11
—Ha sido un tiempo JinSi —revolvió su pelo arrepentido, todavía no se acostumbraba al verdadero nombre de Jisoo—. Quise decir Jisoo ¿Ese era tu nombre no?
—Si, ese es —sonrió incómoda—. ¿Trabajas aquí?
—No, solo me llevo con el dueño ¿Entramos? —preguntó y ella asintió.
La arquitectura de Castle se asimila a la de un castillo antiguo. Su interior está lleno máquinas y mesas de juegos, donde varias personas apuestan millones de pesos.
A Jisoo le llamó mucho la atención la vestimenta de las trabajadoras (el típico disfraz de conejita) le recordaba al uniforme que usaba de sirvienta cuando trabajaba en la mansión de Jin.
—¿Te gustaría usar un modelito como ese? —dijo con cierto humor.
—No, gracias —bufó—. No es mi estilo.
—Ya lo veo —Jin la miró de arriba abajo. Le gustaba su estilo de mujer empresarial.
La invitó a sentarse en una de las sillas que estaban junto al pequeño escenario. Otras personas también estaban ahí, Jin saludó a algunas de estas y luego volvió junto a Jisoo.
—¿Qué te trae por aquí?
—Vengo a hacer un reportaje para una revista —enseñó su cámara que le colgaba del cuello.
—No te creo —sonrió—. Que yo recuerde eras cazadora de vampiros —mencionó lo más bajo posible— ¿Has venido a cazar alguno?
—No —mintió. Al Jin ser un vampiro, no le podía decir sus verdaderas intenciones—. Ahora soy periodista. Cambiando el tema ¿De qué es el espectáculo?
—Es una bailarina, es lo mejor de la noche, muchos vienen por ella. Su nombre es Aisha.
—Ese nombre me suena —pensó, pero sin darse cuenta lo dijo en voz alta.
—¿De donde?
—De las Winx, el hada del agua —mintió nuevamente. ¿Donde habría escuchado ese nombre?
—No lo se, no veo esas cosas, no creo en las hadas.
—Es extraño, creía que al ser un vampiro te gustaba ver cosas sobrenaturales.
—No me conoces, no me pongas características que no te he dejado ver.
—Lo siento. Lo único que conozco de ti es que te obsesionaste con mi hermana y que te gusta beber sangre humana.
Jin quería responder, pero las luces del escenario se encendieron y la estrella de la noche apareció en el centro.
—Buenas noches a todos. Bienvenidos a este castillo, donde ustedes son los reyes y las reinas de la noche. Yo soy Aisha y me complace estar con ustedes una vez más. Antes de iniciar quería contarles una historia, la historia de este casino. Se dice que antiguamente existió un reino llamado ARA y justamente este era el palacio real, de ahí el nombre del casino Castle.
»Pero aquí no acaba la historia. La cultura en aquel reino era algo extraña y cuando digo esto quiero decir que los hombres y las mujeres vivían por separado, en diferentes regiones. Existía una regla, la cual decía que si algún individuo entraba si autorización a una región contraria a su sexo o se relacionaba con alguno se le quitaría la vida. Bastante desagradable ¿verdad? Nunca viviría ahí. Ahora sin más preámbulo les presento esta nueva coreografía inspirada en esta historia que les acabo de contar.
«Las luces del escenario se apagaron y se volvieron a encender. Aisha estaba en el medio, llevaba un vestido blanco y se movía al compás de la música. De pronto apareció un bailarín, ella se asustó y se puso un velo para cubrir su rostro. Él hizo como si rogara poder verla, pero ella se negó. Corrió asustada, tenía miedo de él, pero se encontró algo mucho peor, otros hombres querían tomarla para ellos. Entonces el que había dejado atrás la rescato. Ella muy agradecida lo abrazó y terminaron besándose, pero un par de flechas fueron enterradas en sus respectivos vientres y los hicieron caer al suelo en simulación de que estaban muertos»
Jin volvió a ver a Jisoo, estaba llorando. Aquello la había emocionado.
—Toma —le extendió un pañuelo—. No sabía que eras tan sensible.
—Para estas cosas soy un poco débil —limpió su cara y nariz—. Fue tan hermoso.
—Espero que escribas un buen reportaje de esto.
—Por supuesto —asintió— lo merece. Con lo que ella a contado creo que tengo suficiente, pero me gustaría entrevistarla.
Jisoo se estaba tomando el trabajo muy enserio, a pesar de que era un simple camuflaje.
—Inténtalo, pero no te prometo que lo consigas —lo miró incrédula—. No le gustan las entrevistas.
—Lo intentaré.
Tocó varias veces en la puerta del camerino de Aisha. Escuchaba voces a dentro, pero nadie abría. Siguió tocando, en algún momento tendrían que abrirle.
—Disculpa las molestias —dijo—, pero soy reportera y me gustaría hacerte una entrevista para la revista Mercurio ¿Hay alguien ahí? ¿Aisha?
Sintió en ese momento algo romperse y unos gritos. Eso la impulso a coger una silla y derribar aquella puerta.
Se sorprendió al ver sobre el suelo a la bailarina, estaba inmóvil. Le revisó el pulso y por suerte seguía con vida.
Se fijó en la ventana, estaba rota, debió haber sido el estruendo que escuchó antes. Eso le dio a entender de que había otra persona con ella.
Por instinto miró el cuello de la chica y en efecto, la huella de un vampiro estaba ahí.
...
—¡Me dices que se te ha escapado! —regañó YoonGi dando con una revisa sobre la mesa—. ¡Estás en la bobería o qué!
—Tal vez hubiera abierto mejor los ojos si me hubiera dicho que las bailarinas eran el platillo favorito del vampiro o los vampiros que estamos buscando —se defendió.
—No pongas excusas, eso estaba en los documentos que te entregaron.
—Se equivoca. Si hubiese estado lo hubiese tenido en cuenta.
—Claro que si —afirmó con sarcasmo—. Quiero a ese vampiro en mis manos ¡Ya! —golpeó la mesa enfadado y desesperado.
—Trataré de hablar con la chica para que me cuente lo que ha pasado. A lo mejor nos puede dar alguna pista.
—¡Haz eso ya! ¿Qué haces ahí parada sin moverte? ¡Mueve tu cucú!
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🤭
¿Alguien quiere a un jefe como YoonGi?
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