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—Esquiva a tu contrincante —recomendó—. Distráelo y cuando tengas oportunidad golpéalo en su punto débil.

El peliazul cumplía todas las sugerencias que le daba su entrenador.

Trotó en el lugar y jugó con la mirada de su oponente, haciéndole creer que lo golpearía, lo volvió impaciente y cuando estuvo a punto de golpearlo, el peliazul le golpeó en su entrepierna.

La campana sonó para el ganador. El chico corría con mucha energía alrededor del ring.

El presentador le entregó su trofeo y alzó sus manos en alto.

—¡Tenemos un ganador! —gritó a toda voz—. Choi Yeonjun ha ganado y se lleva la copa de oro.




...



—Mi flan casero —la mujer rubia dejó un plato con el delicioso postre sobre la mesa. Seguidamente abrazó al peliazul y dejó un beso en su frente—. Para mi hijo querido, que es todo un campeón.

—Gracias mamá —compartieron una sonrisa.

—Te dije que llegarías lejos —alagó el castaño, lo señalaba con la cuchara—. Lo supe desde la primera vez que te vi entrenar. Tienes una fuerza natural que pocos tienen.

—Estoy muy orgullosa de mi hijo —volvió a besar la frente del chico.

—En parte todo mi talento te lo debo a ti, Taehyung —comentó—. Has sido un gran entrenador.

—Solo hago mi trabajo.

Giselle, la hermana de YeonJun llegaba con unas bolsas de compras , las dejó sobre el suelo y de inmediato encendió el televisor, estaba muy alterada.

—¿Qué te ocurre? —la rubia tocó el hombro de su hija, está se asustó por la frialdad de su mano.

—Ha habido otra víctima —comenzó a mordisquearse las uñas—. Van a decir su condición en el noticiero.


«Continúan las desapariciones de las chicas en el casino Castle. En esta última ocasión por suerte no ha sido nada grave, pero se ha encontrado una misteriosa mordida en el cuello de la última.

La víctima, Aisha, bailarina del lugar antes mencionado no ha aceptado dar su versión de los hechos en nuestro programa, pero la policía aún sigue investigando y ellos nos darán los detalles para mantenerlos a ustedes al tanto.»

—¡Qué cosa tan grande! —habló la mayor de los cuatro presentes—. Gise no deberías empezar a trabajar en ese casino. Te lo pido.

La castaña de piercing en la nariz, tomó sus bolsas y se dirigió a su habitación. Su mamá enfadada por su actitud fue detrás de ella.

Solo quedaban Taehyung y Yeonjun en la habitación, degustaban el flan mientras continuaban viendo la noticia.

El campeón del día apagó la tele después de chasquear su lengua.

—¿Por qué lo apagaste? —preguntó Tae.

—Se cuanto te afecta ver eso.

—No me afecta en lo absoluto —negó con la cabeza y sus palabras, pero sus ojos expresaban otra cosa.

—No me mientas. He compartido muchas cosas contigo. Si vas a mentir, mejor hazlo con Katia.

—Nunca le mentiría a tu mamá —bufó—. Si, si me afecta lo que están diciendo en el televisor. ¿Sabes por qué? Porque yo se lo que esta causando todo eso y no puedo hacer nada.

—Ves como te conozco —dio una sonrisa ladina—. Hyung tú no tenías una relación con esa tal Aisha.

—Si, hablábamos por chat.

—¿Y? —indagó.

—¡Qué curioso eres! —exclamó—. Quede con ella para vernos en persona, ahí en el casino Castle, pero no pude asistir.

—¿Por qué no?

—Fue el día del accidente de tu hermana —murmuró mirando hacia la puerta de la habitación de dicha chica.

—Giselle siempre lo estropea todo —criticó.

—No digas eso de ella.

—Estoy cansado de decirle a mamá que no la mime tanto y por eso es que pasan esas cosas. Ella solo intenta llamar la atención.

—Giselle no razona —habló Katia saliendo de la habitación —. A pesar de que le asusta lo que está ocurriendo con esas muchachas, sigue empeñada en trabajar en ese casino. Por favor, Tae, habla con ella. Creo que eres el único que puede ayudarme con eso.

—¡Ves lo que digo! —anunció el peliazul—. ¿Tengo o no tengo razón?







Golpeó varias veces la puerta de la castaña y al anunciar que era él quien tocaba para hablar con ella, la chica accedió a dejarlo pasar.

Miró la habitación por segunda vez, nunca había entrado ahí, quitando el día del accidente.

Las paredes eran de color negro y muchos póster de diferentes bandas de rock estaban pegados en la pared.

Giselle estaba muy concentrada maquillándose. Aquel lápiz negro para delinear se lo estaba pasando con mucho cuidado por los alrededores de sus ojos.

—Mamá te ha pedido que me convenzas de no empezar a trabajar en Castle —chasqueó su lengua—. De verdad que no puede dejarme en paz.

—Gise, debes ser más compresiva con tu madre. Ella solo tiene miedo que te ocurra algo.

—Claro —Se quito la blusa color púrpura que tenía puesta, quedándose en sujetador—, pero ella no debe olvidar que se defenderme.

Tae se volteó para no verla. Ella caminó hasta su armario y sacó un suerte con el nombre de su grupo favorito, KISS.

—Por algo estudie artes marciales y gracias a ello tenía los mejores reflejos de toda la clase —dijo—. Volteate, ya me puse algo.

—Pero no estamos hablando de un humano cualquiera. Posiblemente el causante del problema sea una criatura sobrenatural. No viste que se encontraron marcas de colmillos en el cuello de la chica.

Comenzó a reírse.

—Me quieres decir que eso fue un vampiro —comentó con burla—. Tae ten cuidado con lo que dices, no vaya ser que te vuelvan a meter en un psiquiátrico.

—No me da gracia —dijo serio—. No vas a formar parte de ese casino, si no me haces caso no te dirigiré mas la palabra.

Él sabía de la pata que cojeaba la hermana de su mejor amigo. Ella estaba enamorada de él y no soportaría dejar de hablarle.

—No me hagas eso. Eres lo mas lindo que tengo.

—Entonces hazme caso.

—Está bien —tomó su bolso y se lo colocó en el hombro—, pero me acompañas a un bar. Quiero ir, pero mamá no me va a dejar y quede con unas amigas.




...


Tae estaba sentado cerca de la barra, vigilaba los movimientos de la castaña como había acordado con Katia.

Ella estaba sentada en una silla muy alejada de él. Le había pedido que se uniera, pero el castaño no aceptó con la excusa de que no se sentía cómodo entre tantas personas.

Bostezó y miró su reloj en su celular, eran las dos de la mañana. Buscó con la vista a la fanática del rock, pero no la encontró.

Se acercó a la mesa donde la había dejado y sus amigas seguían ahí.

—¿Donde está Giselle? —preguntó preocupado.

—A ido al baño —aseguró una de ellas.

Suspiró tranquilo.

La esperaba en la entrada del baño, sacó su celular y al ver la pantalla encendida tenía dos llamadas perdidas de Katia y un mensaje de YeonJun.

Yeonjun, mi campeón

Hyung, es tardísimo. Mamá quiere que traigas a Giselle ya.
Pd: Está tan enfadada que parece que va a botar fuego por la boca.
2:10 a.m.

Guardó rápidamente su celular en el bolsillo trasero de su pantalón. Había sentido la puerta del baño abrirse.

Espero a que Giselle saliera, pero se encontró con una sorpresa.

Una chica de melena negra despeinada estaba saliendo del baño. Sus ojos estaban rojos de tanto llorar y sus mejillas tenían un ligero sonrojo. Llevaba sus tacones en una de sus manos y se pellizcaba la parte baja de sus jeans.

Él parpadeaba constantemente, no se podía creer a quien estaba viendo.

La pelinegra no lo notó hasta tenerlo más cerca, fue ahí en cuanto abrió sus ojos como platos y dejó caer sus zapatos al suelo.

Dimitri....





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¡Ya se encontraron Tae y Jisoo!

¿Jisoo lo dejará escapar?

¿Qué pasó con Tae que fue a parar a Las Vegas?

¿Cómo conoció a la familia Choi?

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