Three
Cuando sonó la campana anunciando el receso, Taehyung se sobresaltó. Ni siquiera había estado al pendiente de la clase en lo que iba de mañana.
No había dormido nada bien, por lo que había llegado tarde ganando una reprimenda del profesor. Pero había pasado el domingo completo y la madrugada del día de hoy adelantando ensayos.
Casi gime de nuevo por la frustración.
Eso no estaba en sus planes prematuros pero gracias a un mensaje de Hoseok avisando que la entrega era en dos días, tuvo que ponerse lápiz al papel.
"¡Buenos días!" canturreó el rey de Roma aterrizando a su lado.
"Días. De buenos no tienen nada" enfurruñado, sacó una carpeta ajena de su mochila.
Adherido dentro de esta, se encontraba una especie de maqueta plegable del sistema solar. Como estos libros infantiles para niños donde los objetos sobresalen gracias a una pieza de cartón.
"Uh, y a ti qué te pasa" tanteó cauteloso a sabiendas de que su mejor amigo tenía una nube negra encima. "¿Seojoon no te saludó hoy?"
"Sí, pero no es eso. Pasa que me levanté con ojeras por solo dormir tres horas, luego yo y mi dolor de cabeza tuvimos que aguantar una charla por diez minutos del profesor sobre por qué es importante ser un alumno responsable y llegar puntual" vociferó. "¡Ni siquiera tomó en cuenta que me retrasé por hacer los estúpidos trabajos que él quería que entregaran en un plazo de tiempo imposible!"
"No fue un plazo imposible... había cinco días de por medio" la interrupción de Hoseok fue olímpicamente ignorada por el castaño.
"Encima ahora tengo que tirar por la borda mi tiempo de receso para irle a llevar su proyecto de Ciencias al tarado de mi hermano"
Y también cierto pelinegro conversado en su mesa con una chica.
Pero ese punto no se lo comentaría a su amigo, solo esperaba no tener que dar explicaciones de esto a Yeonjun.
"Okey, iniciaste el día con el pie izquierdo. Lo entiendo"
La voz de Hoseok lo atrajo de nuevo hasta él cuando su vista se había desviado ligeramente hacia Jungkook.
¿Qué tanto hablaban?
"Sí, no está siendo el mejor día" se colocó la carpeta bajo el brazo para largarse de una vez. "Nos vemos. Cómprame lo de siempre para cuando vuelva"
"Si es que llegas a tiempo para bebértelo"
Con una mueca salió de allí, ignorando también la pequeña punzada de irritabilidad que le llegó cuando el pelinegro ni siquiera lo notó al pasar por su lado.
Aunque en su lista de deseos entablar una conversación con Jungkook ni siquiera estaba escrito, y menos después del mal rato que pasó en el cine el sábado, ser ignorado no era un sentimiento bonito para nadie.
Este colegio era realmente inmenso, imponente, donde la mayoría de sus edificaciones tenían un diseño coloquial de ladrillos con cemento blanco y columnas de bordes afilados. El castaño a menudo la comparaba con una pequeña ciudad estudiantil. Una muy cara.
Su último curso aquí y todavía había sitios que nunca había visto, como la cancha de tenis, el conservatorio, los edificios de residencia para estudiantes internos...
Irónicamente la magnificencia de sus instalaciones también se convertía en un punto negativo, el cual era la distancia entre un bloque y otro. Cada curso tenía su propio bloque de edificios en un área específica, donde únicamente convergían juntos los estudiantes de los tres años era en el anfiteatro principal y la cancha de básquet si había algún evento deportivo que involucrase a la escuela.
Fuera de eso, no tenían contacto entre sí. De hecho, todavía tiene sus dudas sobre cómo fue que su hermano quedó prendido de Jungkook. Seguramente había sido en uno de esos partidos que jugó. Aunque no habría manera de que admitiera esto en voz alta, pero el imbécil se movía en la cancha como mismo actuaba: con presunción y confianza. El balón siendo una extensión de sus brazos.
Volviendo al asunto importante, el camino de ida y vuelta le tomaría los miserables quince minutos que daban de recreo. Su hermano estaba en primer año así que caminaría hasta el otro extremo del campus.
Adiós a su Yakult de máquina expendedora.
Normalmente Namjoon, su padrastro, los despertaba si tenía la noción de que habían pasado por alto la alarma, ya que él era quien los llevaba y los recogía. Pero su padrastro estaba de viaje por trabajo y su madre como siempre se iba demasiado temprano para el hospital. Era jefa del Departamento de Oncología en uno de los hospitales universitarios de Seúl mientras que su padrastro, por su parte, era inversor financiero y asesor comercial.
No tenían una fortuna en sus cuentas bancarias como la mayoría de los alumnos en este lugar, pero ganaba lo suficiente como para enviar a Taehyung y Yeonjun a la escuela privada donde hijos de empresarios, banqueros y ministros también asistían.
Namjoon era amable con él. Siendo sinceros, todas las comodidades que ha obtenido en su vida han sido frutos de la generosidad del hombre.
Caridad le dijeron maliciosamente sus compañeros de primaria, pero él nunca lo vio de esa manera.
No era su hijo, aun así lo acogió y lo crió como tal. Sin diferencias en la sangre. No había algo que Yeonjun tenga que no lo tuviera Taehyung también. Nada que Taehyung pidiera que Namjoon no le diera si estaba en sus posibilidades.
Era una persona genial, su madre había elegido un buen hombre.
Su hermano en cambio no era tan genial como su padre. Comenzando por que era un desastre en matemáticas y terminando en lo olvidadizo que era. Razón por la cual ahora cargaba con el sol y ocho planetas bajo su brazo.
Pero incluso las personas no tan geniales merecían no reprobar.
Y no es que Taehyung no fue despistado, porque lo era. De vez en cuando le sucedía. Pero la frecuencia con que su hermano lo hacía era un récord a batir.
Cuando llegó al salón de clases de Yeonjun, el menor dejó de pintar garabatos sobre el yeso en la pierna de un compañero antes de correr hacia su hermano.
"Pensé que nunca llegarías"
"Y encima te quejas" soltó Taehyung tendiéndole la carpeta. El menor la tomó revisando que nada estuviese dañado. "Que no se repita, no soy tu carrito de los helados para estar yendo de un lugar al otro"
"Sí, sí. Lo que digas" le restó importancia a los reclamos ajenos con su mano, sin embargo cuando el contrario estaba por darse la vuelta lo agarró del brazo. "¡Lo siento, lo siento! Pero Tae, yo... Uh... Estoy triste"
El mencionado frunció el ceño preocupado ante el puchero del menor.
"¿Por qué, qué pasa? ¿Alguien te hizo algo, dijo algo?"
"No, yo estoy bien es solo que..." mordió su labio ansioso. "¿Jungkook no te ha dicho algo de mí? Después de lo del sábado pensé que podría venir a verme"
El castaño apretó sus labios entre sí.
Había temido esta pregunta pero no le podría decir a su hermano que el cretino estaba muy ocupado justo ahora con una chica sin causarle una desilusión.
"Escucha, Yeonjun..." comenzó rascándose la frente. "Hemos tenido muchas asignaciones encima y los exámenes de admisión también se acercan, así que debe tener la mente en muchas cosas. Es por eso" dijo esbozando una sonrisa convincente.
"¿En serio lo crees? ¿No es porque se haya olvidado de mí?" cuando el rostro se le iluminó con un pequeño rayo de esperanza, hizo que Taehyung se sintiera un poco mal por mentirle.
"¡Claro que no, bobo!" aseguró a pesar de todo con una efusividad exagerada que pareció por fin convencer al menor.
Yeonjun asintió lentamente para sí mismo antes de abrir los ojos como lunas
"¡Oh! Ahora que me acuerdo..."
Corrió hasta su mesa y sin cuidado arrancó un pedacito de papel de la parte de atrás de una libreta antes de escribir algo en el.
Regresó bajo la mirada curiosa de su hermano y le tendió el papelito.
Taehyung lo desdobló.
"Es tu número" obvió desconcertado.
"Es para que se lo entregues a Jungkook"
"¿Qué...?" preguntó como tonto mirando repetidamente el papel y la cara contraria.
"Se nos olvidó intercambiar números el sábado ¿Cómo me llamará entonces?"
"Te dije que no somos amigos. Ni siquiera intercambiamos palabras"
"Hazlo por mí, Tae" suplicó Yeonjun con sus grandes ojos verdes y sus manos juntas. "No se te pegará una enfermedad mortal por intentarlo"
El solo hecho de tener que lidiar con Jungkook una vez más me hace sentir enfermo, pensó con amargura.
La ingenuidad de Yeonjun no le permitía ver que si su amor platónico realmente quisiera hablar con él, podría haberse dirigido a Taehyung en busca de su contacto en primer lugar; si en verdad lo olvidó aquella noche.
El mayor largó un suspiro.
"Se lo haré llegar. No te preocupes"
El menor saltó en su sitio antes de trepar a su hermano como un koala, repartiendo besos a la mejilla ajena.
Era una tendencia molesta que tenía cuando se emocionaba demasiado. Ya se había acostumbrado a ello.
"Ugh, para con eso o me arrepiento"
Bueno, tal vez no del todo acostumbrado aún.
Siéntanse libres de comentar si así lo desean, me gusta leerles.
Cuídense mucho!
(ㆁωㆁ)
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