∆ AYERES

En la hoguera me quisiera lanzar
Pero no puedo ni impulsar
Este cuerpo robusto de mortal
Del suelo no me puedo levantar...

Es tanto el tiempo gris y lunar
Que las horas no puedo contar
Y me siento en la etapa crepuscular
De mi vida en el lar terrenal...

¡Vuelve, mi yo de ayer,
No me hagas padecer!
¡No te rías de mi caer,
De mi soledad y doler!

No es lenta la vida, sino más la acción,
Me oscurezco la vista al tomar mi lección...

¡Pero vuelve, mi yo de ayer,
No me hagas padecer!
¡No sientas orgullo de lo que soy,
El monstruo que hiciste ya hoy!

No te siento como antes,
Mi vida hermosa de mis ayeres,
Me quebranto por millares
Cuando intento levantarme...

El fuego todavía arde
Y yo intento aún arrojarme,
Es mejor la flama viva
Que las llamas de mi higuera...

¡Vuelve ya, mi yo de ayer,
No me hagas padecer!
¡Mi higuera dio frutos muy malos de ser,
Un duro futuro acarreé!

Por los bordes la alfombra me aborrece también,
Mis huesos se rompen y ellos no lo ven...

¡Pero vuelve ya, mi yo de ayer,
No me hagas padecer!
¡Si yo juré siempre de nadie pender,
Pues ya me hicisteis entender!

Una sombra se contempla,
Deformada y repugnante,
Es mi feo cuerpo aberrante
Muere el espejo delante...

¿Quién se atreve a contemplarme
Si la juventud me falta?
La vejez no es el problema,
Es la enfermedad que acecha...

¡Vuelve ya, mi yo de ayer,
No me hagas padecer!
¡Si oscura es la sombra que de mí reflejas
Que cese pues ya comprendí!

Mi tono humillante fue determinante
Y lo que critiqué yo sufrí...

¡Pero vuelve ya, mi yo de ayer,
No me hagas padecer!
¡Que el fuego me odia igual que vos también,
No puedo abrazarlo y dormir junto a él!

En mi edad tan avanzada
Quiero ir por muerte amarga,
Si Desgracia me persigue,
Que me encuentre Humillación...

El fuego descontrolado
Vaga como enamorado,
Se ha salido de las fauces,
Por fin va ya a consolarme...

¡Que me voy, por fin, mi yo de ayer,
Me hiciste gran padecer!
¡No es lo triste y lo oscuro lo que quería yo,
Pero merecía un cruel final cual ratón!

¿Quería ver a mis hijos ignorados en las fauces de la hoguera,
Cuando mi esposa comenzó a padecer su primer malestar?

¿Te molestaron tus padres con sus ancianas necedades,
Sus avanzadas edades te provocaban horror?

¿No buscabas tú siempre el placer
Con tu "amada y dulce" mujer,
Pero le llegó el momento
Y le dejaste sin lamento?

¡Goza, pues, más caliente, hombre valiente y sin igual, que aquí el fuego te hará por las malas recapacitar!

Adiós, mi yo de ayer,
Idiota completo del sadismo
Y crueldad...

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