﴾52. Pánico﴿




JiMin

— ¿Entonces gané?

—JiMin, por tu culpa ahora tendré que llevar a Hobi a ese café pretencioso y caro.

— ¿Por qué me culpas a mí? Yo no hice la apuesta. ¡Además qué importa cuánto tiempo tardé en hacerlo con YoonGi!

—Somos tus amigos, claro que nos interesa ese chisme —TaeHyung me mira por el espejo retrovisor, haciéndome sonrojar demasiado.

—Eso es correcto —se burla HoSeok—. Y no es un café pretencioso, solo piensas eso por la decoración, cuando lo pruebes cambiarás de opinión.

—Solo lo haré porque te amo mucho y soy un hombre de palabra.

—Ustedes son tan adorables, me dan una sobredosis de azúcar —aunque sean un par de chismosos, los adoro, no puedo evitar que el amor que se tienen me contagie de cierta forma.

     Con TaeHyung, he logrado cultivar una amistad agradable que se estrechó más gracias a que comencé hace poco a ver Game of Thrones, aún con el poco tiempo que me queda en el día, he logrado hacerme espacio para comenzar la serie. Gracias a eso, comenzamos a hablar más seguido y descubrí que su humor es muy similar al mío, al igual que sus gustos en lectura y películas.

     Cada vez me gusta más estar aquí, siento que a pesar de las restricciones de mi padre, he logrado alcanzar un grado de felicidad que no tenía en Busan, porque aquí la definición de "domingo familiar" no significa ir a casa de la abuela a recibir comentarios imprudentes de mis tías y recibir los gestos de disgusto de mis primos.

     En cambio, nuestro domingo familiar hoy consistirá en una agradable comida, donde podremos estar todos juntos después de mucho tiempo. JungKook al fin consiguió una semana de vacaciones, así que él y su novio vendrán. Después de comer, iremos al cine y después al río Han a pasear en bicicleta, nada podría ser más perfecto que un plan así. Excepto tal vez... si YoonGi pudiera venir.

     Como sea, nosotros tres fuimos al mercado a comprar una lista de ingredientes que Jin hyung nos encargó, mientras él y Nam se quedaron en casa terminando de ordenar.

     Bajamos de la camioneta con las bolsas en mano, TaeHyung y yo jugamos carreras hasta la puerta, pero terminamos chocando y casi nos caemos. Eso no nos impide reírnos a carcajadas mientras HoSeok solo nos regaña, pero se ríe porque dice que actuamos como un par de niños.

— ¡Ya volvimos! —Hobi abre la puerta por nosotros y entramos. De inmediato, noto el olor a algo delicioso en el horno. Debe ser el clásico pastel de chocolate de SeokJin.

— ¿Trajeron todo? —Jin nos encuentra en el comedor, inspeccionando el contenido de las bolsas que dejamos sobre la mesa.

—Hasta lo más innecesario —responde TaeHyung— ¿Qué es ese olor?

—Estoy haciendo mi famoso pastel de chocolate.

— ¡Qué rico! Hace tiempo que no lo cocinas —expresa HoSeok con una gran sonrisa.

—Bueno, hoy es un día especial, así que lo amerita. Ahora los tres se van a lavar las manos en este instante y me ayudarán a picar los vegetales. ¡A trabajar, niños!

     Hay algo diferente en él hoy, se ve mucho más feliz que otros días, incluso se vistió como si tuviéramos una fiesta, con sus pantalones negros y una bonita camisa rosa pálido. Hasta Nam hyung está diferente, los veo más mimosos, se ríen por lo bajo solo entre ellos, como si tuvieran un gran secreto único y especial. Y me encanta. Amo verlos felices, disfrutando del amor que se tienen.

     Finalmente, obedecemos a nuestro hermano mayor. Nos dispersamos para poner manos a la obra, pelando papas, lavando vegetales, cortando carne para el estofado, Nam hyung está a cargo de rallar el queso y cocer el ramyeon. Todos ayudamos con algo de música, riendo y conversando como una familia real.

     Cuando termino con mi tarea y me levanto para estirar las piernas, contemplo la bonita y hogareña escena, deseando mucho que YoonGi pudiera unirse, conocer a mis amigos, reírse con ellos tal y como lo hacemos él y yo cuando estamos solos. Pero no sé si quiera, si le agrade, yo...

—JiMin, ¿por qué no invitas a YoonGi? —Esa pregunta me desconcierta, como si Jin hyung me hubiera leído la mente.

— ¿De verdad? —Sinceramente, no sé qué responder.

—Sí. Ya conocemos al novio de JungKookie y se integró bastante bien, sería bueno que YoonGi también lo hiciera.

—Eh, claro, le llamaré para decirle.

     De pronto, siento una terrible incomodidad que no sé de dónde viene. Tal vez no me guste la idea de que YoonGi y JungKook estén en la misma habitación, pero no logro decidir si se trata de eso o hay algo más.

— ¿Te incomoda algo? —Él claramente nota el cambio en mi semblante. ¿Por qué tengo que ser tan transparente?

—No, para nada, es solo que ya sabes, YoonGi es un poco introvertido, espero que ustedes no se molesten si no habla mucho.

—Eso no es ningún problema, Kang también es así y JungKook lo trajo de todas formas.

— ¿Crees que JungKookie se moleste si lo traigo? Por lo que pasó, ya sabes, ese día en el café.

—JiMin, somos adultos maduros y ya superamos eso. Pero si a YoonGi le molesta, entonces podemos invitarlo para otra ocasión —me sonríe con una confianza muy firme.

     Me quedo en silencio por un pequeño instante, pensándolo bien. Él tiene razón, esto no debería ser ningún problema, puesto que ya todos hablamos al respecto y JungKook sabe que ahora estoy con YoonGi. De hecho, se alegró mucho de que yo comenzara una relación con él y dijo que lo sucedido en nuestra cita desastrosa en realidad ya no tiene importancia. Ha madurado, así que no hay razones para que yo no invite a mi novio a esta reunión. Además, es lo justo, yo ya conozco a su familia, así que él debería conocer también a la mía, ¿verdad?

—Lo invitaré.

—Excelente, la comida estará en una hora, dile que se apresure.

—Claro, voy a subir a alistarme.

—Ponte hermoso, si necesitas ayuda con el maquillaje, me dices.

—Claro, gracias —sonrío amplio, ahora siento mucha emoción.

     Él besa mi frente, regalándome una energía tan protectora que me hace extrañar muchísimo a mi propia madre.

     Subo las escaleras, dispuesto a llamar a YoonGi para invitarlo. Me siento al borde de la cama, mirando su contacto en mi celular. De pronto, me siento agitado y no sé por qué. Otra vez es esa opresión en el pecho de hace rato, como si tuviera miedo de algo.

     Trato de pensar de dónde viene esto, porque no debería sentirme así. Al contrario, debería estar feliz de que mis amigos quieran incluir a mi novio en la familia, pero la verdad...

     La verdad es que temo que algo salga mal.

    No me gusta pensar de esta forma, pero es lo primero que viene a mi mente cuando trato de visualizar a YoonGi en mi casa, conviviendo con mis amigos. Él suele ser algo quisquilloso con las personas, me ha dicho con frecuencia que no le gustan los lugares concurridos ni las reuniones incómodas, a veces ni siquiera le agrada cuando se reúne toda su familia porque odia a sus tías.

     Por eso temo que YoonGi piense algo similar de mis amigos, me aterraría que ellos no resulten ser de su agrado o... o peor aún. Odiaría que a ellos no les agrade mi novio, el amor de mi vida, la persona con quien estoy destinado a pasar el resto de mi vida.

     Pienso eso porque YoonGi suele ser un poco rudo con sus bromas o sus comentarios. A pesar de que hablé con él sobre eso, no ha parado de hacer burla sobre ciertas cosas sobre mí. Incluso siento que se ha intensificado desde que YeoSang se fue hace una semana. Cuando trato de hablar con él sobre las cosas que me interesan, siempre tiene un argumento para hacerme sentir que lo que sé sobre algo no es suficiente, incluso cuando se trata de las materias que más me gustan en la escuela o algo tan trivial como una película o un artista.

     Eso a veces me hace llorar por las noches y preguntarme si seré suficiente para él, a veces me da mucho miedo que me deje por no alcanzar el nivel de intelecto que él tiene. Es como si no lo mereciera del todo, como si el destino me pusiera a prueba una vez más con esto del amor.

     Pero trato de ver el lado positivo, porque esto me obliga a saber más, leer más y buscar siempre ser mejor, porque ningún obstáculo va a impedir que YoonGi y yo nos amemos. No importa si tardo meses o años, trataré de erradicar en mí cada rastro de ignorancia, así él disfrutará mucho más de charlar conmigo y quién sabe, tal vez algún día él quiera aprender de mí y no solo yo de él.

     Solo que a veces me gustaría que tuviéramos algo en común para compartir, que fuera solo nuestro, así como Hobi y Tae disfrutan de hacer deporte, o Jin y Nam que últimamente cocinan mucho. Intenté sugerirle a YoonGi que viera Game of Thrones y dijo que tal vez lo haría, pero que le aburren mucho las series. Eso es un progreso, ¿no?

     Como sea, él es un chico culto y lleno de tantas cosas interesantes por hablar, seguro que hallará algo de qué conversar con mis amigos. Quizás con NamJoon se lleve bien, siento que son parecidos porque a YoonGi le gusta el arte y la filosofía, cosa en la que mi mejor amigo es experto.

     Sí, eso me hace sentir más calmado y decidido. Todo saldrá bien, estoy seguro.





YoonGi

     No tengo ganas de ir, pero JiMin insistió, como siempre. Tuve que decirle que sí para que dejara de joder, pero sinceramente no quiero salir a ninguna parte, mucho menos con gente que no conozco ni me interesa.

    A penas ha pasado una semana sin YeoSang y yo ya siento que moriré en cualquier momento. Cada rincón de la casa se siente vacío sin su risa, sus desplantes berrinchudos y su reciente hábito de quejarse de cualquier cosa. El silencio triste en su habitación hace eco por toda la casa, envolviendo cada mueble, rincón y prenda de vestir que encuentra a su paso.

    Me siento abatido y mi padre está igual. A penas llega del trabajo, se encierra a llorar en su habitación, ni siquiera sale para visitar a mi abuela. La verdad, yo me he comportado igual, a pesar de que vi a JiMin toda la jodida semana.

     Incluso después de que le insinué que me sentía mal y quería descansar, él insistió en vernos. Debí haberle dicho que no, pero no soporto cuando llora o hace pucheros, así que cedí, pero quedé algo arrepentido, ya que el mocoso adoptó una nueva obsesión que, sinceramente, me da flojera. Si las series me dan pereza, las de temática medieval no las soporto, pero él no dejaba de mencionarlo, hasta que le dije que intentaría verla ya para que se callara.

     Es decir, lo amo, pero no termina de captar que cuando me siento mal, no quiero ver a nadie. Sin embargo y como siempre, cedí.

    En total silencio y arrastrándome en mi miseria, me visto con las primeras fachas que encuentro. Salgo de casa sin despedirme de mi padre, lo cual le importa poco porque está compadeciéndose de sí mismo frente al televisor.

    Conduzco lento, sin muchas ganas de llegar a su casa. Pero inevitablemente llego y me estaciono detrás de la camioneta negra, que creo es del tal SeokJin. Ni siquiera pongo música por miedo a que JiMin la escuche y salga. Aún estoy a tiempo de irme, podría regresar a casa a hundirme entre mis sábanas o ir con BaekHyun un rato, pero a decir verdad no tengo ganas de convivir con la más mínima mosca.

     Estaré aquí máximo media hora y me iré. Seguro ellos querrán conocerme y me harán preguntas, yo no querré contestarlas, seré apático u ofensivo y entonces todos tendrán una imagen negativa del famoso novio de JiMin, hijo del rector, su salvador en esa fiesta de mierda, lo que sea.

     Me importa una mierda lo que piensen, yo solo vengo a hacer acto de presencia para desbloquear el logro de "conocer a los amigos de JiMin" y largarme al carajo para pasar a solas el duelo por mi hermano.

     Y la obligación de entrar se vuelve inminente cuando JiMin se asoma por la ventana y lo veo ponerse feliz cuando me ve afuera. Estoy condenado, ni siquiera me apetece ser tocado en este momento. Ni besado, ni siquiera ser mencionado.

     Me bajo del auto y azoto fuerte la puerta, lo que hace a JiMin detenerse en seco antes de salir de su pórtico. Me observa impresionado desde atrás del alto barandal blanco que nos separa. Me obligo a sonreír, gesto que lo hace acortar la distancia entre nosotros. Sale de tras las rejas y se acerca para saludarme.

—Hola, amor, qué bueno que viniste.

—Hola —me obligo a responder, no puedo filtrar una voz agradable, me siento de la mierda.

— ¿Estás bien? Te noto un poco... molesto.

—Sabes bien por qué estoy así —él se retrae ante mi respuesta, frota sus manos como si le dolieran o tal vez es un gesto nervioso, no lo sé.

—Si quieres puedes irte, les diré que te enfermaste o algo.

—Ya estoy aquí, entremos —suspiro, tratando de obligarme a no ser grosero.

— ¿Seguro? —Tengo tantas ganas de gritarle lo obvio y ser sarcástico, pero no quiero dramas.

—Sí, JiMin, pero no me quedaré por mucho tiempo.

—Con que se conozcan me conformo. ¿Me das un besito? —Se acerca a mí como si tuviera miedo, toma mi mano pero no tengo fuerzas para corresponderle el tacto.

     Asiento sin muchas ganas antes de que él me rodee con sus brazos y me plante un pequeño beso en los labios. Intento devolver el gesto, pero es imposible. Solo quiero irme.

     Afuera el sol quema un poco, entonces me toma de la mano y caminamos juntos hacia la sombra del pórtico. Nos colocamos frente a la puerta y JiMin suspira profundo antes de abrirla. Siento que él también se siente incómodo conmigo aquí. Tal vez no debí venir.

     Cuando entramos, observo seis personas sentadas en una amplia mesa que está a corta distancia de la sala, conformada por un sillón naranja que se ve cómodo. Observo a todos y los reconozco en su mayoría. De nombres, solo recuerdo a HoSeok, quien fue el único con quien crucé dos palabras en el hospital; y a SeokJin, quien es el remedo de madre que intentó suicidarse. Los demás me son indiferentes... excepto por uno que está sentado al lado del pelirrojo. ¿En serio?

     Es la jodida rata con la que JiMin salió hace algún tiempo. ¿Por qué demonios está aquí? Mi estómago se contrae de inmediato al ver tantas personas sentadas alrededor de una mesa, prestándome atención que no deseo.

—Chicos, él es YoonGi, mi novio —JiMin me presenta ante ellos, tomándome del brazo y llevándome hacia el par de sillas vacías que, para mi disgusto, están entre la jodida rata y SeokJin.

—Hola, mucho gusto —me obligo a sonreír y alzo mi mano. Entonces SeokJin se levanta de la mesa y me ofrece un saludo.

—Bienvenido a la familia. Sé que ya nos habíamos visto, pero déjame presentarme formalmente, soy Kim SeokJin. Chicos, sean educados y preséntense para YoonGi.

     ¿Qué mierda? ¿Cómo que familia? Están locos. Apenas reciben la orden, el tal SeokJin se sienta y todos empiezan a decir sus nombres como si fuesen unos niños educados. Me enferma este grado de cortesía, se siente tan... hipócrita.

—Soy NamJoon, novio de SeokJin y mejor amigo de JiMinnie.

     Sí, imbécil, no hay necesidad de que marques tu territorio de esa forma. ¿Así que es el tan famosísimo mejor amigo de JiMin?

—Yo soy HoSeok, nos conocimos en el hospital, por si no me recuerdas —saluda el pelirrojo, yo trato de mantenerme sonriente aunque ya los odio a todos.

—Kim TaeHyung —dice el rubio, sin mucha palabrería, solo sonríe y se ve tan fingido como yo.

—Jeon JungKook, también nos conocimos antes —no puedo evitar hacer una mueca ligera cuando él saluda, lo detesto, es el más hipócrita de esta mesa. Y más lo es JiMin. ¿Cómo puede compartir la comida con alguien que lo lastimó y de quien habló mal antes?

—Y yo soy Song Kang —él es el único que me inspira confianza con su sonrisa, se ve tímido y está tomado de la mano con la rata. ¿Así que es su nueva presa? Pobre chico, patético.

—Adelante, siéntate, estás en tu casa —me pide SeokJin—. Ahora que estamos completos, NamJoon y yo quisiéramos darles una noticia, antes de empezar a comer.

     Incómodamente, me termino sentando junto a la rata y JiMin junto a su supuesto mejor amigo. Ni siquiera puedo voltearlo a ver, es tan desagradable.

— ¿Se van a casar? —El rubio bromea, todos ríen en consecuencia menos yo, es estúpido, ni siquiera es legal casarse entre hombres en este país de mierda.

—Ojalá, pero SeokJinnie todavía no me da el sí —menciona el tal NamJoon. Todos ríen otra vez, el sonido me pone irritable.

—Ya, pongámonos serios —SeokJin para las risas y todos le obedecen—. Los reuní a todos porque quiero compartirles que pronto empezaré a trabajar de nuevo... abriré un café con ayuda de NamJoon, de hecho, gracias a él. Se volvió loco y me regaló el viejo local de su abuelo, así que lo vamos a remodelar para convertirlo en un paraíso de café y postres, incluso me gustaría hacer pasteles completos para vender.

— ¡SeokJin, es increíble! —HoSeok se levanta de golpe, gritando tan fuerte que me aturde. Abraza a SeokJin y dan unos tontos saltos en su lugar, todos los demás aplauden y JiMin me mira de reojo, como esperando mi reacción, así que opto por sonreír y aplaudir, igual que el resto.

— ¡Woah, hyung, es la mejor noticia! —Grita TaeHyung—. Definitivamente vamos a ayudarte con eso.

— ¡Sí! —La mugrosa rata casi me aturde—. Cuenta con nosotros para esto, vamos a levantar ese lugar y será todo un éxito.

—No, chicos, no podría pedirles eso, ustedes tienen muchas obligaciones, solo quería compartirles esto porque son mi familia y es importante para mí.

—Tonterías —agrega el novio de la rata—. Yo también ayudaré. Puedo fumigar, si quieres, mi padre tiene una bomba y sin problema me la presta.

—Ay, chicos, no...

—Y yo le pediré a mi padre la pintura —dice TaeHyung—. Sin problema te la regalará, elige cualquier color y será tuyo.

—La mamá de SeulGi es costurera —agrega JiMin—. Puede hacerte unas bonitas cortinas o manteles, le pediré un presupuesto.

—Los amo tanto, chicos, gracias —entonces, SeokJin se echa a llorar y es consolado por NamJoon al instante.

     Su cursilería empieza a enfermarme, pero agradezco que al menos nadie haga contacto visual conmigo. Me siento casi obligado a ofrecer mi ayuda para algo, pero sinceramente no quiero ni me interesa. Bien por él, que tendrá un negocio propio, pero yo estoy saturado de sonido y de luz.

—Bueno, a comer porque se enfría la comida —se repone de llorar y nos invita a comer, pero yo tengo náuseas, la verdad.

     Entonces, mientras todos comen, la conversación gira en torno a los planes para el local, así que por lo menos puedo mantener un perfil bajo. JiMin me sirve comida en el plato, a pesar de que le dije en voz baja que no tenía hambre. ¿Por qué es tan terco? No lo entiendo.

     El ramyeon tiene demasiados ingredientes, así que me limito solo a comerme las verduras porque estoy asqueado, a pesar de que no he tomado mis medicamentos en meses.

     Juego con los palillos por un rato, disociándome de la conversación, hasta que siento que todo es demasiado silencioso. Y cuando levanto la mirada, todos me observan. ¿Qué mierda miran?

— ¿YoonGi? —Me llama JiMin, trayéndome a la realidad.

— ¿Sí?

—Te preguntaba si te gusta la comida o prefieres que te sirva otra cosa, hay pastel de papa y ensalada de pollo —dice SeokJin.

—Eh, no, gracias, el ramyeon está bien.

—No te puedes ir sin probar el pastel de papa de Jin, es lo mejor del mundo —dice HoSeok, demasiado sonriente para mi gusto.

—Así es, nadie es más experto que él en comida extranjera, no te vas a arrepentir —añade la jodida rata, de verdad no soporto que me hable.

—Claro, gracias —me limito a responder, rogando que dejen de hablarme.

—Así que... ¿Tú y JiMin se conocieron en la escuela? —Pregunta NamJoon.

     Genial, preguntas genéricas provenientes de gente que seguro no tiene ni puta idea de cómo empezar una conversación. Patético. Pero, gracias a JiMin, me tengo que ahorrar la respuesta fría que estaba por dar, pues él empieza a contarle a los presentes cómo fue que nos conocimos, con tanto detalle que me empiezo a aburrir de su discurso.

     SeokJin se levanta rumbo a la cocina y regresa con un enorme pastel de chocolate que pone en el centro de la mesa, NamJoon le ayuda a quitar la olla de ramyeon casi vacía. Ver todo ese chocolate me pone más nauseabundo. Necesito salir corriendo de aquí.

—Ten, al menos prueba el pastel —SeokJin me ofrece una rebanada, pero yo lo repelo de inmediato.

—No me gusta el pastel —a penas respondo, puedo notar en todos un semblante de incomodidad, como si hubiera ofendido terriblemente a SeokJin. ¿Les estoy cayendo mal? Qué lástima, porque no tengo intenciones de agradar a nadie en este momento.

—Al menos termina el ramyeon, amor —me pide JiMin. No me había percatado de que tenía mi mano entrelazada con la suya hasta que llamó mi atención.

—JiMinnie, si tu novio no tiene hambre, está bien, no pasa nada —le dice JungKook, pero aunque tiene razón, no puedo soportar su voz.

     Por suerte, la conversación se desvía hacia otras cosas, permitiéndome perderme otra vez en mis pensamientos, jugando con los fideos hasta que se enfrían. JiMin mantiene su agarre sobre mi mano, pero está tenso. Noto que no me incluye en la conversación, pero para mí está mejor, de todas formas no quiero estar aquí.

—YoonGi, iremos al cine más tarde. ¿Quieres ir con nosotros? —Me pregunta HoSeok.

     Por favor, ya déjenme en paz.

—Eh, no, de hecho ya tengo que irme.

—Pero acabas de llegar —JiMin sostiene mi mano con más fuerza y es suficiente para que toda la atención recaiga en mí de nuevo.

—Te dije que no me sentía bien, prácticamente me obligaste a venir —finalmente, mi enfado explota contra él. No le grito, pero mi voz es suficientemente ruda como para alarmar a los presentes.

     Todos me miran como si hubiese cometido un crimen. Aunque trato de disimular mi enojo con una sonrisa a medias, no puedo. Ya lo terminé de arruinar y ahora todos pueden ver la horrible persona que soy.

     Aunque quisiera decir que no me importa, sus reacciones me ponen de nervios. Estoy expuesto, siendo juzgado. Mis manos comienzan a temblar sin mi permiso, siento el sudor cubrirme lentamente, el calor me invade de pies a cabeza y un escalofrío recorre toda mi espalda.

     No me siento bien. Necesito huir.

—Disculpen —me levanto con torpeza, haciendo tintinear los platos—. ¿Dónde está el baño?

     SeokJin me indica el camino. Siento que tambaleo y cada paso hacia el baño se siente inestable. Disimulo lo más que puedo hasta que estoy adentro, pero me derrumbo en el piso en cuanto cierro la puerta.

     Esto no puede estarme pasando ahora. ¿Por qué? Hace años que no tengo un ataque de pánico. No entiendo por qué justo tenía que suceder ahora, con estos desconocidos. Se siente peor de lo que recordaba, no puedo respirar, siento que voy a morir en cualquier momento.

     Aun temblando, sin parar de llorar e hiperventilar, me apoyo en el lavabo porque si intento mantenerme de pie, caeré porque mi visión está borrosa y las náuseas no paran. Abro la llave y salpico un poco de agua en el rostro, pero es inútil cada intento por arrojar más agua porque mis manos no dejan de temblar.

     Y lo que sigue es peor, pues cada respiración es dolorosa, punzante. Inhalo profundo, pero siento que el aire se queda ahí por una eternidad hasta que consigue salir por fin.

     No puedo sostenerme más, siento que perderé el conocimiento en cualquier momento.

     Debo irme antes de que esto empeore, pero tengo miedo de salir y quedar otra vez ante el juicio de todos. No tengo opción, porque las paredes a mi alrededor parecen desplazarse hacia mí para asfixiarme lentamente.

     Tengo que salir.

     Abro la puerta en busca de aire, pero mis pulmones no responden. Caigo de rodillas en suelo, sin sentir dolor alguno, pues mi cuerpo está adormecido y hormigueando, no hay modo de que responda. Las náuseas empeoran y después todo se vuelve oscuro.

     Lo último que escucho antes de desmayarme es...

— ¡YoonGi, no!


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top