Parte 3: Era una vez en el año...

Debo aclarar antes, que más que una contradicción del autor, pongo en relieve un punto personal mío que no tiene por qué ser compartido por los demás.

Entramos al mundo de lo subjetivo. Muchas personas prefieren sus libros atemporales, mientras que otros los sitúan en un punto en específico del tiempo. Ambas posturas son correctas, cielos, yo mismo he escrito ambos estilos.

Lo que me sorprende es que Stephen King es demasiado detallista con programas de televisión, bebidas, periódicos, etc. Tanto que casi uno podría marcar en un calendario de los 50s, los días en los que se desarrolla la historia, ¡incluso las horas!

Cuando escribo algo que no es atemporal, doy datos para situar mi historia en el tiempo, como lo hacen los demás, pero Stephen King se pasa, es demasiado. Sin embargo, como dije al principio, este es sólo mi punto de vista personal y nada más. Sólo me sorprendió, eso es todo.

Depende de cada uno si no le gusta hacer sus obras atemporales y si desea dar muchísimos datos de ubicación temporal.