a aprender?
-No quiero que pienses que solo vine por esto.- Dijo depositando un beso en mi frente.
-Vete Bucky, o ella sabrá que te fuiste.- Dije en tono calmado.
-Nos vemos, muñeca.- Dijo antes de partir.
Solo fue otra vez. No hay que hacer un escándalo.
~•~
Lo que parecía ser un encuentro entre viejos amigos siempre se transformaba en sexo desenfrenado en cualquier lugar que pudiera ocultarnos por lo que durara ese momento.
Poco a poco, comenzamos a ponernos reglas; Nada de besos en los labios, ya no mas encuentros en lugares públicos y, bajo ninguna circunstancia, en un entorno donde se encontrara algún conocido.
Con ese "reglamento" creí que todo marcharía bien, pero siempre que haya sexo de por medio suelo equivocarme. Es difícil no dejar que aquella conexión comenzara a llevarse lo mejor de mi y que de alguna manera mis sentimientos hacia él se tornaran mas complicados de ocultar. Al final del día, yo era un desastre de sudor, fluidos y lágrimas.
Patético.
~•~
-¿Cuándo tendremos tiempo de ser sólo amigos?- Rompí el silencio que reinaba en mi habitación.
Mi cabeza se encontraba posada sobre el pecho desnudo del súper soldado. Éste rió.
-Creí que eramos amigos, muñeca.- Dijo él.
-A lo que me refiero es a pasar algo de tiempo que no involucre terminar desnudos y jadeando, tarado.- Dije para luego reír.
-Supongo que tienes razón. ¿Qué tal si salimos a ver una película la próxima semana?- Cuestionó él.
Una leve sonrisa se formó en mis labios.
-Eso suena...- El zumbido de su teléfono me interrumpió.
Hora de volver a la realidad. Aquella en la que él tiene una novia maravillosa esperándolo en casa y yo me quedo una vez mas a juntar los despojos de esto que llamamos amistad.
-Vete, si no llegas a casa ella te matará.- Dije sentándome en la cama.
Él se vistió a toda prisa. Depositó un beso en mi frente para luego marchar hacia la puerta.
-Nos vemos, muñeca.- Se despidió.
La puerta se cerró y al oírlo salir del departamento, las lágrimas comenzaron a brotar sin pausa.
Esto no debería ser así.
Yo sólo quería volver a ser su amiga.
~•~
La promesa de volver a pasar tiempo como "amigos" jamás ocurrió. No lo culpo, él nunca fue bueno para cumplir con lo que prometía; Amistad para siempre, amor eterno, un futuro juntos, una familia, una nueva vida lejos de todo esto.
Jamás, jamás, jamás.
El zumbido del teléfono interrumpió mi momentanea meditación de "Por qué soy una idiota que no tiene autocontrol cuando se trata de mantener los pantalones puestos junto a Bucky Maldito Barnes vol.1000."
Era un llamado. De nada mas y nada menos que... Natasha.
Respiré profundo y atendí.
-Hola Nat, ¿Cómo estás?- Pregunté.
-Hola, T/N! Necesito tu ayuda con algo, ¿Crees que podamos vernos esta tarde?- Su voz sonaba calmada.
Quizá ya sabe todo. Es momento de preparar una buena lista de mentiras y negaciones.
-Claro, ¿A las 16:00 es buen horario?- Pregunté intentando calmar mi voz.
-Por supuesto, te mando la dirección por texto. Nos vemos.- Dijo para luego colgar.
Observé por un momento mi teléfono. Unos segundos después llegó el texto con la dirección. Tenía algunas horas, así que una larga ducha sería lo ideal para calmar mis nervios.
~
A la hora pactada, llegué hasta la dirección que Natasha me había enviado. Por un momento dude que fuera la correcta. ¿Una tienda de vestidos de novia?
Oh, mierda. Mierda. Mierda, mierda, mierda.
Ingresé a la tienda donde una muy feliz Natasha me esperaba.
-¡Hola T/N!- Me saludó la pelirroja. -Sé que debes tener algunas preguntas pero no haré muy largo esto... ¡Me voy a casar!- Dijo en tono animado.
-Hey, ¡Felicitaciones!- Dije en el tono mas alegre que pude manejar.
No sé si era felicidad genuina o mi mecanismo de defensa cerrando mi lado malicioso.
-Si, finalmente el súper soldado me lo pidió. Tendrías que haberlo visto, ¡fue tan romántico! Cena en casa, él cocinó, música suave y luego de una charla de cómo "la vida da vueltas inesperadas" se arrodilló frente a mi...- Mientras las palabras salían de sus labios, mi cerebro se cerró.
No es momento de pensar, de sentir ni nada similar.
-Wow, eso suena hermoso. Que envidia.- Dije sonriendo.
-¡Lo sé! Jamás creí que me lo pediría, mas aún porque últimamente estuvo algo distante, pero ahora sé que era porque estaba buscando el momento ideal para proponérmelo.- Dijo con entusiasmo.
U
n momento de silencio se apoderó de nosotras.
-Bien, quizá suene algo extraño ya que tu y Bucky tienen historia juntos... Pero quería pedirte, y no estás obligada a decir que si, ¿Serías mi dama de honor?- Dijo ella.
Sentí como la sangre de mi rostro se drenó. Pero soy débil y creo que después de todo, se lo debo.
-Sería un honor, Nat.- Dije sonriendo.
La pelirroja me rodeo con sus brazos.
~•~
Las primeras dos semanas pasaron en un suspiro.
El casamiento era en menos de tres meses y había mucho por hacer. El tiempo vuela cuando tienes mil tareas pendientes y una novia exigente; Flores, comida, pastel, invitaciones, lista de regalos, salón. Parecía que íbamos a casarnos nosotras.
-Dime, ¿Cómo es que ese tarado se escapa de sus tareas como novio?- Pregunté mientras revisaba la lista de tareas del día.
-Siendo honesta, no confío mucho en sus gustos. Gracias al cielo te tengo a ti y a Steve. Él si que tiene buen ojo para estas cosas.- Dijo Nat.
-Quien diría que el Capi sabría que hacer en situaciones como estas.- Dije algo sorprendida.
-Por cierto, es el padrino por lo que necesito que te pongas en contacto urgente con él.- Dijo ella.
-Claro, será bueno ver al gran Capitán América siendo algo mas que un her...- Mi teléfono comenzó a sonar. Al ver la pantalla, para mi sorpresa, era él quien llamaba. -Hablando del Diablo.- Dije en tono divertido para luego atender.
~•~
Las siguientes 3 semanas pasaron con algo mas de lentitud. Sin lugar a dudas, Steve era excelente compañero de equipo.
Por suerte todas estas semanas los preparativos de la boda drenaban mi tiempo lo suficiente como para no tener que lidiar con Bucky. Digamos que organizar su casamiento era un respiro de alivio. Saber que las cosas ya no serán estúpidas entre nosotros era lo mejor para ambos.
Me encontraba mensajeando con Steve para preparar la lista de pendientes del siguiente día, cuando alguien golpeó a mi puerta. Era algo tarde así que, digamos me sorprendí. Al abrir, ni mas ni menos que Bucky se encontraba allí. Una sonrisa de oreja a oreja plasmada en su rostro.
-Hola, muñeca. Largo tiempo sin vernos.- Dijo sonriendo.
Dio un paso hacia mi en su intento por entrar en el departamento pero lo detuve.
-¿Qué haces aquí?- Cuestioné algo molesta.
-Si, yo también te extrañé.- Dijo en tono burlón.
-Estoy cansada y tengo mil cosas por hacer, por favor vete.- Dije intentando cerrar la puerta.
Éste, puso su mano para detenerla.
-¿Acaso no me extrañaste?- Su pregunta sólo hizo que mi furia llegara a su mas alto nivel.
-Bucky, vete de aquí. Creo que ambos sabíamos que este día llegaría. Ahora que vas a casarte podemos finalmente dejar esta estupidez de lado y ser amigos de una buena vez.- Espete.
Un gesto de sorpresa invadió su rostro antes de que cerrara la puerta en su cara.
~•~
Jamás creí que me encontraría feliz de pasar tiempo con Steve. Él es atento, organizado, divertido a mas no poder, dulce, extremadamente inteligente.
Al final de otro día de locos, Steve y yo nos encontrábamos relajados organizando las respuestas a las invitaciones y las mesas de la recepción. La lista de invitados no era muy larga ya que ambos no tenían familiares cercanos vivos.
Faltando sólo un mes para el gran día, ultimar detalles era de suma importancia.
Tras terminar con los últimos items en nuestra lista, ya a las 02:00 de la madrugada, nos quedamos conversando sobre lo difícil que era organizar un casamiento para alguien mas.
-Aún creo que sería mas fácil si esos dos hicieran algo mas que quejarse como niños.- Dijo Steve entre risas.
Jamás había notado que su risa fuera tan linda...
Diablos, no. No, no, no.
-Debes entender que ambos tienen la paciencia muy limitada y que somos la mejor opcion, Capi.- Dije sonriendo.
-Cierto. Deberías haber visto el escandalo que hizo Bucky cuando fuimos a probarnos los trajes. Creo que él es peor que esas novias histéricas que muestran en esos programas raros que a veces ve Tony.- Aseguró él.
Su mano se posó en mi rodilla.
¿Cuándo diablos llegó ahí?
Algo sorprendida, observé su mano, luego mi vista se enfocó en su rostro. Una sutil sonrisa de dibujo en éste.
-Quizá te suene extraño, pero no sólo estoy feliz de que Bucky finalmente se case, sino que me siento aliviado.- Dijo Steve.
-¿Por qué?- Cuestioné algo curiosa.
-Porque así ya no me sentiré culpable por gustar de ti...- Admitió. Mis ojos se abrieron de par en par. -Es bueno poder decirlo finalmente. Me gustas desde que nos conocimos. Pero luego apareció él, acaparó toda tu atención y cuando le dije que me iba a animar a decirte lo que sentía, ustedes comenzaron a salir.- Aseguró.
Bucky Maldito Barnes.
Maldito, maldito, maldito.
-Es bueno saber lo que sientes Steve...- Dije acercándome a él.
Nuestros rostros se encontraban enfrentados a escasos centímetros el uno del otro.
-Digamos que me pasó algo similar. Me gustabas hasta que él llegó y sólo podía prestarle atención a ese enorme y anciano bebé.- Admiti.
Steve dejó salir una carcajada.
Ambos nos quedamos viéndonos por un momento. Al carajo, ya no puedo seguir dejando que lo buenon se vaya de mi vida sólo por un estúpido que no vale la pena.
-Capi, juro que si no me besas en este instante voy a patear tu patriota trasero.- Dije en tono seguro.
Sus labios y los míos se encontraron en un dulce y calmado beso.
Jamás creí que disfrutaría tanto de algo así.
Jamás, jamás, jamás.
~•~
Y el día previo al gran día llegó. Las cuatro semanas que llevaba saliendo con Steve habían sido tan bellas que me costaba creer que podía en algún momento de mi vida ser así de feliz.
El salón de la cena de ensayo era amplio y todo era perfecto de principio a fin. Steve y yo eramos un excelente equipo sin duda alguna.
Por suerte era una de las últimas tareas que debíamos ejecutar y finalmente seríamos libres.
A mitad de la noche, Steve dio un pequeño discurso de como toda la organización le sacó mas canas que todos los años que llevaba vivo. Risas, comida, música y baile, conformaron una bella noche.
Cuando pude finalmente escapar un momento al baño para tomarme un respiro como anfitriona, mientras acomodaba mi cabello la puerta se abrió. Era un dejavu, pero no era lugar para repetir momentos estúpidos.
Para mi sorpresa no era Bucky quien se encontraba junto a la puerta, sino Steve. Una amplia sonrisa en su rostro.
-¿Ya te dije lo hermosa que te ves con ese vestido?- Cuestionó sonriendo.
-Si, algunas veces... Pero quiero escucharlo nuevamente, Capi.- Dije en tono animado.
No hace falta demasiado para que este bello ser me convenza de dejar la fiesta e ir al departamento.
~•~
El sonido de los teléfonos sonando sin pausa nos trajeron a la realidad la mañana siguiente. Al mirar la hora, el reloj marcaba las 11:00.
Diablos, la ceremonia era en sólo una hora.
Tomé mi teléfono y atendí.
-¡Realmente espero que estés en el hospital, porque sino no hay excusa alguna para que no estés aquí!.- Una enojada Natasha gritaba desde el otro lado.
Aclaré un poco la garganta para poder hablar de manera coherente.
-Y yo realmente lamento no estar ahí en este momento pero juro que iré en un instante.- Dije para luego colgar. -Steve, Steve... ¡Steve!- Exclame.
El capitán despertó algo alarmado.
-¿Qué pasó, cariño?- Cuestionó algo dormido.
-Pasa que es súper tarde y los novios van a matarnos si no llegamos a tiempo.- Dije saliendo de la cama y corriendo a buscar mi vestido.
Steve no perdió tiempo y comenzó a hacer lo mismo.
-Sabes, podríamos ganarnos dos enemigos de por vida y quedarnos aquí...- Dijo mientras acomodaba el nudo de su corbata.
-No, no necesito a esos tarados odiandome.- Dije mientras me ponía los zapatos.
Arreglé mi cabello como pude y apliqué solo un poco de maquillaje para tapar el cansancio de mi rostro.
Ya listos, nos dirigimos a toda prisa a donde se realizaría la ceremonia y la recepción. Justo a tiempo.
Por suerte.
Tras una larga y agotadora ceremonia, una aún mas larga fiesta, el dia finalizó sin drama alguno.
Steve y yo nos quedamos hasta que todos los invitados se fueron.
Con mis zapatos en una mano y una botella de champagne en la otra, caminamos hasta nuestro, ahora, departamento.
-Jamás sentí tanto alivio de que un día termine.- Dije para luego dar un trago de la botella.
Steve sonrió ampliamente.
-Si, creo que luego de los meses más locos de mi vida merezco dormir por una semana al menos... Pero si hiciera eso me perdería de pasar tiempo con la chica mas genial de todas...- Dijo posando su brazo sobre mis hombros.
-Y yo me perdería de pasar tiempo con el ansiano mas genial del planeta.- Dije en tono divertido.
-Ahora si cruzaste la linea, mocosa.- Dijo Steve antes de abrazarme. Sus ojos se fijaron en los míos. -Aún así, creo que es apropiado decir que amo a esta mocosa.- Aseguró antes de posar un beso en mis labios.
Jamás creí que todo terminaría así.
Jamás, jamás, jamás.
Pero finalmente, sucedió.
~~•~~
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