4. Los rumores corren como el río - Segunda parte
- yo... yo... ¡No lo sé! ¡No sé nada! - exclamo Nie HuaiSang casi tirandose de rodillas al suelo para suplicar la piedad de su maestro.
Pero antes que pudiera si quiera moverse escucho un extraño sonido que no correspondía a la escena: risa. Todos los estudiantes del salón vieron a su maestro que comenzaba a reírse cubriendo su boca.
Había solo una forma de diferenciar al maestro Shen Jiu y al maestro Shen Yuan; mientras uno mantenía una mirada severa todo el tiempo el otro solía sonreír o reír con soltura además de tener una mirada amable, aun así, no era extraño que los confundieran cuando estaban de espaldas o cuando uno aparecía de sorpresa. Nie HuaiSang miro a su maestro quien aun reía.
- ¡No es divertido, maestro Shen! - exclamo con lágrimas en los ojos - ¡Casi sufro un ataque al corazón!
- Lo siento - dijo dejando algunos libros y su abanico sobre su escritorio - pero no deberían hablar de otras personas a sus espaldas, especialmente cuando se trata de mi madre.
Nadie dijo nada, cada uno se dirigió a su asiento y tomaron su libro de literatura clásica. Pero había una pregunta en el aire que nadie se atrevía a hacer en ese momento... Fue Wei Ying quien levanto la mano para llamar la atención de su maestro.
- Maestro Shen, tenemos una pregunta que no tiene relación con la clase.
- Si no tiene relación con la clase pueden hacerla ahora, de todas formas necesitamos hablar sobre el festival de medio otoño - sonrió.
- Tampoco tiene relación con el festival - continuo el Omega de ojos grises, al ver que su maestro esperaba que continuara hablo - ¿es cierto que esta encinta?
Jiang Cheng quería golpear a su amigo por hacer la pregunta de forma tan directa. La risa de su maestro lleno el salón nuevamente.
- Sí, es verdad.
- ¡Les dije que era imposible que el otro maestro Shen estuviera encinta! - exclamo sin pensar el Beta del final del salón.
- No es imposible - pensó Shen Yuan llevando su abanico a su barbilla - realmente... no sé porque mis padres nunca han decidido tener otro hijo.
Nadie dijo nada. Todos habían notado que esas palabras habían sido más para sí mismo que para otros. Shen Yuan soltó un suspiro antes de comenzar con los arreglos que tenían que tener para tradicional el festival que se acercaba, luego pensaría en sus asuntos familiares.
*
No era que Shen Jiu y Yue QingYuan no hubieran pensado en tener otro hijo. Llevaban intentándolo dos años. Los primeros años de Shen Yuan habían sido un periodo difícil para ambos, eran a penas adolescentes que se habían graduado de la escuela y buscaban ingresar a los estudios superiores. Entre pasar tiempo con su hijo y sus estudios no tenían tiempo para nada más, la familia Yue había aceptado apoyarlos en lo que fuera posible mientras terminaban sus estudios superiores, habían aceptado el soporte económico por los años hasta que ambos se graduaron y comenzaron a trabajar.
Para ese entonces ya habían pasado 5 años, ambos sabían que tener un segundo hijo en esos momento solo sería triplicar las dificultades por las que pasaban en ese momento. Tener a Shen Yuan a una edad tan temprana había sido un error del que no se arrepentirían, después de todo fue en nacimiento de su hijo la motivación que necesitaban para estar juntos.
Shen Jiu estaba seguro de amar a su esposo, tal vez no podía demostrarlo o decirlo abiertamente, pero no veía un futuro en el que Qi-ge no estuviera presente. Lo había aceptado como su alma gemela y siempre estuvo dispuesto a tener un segundo hijo con él. Pero entre responsabilidades del trabajo y la crianza de su primer hijo todo se había complicado, poco antes de casarse habían acordado esperar un tiempo para pensar en tener un segundo hijo, pero los años habían pasado tan rápido y no sé dieron cuenta cuanto habían pasado intentándolo hasta un par de años antes.
- Maldita sea, me estoy volviendo viejo - gruño en voz baja - mi hijo pronto nos dará un nieto y no soy capaces de tener otro hijo... ¿tan inútil soy?
Soltó un suspiro mientras guardaba los últimos resultados de los exámenes que realizaba junto a Yue QingYuan cada mes desde hace 2 años en su portafolio y camino hacía la clase donde casi era hora para su clase, la clase 3-B donde en esos momento se encontraba su hijo. Su hijo que se había casado el año que esa bestia se había graduado, su hijo que había sido su mayor alegría por esos 20 años en los que pudo tenerlo a su lado, su hijo que pronto lo convertiría en abuelo.
En verdad se sentía viejo esa mañana.
*
- Bien, eso es todo por hoy - sonrió Shen Yuan - recuerden leer el poema que les dije y hacer su reporte...
Pensó unos minutos antes de tomar sus cosas, una sonrisa se formo en su rostro.
- Su siguiente clase es matemáticas ¿cierto? - pregunto con cierta malicia.
- Sí - respondió Nie HuaiSang aun con el corazón en la garganta después del susto inicial.
- Bien, necesitaré su ayuda. Hagan como si no estoy aquí.
- Eh? ¿Por qué?
Shen Yuan no respondió a la pregunta, camino al punto ciego de la puerta de entrada, aun mantenía la sonrisa traviesa de antes mientras todos los estudiantes presentes lo miraban confundidos, algunos se miraron entre ellos sin comprender que estaba planeando su maestro de literatura.
Antes que alguien más pudiera preguntar la puerta del salón se abrió dejando ver la figura de su maestro de matemáticas, todos siguieron la indicación de su profesor de literatura y fingieron que no estaba, estaban a punto de hacer el saludo cuando paso algo que nadie esperaba.
- ¿¡Quién demo-!? ¡SHEN YUAN, LA MADRE QUE TE PARIO! - grito su maestro de matemáticas con su abanico cerrado en el aire a punto de golpear a quien se hubiera atrevido a abrazarlo.
La escena fue demasiado rápida como para asimilarla, Shen Jiu había entrado con su siempre habitual aire de inmortal inalcanzable cuando Shen Yuan se lanzo desde el punto ciego de la puerta para abrazarlo por la cintura mientras reía, casi parecía un niño pequeño en lugar de su maestro de 22 años. Todos los veían sin creer que en verdad aquello estuviera pasando ante sus ojos.
- Sabes que acabas de insultarte, ¿no, A-niang?
- Tu... ¡Creí que me había librado de esto cuando te graduaste de esta Academia hace 5 años! - regañaba a su hijo como si no hubiera nadie más a su alrededor, golpeo un par de veces a Shen Yuan con su abanico... aunque más que golpes parecían caricias - ¡Actua como un adulto de tu edad! ¡Pronto tendrás un cachorro y no puedes actuar como si tuvieras cinco años!
- jajaja lo siento, no pude resistirlo - continuo riendo soltando por fin al Shen mayor - ¿te veo en el descanso?
- Solo vete... ¿no tienes otra clase que dictar? Si no al menos ve a ayudar en la organización del festival, no seas tan perezoso, mocoso.
- ¿Ahora soy un mocoso?
- Solo largate antes que olvide que ya te graduaste y te trate de nuevo como uno de mis estudiantes.
Shen Yuan rió de nuevo, tomo sus cosas que había dejado en el suelo.
- Esta bien, te quiero, A-Niang.
Todo el salón se quedo en completo silencio durante esa conversación, sentían que estaban viendo algo que no volverían a ver en muchos siglos. De repente todo el salón vió algo que no podría ser borrado de sus memorias, Wei Ying incluso juraría que la expresión del Alfa que estaba a su lado cambio ligeramente al ver la expresión de su maestro de matemáticas después de ver como el maestro de literatura salía por la puerta.
- ¿¡Qué están viendo!? - exclamo con su expresión habitual - abran su libro en la última lección antes que decida hacerles un examen sorpresa.
Todos obedecieron al instante. Aun así nadie creería lo que acababa de pasar aunque se los contaran, era un suceso único en la vida que no se volvería a repetir. Habían sido bendecidos con la sonrisa de Shen Jiu, si eso no les daba al menos 5 años de buena suerte no había nada que pudiera hacerlo. Ahora nadie dudaba de la historia de Wei Ying y Jiang Cheng pero ¿quien creería en su historia?
*
Una historia del pasado
- ¿Qué hacen aquí? - el gruñido y la voz del Alfa que acababa de entrar al salón sorprendió a los dos Alfas que poco a poco acorralaban al Omega.
- ¡Yue QingYuan! - exclamo logrando escapar de los dos Alfas aprovechando la distracción y corriendo al lado de su Alfa - ¿¡Por qué tardaste tanto, idiota!?
Yue QingYuan no respondió, se puso frente a Shen Jiu mientras gruñía y mostraba sus colmillos, estaba liberando tantas hormonas que los otros dos Alfas que estaban a metros de ellos ya habían bajado la cabeza y tratado de retroceder. Shen Jiu sintió un escalofrío pero, al mismo tiempo se sentía protegido estando junto a Qi-ge, tuvo que resistir un impulso de sujetar la ropa del mayor.
- ¡Salgan! - su voz salió entre un gruñido y un grito.
- Presidente Yue - hablo uno mientras temblaba - sa-sabemos que no es permitido que cualquier estudiante ingrese a este salón pero... ¿Por qué defiende a Shen Jiu?
- S-si es porque el hijo que lleva es su hermano... Usted también debería estar indignado ¿no?
- ¿¡Qué estupideces están diciendo!? - los dos Alfas se sobresaltaron al oír al amable presidente del consejo hablar de esa forma - Shen Jiu es MI Omega, y quien se atreva a hacerle algo a él o a mi hijo pagará las consecuencias.
Los dos Alfas que estaban frente a ellos sintieron un escalofrío recorrer su cuerpo, antes que pudieran decir algo otro gruñido proveniente de la garganta de Yue QingYuan los hizo sobresaltarse y salir corriendo del salón.
Shen Jiu seguía nervioso, se había sentido tan indefenso minutos atrás frente a esos dos Alfas mientras su instinto solo buscaba proteger al parásito que llevaba en sus entrañas, no había si quiera notado que su mano permanecía en su vientre de forma protectora hasta ese momento. Alejó su mano lentamente mientras recuperaba la consciencia de donde estaba, Yue QingYuan lo sujetaba por los hombros con un gesto de preocupación en su rostro, casi parecía que lloraría.
- Xiao Jiu ¿estas bien? ¿Te hicieron algo? ¿El bebé esta bien?
Su respuesta fue golpear a Yue QingYan con la carpeta que tenía más cercana.
- ¡Idiota! ¿¡Por qué le dijiste que yo era tu Omega!? ¡No soy tuyo!
- Lo sé - sonrió, algo dentro de Shen Jiu sintió una punzada al ver esa sonrisa tan falsa - sólo lo dije para que no volvieran a acercarse a Xiao Jiu...
- Aunque no sean ellos habrán otros que quieran intimidarme. Son solo idiotas, no deberías preocuparte si corrieron tanto cuando mostraste tus colmillos...
- No creó que nadie vuelva a tratar de intimidar a Xiao Jiu...
Shen Jiu volvió a ver a Yue QingYuan, esta vez lo veía con una sonrisa verdadera.
- Los rumores corren como el río... Estoy seguro que para mañana toda la escuela sabrá que el cachorro que esperas es mió.
- Idiota... Siempre has sido así.
- Prometi que protegería a Xiao Jiu y a nuestro hijo... Por eso no puedo permitir que nadie les haga daño.
Shen Jiu nunca aceptaría que en ese momento se sintió un poco feliz.
Cuando el olor a madera de Yue QingYuan se mitigo sintió un aroma más dulce, vio que el mayor llevaba una bolsa de papel en una de sus manos con el logo de la pastelería que se encontraba cerca de la escuela, pero ninguna carpeta a la vista.
- ¿Y los informes de los profesores?
- Dijiste que querías algo dulce, así que fui a comprar algo afuera de la escuela - respondió - creí que tenías hambre, así que pensé en traerte esto antes de ir a buscar los informes.
- ¡Pon tus prioridades, necesitamos esos informes para terminar el trabajo temprano! - exclamo volviendo a golpear al mayor con la carpeta que tenía en sus manos - solo quería algo de la cafetería o la maquina expendedora, no tenías porque ir tan lejos.
- Lo siento - respondió con una sonrisa, realmente no lo sentía para nada.
- Ahora que... - suspiro sentándose en su asiento - los profesores ya debieron irse... tendremos que terminar esto mañana por la mañana antes de clases por tu culpa.
Abrió la bolsa encontrándose con una bebida caliente que desprendía un delicioso aroma y un pastel de queso y matcha, saco ambos de la bolsa y se dio cuenta que solo había eso, miro a Yue QingYuan que había regresado a su puesto y revisaba las carpetas que ya tenían.
- ¿No trajiste nada para ti?
- No tengo ham- - sabía que era mentira.
- Siempre haces eso - suspiro metiendo a la boca del otro un trozo de pastel a mitad de su frase - al menos... sigues siendo el mismo tonto de siempre.
Yue QingYuan sonrió mientras masticaba el trozo de pastel que había sido introducido por sorpresa a su boca, vio como el otro se sentaba a su lado y comenzaba a comer mientras continuaba leyendo los documentos que se encontraban sobre su mesa y se vez en cuando le ofrecía un trozo de pastel o un sorbo de si bebida.
Yue QingYuan recordaría ese momento como uno de los más felices en su vida.
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