18












...




Tintorería
10:00 am

Pues los rumores sobre el hotel donde Jisoo se hospedaba eran ciertos. Ya lo teníamos claro, pero después de conocer que no tenían lavadora para lavar la ropa sucia de sus clientes se quedó de boca abierta. Es cierto que no todos los hoteles poseen ese servicio, pero dentro de el paquete que ella estaba pagando se encontrada dicho servicio.

—Genial —dijo entre dientes con la cesta llena con su ropa. No había ninguna lavadora libre a esa hora de la mañana. Al paso que iba , tendría que lavar la ropa a mano y ella odiaba eso.

—Te puedo dar espacio en la mía si quieres.

Se asustó un poco cuando la ronca voz de Taehyung llegó a su oído.

—No, gracias.

—¿De verdad? No querrás esperar más de dos horas.....bueno como tú decidas.

Se volteó y comentó esas palabras con intenciones de que la pelinegra se arrepintiera.

—¡Hey Taehyung! Déjame un espacio, por favor.

El castaño dio en el blanco al hacer su táctica y compartió con ella la lavadora.

—Soy yo solo, así que nuestras prendas caben perfectamente —aseguró cerrando la lavadora, echo el detergente y encendió el botón para que comenzara a trabajar.

Jisoo cruzó una pierna sobre la otra y dirigió su mirada a Tae, quien la miraba con la barbilla apoyada en su mano.

—Lo siento —murmuró ella.

—No te preocupes. Nunca me ha pasado, pero sé que no es fácil entender que la persona a la que creías muerta esta viva y que no te a localizado porque perdió la memoria.

—No me refería a eso —echó su pelo hacia atrás— Quise decir que siento ser tan bella para que no dejes de mirarme.

Jisoo hizo su mejor jugada y consiguió su objetivo, hacer pasar una pena a Tae. Ahora estaban empatados.

Tae apartó su vista de ella tan rápido como si fuese un robot.

—Así fue como rompimos el hielo en la primera cita que tuvimos —dejó su vista en el suelo y dejó escapar un suspiro—. Cuando llegué a mi casa no pude dejar de reírme porque yo no soy de decir esas cosas, me había salido natural.

Tae fue una parte importante en la vida de Jisoo. La había hecho conocer una personalidad que ella nunca pensó tener.

—Es una pena que no te acuerdes o eso dices tú.

—¿No me crees?

—No te creo nada. ¿Quién te metería en un psiquiátrico? ¿Por qué? Solo eras un cazador de vampiros.

—Y eso fue lo que me llevó a estar encerrado.

—¡Ves! Nunca has perdido la memoria.




...





Con cada una de sus pisadas provocaba que las hojas secas que estaban sobre el fértil suelo crujieran, eso estaba acompañado del insoportable sonido de los grillos.

Para aquella pelirroja de un lunar enorme en la frente le estaba costando llegar a su casa, pues vivía mucho después de allí.

Se asustó mucho y se detuvo en seco, había sentido una rama romperse y sabía que no fue ella porque a su alrededor solo habían hojas.

Apresuró su paso, nerviosa. Sabía que la situación en Las Vegas no estaba para andar caminando a altas horas de la noche, pero eso no le impediría asistir a su trabajo.

—Seulgi, Seulgi , Seulgi ....

Repitieron solo tres veces su nombre para que luego alguien cayera sobre ella y la dejara sobre el suelo boca abajo, la apretaba contra la tierra. Ella podía sentir como las hormigas se pegaban por dentro de su ropa y le picaban cualquier parte de su cuerpo.

No sufrió mucho, solo sintió un ardor en su cuello y después calló en un sueño profundo.

Su atacante se levantó dejándola perdida en su sueño. Se vio sus manos, estaban llenas de tierra e insectos. No dudo en lamerse sus dedos.

—Es tan crocante —dijo cuando masticó un insecto desconocido—. Ahora respeto a los vampiros vegetarianos.

Recogió una hoja seca del suelo y la uso para limpiarse sus colmillos amarillentos.

—¡Aquí estabas! —Jin golpeó al vampiro con su mano en forma de puño, lo dejó tonto por unos segundos— ¿Qué hacías? —preguntó al ver a la pelirroja en el suelo— Dime que no la mataste.

—No, solo bebí un poco de su sangre. Sabes que no mato —continuó limpiándose sus dientes.

—¿Por qué te metes eso en la boca?

—Vi un documental en internet que dice que si te limpias con esto tu aliento olerá a menta.

—Hoseok —se cruzó de brazos—, se refieren a una planta de menta y eso es una hoja seca de un árbol cualquiera.

—¡Ahs! —dejó caer la hoja al suelo—. Estaba tan ilusionado.

Jin sacó de su bolsillo un caramelo y se lo entregó.

—Comete esto y te servirá de algo.

—Muchas gracias. Te abrazaría, pero se que no te gusta —se metió el caramelo en la boca—. Sabe a sangre. Me encanta.

—Es de fresa —rectificó.

—Como sea. Por cierto ¿cuando llegan los demás?

—¿Quienes son los demás?

—Me refiero a los demás vampiros. Nos llamaste a todos por algo ¿No?

—¿De qué hablas? Yo no llame a nadie.

—¿Quién fue entonces? Me enviaron una carta a Corea hace unos meses diciéndome que viniera, incluso me dijiste antes que si la habías enviado tú.

—Eso no puede ser cierto. Yo a los únicos vampiros que conozco son tú y Yeji. ¿Ella viene?

—No. Sabes que no le gustan estas cosas —metió sus manos en los bolsillos de su short —. ¿Por qué no entramos tengo frío?

—Pretendes dejar a esa pobre chica ahí tirada —el pelinegro golpeó a su amigo en el hombro—. ¡Llévala a su casa!

—No lo haré —negó.

—¡Oh! ¡Si lo harás!

Sus ojos se tornaron de un color diferente al normal provocando el temor del rubio.

—Está bien. Lo haré.

Jin vio como su amigo cargaba a la chica en su hombro y se la llevaba a su casa lo más rápido posible.

Al perderlo de vista, se quedó mirando la asombrante luna llena que estaba en el cielo, quedaba sobre el casino Castle.

Con intensiones de entrar ahí se dio cuenta de algo extraño. Vio unos pies en un callejón semioscuro. Caminó allí para ver de quién se trataba y se horrorizó con lo que vio.

Tapó su boca asombrado. Había una chica con todas sus extremidades cortadas, el piso estaba cubierto de sangre, pero se notaba que había sido limpiado, imaginó que podía ser una lengua por los restos de saliva en el mismo sitio, pero ¿quién haría esa atrocidad tan asquerosa?


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top