¿Qué me importa un aquelarre,
Mientras el miedo no me amarre
Y la muerte no me agarre
O de sangre yo me embarre?

¿Tengo qué escribir poemas
De bellos y lindos temas
Existiendo tantas rimas
De otras valientes proezas?

¿Debo yo ser un cordero
Para a la izquierda no ser un cero,
Para que la gente me crea sincero
Y no me crean un majadero?

¿Qué me obliga a ser romántico
Si no todo bello cántico
A la hora de ser mágico
Tiene elemento romántico?

Pues, señores, que en virtud de honores
Virtud será que sin virtud escriba
Lo que la virtud de la mente dicta,
Y esto es lo que siento arriba:

Que aunque virtud no tenga
Será lo que a mí me venga,
Y el que en su postura se mantenga
Que en ella se sostenga.

Que no les estoy pidiendo
Ni ando siempre pretendiendo
Conocimiento por hipócrita
Cual evangelista apócrifa.

Mírense ustedes por dentro,
Defensores de la letra y su portento,
Y acepten que sólo el dinero
Es lo que los pone contentos...

No quiero oír sus lamentos,
Nada más de falsos sentimientos,
Que si fuera este mi objetivo
Ya mejor no estaría vivo.

Veo las antorchas en sus almas
Que me amenazan con fuertes llamas,
Pero les advierto que si desatan las flamas
Quemarían sus propias ramas...

Si hoy la sociedad está para admirarles,
Como único objetivo contemplarles,
Me avergüenzo de mi gente,
De su poca o nula mente.

Pararse frente a una multitud,
Hablar como ciervo, con lentitud,
Y buscar bienes propios con persuasión
Es ser eso o un asno o un ser sin compasión...

¡Ayer pasé por sus mentes,
Y ví a cien grandes entes
Bailando como unos dementes,
Habían tomado sus mentes!

Y resurga ya del cementerio
La gente con buen criterio,
Quiero ver qué dirían
De la ignorancia el imperio...

¡Qué bien se siente el código Libertus,
Donde todo se dice como en realidad es,
Y si tú, amigo, aún no lo crees,
Venid acá y lo comprobaréis!

¿No imitaréis al romántico de libros
Que al del oratorio cada día,
Y sobre pilares de bellísima poesía
Sólo dar rienda con lo que ya está escrito?

¿La poesía se embarca acaso sólo en el buque del amor,
No cae también en lo crítico
A una sociedad perdida?

¿Por qué no pensáis más allá de lo placentero, tú, prodigio venidero,
Poeta de años veintero
O posiblemente cerdo de matadero?

¿Por qué camuflar con palabras bellas la naturaleza asquerosa
De una apariencia de rosa?
Soltad ya sin miedo vuestras patas de cabra...

O soltad las de alguien más,
Total, desahogaos, ¡Qué más!
El diablo vino para ser expulsado,
No para fingir de él estar enamorado.

No alabéis lo que aborrecéis,
Sed de vómito es lo que tenéis
Si viendo terror hacéis
Más amor y lo ignoráis.

Déjense ya de lindos temas,
Del hombre medio atormentado,
El varón que se cree enamorado
Solo sufre de rato en rato.

Pensad un poco más en una realidad cruel,
Usad vuestro don, plasmad en papel,
No inventéis lo ya inventado,
Usa la mente que se os ha dado.

¡Seguid las pautas
De una disciplina nueva,
Tocad las flautas para su gran Majestad,
Tomad de este código lo que sea potestad!

¡Libertus es la norma que abre los libros
Y los parte en dos,
Que destruye amores de siglos atrás,
Y los pone en un cubo ante la realidad!

¿Pues qué no añoran siempre
Supuesta la patria libre
Pero de nada les sirve
Pues no se quedan muy firmes?

Que se desvían de temas
Al momento destrozados
A una solución ya dada
De un simple par de enamorados.

Mucho insecto cual Saavedra
Y su Quijote sin gracia,
Otro que la eutanasia
Hubiera merecido por esquizofrenia.

Dicen estar sin rumbo
En sus palabras de cobra,
Y los sepultan en Lumaya
Pues, al final, el dinero les sobra.

¡Qué diera la merced mía
Que por una u otra vía
Al menos un solo día
Dejaran tanta osadía!

¡Qué diera porque dejaran
De escribir estrofas raras
Que no emotivan nada
Y entretienen a la rana!

¡Es la rana no agileza,
No me iré con la grandeza,
Es la prole desgraciada
A la que tienen engañada!

Si al escenario suben
Con gallardía y coraje,
Bájense y caminen
Hasta su casa sin el carruaje.

No es mérito tan aplaudible
Escribir borrachos un bello audible,
Pues hasta la situación más casera
Evoca lágrimas más sinceras.

Si por una oreja entrase
Lo que el poeta amoroso escribió,
Por la otra mismo así sale
Pues al oyente ni le importó.

El arte acostumbrado
Al hito del enamorado
No comprende que la dicha
Sólo es una de entredichas.

Saliros al ambiente real
Donde nadie tiene piedad
Y escriban algo que ahuyente
Los espíritus de esas malas mentes.

¡Pero qué se pueden esperar
Si solo quieren hacer pensar
Que alguien puede enamorar
Con sus obras curiosas mostrar!

¡Poneos a pensar en el libro
Que atrajo consigo un alma inocente,
Por sus palabras tan incandescentes
El corazón puro les hizo indecente!

¡Por el libertario fuego
Déjense de su malvado juego,
Libertus los pone en su lugar luego
Y les deja en tierra su acrecentado ego!