13. [ Extra ] El paisaje en el abanico. Xiao Jiu y Qi-ge
Cuando el niño al que llamaban 'Qi' conoció a 'Jiu' tenía 2 años, faltaban unos meses para que tuviera 3. Fue una fría noche de septiembre, él se había quedado hasta tarde porque no podía dormir, le había dado sus mantas a otros niños un poco más pequeños que él, tenía frío y hambre. Escucho un llanto desde la entrada y se acercó por curiosidad, la señorita HaiTang estaba cargando un pequeño bulto envuelto en una manta blanca.
- ¡Mira mamá! ¡Es un bebé! - exclamó corriendo hacia la Alfa mayor que bajaba con una bata amarilla muy fina. - ¿Podemos quedarnos con él?
- sí, cariño... ¿Por qué no lo llevas con algún cuidador de turno? Mami esta muy cansada.
La directora del orfanato nunca se ocupaba de esas cosas, normalmente delegada todo lo que tenía que ver con niños a otros cuidadores. Qi observo como la señorita HaiTang se acercaba a un Beta que se supone debía estar cuidándolos, pero en su lugar veía una novela en un televisor de baterías.
Se apresuró a regresar a su habitación y acurrucarse en su cama, tenía frío, pero no quería que lo golpearan si lo veían despierto. El Beta entro cargando al bebé y pronto lo puso sobre una cama, el bebé lloraba sin parar.
- Genial... Otro mocoso para acerté cargo, tu eres el numero nueve que dejan a mi cuidado. - se quejo - ¿Qué te pasa? ¿Tienes hambre? ¡Bien! ¡Acostúmbrate a no comer! Con suerte morirás joven y no pasaras por lo que todos aquí pasan.
Después de sus quejas, el Beta cerro la puerta y dejo al pequeño bebé en la cama que estaba libre, Qi pensó que quizás no había notado que él estaba ahí. Cuando escucho la puerta cerrarse se acercó a la otra cama, con el bebé llorando. Lo miro con curiosidad, era muy pequeño, solo con una delgada pijama y esa manta blanca en la que estaba envuelto.
No supo porque. Subió a la cama y se acostó al lado del pequeño bebé al que acurruco con cuidado a su lado.
- Esta bien, Xiao Jiu - susurro mientras el bebé tomaba la mano de Qi entre las suyas - yo cuidare de ti, no dejare que mueras - prometió. Acercó su rostro al del pequeño para sentir su aroma - Hueles muy bien... hueles como la lluvia, la lluvia es muy linda. Xiao Jiu también es lindo.
El bebé había dejado de llorar poco a poco escuchando la voz del otro niño, sujetaba con fuerza la mano de Qi y comenzó a quedarse dormido. Qi también cerro los ojos sintiendo el agradable calor de un cuerpo humano a su lado.
*
- Qi-ge
Lo llamo el pequeño niño de 5 años que sujetaba su mano. Era la primera vez que ambos salían del orfanato solos, agradecían que Qiu JianLuo hubiera salido esa mañana junto a su hermana y los más cercanos a él y que los demás cuidadores no tuvieran interés en lo que les sucediera... era mejor que los golpes. Le había prometido al más joven llevarlo a comer algo dulce, había conseguido algunas monedas en secreto para eso. Miro al niño que señalaba un abanico que estaba en uno de los puestos de la calle. Era un lindo abanico con un paisaje pintado y finos detalles de tallado.
- ¿Te gusta? - pregunto Qi-ge mirando al menor, su Xiao Jiu asintió - algún día... voy a regalarte uno igual que ese ¿esta bien?
- Qi-ge - repitió abrazando el brazo del niño mayor con una sonrisa. Tomo la respuesta como un sí.
A Qi-ge le gustaba cuando el pequeño sonreía de esa forma, miro de nuevo el abanico que había llamado la atención del menor, algún día le compraría uno como ese... algún día le daría una mejor vida a su Xiao Jiu. Continuaron caminando buscando el puesto donde vendían tanghulu. Debían regresar al orfanato muy pronto.
*
Abrazaba el cuerpo que era más pequeño que él, quería llorar, había curado las heridas de su persona querida esa noche cuando regreso a la habitación del ático a donde lo habían exiliado para que nadie viera las veces que era abusado físicamente por el director de ese lugar. Lo abrazaba con cuidado de no lastimarlo más. Él se iría al día siguiente, lo habían adoptado, dejaría a su persona amada en ese horrible lugar solo.
- Lo siento - susurro - desearía que vinieras conmigo...
- ¡No mientas! - gruño tratando de empujar al mayor, pero no tenía fuerzas después de todos los golpes - t-tu... te iras y vas a olvidarte de este porque tendrás una mejor vida.
- Nunca me olvidaría de Xiao Jiu - dijo rápidamente viendo al menor a los ojos - quiero a Xiao Jiu... por favor... aguanta un poco. Regresaré por ti, lo prometo. Lo juro, te daré una vida feliz.
- ¿Cómo sabré que cumplirás tu promesa?
- Lo haré - aseguro sacando de sus ropas un abanico hecho a mano, Xiao Jiu lo tomo, lo abrió para ver los dibujos hechos con un pincel y tinta, eran simples y muy toscos - sé que es muy feo... pero...
- Me gusta - sonrió Xiao Jiu sosteniendo el abanico sobre su pecho - ¿esta es tu promesa?
Qi-ge volvió a abrazar al menor, sintió las manos de su Xiao Jiu rodeando su cuerpo y lo escucho respirar profundamente en su pecho. Qi-ge ya sabía que él era un Alfa, libero un poco de sus hormonas para impregnar el cuerpo del menor, sintió como de inmediato este se relajaba mientras se acomodaba en su pecho quedándose dormido lentamente. Él también cerro los ojos, respiro el ligero aroma a lluvia del menor, ya estaba en su memoria olfativa, pero deseaba mantenerlo tan fresco en su memoria como le fuera posible.
*
Tosió sangre en esa esquina, sus manos y sus pies estaban atados, todo su cuerpo desnudo, las áreas menos visibles estaban llenas de moretones y cicatrices, miro al Alfa que con una asquerosa sonrisa y ojos de maniático. Sentía que casi no podía respirar, le dolía su cuerpo... tal vez incluso alguno de sus órganos se había roto, morir desangrado no era tan malo si lo pensaba.
- ¿Qué pasa, Xiao Jiu? - pregunto el Alfa halándolo de su cabello para que levantara la cabeza, podía sentir como su cuero cabelludo era tirado, casi arrancado - ¿tan rápido te cansaste esta vez? Es una lástima... quería seguir jugando contigo un poco más.
Entre sus rojas sucias que se encontraban en una esquina pudo ver el abanico que su Qi-ge le había dado antes de irse... debía aguantar un poco más, más hasta que su Qi-ge regresará por él. Qi-ge tenía que regresar... se lo había prometido. Pronto se cumplirían dos años desde que se fue.
*
Fue lanzado al suelo de madera. Era mitad de la noche cuando lo sacaron de su habitación.
- Supongo que escuchaste lo que sucedió con A-Tang ¿no, Xiao Jiu?
- Tu maldito... - gruño - ¿acaso era la única medida que podrías tomar cuando te enteraste que no te era útil para darle hijos porque soy un Omega?
- ¿Quien ha dicho que no me serás útil? - pregunto pateando al menor por el estómago - Eres un Omega, tu le darás un hijo a mi hermana... un cachorro de la familia de los Qiu.
- ¿Cómo quieres que haga eso? Soy un Omega... no puedo embarazar a una mujer.
- Pero tu puedes darle un cachorro.
Jiu comenzó a toser al sentir como la habitación se llenaba de un extraño humo, sintió que llenaba sus pulmones y que su temperatura subía ¿qué significaba eso? a penas había descubierto que era un Omega, su celo no debía llegar hasta un par de años después, sujeto con fuerza sus ropas, sujetando el abanico que Qi-ge le había regalado (el Qi-ge que lo abandonó)... sujeto con tal fuerza el abanico que la madera comenzaba a astillarse, el abanico se rompía en sus manos (como él rompió su promesa) mientras sentía como el Alfa comenzaba a despojarlo de sus vestimentas, se sentía débil, sentía que se asfixiaba de tanto calor.
Su mente comenzaba a nublarse, sintió asco cuando las manos de Qiu JianLuo recorrieron su cuerpo, quería vomitar, quería llorar, pero no le daría el gusto de verlo de esa forma. Cuando sintió como algo grande y duro presionaba contra su trasero por fin pudo reaccionar pateando al Alfa que estaba tocándolo.
¡NO! ¡NO QUERÍA ESO!
Se alejó hasta chocar con el escritorio del Alfa, sus piernas aun temblaban, su cuerpo se sentía caliente... pero más que eso... sentía asco.
- Eso es lo que me gusta de ti, Xiao Jiu - hablo de nuevo el Alfa con un fino hilo de sangre cayendo por su labio - incluso en ese estado todavía te resistes.
No, no permitiría que alguien lo tocara de esa forma, no quería tener los cachorros de ningún maldito Alfa (solo quería a Qi-ge). Tanteando con sus manos logro agarrar algo del escritorio cuando Qiu JianLuo lo recostó sobre el escritorio, forzándolo a abrir las piernas. Cerro los ojos y lo golpeo con lo que fuera que estuviera en sus manos.
.
.
.
Sangre...
Sus manos estaban llenas de sangre cuando regresó en sí, estaba sentado sobre el cuerpo de Qiu JianLuo, lo había apuñalado en el pecho muchas veces, lo rodeaba un charco de sangre. Se puso de pie aun mareado por la droga que le habían dado y se tambaleo hasta el otro extremo de la habitación, se puso lentamente su ropa de nuevo, sin importarle que estuviera cubierto de sangre, tomo una de las botellas que guardaban con el aceite de las lámparas y derramo su contenido por todo el lugar. Camino hacía donde sabía que estaba el cuarto de descanso de los otros cuidadores Alfa, los que ayudaban a Qiu JianLuo, cerro la puerta desde afuera y lleno todo de aceite.
Cuando se encontró fuera del área administrativa del orfanato encendió un fosforo y lo dejo caer. Busco entre sus ropas y notó que ya no llevaba el abanico de Qi-ge... miro las llamas pensando que se volvería cenizas también.
*
En una ciudad lejana, un Alfa buscaba con desesperación a su padre adoptivo, le habían dicho que tenían noticias sobre el orfanato en el que creció. Solo rogaba porque no fuera lo que más temía, rogaba porque su persona amada no hubiera muerto por su culpa. Aun tenía una pierna rota y un brazo vendado, no podía correr, le dolía incluso moverse, pero tenía que saber que había pasado.
- Padre - llamo entrando a la oficina del hombre que lo había adoptado - escuche a los sirvientes hablar, dicen que sucedió algo en el orfanato... ¿qué sucedió?
- Hijo... no deberías...
- Necesito saberlo - interrumpió con desesperación - necesito... necesito saber que mi Xiao Jiu esta bien... por favor...
El Alfa mayor soltó un pesado suspiro
- Llamé para... para saber sobre este amigo tuyo - comenzó caminando hacía su hijo - lo siento... parece que ayer el orfanato sufrió un incendio. Parece que el director Qiu y otros cuidadores Alfa murieron durante el incendio... y... lo lamento... la señorita Qiu HaiTang dijo que... tampoco han encontrado a tu amigo.
Las piernas del Alfa menor fallaron, cayo de rodillas junto a un grito de desesperación. En ese momento entro la mujer Alfa que era su madre adoptiva, al verlo corrió a abrazar a su hijo tratando de consolarlo, las lágrimas corrían por el rostro del Alfa menor que solo repetía un nombre una y otra vez mientras sujetaba contra su pecho un fino abanico decorado con un paisaje pintado. Todo era su culpa.
*
- Eres un chico muy talentoso, demasiado como para pertenecer a este grupo de ladrones.
Shen Jiu miró al anciano que había visto muchas veces en el mercado. Había vivido con los mercaderes ambulantes por casi dos años, habían llegado a esa ciudad hace dos días y pensaban irse al día siguiente, en ese momento se encontraba preparando una de las tiendas de uno de los ladrones con los que convivía.
Sí, todos en ese asqueroso mercado eran ladrones o estafadores, vendían cosas de baja calidad a precios demasiado altos o aprovechaban la distracción de los clientes para robar sus pertenencias, en el tiempo que llevaba con ellos él había aprendido a robar sin que nadie lo notara... al menos hasta la mañana anterior cuando trato de quitar la billetera a ese anciano.
- ¿Por qué pude calcular el precio de sus libros sin una calculadora? - pregunto con tono de burla - cualquier idiota con un poco de cerebro puede hacer eso.
- Te he observado.
- Considerando que usted es un Alfa y yo un Omega eso podría llamarse acoso - ataco mirando al anciano.
- Note que conoces el contenido de estos libros mejor que cualquiera - continúo el anciano siguiendo al joven - eso significa que los has leído ¿cierto?
- Tengo mucho tiempo libre cuando no estoy robando. Pero que los lea no significa que lo comprenda.
- Yo creo que sí.
El anciano mostró una hoja de papel vieja y rota, sucia con marcas de dedos llenos de grafito que Shen Jiu reconoció de inmediato, a veces para pasar el tiempo leía esos libros y realizaba los ejercicios de estos, a veces también le divertía crear sus propios problemas... Era como un juego para él. Había aprendido a llevar las cuentas cuando estaba con los Qiu, estaba más familiarizado con los números que con otra cosa, por eso se sentía cómodo.
- Para mis alumnos en la universidad estos problemas son casi imposibles... Que un niño de tu edad pueda resolverlos como si fuera un juego es increíble.
- Estoy familiarizado con los números... Es solo eso.
- Estoy seguro que es más que eso. Es especial.
- Una vez que aprendo algo nunca lo olvido - declaro mirando al anciano Alfa - eso no es especial... Además, soy solo un ladrón ¿qué más podría hacer sino esto?
- Muchacho, no perteneces a este mundo - extendió una hoja al menor con un emblema que decía "Cang Qiong" - la Academia Cang Qiong, un buen amigo mio es el dueño de esta academia, tienen una beca completa que puede favorecerte. Puedo ayudarte a ponerte al día con lo que necesites.
- ¿Qué tendrá a cambio?
Su vida como ladrón le había enseñado a que nada era gratis en esa vida. Como Omega debía mantenerse de doble de atento que cualquier otro, prácticamente dormía con un ojo abierto.
- La satisfacción de no dejar que un niño talentoso se convierta en un ladrón - respondió el Alfa.
- Todos quieren algo...
- Bien. Quédate con esa solicitud, llénala y luego veremos como me lo agradeces si llegas a entrar.
El anciano no dejo que respondiera, se fue en silencio. Miro la hoja de solicitud, había una larga lista de temas que debía estudiar. Guardo la hoja en su bolsillo y continuó con su trabajo. Tal vez lo intentaría, de todas formas no pensaba quedarse en ese nido de ratas por tanto tiempo.
*
Yue QingYuan ordenaba los documentos necesarios para el inicio de clases. Era su primer año en Cang Qiong, había retrasado su ingreso un año por ser imprudente, por su culpa la persona que más amaba en ese mundo había desaparecido sin dejar rastro... Era un idiota, no merecía seguir con vida. Respiro profundo mientras dejaba los documentos que le había entregado su padre esa mañana, le gustaba ayudarlo, lo hacía sentirse mejor.
Estaba a punto de salir del salón del consejo cuando un aroma llego a él. Un aroma que se encontraba guardado en su memoria olfativa desde hace tanto tiempo, el aroma que se sentía tan familiar, estaba tan cerca, cada vez más cerca. Se giró hacía la puerta de entrada del salón del consejo cuando el aroma a lluvia de su persona amada estaba cerca de él y lo vió.
Se veía más alto, había cortado su cabello negro, por un segundo su memoria lo vistió con las sucias y harapientas ropas que llevaba en el orfanato, pronto su visión se aclaro viendo al adolescente que estaba frente a él con las ropas de la academia Cang Qiong, su aroma tan intenso... su Xiao Jiu era un Omega... su Omega.
- Xiao Jiu - las palabras salieron de su boca sin que se diera cuenta.
Quería llorar, abrazarlo y llorar porque estaba con vida. Pero no lo haría... era un traidor, había traicionado a la persona que más amaba. Ahora él se encontraba frente a él, como una evidencia de su fracaso.
- ¿Por qué no regresaste como lo prometiste? - fue lo primero que escucho salir de los labios de su amado, sintió como si lo apuñalaran en el estómago.
- Yo... - no sabía que decir, no tenía excusa. No tenia perdón.
- ¿Por qué no continuas? - preguntó el Omega dando unos pasos hacía él - Ya esperé mucho por una respuesta, puedo esperar un poco más
No importaba lo que dijera, no tenía perdón. Había herido a su Xiao Jiu, lo había abandonado en ese lugar. él había sido afortunado y había sido imprudente, si no hubiera cometido ese error... él hubiera regresado.
- Lo siento, Qi-ge te ha decepcionado.
Esas fueron las únicas palabras que pudieron salir de su boca. Vio como la expresión antes tranquila de su Xiao Jiu se deformaba a una llena de ira, de asco... él nunca lo había visto de esa forma, sus ojos verdes apagados y con el ceño fruncido, sus labios crispados en un gesto de dolor.
- Lo siento, lo siento - repitió escupiendo las palabras - ¡Es lo único que sabes decir! es absolutamente inútil...
Es lo último que le escuchó decir antes de perderlo de vista.
*
- Jiu - llamó al Omega mientras se acercaba a él, se encontraba en la biblioteca leyendo algo, estaban casi solos en ese lugar, solo habían unas cuantas personas. Era el lugar perfecto - feliz cumpleaños.
Junto con sus palabras ofreció una caja rectangular envuelta con papel de regalo blanco con líneas plateadas y un lazo verde menta. Shen Jiu miró molesto al Alfa que estaba frente a él, era la mirada que siempre le dirigía.
- ¿Qué es esto? - pregunto molesto.
- Un regalo...
- No necesito nada de ti. Llévatelo.
Yue QingYuan mordió su labio, el Omega regresó a su lectura sin decir nada más. Dejó el regalo sobre la mesa de la biblioteca y se fue.
Shen Jiu miro las acciones de QingYuan mientras fingía leer, cuando estuvo seguro que el Alfa se había ido, miro la caja que había dejado frente a él. QingYuan realmente era irritante.
*
- ¿Esas son todas tus cosas? - preguntó Shen Jiu mirando el equipaje de su ahora prometido.
- No tenía muchas cosas - sonrió QingYuan.
Se habían mudado juntos al apartamento después del nacimiento de su hijo y que todo se aclarará entre ellos, cuando Shen Jiu llegó no llevaba más que una mochila con algo de ropa, libros y algunas cosas personales, esencialmente una nada. Esperaba que QingYuan llevará más cosas, pero se sorprendió al ver que no llevaba más cosas de las que él había llevado en un principio.
- Se ve... vació - susurro caminando alrededor del apartamento.
Además de las cosas que habían comprado para su hijo y los muebles que ya estaban en el apartamento desde antes que se mudara no había nada. Nada que fuera personal de ellos dos.
- Podemos conseguir algunas cosas - sugirió Yue QingYuan - para convertirlo en nuestro hogar.
- Ya es nuestro hogar - sonrió Shen Jiu - mientras tu y A-Yuan esten aquí... es nuestro hogar.
QingYuan se acercó a su prometido y lo abrazó con algo de fuerza, Shen Jiu se acomodó en los brazos del mayor en silencio, dejando que sus pulmones se llenaran del aroma del mayor, cerro los ojos disfrutando del momento... hasta que escucharon los quejidos de un pequeño bebé que venían de la otra habitación.
- Despertó - suspiró Shen Jiu - es mi turno...
- Puedo ir yo si te sientes cansado...
- No - negó empujando al mayor al sofá - es mi hijo también.
QingYuan rió después de ver al Omega dirigirse a la habitación de su bebé. Se puso de pie pensando en ordenar la ropa que había traído de la casa de sus padres adoptivos, entro a la habitación y comenzó a ordenar sus pertenencias en el lado del ropero que antes su Xiao Jiu le había dado. Comenzó a guardar su ropa, colgaba algunas camisas y chaquetas que había llevado.
Estaba poniendo un par de cosas en el estante superior cuando por error empujo una caja que hizo caer otra, se inclinó para recogerla pero se detuvo en el acto, reconoció la caja.
- ¿Qi-ge? ¿Donde te metis-? - Shen Jiu entraba a la habitación cargando a su hijo cuando se detuvo.
Miro la caja trasparente que su prometido sujetaba en sus manos, sintió que todo el calor subía por sus mejillas cuando reconoció el objeto que QingYuan tenía en sus manos, rápidamente se lanzó a quitárselo. Pero QingYuan fue más rápido y lo elevo para que no pudiera alcanzarlo.
- ¡Eso es mio! - reclamo tratando de alcanzarlo, maldita genética que hizo a QingYuan demasiado alto - ¡devuelvelo!
- Lo sé - sonrió - creí que dijiste que no lo querías.
- Dije... Que no necesitaba nada de ti, no que no lo quería - siguió quejándose. - ¡QingYuan!
Yue QingYuan abrazo a su pareja con cuidado de no lastimar a su hijo que estaba en medio de ambos, Shen Yuan solo reía feliz de lo que sus padres estaban haciendo, parecían divertirse mucho y él también se divertía. Shen Jiu trataba de soltarse pero sin lograr nada.
- Dame mi abanico... - se quejo.
- Sabia que te gustaría - susurro al fin soltando a ambos.
- Es de buena calidad y me gusta su diseño - hablo mientras abría el abanico con gracia - se parece mucho a... Ese abanico.
- Lo sé - sonrió QingYuan - yo... quería dártelo antes. Cuando fuera por ti - confesó bajando la mirada - lo lamento...
- Eres tan irritante - se quejo levantando la barbilla de su prometido con el abanico - mírame. Eso ya no importa. Además... Cumpliste tu promesa después de todo.
- Pero yo...
- Prometiste que me darías una vida feliz - recordó volviendo a abrir el abanico sobre su pecho - ¿cierto?
QingYuan no pudo evitar besar a su futuro esposo, Shen Jiu se quejo del beso brusco que le estaba dando, pero se limitó a girar los ojos y tratar de corresponder torpemente. Shen Yuan comenzó a jugar con el cordel que caía del abanico mientras reía, realmente sus padres estaban muy felices ese día. El era feliz cuando ellos eran felices.
*
*
*
Sé que la penúltima escena y la última están muy saltadas... pero literalmente lo que ocurre en el medio es del capítulo 0 al 11 del fic (y un poco del 14 al 17 y uno de los extras que saldrá antes del tercer arco), así que no hay mucho que hacer xD
Originalmente solo iba a salir un extra, pero realmente estoy muy ansiosa y tengo muchos extras guardados.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top