S O L L L O Z O
D E
C O L I B R Í

Las razones para amarte
¿eran verdaderas o temporales?
De algo cuyo inicio es desconocido
¿entonces el final también podrá quedar en el olvido?
Si dijera que te odio, entonces me daría asco a mi mismo
porque sentir odio es incorrecto
pero es lo único que siento
por ti.
No tengo palabras más que esas,
porque odio que me lo dijeras,
que me hicieras lo mismo que ellos,
que jugaras con mi mente tal y como hiciste con ellos.
¿Y lo peor? Lo peor de todo es que ya me lo esperaba,
pero nunca creí que fuera tuya la primera puñalada.
Pensé en irme mientras tu sólo divagabas,
pensé en dejarte sola cuando nadie te amaba,
pero estuve ahí en cada lágrima,
vi arder cada casa, cada escena, cada lápida.
Te vi en llamas,
te vi ardiendo y disparando fuego,
vi cómo tu mundo se quemaba
mientras tú solo llorabas
y presumias ser un fénix
aún sin tener alas.

Si realmente fueras una estrella,
seguramente serías de esas
que brillan intensamente
y te hacen olvidar la oscuridad.
Pero, amada mía, prefiero la oscuridad eterna
antes de congelarme en tu asquerosa frialdad.
Y la verdad... La verdad es que te amaba
e ignoraba todas tus palabras,
ignoraba todo el veneno que derramabas,
y al escribir me desquitaba
de todo eso que de ti me disgustaba.
Pero ahora, con el arma blanca, ahora en mano
podré dispararte si lo quiero
hasta acabar este tóxico veneno
que tu en mi cosechabas.