Hubiera sido una gran amiga
La campanilla anunció la entrada de un nuevo cliente, la señora miró con atención al joven que a pasos lentos recorría con su mirada las flores a su alrededor. Le extrañó ver como una sonrisa se asomaba al ver las flores pero sus ojos brillaban tristes.
-¿Puedo ayudarle en algo Joven?- Preguntó con dulzura; el castaño no pudo evitar encontrar el parecido con la Señora Potts. Sonrió, asintiendo con la cabeza se fue acercando al mostrador.
-Me gustaría llevar un ramo de aquellas -dijo señalando unas flores blancas: apenas las vio, sintió que eran las indicadas.
-¿De las azucenas? Está bien. -La dueña rápidamente cortó las flores y empezó a preparar el ramo. El menor volvió a mirar las flores, tantos colores y aromas llenaban el lugar que le daban un brillo tan especial, hasta que un pequeño manchón violeta llamó su atención.
-¿Aquellas son...?
-Si, son Rosas, son las últimas que me quedan ¿Le gustaría llevárselas? -Era una simple corazonada pero algo le decía que serían perfectas, asintió con una leve sonrisa.
Los tres ramos descansaban en el en asiento del copiloto, pues le pareció que sería justo llevar para todos. Iba a velocidad tranquila, deseando que no empezara a llover porque no trajo paraguas y el único refugio que tendría allí, sería su Jeep.
Soltó el suspiro que se había guardado todo el viaje, no era la primera vez que hacía toda esa rutina pero en esa ocasión, se sentía mucho más deprimido que antes. "Quizás sea el clima" pensaba el muchacho mientras un recuerdo asaltaba a su mente.
-¿No puedes ir más rápido? -se quejó la rubia después de tanto silencio, su brazos estaban cruzados y su ceño fruncido. Verla así le recordó a Stiles cierto lobo amargado pero enseguida sacudió la cabeza, no quería que se vuelva a meter en su cabeza.
-No estamos en rápido y furiosos, además... no quiero una multa más. -El sarcasmo del castaño se calló al ver los ojos dorados de su acompañante, tendría que empezar a acostumbrarse a esos ojos amenazantes. Sobre todo a los rojos carmín.
-Derek va a matarme a este paso... -se quejó Erika con amargura viendo por la ventana a la velocidad que iban, hubiera aceptado ir en auto con Boyd. Pero desde que de la nada, Derek, le pidió que mantuviera un ojo en Stiles, pues siempre tenía que haber un lobo con él. "La manada se cuida uno a otros, después de lo del Kanima, no podemos dejar a nadie indefenso" fueron las palabras del mayor tras la orden, pero ella sabía que había algo detrás.
-Como si fuera tan importante ser puntual... -Rodó los ojos, además de ser el Alfa ahora de la manada y dársela por mandon, pendía puntualidad exacta como la de él. Si decía "Llego en 5 minutos", el jodido lobo alfa llegaba, a Stiles le molestaba, que además de quisquillosamente puntal, era amargado, gruñón, frío, callado... fuerte, alto, de miradas profundas, tan masculino con esa pinta de chico malo usando chaqueta de cuero junto a su barba de tres días. "Tenía que ser jodidamente perfecto" pensó Stiles frunciendo el ceño pero no se había dado cuenta que lo había murmurado y que se escuchó fuerte y claro para la acompañante a su lado.
-¿Te gusta, no es cierto? -picó Erika burlona sacando a Stiles de sus pensamientos sobre el gran hombre-lobo. La rubia le sonreía con malicia y sintió como los colores le subían a la cara.
-No sé a qué te refieres... -bufó Stiles, la loba en cambio rodó los ojos.
-¿Sabes que sé cuándo mientes? -dijo la rubia señalando el pecho del castaño, donde está el corazón. Stiles maldijo internamente, todavía no se acostumbraba a que Erika era una mujer-lobo ahora.
Stiles no contestó, solo se concentró en la carretera, podía sentir todavía la mirada burlona de Erika y eso lo hacía sentir nervioso, no era como si le gustara el hombro lobo o algo por estilo. No negaría que el Alfa es atractivo, "Jodidamente atractivo", un hombre fuerte, con un porte muy masculino... pero no, que a él le van las mujeres, todavía tiene que emplear su plan de ahora veinte años para conquistar a Lydia.
Tenía un nudo en la garganta, era como revivir el momento, sólo que esta vez era sumamente diferente. Deseaba que el recorrido hubiera sido por motivos diferentes, que sus pasos se detuvieran en el patio delantero de la mansión Hale y no que lo llevaran al patio de atrás.
-Te está mirando -susurró Erika sentándose a su lado, Stiles estaba leyendo el bestiario para poder serle más útil a la manada. La rubia no se llevaba bien con Allison y Lydia, donde la cazadora le estaba enseñando a la pelirroja a tirar con el arco. El castaño levantó una ceja y la loba, con un leve movimiento de cabeza le señaló hacia donde estaban los lobos entrenando.
Sus ojos se movieron lentamente hasta encontrar con el mayor, Derek, mirando de reojo con el ceño fruncido y sus ojos rojos de Alfa. Volvió a mirar a Erika quien tenía una sonrisa ladina
-Sera porque estás aquí en vez de estar allí. -Stiles quería irse de ahí, la mirada penetrante de Derek le estaba poniendo nervioso y se sonrojaba violentamente ante la sonrisa de la rubia que le insinuaba algo que se negaba a creer. Pero quería que fuera cierto.
-Como tú digas. -La rubia se acomodó el pelo y se sentó mucho más cerca del castaño, apoyado su cuerpo en él-. ¿Qué lees? -dijo fingiendo interés pero de reojo estaba mirando las acciones del alfa que no eran más que gruñir, esquivar los golpes de Scott y lanzarlo lejos.
-Sobre la pareja de hombres lobos... -comentó sumido en lectura, Erika sonrió por la coincidencia viendo como Derek era derribado por Scott por no estar prestando atención.
-Vaya... ¿Qué más dice? -Tomó el brazo de Stiles entre los suyos mirando al libro y luego a él, el humano se puso un poco nervioso a la cercanía y la reacción pero decidió contarle.
-Pues habla de que son muy sobre protectores, posesivos y celosos... -dijo encogiéndose de hombros, no sabía que fuera cierto, después de todo no había visto a Scott ser así con Allison. Puede que en algunos casos pero no apenas algunas características de todo lo que decía ese capítulo.
-Vaya coincidencia... -Su tono de voz fue mucho más agudo de lo normal e incluso su sonrisa se había ensanchado.
-¿Coincidencia? ¿Donde? ¿En la manada? Solo Scott tiene pareja y no...-
-Hablando de Scott -le interrumpió Erika levantándolo de lugar y alejándose un poco. A los segundos, Scott chocó con el árbol donde estaban sentados.
-Vaya Bro, no sé qué habrás hecho pero no deberías enojar a Derek -dijo Stiles viendo al Alfa con los brazos cruzados y su ceño fruncido. Le tendió la mano a su hermano para ayudarlo a ponerse de pie, este siseó dolorido y los huesos de su espalda crujían al estirarse.
-No creo que... haya sido yo quien lo haya enojado -gruñó cada palabra, como si todavía no se recuperara del golpe para luego fulminar a Erika con la mirada.
-Erika, Scott... -Ambos se pusieron tensos al escuchar la voz grave llamarlos, Stiles en cambio sintió cierto escalofrío erizando toda su piel-. El entrenamiento no terminó -gruñó Derek con cara de mala leche. Los betas volvieron entre bufidos y gruñidos. La mirada del castaño se encontró con la del mayor, fueron sólo unos segundos en los que sólo se miraron a los ojos sin decirse nada hasta que el mayor le sonrió. Y otra vez Scott fue derribado por Derek.
Llevaba los ramos entre sus brazos, abrazándolos, tratando que se peguen sus emociones y que así puedan llegar a donde sea que estén. No era la primera vez que iba a ese lugar, primero Derek se había mostrado reacio a enseñárselo y luego de que lo visitara pero el castaño supo usar las palabras, que no era un mero capricho, era una costumbre de sentirse cercanos. Lo hacía unas pocas veces al año en el cementerio, junto a la tumba de su madre y ahora los había incluido a ellos.
-Hola Erika -dijo Stiles arrodillándose frente a una sencilla lápida, el nombre de la loba era lo único escrito. Apoyó su mano en la fría roca, sus dedos recorrieron las letras talladas, deseando que pueda escucharlo desde donde pudiera estar-. Mira, te traje estas -comentó con una sonrisa triste mientras apretaba el ramo de azucenas contra su cuerpo-. Apenas las vi, pensé en ti-
Su mirada se perdió en los blancos pétalos de las flores, el aroma le llegaba de manera suave, trataba de mantener una sonrisa porque a Erika seguro le hubiera gustado verlo sonreír, después de todo no se había equivocado-. Tenías razón... -Su voz temblaba y la comisura de sus labios no podía mantener esa sonrisa mucho más tiempo-. Con nosotros, al principio no me lo creía pero recordaba cada vez que me lo decías. -Una pequeña risa escapó de sus labios y las lágrimas ya se deslizaban por mejillas-. Gracias, nos abriste los ojos a los dos y lo seguiste haciendo después-
Desde lejos, con los brazos cruzados y una expresión seria, Derek vigilaba a su humano. No le gustaba que hiciera esas visitas, porque era como abrirse una herida. Odiaba ver a Stiles triste, odiaba cuando lloraba y su lobo no puede, no quiere oler tristeza en su castaño. Quería evitar esas lágrimas, quería callar esos sollozos, él solo quería ver su sonrisa y sentir su dulce aroma pero sería peor reprimir sus sentimientos. Son humanos y aunque no sea lo mejor, el llorar ayuda a combatir ese dolor, aunque al lobo le gustaría encontrar otra manera para no ver a Stiles llorar.
-Derek fue quien dio el paso. -La voz del castaño llegó a su oídos, la melancolía estaba impregnada en su aroma pero podía sentir cierta nostalgia y alegría, incluso vio cómo su sonrisa volvía tímidamente.
El loft estaba sumido en silencio, el único ruido que se escuchaba era una tranquila respiración y las hojas de un libro siendo pasadas, la luz del atardecer colaba por el ventanal tiñendo todo el salón de tonalidades doradas.
Cerró el libro empezando a sentir sus ojos cansados, sentía su cuerpo pesado y una sensación de inquietud lo invadió. El sonido de un mensaje de su celular lo sacó de sus pensamientos. Era de Scott, sintió la preocupación asomar al leerlo.
·Derek, Stiles ha desaparecido.
-¿Y eso qué tiene ver conmigo?
·Desde de ayer no ha vuelto. No contesta los mensajes ni las llamadas, el Sheriff está muy preocupado, se supone que volvería antes del mediodía.
Ok, Derek tiene que admitir que estaba preocupado por el humano. Es cierto que le es irritante y muchas veces solo quiere pegarle para que se calle pero también, muchas veces lo quiere ver sonreír, escucharlo decir alguna broma que no hará reír a ninguno o ver su preocupación por toda la manada. El chico es valiente e inteligente, eso no puede negarlo, como tampoco puede negar que siente algo por el pequeño humano. Y el no saber dónde se encuentra hace que su lobo este inquieto, y quiere pegarle a Scott, porque es su alfa y solo le da la información a medias.
-¿Volver de dónde Scott?¿A dónde fue Stiles?
·Ayer fue el aniversario de la muerte de su madre, a la mañana había ido al cementerio pero cuando lo buscamos allí, no estaba.
-Reunión en el Loft. En 15 minutos.
No pasaron 10 minutos que Scott ya estaba en su casa. La preocupación era visible en su rostro. Una vez que estuvo toda la manada, discutieron los posibles lugares en lo que podría estar Stiles. Intentaron llamarlo de nuevo pero saltaba el contestador, Liam comentó que su aroma en el cementerio había desaparecido por la lluvia. Había decidido que los lobos buscarían por zonas más extensas y boscosas donde podrían usar sus sentidos con mayor facilidad mientras que los humanos, como Lydia, Allison y el Sheriff buscarían en la ciudad. Estaban saliendo del Loft cuando Scott recibió un mensaje del Sheriff, que encontraron el jeep varado en una ruta, al sur de la ciudad pero no había rastro de Stiles.
Derek estaba pisando el acelerador a fondo, el tiempo corría y que ya empezara a anochecer tenía toda la manada preocupada. El jeep se había quedado sin batería y el celular de Stiles estaba en el asiento del copiloto, descargado. El moreno se ofreció y no aceptó un no como respuesta de buscar por esa zona, después de todo la conocía mejor que nadie.
Encontró el rastro de Stiles enseguida, el aroma era suave pero podría seguirlo sin problemas y no podía pensar el por qué el castaño iría a ese lugar. La mansión Hale se alzó frente a él y el aroma del castaño era mucho más fuerte allí.
Agudizó su oído apenas entro a las ruinas, tratando de escuchar alguna señal de Stiles pero sólo estaba el silencio tras sus pisadas en el piso de madera. Su olfato en cambio lo fue llevando al patio de atrás, en donde estaba su lugar especial y deseaba que el humano no lo hubiera encontrado.
"Adiós, volveré pronto" escuchó como si fuera un susurro, se internó al bosque tratando de ubicar los pasos que suponía que eran de Stiles. Apestaba, el toque amargado de la tristeza opacaba el olor a café del menor. A la distancia lo vio caminando mirando hacia el suelo, un gruñido escapó de sus labios y a los segundo lo había empotrado contra un árbol.
-¿PERO QUE CARAJOS? ¿¡DEREK!? -Stiles no entendía lo que tenía Derek con estamparlo con cualquier superficie, que es humano y su espalda sufre. Encima que tener al lobo cerca no es lo mejor, que le tiene un poco de miedo pero joder, que solo tiene su rostro a centímetros del suyo. El olor a cuero y pino de Derek lo atonta y no puede evitar sonrojarse y se maldice a sí mismo porque también quiere darle tremendo golpe con un guante lleno de acónito al lobo.
-¿¡Donde mierda te habías metido?! -Sus ojos se habían vuelto azules mientras gruñía cada palabra, estaba molesto que el humano esté muy tranquilo sin darse cuenta de que había preocupado la manada-. Nos tenías preocupados -le dijo entre dientes, el agarre había disminuido pero seguía sin apartarse. Stiles cambio su expresión de enfado a una de confusión para terminar con una de tristeza.
-Como si les importara el humano débil de la manada -susurró mirando hacia abajo. El aroma amargo del castaño le hizo sentir cierto deje de culpa y lo soltó.
-Nos importas, a cada integrante de la manada -dijo apoyando sus manos en los hombros del chico, buscando su mirada.
-Puedo creerlo de Scott, Allison y Lydia, pero seamos honestos, TÚ si me odias. -La mirada dolida le hizo retroceder un paso y apartar sus manos, puede que no lo soporte pero nunca lo llegaría odiar.
-Yo no te odio -susurró Derek con la mirada hacia un costado. Stiles apenas lo escuchó pero se cruzó de brazos, riéndose a punto de decirle que no mienta pero el mayor se acercó peligrosamente, la mirada de verde intenso le hacía temblar ligeramente. El menor retrocedía hasta que una fuerte mano lo agarró de la cintura, acercando su cuerpo al del moreno-. Me importas mucho más de lo que piensas.
-¿Ah sí? Demuéstramelo entonces. -Que se aplaudía mentalmente por no haber tartamudeado al tenerlo tan cerca, sentía que la mano del mayor lo aferraba posesivamente pero con sus palabras estaba provocando al lobo.
-Bien. -La sonrisa del mayor al decir eso le quitó el aire pero sintió su pulmones morir, su corazón explotar y su cerebro fundirse, el Derek Amargado Hale le estaba besando. Y que él no era tonto, enseguida respondió ese beso que había provocado un cortocircuito. Si no lo estuviera sosteniendo por la cintura, ya se hubiera caído porque...VAYA BESO.
-Poco tiempo después, me pidió que fuéramos novios. -La sonrisa de Stiles por el recuerdo era acompañados por lágrimas que ya no podía detener-. Es muchas veces posesivo y celoso pero me gusta eso de él y siempre se preocupa por mi... -Era irónico escuchar la pequeña risa del castaño cuando las lágrimas caían a raudales.
Los brazos de Derek lo rodearon fuertemente, dejó que el calor lo invadiera tratando de calmar su respiración. Su pecho se sacudía violentamente mientras trataba de callar su llanto, el mayor apretaba su abrazo y escondió su rostro en el hombro de Stiles-. Ya, no llores por favor. -El susurro había sonado como una súplica, sentía los pequeños besos en su piel y como los fuertes brazos lo rodeaban como si fuera escapar en cualquier segundo-. Por favor-
-Ella... -empezó entre sollozos-. Hubiera sido una gran amiga. -La voz del castaño se rompió mientras los recuerdos lo atormentaban. Derek sentía su pecho doler con tantas emociones abrumándolo, también había sido su beta, sentía el dolor del castaño como suyo y también podía sentir como su lagrimas se acumulaban.
Se quedaron así por unos minutos, hasta que Stiles pudo respirar normalmente. Derek no lo soltó en ningún momento, quería borrar todo ese dolor de su pequeño humano. Juntos fueron a las demás tumbas. Las anémonas azules para Boyd y las rosas violetas para Laura. Fue la primera vez que Stiles pidió ver la lápida de su hermana. El menor le pidió un momento de privacidad que solo se lo negó con fruncir el ceño, ni siquiera soltó la mano de castaño, este solo se bufó y se arrodilló para susurrar lo más bajo posible.
"Seguro estás orgullosa del gran hombre que se convertido tu hermano...yo me siento el más afortunado de estar a su lado"
Apenas salieron del bosque, llegando al Camaro, Derek abrazó a Stiles con mucha fuerza. El castaño no pudo evitar reír ante tan repentina muestra de cariño y soltó un quejido por la fuerza del lobo-. Erika tenía razón, eres perfecto -le susurró juntando su frente, Stiles se rio con más fuerza y eso llamó la atención del moreno.
-Ella me dijo exactamente lo mismo de ti. -Los ojos brillantes del castaño mostraban que ya no había recuerdo tristes por los cuales llorar. Su sonrisa contagio al mayor, quien le dio un suave y tierno beso al menor.
Erika tenía razón, eran, son y serán perfectos el uno para el otro.
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He vuelto a la vida!!!
Estuve de viaje una semanitas y se me hizo subir,incluso teniendo shots escritos.
En fine, he vuelto y hay sterek para todos (?
Este capitulo se me ocurrió de la nada y pues...salio esto.
El titulo es directamente mi pensamiento de si Erika hubiera seguido viva.
En fin, comenten para saber si le gusto este intento de angst o que se yo XD
Saludos ~
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