Eight

"El profesor nos puso en el mismo duo de Ciencias"

La palma que impactó contra la mesa tomó desprevenido al pelinegro. Miró hacia Taehyung con aprensión.

"¿Qué es eso?" inquirió terminando de guardar la última de sus pertenencias en la mochila.

"Las indicaciones que dejó el profesor" contestó con obviedad apartando la mano de la hoja.

Jungkook soltó un suspiro mientras la tomó para echarle un vistazo al tema del proyecto. Faltaba un solo día a clases y todo se ponía de cabeza.

De todas las personas ¿tenía que tocarle con Kim?

"No es necesario que hagas nada" informó displicente. "Haré el trabajo yo solo y pondré tu nombre en el informe, tranquilo"

Pretendiendo que el evidente rechazo de Jungkook a ser su compañero no había tocado una fibra sensible, levantó la barbilla con osadía.

"También es mi nota, Jeon. Y no confío en ti como para dejarla en tus mezquinas manos" acusó. "Si tienes algún problema, quéjate con el profesor. Pero tendrá que ser otro día ya que acaba de irse a su casa hace exactamente..." miró la hora en su móvil. "Trece minutos"

El pelinegro entrecerró los ojos ante su evidente tonito burlesco, decidido a pasarlo por alto agarró la hoja de nuevo.

"La entrega es en dos días" murmuró un poco alterado.

El castaño apretó los puños en torno a la carpeta que llevaba frente a sus muslos.

¿En verdad el idiota lo estaba considerando? ¿Tanto así lo aborrecía?

Quizás después de la pequeña plática que tuvieron el día tras de ayer en la azotea Jungkook se suavizaría un poco, pensó erróneamente.

"Razón que convence" dijo escueto. "Así que cuanto antes empecemos, más rápido nos perderemos de vista el uno al otro"

Otro suspiro pesado.

"Muy bien. Si no hay otra opción..." se resignó poniéndose de pie con la mochila en un solo hombro. "Vamos a la biblioteca, entonces"

"Está cerrada por inventario"

"¿El salón de computación?"

"Acaba de terminar el último turno" le recordó. "Está cerrado"

"¿Qué hay de tu casa entonces?"

"¿Para que Yeonjun esté parloteando todo el tiempo alrededor de ti y desconcentrándome? Olvídalo" ver a Jungkook mirar hacia el techo como si ya hubiera agotado todas las posibilidades lo hartó. "¿No podemos solo ir a tu casa, y listo?"

Jungkook lo miró por unos infinitos segundos hasta que, en un movimiento rígido, asintió.

Taehyung bufó para sus adentros.

Maldito idiota petulante...


"Ponte cómodo" Jungkook cerró la puerta tras de sí. "Solo no muevas las cortinas ni los adornos del estante, no toques los retratos. Tampoco pises la alfombra de la sala ni te sientes en el sofá"

Taehyung frunció el ceño contrariado. Ni siquiera había terminado de descalzarse correctamente cuando fue bombardeado  de advertencias.

"Cómo quieres que esté cómodo con tantas reglas"

"En realidad no quiero" admitió como si nada. "Pero es lo que la gente dice por cortesía"

El contrario le disparó una mirada asesina que menos que poco le pudo importar a Jeon.

"Eres un imbécil ¿Lo sabías?"

"Sí, y un idiota también. Me lo dices todo el tiempo" informó mientras subía las escaleras hacia su cuarto, supuso el castaño. "Espera ahí, vuelvo enseguida"

Taehyung refunfuñó por lo bajo cruzándose de brazos. El hecho de que en su ser haya una vena curiosa –e interesada– acerca de Jungkook, no significa que iba a permitir que lo tratase como su frazada de piso particular.

Había descubierto que estaba dispuesto a atenuar un poco su orgullo con tal de mantener la buena relación de aquel día con el pelinegro, pero el muy idiota no se lo ponía fácil.

Seguía con su actitud exasperante, engreída e indiferente de siempre que hacía a Taehyung sentir como un insecto de seis patas en su presencia. Entonces, por qué demonios seguía queriendo acercarse a Jungkook.

En su espera a que Rapunzel bajara de su torre, le fue inevitable no echar un ojo indiscreto por los alrededores y casi queda con la boca abierta.

Por supuesto, había esperado que con la fortuna de los Jeon tuvieran una casa de ensueño. Pero hacer salvajes conjeturas en su mente y verlo con sus propios ojos era algo totalmente distinto.

Taehyung vivía en una casa de barrio residencial, Jeon vivía en un apartamento en la zona cara de la ciudad. Y aún así, el castaño estaba seguro de que todo su cuarto cabría en un baño de este enorme lugar.

Con las paredes de blanco perlado y monturas plateadas que abarcaban todo el espacio, las cortinas azul rey se extendían desde el techo hasta tocar el suelo dejando en medio de ambas un enorme espejo en forma de óvalo con el marco adornado en la única pared llana que no poseía monturas. Todos y cada uno de los conjuntos del amueblado era de madera lacada en blanco brillante.

"Empecemos" la voz de Jungkook lo tomó por sorpresa.

Se había quedado enajenado mirando el juego de lámparas de cristal que colgaban desde el techo.

El pelinegro ubicó una pila de hojas en blanco junto a una laptop y su cartuchera encima de la mesa ratona que había en medio del sofá y los sillones.

"Dónde nos sentamos" quiso saber.

Jungkook se sentó en el piso y enarcó una ceja en su dirección como si dijera: ¿Subnormal es tu trabajo a tiempo completo o solo un hobby?

O al menos así lo interpretó él.

Taehyung tomó asiento a su lado. El piso era de mármol, y estaba tan reluciente que tenía miedo de empañarlo.

"No eres un buen anfitrión" tuvo que quejarse.

"Lo que digas. Muéstrame la hoja"

El menor hizo lo pedido y en lo que Jeon releía las orientaciones una vez más, aprovechó para desprenderse de la chaqueta de su uniforme y colocarla junto a su mochila a un lado. La climatización era agradable, por lo que no sentía el calor agobiante que normalmente hacía.

Miró el perfil de su compañero, que lucía concentrado en la hoja de papel. A pesar de lo que había dicho anteriormente sabía que Jungkook era un buen estudiante, su carácter competitivo y decidido hacía que así fuese.

Gracias a eso pudieron organizarse perfectamente. Jeon había decidido dividir a partes iguales la cantidad de preguntas que debían responder y así avanzar más rápido. Apartados como la introducción o conclusiones del ensayo –que mínimo debería contar con quince páginas manuscritas– podrían hacerlo juntos al final.

"Diga la composición química del acetato de sodio y su utilidad en las distintas áreas actuales" leyó el pelinegro en voz baja.

"Hielo caliente ¿recuerdas?" expuso Taehyung parando el lápiz por un momento. "Lo hicimos como experimento en segundo año"

Jungkook asintió retomando la actividad. Sí, esta era uno de sus múltiples usos.

Siguieron garabateando sobre sus hojas, cada uno en su propia mente enfocada, arrullada por la tranquilidad del silencio que hacía la tarea más llevadera. De vez en cuando alguno emitía una duda o criterio en voz alta, como hace unos minutos.

La única interrupción externa que tuvieron fue de la empleada doméstica, cuyo rostro pequeño le recordó a Taehyung a un entrañable hamster. Jungkook se la presentó como Sana.

Una mujer en sus treinta de origen japonés, que llevaba trabajando para la familia Jeon hace más de diez años. Al menor le sorprendió lo joven para su edad que lucía la chica.

Jungkook le dijo que era como su nana. Y de hecho, había un destello maternal en la sonrisa de la empleada cuando miraba hacia el pelinegro. Incluso si le llamaba con respeto por Joven Jeon, el cariño en su voz era palpable.

"No te preocupes por mi, Sana. Estoy bien"

"Y usted, joven Kim ¿Desea algo?"

Taehyung parpadeó unos segundos para percatarse de que la atención ahora estaba puesta en él.

Dado el trato sofisticado y elitista que en su vida había recibido, casi comete el penoso acto de señalarse con el dedo y mirar hacia atrás.

"Uhmm... Solo un vaso con agua, por favor" pidió cohibido. "Disculpe las molestias"

Aún cuando sabía que la empleada solo estaba cumpliendo su trabajo, no pudo evitar hacer una corta reverencia con timidez.

"No tiene que disculparse. Estoy para servirle" corrigió la empleada con una sonrisa afable. "¿Gusta de agua mineral, carbonatada, de limón o agua destilada?"

"¿No puede ser solo del grifo?" preguntó genuinamente trastocado.

Jungkook sofocó una carcajada tras la palma de su mano.

"Solo tráele una de las mías, Sana"

"¿Oh?... Sí, joven Jeon" obedeció atropelladamente la mujer, que estaba tan perpleja como el mismo Taehyung.

Agua del grifo fue probablemente la petición más inusual que le habían hecho en todos sus años de servicio.

Dio una profunda inclinación antes de abandonar la sala, dejando al par de alumnos solos nuevamente.

"Lo siento por eso, debes estar sediento. Probablemente debí ofrecerte algo cuando llegamos" se disculpó el mayor, aunque la diversión de segundos atrás aún no había dejado su rostro. "Supongo que en verdad no soy un buen anfitrión, pero en mi defensa no traigo invitados a casa"

"¿Ah, no?" inquirió el castaño sin poder evitar sonar interesado.

El contrario movió la cabeza.

"No me gusta cuando invaden mi espacio"

Y aún así aquí estaba Taehyung, sentado rodilla con rodilla junto a él sobre la afelpada alfombra que le advirtieron no pisar.

Se sintió halagado de ser la primera persona que Jungkook traía a su hogar. Incluso si fue más por compromiso que simpatía.

Por alguna razón, se sintió un poco desinflado ante ese hecho.

"¿Y entonces eres virgen?" dijo a modo de ocurrencia.

Jeon torció el gesto dándole una mirada sesgada. Desprevenido por la pregunta bastante personal que no se esperaba, no de parte de Kim al menos.

"¿Puedo saber cómo llegaste a esa brillante deducción?"

El menor solo se encogió de hombros, tratando de lucir despreocupado. Por dentro estaba martirizándose por haber soltado aquello así sin más. Su cerebro era peligroso cuando se desconfiguraba.

Tomó todo de sí mismo para no sonrojarse, ni siquiera con Hoseok hablaba de estos temas.

"Bueno... No traes a nadie aquí. También somos menores de edad para rentar una habitación de hotel. Tampoco has tenido parejas..."

"Nunca he dicho eso" le interrumpió. "Además, aveces una cama es lo de menos. Si el tipo sabe lo que está haciendo, ya sea encima de un colchón o el capó de un auto, te dejará con las piernas temblando"

El menor esta vez no pudo controlar la forma en la que sus mejillas se incendiaron de forma tan visible.

Hizo que Jeon elevara una comisura del labio y se jactara de su vergüenza.

"Parece que aquí el virgen es otro"

El regreso de Sana evitó el impulso de Taehyung de querer enterrar la cabeza en el hueco más cercano.

Cuando la empleada colocó el agua junto a un vaso de cristal, los ojos de Taehyung se fueron directos a la botella.

Tomándola como una pieza de arte en sus manos, no podía obligar su boca a cerrarse.

"¿Se supone que esto es agua?..." preguntó asombrado sin despegar la vista de la botella de vidrio liso, con sus grandes letras en la parte inferior y diseño minimalista.

"Es agua Svalbardi" aclaró Jungkook a su lado.

Hasta su nombre era sofisticado...

Decidiendo que ya había hecho suficiente el ridículo por un día, la bebió sin más.

Nada del otro mundo, se dijo para sus adentros con otra mirada escrutadora a la botella.

Cuando la pantalla del móvil de Jeon se encendió, el castaño casi se echa para atrás al ver la hora.

El tiempo se les había escurrido como arena y ni siquiera se dieron cuenta.

"Creo que ya debería irme a casa. Es tarde" comenzó a guardar sus cosas y organizar el reguero de hojas en una carpeta.

Había enviado un mensaje al salir de clases avisando de su retraso, aún así no quería vagar solo por la ciudad una vez entrada la noche.

"Podemos seguir mañana" agregó el pelinegro sobando la parte posterior de su cuello, resentido por estar tanto tiempo encorvado. "Hemos adelantado gran parte, de todos modos"

Poniéndose de pie, acompañó a Kim hasta la puerta, dejándola abierta para él en lo que el chico se amarraba la chaqueta a su cadera.

"¿Estás seguro de que no quieres que te lleve?"

En realidad lo quería más que a nada; a nadie le gustaba matarse del aburrimiento esperando el transporte público. Y la paciencia no era exactamente su fuerte.

Pero acceder a la petición de Jeon era arriesgarse a que Yeonjun echara una ojeada por la ventana. Entonces no habría Dios en el cielo que parara sus incesantes súplicas para acompañarlo mañana, y Taehyung estaba en contra.

Estudio era estudio.

"Seguro" contestó. "Caminar hasta la parada del autobús no me matará. Vi una por aquí cerca"

Taehyung sonrió con los labios sellados a modo de despedida, inseguro sobre si un apretón de manos sería adecuado o una inclinación demasiado formal.

Cuando estuvo por darse la vuelta, su apellido en la boca de su anfitrión lo detuvo.

"¿Sí?" le observó expectante.

Tal vez Jungkook había considerado otro método de despedida.

"Cuándo me vas a devolver mi pañuelo"

"¿Oh?..." primero se mostró contrariado antes de abrir los ojos como platos. "¡Oh!"

Se apresuró a abrir la mochila y de ella sacó la fina prenda de Jungkook, cuidadosamente doblado y limpio.

Tres veces lo había lavado a mano él mismo imaginándose lo quisquilloso que sería Jeon con sus cosas.

"En realidad, lo traía desde ayer conmigo pero como no apareciste en clases..." explicó, tampoco quería que Jungkook creyese que se quería embolsillar adrede su pañuelo.

"Huele a limón" el pelinegro frunció la nariz ante el fuerte olor.

"Claro. Utilicé mi gel de baño cuando lo lavé"

"No me gusta"

El castaño rodó los ojos antes de volver a acomodar su mochila hacia atrás.

"Lávelo entonces con la fragancia que más snob le parezca, mi Lord Jeon" se burló con aire desenfadado. "Nos vemos mañana"

Jungkook juntó el entrecejo, mirando la espalda del chico que se caminaba hacia el ascensor.

Cerró la puerta y volvió a mirar el pañuelo en su mano.

¿Así era como olía Kim?

Nunca había estado lo suficientemente cerca de su piel como para sentir su aroma, aunque cierto era que el limón no estaba entre sus gustos favoritos.

Lo mismo pasaba con Taehyung, era un dolor en el trasero tratar con él. Mas sin embargo se encontraba a sí mismo aveces sonriendo por su causa, a costa de sus actitudes que fluctuaban de molestas a cautivadoras en un segundo.

"Parece un buen chico" dijo Sana parada bajo el umbral del pasillo.

La sonrisilla traviesa que bailaba en sus labios le dio una pista a Jungkook sobre las ideas descabelladas que pasaban por la mente de la mujer.

"Es solo un compañero de clases" dijo exasperado subiendo hacia su habitación.

"Sí, claro" bufó la mayor, murmurando por lo bajo. "Lo mismo decía yo de mi esposo y mírame ahora"

Divertida negó con la cabeza, rememorando los viejos y buenos tiempos.

Ella también solía tener una personalidad cerrada y apática como la de Jungkook, le recordaba a ella en su etapa más adolescente. Sin embargo encontró el amor más genuino en alguien tan opuesto a su carácter.

El joven Taehyung le recordó a su esposo.

Pido perdón por lo que tardé en actualizar. Entré en bloqueo con esta historia y ni siquiera sé por qué si es bastante sencilla.

Las ideas están todas en mi mente pero el problema estaba en la disposición para escribir, no la encontraba y me sentía apática.

Pero ya no más, la llevaré hasta el final.

Quiero terminar Stealer, En Reversa y Strigoi porque tengo otra historia en camino en la que deseo centrarme por completo.

No puedo escribir cuatro historias al mismo tiempo xd
Mis respetos a esxs autores que sí lo hacen.

Tengan un precioso día/ tarde/ noche.

(⁠✿⁠^⁠‿⁠^⁠)

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