"Sólo soy yo", dijo Stiles, de 9 años, cuando la enfermera le preguntó si estaba solo, mientras su madre yacía muerta en la habitación del hospital a su espalda y su padre sostenía a otra joven durante sus últimos momentos.

"Sólo soy yo", dijo Stiles, de 11 años, cuando su maestro le preguntó, si tenía a alguien para la cena de padres e hijos, porque su papá tuvo turno doble ese día.

"Sólo soy yo", dijo Stiles, de 13 años, cuando el entrenador del lacrosse le preguntó, si había alguien que venía al juego, porque su padre no podía permitirse el lujo de dejar la estación.

"Sólo soy yo", dijo Stiles, de 15 años de edad, en el departamento de licencias, cuando se le preguntó si tenía a alguien que lo recoja de la prueba.

"Sólo soy yo", dijo Stiles, de 17 años, en la universidad, cuando le preguntaron si tenía a alguien que venía a recorrer el campus con él.

"Sólo soy yo", dijo Stiles, de 18 años, cuando se mudó a los dormitorios, cuando su compañero de cuarto le preguntó si tenía alguien que lo ayudara.

"Sólo soy yo", dijo Stiles, de 20 años, a la empleada de la tienda, cuando le preguntó si pasaria la Navidad con su familia, porque su papá se quedo atrapado en el turno de noche buena.

"Sólo somos nosotros", dijo Derek, sosteniendo una mano de Stiles de 22 años, cuando el médico le preguntó si había alguien más para contactar antes de darles los resultados del chequeo del sheriff.

laura sad**