Tu pasado, la historia que has vivido, es una pieza fundamental en la construcción de la persona que eres. Siempre hay una justificación para cada una de tus acciones, sea buena o mala, existe un motivo. Hay factores y hechos que te condicionan a la horade actuar o pensar de una manera.

No conocer el escenario detrás, no te permite ver con totalidad del porqué se da la situación, llegando a malinterpretar o juzgar incorrectamente. Injustamente. Tachando, criticando, señalando, ignorando, acusando a alguien de quien no conoces mucho acerca de su historia o incluso nada de ella.

Personajes, etiquetas, títulos. Son las maneras que se crean en la sociedad para juzgar o señalar a las personas. Muchas veces es algo inocente y otras veces es la crueldad en palabras. Es casi imposible creer a alguien que nunca lo haya hecho. Siempre juzgamos, es así como nos regimos en la sociedad, una manera de movernos.

Yo he juzgado pero el tiempo me demostró que estaba equivocado, que solo me faltaba un poco de confianza. También he sido juzgado, siendo señalado como "el malo de la historia". Las situaciones por las que he pasado, me han hecho quitarle importancia aquellas etiquetas, incluso, llegando a aceptar aquellas acusaciones erróneas que se han dicho sobre mí.

Pero llegando a conocer qué hubo antes, aquello cambia; nunca se dio un nombre específico pero se podía suponer con facilidad: "La oveja negra de la historia". Y sin querer, solo dejando que pasase, fue cambiando: lentamente de un aliado hasta un líder e incluso volviendo a ser un enemigo, pero terminando como amigo.

No creo en Dios, nunca he llegado creer en él pero podría decir que el destino es el culpable, más creíble, detrás de cada cosa que nos pasan en la vida. Conmigo...pues no sé si decir que fui motivo para su entretenimiento.

He pasado por muchas pérdidas, hay mucha sangre de inocentes en mi camino y no me paro de culpar por ello. Parece que la muerte siempre me acompaña y trae consigo desgracias para todos aquellos que me rodean. Cada hecho que pasaba hacía que mi corazón se escondiera tras una fría barrera de agresividad, seriedad, desconfianza y miedo, volviéndome un ser solitario.

Mi madre siempre me decía que "el amor sana hasta las heridas más profundas". El mismo amor fue el que hizo que la herida se abriera cada vez más y más. El comienzo fue acompañado de inocencia pero de una pureza innegable, era verdadero, era sincero pero...me he equivocado, he actuado mal, nunca pensé las consecuencias y éste se terminó marchitando en mis brazos, manchando mis manos de sangre inocente.

Lo que siguió, fue más retorcido, si se pudiera describir de algún modo. No había sentimiento en ese momento, no como yo hubiera querido. Estúpidamente me sentía correspondido pero no estaba más que siendo usado. Otra vez estaba ciego y fue ahí cuando pagué por ellos. El incendio era como la burla de mis acciones, como si fuera un castigo que se llevó muchas vidas pero no la mía.

Debí haber estado yo en su lugar en vez de ellos, pero tuve que vivir. Con lo poco que quedaba de mi corazón, mi alma no era más que cristales rotos bajo mis pies. Las heridas sin sanar estaban ocultas tras una muralla, dejando todo el dolor enterrado, acumulando todo ese sufrimiento tras una máscara de silencio e indiferencia. Pero mi defensas flaquearon, otra vez, lentamente volvía a creer tener una oportunidad de poder de volver a sentir a aquella emoción. De que la calidez volviera a existir en mi cuerpo y que brillara una tenue luz de vida en toda mi oscuridad. Pareció honesto, llegando a rozar lo verdadero y quizás lo hubiera sido. Aun así, la máscara volvió a caer, la mentira salió a luz y la historia se volvió a repetir. Vidas inocentes fueron tomadas injustamente. De nuevo, deja que la culpa me hundiera un poco mas y me encerrara en lo que solo eran despojos de lo que alguna vez fue un corazón.

Luego, no sabía si estaba volviendo a cometer los mismos errores. Ya no tenía la fuerza para defenderme, mis defensas estaban siendo destruidas de nuevo, estaba volviendo a caer en el territorio que tiempo atrás, me quito todo lo que era importante para mí. Y simplemente volvió a escapar de mí esa calidez que había vuelto a sentir, otra vez me había sentido humano pero terminé siendo abandonado como la bestia que era. Volvía a estar solo y lentamente lo iba aceptando, un monstruo como yo no debía sentir.

"Eres sólo un lobo amargado" comentó con su típica sonrisa burlona pero sin crueldad en ella. Me pareció una broma del destino, que sólo era una manera más de burlarse de lo miserable que era mi vida. Pero volvía a estar equivocado. Estaba juzgando mal.

Como yo lo he hecho, también he sido juzgado. Primero fue criminal, luego aliado y amigo. Pero para él, terminé siendo "Sourwolf". Al principio me provocaba ganas de arrancarle la garganta con mis dientes y poco a poco, lo fui aceptando, porque en parte era verdad pero también era, porque sobre todo, no había intención de agresión. Nunca lo hubo.

Tampoco lo hubo la primera vez que probé sus labios. Había sido una corazonada, mi lobo se revolvía por conocer su sabor y nunca en la vida me había sentido tan seguro en ese momento. Cada vez que podía sentir sus labios juntos a los míos, quería mas, necesitaba saber a qué sabia su piel, anhelaba contar cada lunar que estaba pintado en su piel, quería escuchar su voz diciendo mi nombre sin ninguna mentira detrás y marcarlo completamente como mío.

Que me correspondiera hacía que la desesperación de mi lobo por reclamarlo creciera a tal punto de no poder controlar la transformación. El simple hecho de hacerlo suspirar, de que temblara bajo mi tacto, que se quedara sin habla cada vez que lo besaba, de que jadeara mi nombre y pidiera más, me llevaba a la locura. Estaba loco por él. Y me gustaba estar demente por aquel simple humano.

Un simple humano que con el solo hecho de estar a mi lado, hacía mi alma encontrara la tranquilidad. Mi pecho se llenaba de una sensación cálida, sentía como corazón latía por él. Con su brillante mirada, hacia que la oscuridad que nublaba mi vista se dispersara. Que su voz, deseándome las buenas noches, fue una canción de cuna que me prometía que no habrá más pesadillas. Que con el simple hecho de poder entrelazar nuestras manos , fuera como una promesa de eternidad.

Era demasiado bueno para ser verdad. No diría que nuestra relación fuera perfecta pero siempre encontrábamos una manera de solucionarlo, incluso si había que tragarse el orgullo, porque se trata de un nosotros y no de un "Yo y Él".

Siempre le perdonaba todo, ya que nunca hacía algo con malas intenciones y que además, se había vuelto mi debilidad. Su felicidad era mi meta cumplir cada día que pasábamos juntos. El verlo sonreír me devolvía aquella calidez que creía perdida. Sin darme cuenta, Stiles se había convertido mi mundo.

Entonces, lo dejé irse de mi vida.

Le pedí que se marchara de mi vida.

Le pedí que fuera feliz.

Él necesitaba ser feliz.

Feliz sin mí.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Comentario salvaje aparece :V
Dedicado a todos aquellos que hacen que Derek sea un patán.
El también puede ser bueno.
Tanto como para dejar a su amador ir.
Saludos ~