﴾47. Incómodo﴿



Omnisciente

—No sé por qué preferiste quedarte acá, estábamos muy bien en tu departamento.

—Por las goteras, amor, no vamos a dormir cómodos con el ruido toda la noche, te prometo que mañana irá el casero a repararlas y después podremos dormir ahí cuando queramos.

—De todas formas no te voy a perdonar que me despertaras de la siesta, ahora estoy de malas.

—Hmm, ¿cómo puedo contentarte? —Coqueto, juguetea con los cortos cabellos en la nuca de SeokJin, quien se estremece al contacto.

—Difícilmente podrás convencerme con sexo porque tengo sueño, pero... tal vez si llamas tú para pedir la cena, te perdone.

—Es un precio razonable.

     Al bajar de la camioneta, corren tan pronto como pueden para refugiarse, pues la lluvia reanudó su fuerza de un momento a otro. Entran a casa entre torpes risas, dispuestos a tener una cena tranquila, pero lo que se encuentran en la mesa del comedor es enternecedor, por lo menos para NamJoon, porque SeokJin no está muy conforme. Son las once de la noche, él no debería estar dormido sobre su tarea, sino en su cama.

—Pobrecito, seguro quedó agotado.

—Claro, agotado de dormir la siesta con YoonGi —reprocha SeokJin—. Llévalo a su cama, le dolerá el cuello mañana.

—No te molestes con él, está esforzándose mucho.

—No estoy molesto, solo preocupado de que descuide la escuela por pasar demasiado tiempo con YoonGi, eventualmente se descuidará a sí mismo y tendrá problemas con su padre también.

—Si te hace sentir mejor, hablaré con él mañana.

—No somos sus padres, Namu —suspira preocupado—. Pero si lo puedes aconsejar, estoy seguro de que te escuchará.

—Pon el café mientras lo llevo a su cama —besa la mejilla de su novio, está fría aún por el clima tan devastador.

     Con sumo cuidado, NamJoon retira las cosas de JiMin de la mesa y lo levanta en brazos, es más pesado de lo que recordaba, aunque está consciente de que la última vez que lo cargó fue cuando tenía unos quince años. Su pequeño amigo ha crecido tanto.

     El chico en brazos rezonga un poco por el movimiento, sobre todo cuando suben las escaleras y es depositado en la cama. NamJoon enciende la luz, cosa que despierta a JiMin casi de inmediato. Frota sus ojos para adaptarse, se siente un poco confundido cuando ve a su amigo al lado de la cama.

— ¿Nam hyung?

—El mismo en persona.

— ¿Qué hora es?

—Las once, Chim, te quedaste dormido haciendo tarea.

—Mierda, no la terminé, mis amigos van a enfadarse conmigo mañana.

—Creo que mejor deberías dormir y mañana te levantas temprano a hacerla, te ves muy cansado.

     Y claro que está cansado. Su cuerpo duele y siente que no se recuperará fácil de toda la energía que gastó esa tarde con YoonGi. Ahora padece la resaca moral y física de su pequeña aventura. Los recuerdos lo abruman de pronto, especialmente la ansiedad que sintió a raíz de esa discusión con su novio.

     Ya espabilado de esa siesta que lo dejó demolido, se sienta lentamente en la cama, aprovechando que tiene a NamJoon para él. Es ahora o nunca.

—Antes de dormir, quisiera hablar contigo —suspira un poco apenado, su cabeza duele un poco.

—Claro, ¿de qué se trata?

—Es... es sobre YoonGi.

—No te escuchas muy contento, ¿está todo bien entre ustedes?

— ¡Sí! Todo está bien, te lo aseguro —anticipa, no quiere que absolutamente nadie piense mal de su relación con YoonGi.

—Entonces cuéntame —se sienta al borde de la cama, dándole toda su atención. Quizá SeokJin se va a desesperar un poco, pero la cena puede esperar.

     El semblante de JiMin es difícil de leer, NamJoon sospecha que solo puede haber dos opciones en esa conversación: se trata de algo sexual o un drama, conoce bien a su pequeño amigo.

—Es que yo... Ugh, no sé cómo decírtelo, me da un poco de pena.

—Habla, Chim, la única forma en que me lo puedes decir es con palabras, dime las cosas como son, soy tu mejor amigo.

—De acuerdo, es que yo... —toma una larga respiración, su corazón palpita rápido y una sonrisa nerviosa se dibuja en su cara—. ¡Tuve sexo con YoonGi!

     El asombro nace de pronto en NamJoon, la sonrisa de cierto orgullo se hace notar, al igual que la risa porque JiMin se convierte en un pequeño tomate después de tal confesión.

— ¡Eso es maravilloso, JiMin! ¿YoonGi te trató bien? ¿Te dolió? Y, sobre todo... ¿Te gustó?

     Demasiadas preguntas para el pequeño chico ruborizado, quien solo puede ocultar su vergüenza con sus manos y reírse con nerviosismo, ansioso por contar los detalles, pero preocupado por no encontrar las palabras adecuadas para hablar.

—Fue hermoso —se limita a susurrar sin hacer contacto visual, en cambio, juguetea con el borde de su pijama.

— ¿Fue como esperabas? Siempre imaginaste algo súper romántico y dulce.

—Bueno, no fue exactamente como esperaba, no hubo velas o un caminito de rosas esperando por mí.

—Eso no importa, JiMin, si fue hermoso como dices, debió tener algo que te encantó. Dame detalles, ahora.

     En su mente, trata de acomodar los sucesos de la mejor manera. No puede ser brutalmente honesto con NamJoon. No es capaz de confesarle que el culo le dolió como si tuviera el infierno mismo entre las piernas, ni que se sintió impotente y con ganas de rendirse. Así que toma un largo suspiro y se atreve a mirarlo a los ojos.

—Todo empezó muy lindo, estábamos a oscuras, me trató muy bien en todo momento. Me preparó como se supone que debe ser, pero no funcionó la primera vez porque no estaba tan dilatado aún, así que él fue paciente y lo volvimos a intentar. Yo... yo lo monté un poquito y fue muy divertido, me gustó.

— ¡JiMin! Eso es fantástico, qué travieso eres, creí que para tu primera vez optarías por algo tradicional, un misionero tranquilo como querías.

     La risita nerviosa le gana, de solo acordarse, su vientre cosquillea y se siente excitado otra vez.

—Es que no esperaba hacerlo así, la primera vez si estaba él sobre mí, pero como me dolió un poco, fue YoonGi quien sugirió que estuviera yo encima, dijo que así podría controlar mejor los movimientos. De hecho, sirvió bastante, él tiene mucha experiencia y supo cómo cuidarme. Me volví loquito encima de él, pero luego quise que fuera romántico como lo imaginé, así que le pedí que estuviera sobre mí.

— ¿Y qué tal?

—Fue perfecto —suspira, enamorado por completo—. No tienes idea, fue hermoso, intenso, YoonGi de verdad supo cómo moverse, además fue muy amoroso conmigo, no dejó de besarme ni de tocarme. Llegamos casi al mismo tiempo. Y lo mejor de todo, fue lo que pasó después.

— ¿Qué pasó?

—Le dije "te amo" por primera vez y...

— ¿Y...?

— ¡Me dijo que me amaba también!

— ¡JiMin!

     Ambos enloquecen, se abrazan para celebrar, JiMin casi llora de felicidad porque los sucesos de hoy fueron significativos para él en muchas formas, por eso es que NamJoon merece ser quien primero se entere de eso. Desde que su lazo de amistad se estrechó, JiMin le prometió que sería el primero en recibir la gran noticia. Ahora, después de tantos años de espera, al fin cumplió su promesa.

—Estoy muy feliz por ti, Chim, de verdad, me alegra tanto que por fin cumplieras uno de tus más grandes sueños. Y lo mejor de todo, que fuera con alguien que amas y te cuida mucho.

—Gracias, Nam. Yo no puedo creer que al fin pasó, pero también estoy feliz, YoonGi definitivamente es el indicado para mí, no podría pedir a alguien mejor.

—Bueno, pero fuera de lo romántico, espero que se hayan cuidado.

— ¿A qué te refieres?

—JiMin, estoy hablando de un condón. ¿Se cuidaron?

—Eh, no...

     NamJoon lo mira, desaprobándolo con ese gesto del puchero y la ceja levantada que es tan característico de su mejor amigo.

—Park JiMin, no puedo creerlo. ¿Cuántas veces hablamos de eso? ¿Al menos le pediste que se hiciera estudios o algo antes de acostarse?

—No nos acostamos, hicimos el amor. Y no, tampoco le pedí eso. ¡Pero él dijo que estaba limpio!

—Eso no es suficiente, Park.

—Pero confío en él, nunca me ha mentido.

—Chim —suspira, un tanto decepcionado—. Esto no se trata de confianza, se trata de salud. Por más que confíes en alguien, no puedes solo tener sexo así nada más. ¿Qué no te acordaste de los condones?

—Es que... es que estábamos muy distraídos, no pensé en eso, de verdad.

—Es increíble que ni siquiera él se hubiera molestado en pensar en un condón, tomando en cuenta que fue el activo.

—Pero está bien, Nam, te prometo que está sano.

—Mira, no me voy a meter en tu vida sexual, no soy tu padre, pero sí te aconsejo que te preocupes por tu salud. Si te ama, cuidará de ti de todas las formas posibles, el tema del sexo y las posibles enfermedades es algo muy importante que se debe hablar en pareja. Prométeme que vas a ser responsable con eso, Chim, solo me preocupo por ti.

—Está bien —sonríe, más apenado que contento—. Prometo que lo hablaré con YoonGi, gracias por preocuparte.

—Bien, ahora a dormir, tienes escuela mañana.

     Antes de que NamJoon se levante de la cama, JiMin lo sorprende tomándolo de la manga, casi con una fuerza preocupante.

—Tengo que hablar contigo de otra cosa, referente a YoonGi.

— ¿De qué se trata?

     Abrumado, frota sus ojos tan solo como una distracción para su incomodidad emocional. No sabe si es correcto sentirse de esa forma, pero confía en que NamJoon es la persona correcta para entenderlo. Solo a él le puede confiar algo así.

—Hoy conocí al papá de YoonGi y pasó algo extraño, hubo un problema.

— ¿Qué pasó?

—Bueno, para empezar, nos encontró dormidos, estábamos desnudos, por suerte nos cubrimos bien con las mantas, pero encendió la luz de golpe, no sabes qué pena sentí.

—Es una forma chistosa de conocer a tu suegro —se burla, recibiendo un golpe en el hombro. No puede evitar las risas.

—Ya sé, suena chistoso ahora, pero en el momento fue horrible —por fin logra reírse, al menos ya su cabeza lo ha asimilado de otra manera.

—Supongo que sí, pero dime qué más pasó. ¿Su papá te dijo algo? Me habías dicho que es el rector de la escuela. ¿Estás en problemas?

—No, para nada. El papá de YoonGi resultó ser el hombre más dulce, amable y de mente abierta que he conocido en mi vida. Me dijo que le alegraba mucho conocerme y que era bienvenido en su casa, hasta quería que me quedara a cenar con ellos.

— ¿Entonces dónde está el problema?

—Es que YoonGi no quería presentarme todavía con su familia.

— ¿Cómo sabes eso?

—Su papá mencionó algo de que le estuvo pidiendo a YoonGi que me llevara para conocernos pero se negó por mucho tiempo, después se lo pregunté directamente a Yoon y me lo confirmó, pero no me dijo por qué. Discutimos, estuvimos incómodos un rato y me dijo que lo hablaríamos después. Eso... eso me dejó pensando, ahora tengo miedo.

— ¿A qué le temes?

—Tengo miedo de que no me ame suficiente como para que me deje conocer a su familia, tal vez yo le doy vergüenza o algo, tal vez no me tiene confianza suficiente.

—Hey, calma, pequeño —le ofrece su abrazo, al ver que sus ojos se llenan de lágrimas—. No lo veas de esa forma. A penas tienen poco más de un mes de novios, JiMin, están conociéndose y es normal que se proteja un poco. Nos habías dicho que es tímido, y si él dijo "todavía", es porque tal vez sí planeaba hacerlo en algún momento.

— ¿De verdad crees eso?

—Sí, no creas que no te ama solo porque se reservó un poco esa parte. Es normal, poco a poco te dejará entrar en su vida. Las relaciones son así, algunas avanzan más lento que otras, pero eso no quiere decir que no vaya a funcionar. El amor es una sopa que debe cocerse a fuego lento, Chim.

— ¿Entonces debería dejar el tema y ya no preguntarle? Qué tal que es otra cosa...

—No, JiMin, pero necesitas abordar esas conversaciones desde otro punto de vista. Sé que te sientes inseguro porque es tu primera relación, nunca habías amado así, pero por eso mismo es que debes aprender de esto. En el amor hay que saber abordar los temas difíciles conversando con asertividad y respeto. Así que te sugiero que hables con él para disipar dudas, pero primero pregúntate si esa inseguridad que tienes es porque él te ha dado razones reales para desconfiar, o es que de verdad estás creándote escenarios ficticios en tu cabeza.

     Abrazado al torso de NamJoon, JiMin mira hacia la nada, reflexionado profundamente sobre eso. Y, como siempre, tiene una inmensa razón.

—Creo que estoy exagerando con mis pensamientos, él no me ha dado razones para sentirme así, solo que soy impaciente —concluye y se suelta del abrazo, sintiéndose más tranquilo.

—Tampoco te culpes totalmente por esto, estás aprendiendo. No conviertas tu primer amor en un problema, disfrútalo sin tanto drama, te mereces esto —lo toma de ambas manos, regalándole esa sonrisa de marcados hoyuelos que siempre le colmó de calma y claridad.

NamJoon jamás decepciona.

—Gracias por ayudarme, ya me siento mejor después de este día tan difícil.

—Para eso estoy, ahora debes descansar, pequeño ex-virgen.

— ¡Nam!

—Ese es mi novio, tiene hambre y le prometí comprar la cena.

—Ve a atenderlo, yo dormiré ya.

—Una última cosa —se detiene en el marco de la puerta—. Esto lo hablamos esta mañana, solo un pequeño recordatorio. No soy nadie para ponerte reglas ni molestarte con esas cosas, pero sé responsable con tus horarios, Chim. No queremos que te regresen a Busan. Sé que quieres estar con YoonGi todo el tiempo, pero él debe comprender que todavía no tienes tanta libertad. Procura que te traiga temprano a casa, ¿bien?

—Bien, lo prometo —responde, conteniéndose de hacerle algún gesto de descontento a NamJoon, porque sabe que tiene razón.

—Descansa, apagaré la luz.

A veces, NamJoon siente demasiada responsabilidad sobre JiMin, a veces no le gusta decirle algunas verdades incómodas, pero él es el adulto más próximo que puede asegurarse de su bienestar. Aunque no se siente tan orgulloso de hablarle sobre sus toques de queda, solo lo hace porque lo adora infinitamente.

—Creí que nunca bajarías. ¿De qué tanto hablaban allá arriba?

—Pues... resulta que nuestro pequeño amiguito tuvo una razón muy válida para llegar tarde y encima dormirse sobre su tarea.

NamJoon toma la taza de café que SeokJin le ofrece, sonriendo con picardía, confundiendo a su pareja.

—Pues claro, se quedó dormido con su novio, me lo dijo en el mensaje —responde con un puchero, pero la sonrisa sugerente de NamJoon le obliga a mal pensar.

— ¿Dormido?

—No puede ser...

—Sí puede ser.

— ¡Ese pequeño...!

—Shh, te va a escuchar —le cubre los labios con dos dedos, ambos ríen lo más discreto que pueden, como un par de adolescentes.

—Ahora entiendo por qué gritaron como un par de niñitas locas.

—No pude evitarlo, fue tan cursi, hubieras visto su cara roja como tomate cuando me dio los detalles.

—Dios...

—Lo sé, no creí que lo harían tan pronto.

—Nam, por favor, es su primer novio y llegó aquí como una olla a presión, era obvio que lo haría a la primera oportunidad.

—Y estamos orgullosos de él por eso.

—Lo estamos —como un par de padres, se miran sonrientes por su pequeño retoño.

—Solo me preocupan las actitudes de YoonGi. No quisiera ponerme paranoico, pero hay algo en él que no me termina de convencer.

— ¿Por qué lo dices?

—Vamos a pedir la comida y te cuento.

—Me adelanté porque te tardaste mucho, el repartidor llega en diez minutos.

—Bueno, tomemos café mientras llega la cena y te cuento...





JiMin

     A penas pude despegar los ojos a las malditas cinco de la mañana. Con dolor de cabeza y una sensación parecida a la de una resaca, tuve que obligarme a terminar mi parte de la tarea, por lo menos para no quedar mal con mis amigos. Ya le fallé a SeokJin, casi le fallo a YoonGi ayer, no puedo permitirme decepcionar a nadie más hoy.

     Pero a pesar de que no la pasé muy bien al despertar por la prisa y la falta de sueño, tengo un buen presentimiento, las cosas van a estar bien con YoonGi y con todos, solo debo aplicarme más, comportarme, controlar mejor mis horarios y ser más racional para evitar discusiones con mi novio. Lo único bueno de todo esto, es que mi padre parece que el día de ayer se olvidó de mi existencia, pues no recibí mensajes ni llamadas en todo el día, a pesar de que las esperaba en cualquier momento.

     Tengo unas ojeras terribles. No se supone que deba lucir así, después de que tuve un día grandioso ayer, la magia del sexo debería notarse ahora, pero mi piel luce pálida. Lo compenso con un poquito de maquillaje, no puedo dejar que me vean así, mucho menos mis amigos, pues SeulGi suele ser demasiado perceptiva con mi apariencia. No quiero que ni ella ni nadie sospechen que ayer tuve un día agotador y extraño.

     Nuevo día, nuevo JiMin.

     Estoy por bajar a desayunar, pero en eso escucho el característico tono de llamada que le asigné a mi papá. Extraño, él no suele llamarme tan temprano.

— ¡Papá! Buenos días, qué sorpresa escucharte tan temprano.

¿Dónde estuviste ayer?

No... no... mierda, mierda, mierda.

—En casa de TaeMin, papá, haciendo tarea.

     Siento un nudo en la garganta y otro en el estómago, es pánico. Sabía que mi escapada de ayer no pasaría desapercibida, no sé por qué, pero ya veía venir esto.

¿A qué hora llegaste a casa?

—A... a las seis, papá.

Pequeño mentiroso. Una vez más. ¿A qué hora llegaste a casa?

—A las ocho —confieso, no sé cómo logra sacarme la verdad así de fácil, es tan macabro.

¿Por qué mierda llegaste tan tarde?

—Ya te dije, estaba haciendo tarea.

Quiero el número de ese tal TaeMin para preguntarle.

— ¿Es en serio, papá?

Ya estoy harto de que me veas la cara de idiota. Ayer confié en ti y decidí esperar a que tú mismo te reportaras al llegar a casa, pero no lo hiciste. A partir de ahora, te quiero en casa a las seis en punto, ni un minuto más. Sabré si llegas tarde, juro por Dios que si desobedeces, te devolverás a Busan.

     Es aquí cuando empiezo a llorar de impotencia, culpabilidad, odio... cuánto lo odio.

—Bien, pero quiero que dejes de acosar a mis amigos.

¿De qué mierda hablas?

—Sé que has estado llamando a Jin para preguntarle por mi hora de llegada. Quieres que llegue temprano, pues bien, lo haré, pero quiero que dejes de acosarlo.

Seis de la tarde. Próxima vez que llegues tarde, volverás a Busan y te pondrás a trabajar. Punto.

     Y cuelga, dejándome con las ofensas en la boca y las lágrimas rodando sin clemencia.

     Quisiera gritar, botar mi teléfono al piso para hacerlo añicos, desbordarme para sacar este odio tan espantoso que le tengo a mi padre ahora. No entiendo cómo puede ser así de controlador y descarado, de ni siquiera disculparse por molestar a Jin...

     Cómo quisiera que mi padre fuera más como el de YoonGi, pero eso es soñar cosas imposibles.

     Aunque estoy consciente de que se me hace tarde, elijo recostarme de nuevo en mi cama. Cubro mi cara con la almohada y ahí saco todo el odio en un grito silencioso. Mi garganta duele, pero logro sacarlo a pesar de que eso implicó quedar hecho un desastre. La almohada quedó sucia de maquillaje, por lo que me tengo que obligar a retocarlo sin mucho detalle, solo la jodida base para que mi rostro de muerto viviente no se note tanto.

— ¡JiMin, se enfría tu desayuno! —Grita Jin desde el piso de abajo, pero no tengo fuerzas para contestarle de lo ronco que estoy, además gasté las pocas energías que me quedaban en esa pataleta.

     A duras penas, me preparo para bajar, pero...

♫Don't leave me, now believe, hashirida...

—Hola, amor, buenos días. ¿Ya estás afuera?

—No pasaré por ti hoy, ve en bus a la escuela o que SeokJin te lleve.

— ¿Por qué? ¿Está todo bien?

—Sí, pero me quedé dormido.

—Está bien, lo entiendo, no te preocupes. ¿Quieres salir a comer más tarde o...?

     Y cuelga, sin dejarme decir una sola palabra más. ¿Qué sucede con él? No se escuchaba soñoliento, no arrastraba la voz como si se acabara de levantar...

     Basta.

     No voy a enloquecer con mis pensamientos como ayer, voy a seguir el consejo de NamJoon. Sí, me siento de la mierda con las nuevas reglas de mi papá y su forma tan horrible de ser, pero no dejaré que eso arruine mi día y tampoco la ausencia de YoonGi para ir a la escuela.

     Estoy seguro de que se quedó dormido, los medicamentos lo atontan, él me lo ha dicho, a veces no puede levantarse por las mañanas, así que no pasa nada. ¿Verdad?

     No hay razón para desconfiar de él, ni para pensar que no me ama solo porque no vendrá por mi hoy, debo ser paciente y comprensivo. Después de todo, me dijo que me ama y esas son palabras mayores, es como una promesa de que todo estará bien.

     Respiro hondo un par de veces y finalmente decido enfrentar este día.

     Todo va a estar bien.





YoonGi

     Me está llevando a la mismísima mierda todo este asunto. YeoSang estuvo llorando y gritando improperios desde que se enteró anoche y mi padre está tan furioso porque no puede hacer nada.

     Mamá se llevará a YeoSang a Denver y mi padre sabe muy bien que si trata de impedirlo, enfrentará cargos legales graves.

     Si bien, YeoSang ya tiene quince años y está en edad de decidir con quién quiere vivir, la perra de mi madre de alguna manera formó un caso sólido con alguno de los abogados con los que se acuesta para quitarle a papá la custodia de Yeo, lo cual no tiene nada de sentido porque cuando volvimos a Corea, ella cedió la custodia de forma legal y sin trucos.

     Pero anoche, ella le mandó por correo un documento donde un juez aprobaba la custodia total de YeoSang con facilidades de visitas en vacaciones sin supervisión. Una completa mierda, porque no hay ninguna razón para que un jodido juez pudiera determinar que papá no es apto para tener un menor de edad a su cargo, tomando en cuenta que Yeo es un adolescente un poco difícil, pero es capaz de manejarlo.

     Solo es ella y su necesidad constante de joder a mi papá, no hay otra razón. Cuando se divorciaron y mamá se vio obligada a llevarnos con ella a Denver, sufrimos mucha violencia y yo desarrollé ansiedad social y ataques de pánico, YeoSang fue tratado con más decencia, pero ella me golpeaba y gritaba frente a él todo el tiempo. Nunca debimos quedarnos con ella en primer lugar, pero por ser la madre el juez inepto en ese tiempo ni siquiera evaluó la situación, solo nos arrebató de papá para llevarnos a vivir un infierno con ella al otro lado del mundo.

     Creímos que nos habíamos librado de ella, pero su excusa es que ahora quiere ser una madre para YeoSang, quiere "redimirse", eso fue lo que le dijo a papá por teléfono y él estaba luchando por no gritarle porque eso podría ser usado en su contra, conociendo su forma de ser, la muy perra pudo grabar la llamada sin que nos diéramos cuenta.

     No nos resignamos a la primera, papá no es de los que se rinden así de fácil. Estuvimos toda la noche revisando el caso con un amigo suyo que es abogado familiar, incluso mi tía Sunmi, a quien nunca recurre, fue a casa para ayudarnos a leer toda esa basura de jerga legal que no entendíamos. Pero por más que intentamos salvar a YeoSang, no pudimos. El documento estaba demasiado bien hecho y el caso con un fundamento impecable que hacía ver a papá de la peor manera.

     Al final, decidimos que lo mejor por ahora sería enviarlo por un tiempo, mientras aquí formamos un mejor caso, empezando por el tema de la violencia cuando éramos pequeños. Claro que es difícil, pero no pudimos ir más allá, sobre todo porque la fecha está sentenciada.

     Nos queda una semana, después se irá por tiempo indefinido, o al menos hasta que cumpla dieciocho y pueda emanciparse, o hasta que papá recupere la custodia, no sabemos.

     La odio, todos la odiamos, en esta familia ella es un lastre, lo peor que nos ha pasado.

     Traté de controlarme y no llorar para que mi hermanito conservara la calma también, pero de nada sirvió. Le dijo a mi padre que lo odia por permitirle a mi madre que se lo lleve y mis intentos por consolarlo le importaron una mierda, solo se encerró en su habitación. Yo pasé la noche en vela tratando de entrar, por lo menos para que me dejara dormir con él, pero fue inútil.

     A eso de las cuatro de la mañana, me rendí con él y decidí tomarme el medicamento, total, no tenía razones para despertar temprano cuando tengo esta tempestad en puerta, lo menos que podía hacer era descansar. Dormí un poco, pero la puta alarma sonó y entonces recordé que debía llevar a JiMin a la escuela.

     No puedo verlo ahora. En este momento, mi familia es prioridad, JiMin y la escuela pueden esperar. Tuve que avisarle para que se fuera solo a la escuela, después intenté dormir de nuevo, pero fue inútil. Solo di vueltas en la cama por un rato, cansado pero sin poder cerrar los ojos tranquilamente, pues mi cabeza no se calla a pesar de que tomé el maldito medicamento.

     Al final, me levanté a ver la televisión y a hacer guardia. Ahora estoy dándole la vuelta a los canales solo para mantenerme distraído en algo, por si YeoSang decide salir de su habitación.

—Creí que te habías ido a la escuela —lo escucho de pronto, doy un jodido salto por el susto. ¿Cuánto tiempo lleva mirándome desde el pasillo?

—Claro que no, ni de chiste puedo ir a la escuela en estas circunstancias. Ven, siéntate conmigo, ¿quieres desayunar?

—Perdón por lo de anoche —sus enormes ojos se llenan de lágrimas y los míos igual. Corre hacia mí, aferrándose de golpe hasta refugiarse en mi pecho. Lo cobijo en un abrazo que duele.

     Duele horrible. He pasado por mucha mierda en estos asquerosos veinte años de vida, pero nada me duele más que mi hermano. Él es la razón por la que sigo vivo, fue en quien pensé cuando estaba a punto de morir en esa bañera llena de sangre y fue a quien pedí ver todo el tiempo en el hospital psiquiátrico. Él estuvo ahí para consolarme cuando mamá me golpeaba, incluso siendo tan pequeño, tenía solo tres añitos y ya entendía que su hermano mayor sufría. Por las noches, se metía bajo mis cobijas y con sus torpes y diminutas manos, limpiaba mis lágrimas. Mamá lo regañaba siempre al día siguiente por escapar de su habitación, pero de todas formas lo hacía cada noche.

     A medida que fue creciendo, nos distanciamos un poco por la diferencia de edad y mis problemas psicológicos, pero nunca dejó de ser mi prioridad. Y ahora, justo cuando más me sentía conectado con él, la maldita perra me lo arrebata de las manos.

—No debes disculparte, todo está bien, sé que no odias a papá, solo estabas muy sensible.

—No quiero irme, Yoon, quiero quedarme contigo y con papá, yo no pertenezco con ella, la odio.

—Lo sé, Yeo, lo sé, tampoco queremos que te vayas —aprieto su pequeño cuerpo tanto como puedo, no sé de qué otra manera demostrarle cuánto lo siento.

—Promete que no te olvidarás de mí.

— ¿Por qué dices eso? —Me extraña su pensamiento, es tan curioso, pues nunca se había comportado así.

—Porque ahora tienes a JiMin, es tu novio y se nota que lo quieres mucho. No te olvides de mí solo porque ya tienes con quién coger.

—Boca sucia, no digas estupideces —no puedo evitar reírme de él, lo cual apacigua nuestro llanto.

—Promételo.

—Lo prometo, no sé por qué te pones así, sabes bien que siempre has sido mi prioridad, los novios que he tenido jamás han estado por encima de ti.

—Pero con JiMin es diferente, lo he notado, él parece importarte mucho más que los demás.

—Sí, pero no más que tú. Si así fuera, hubiera preferido llevarlo a la escuela antes que quedarme en casa contigo. ¿Ves cómo me importas?

—Te creo, tonto —al final se separa de mí, lo noto más calmado a pesar de lo mal que se ve por llorar.

—Te diré algo, voy a darte una semana genial, los mejores siete días de toda tu vida, ¿qué piensas?

— ¿Qué haremos?

—De todo, te llevaré al cine, a los juegos mecánicos, por el hotteok más dulce de toda la ciudad, iremos a todos los puestos de crepas que te gustan, solo pide lo que quieras y tu hermano te lo concederá.

—Quiero conocer a JiMin.

— ¿Qué?

     En serio... ¿Qué?

—Sí quiero hacer todo eso que dijiste, pero quiero conocerlo antes de irme. No sé si voy a volver pronto, quiero conocerlo. Si salimos, ¿podemos invitarlo al menos al cine? Tengo curiosidad, si te tiene tan imbécil de amor, seguro debe ser buena onda.

—No sé, Yeo...

—Vamos, papá ya lo conoció. Al menos que uno de nosotros lo conozca con ropa y bien peinado.

—Maldito imbécil, te mataré.

—Solo si me atrapas.

     Y el maldito niño me saca la lengua, sale corriendo hasta el baño y mientras reímos a carcajadas, forcejeamos con la puerta hasta que él gana y me deja afuera, me insulta y se burla de mí por la situación bochornosa de ayer con JiMin. Incluso en nuestros peores momentos, nunca deja de ser un niño juguetón.

     No sé por qué en esta puta casa están tan deseosos de conocer a JiMin, pero no puedo negarle nada a mi hermano. Supongo que... no es una mala idea.

     Cuando mi hermano sale del baño y nos hemos calmado, lo dejo que flojee frente al televisor mientras yo le preparo el desayuno. Ama las crepas dulces, así que me esmero en consentirlo.

     La primera hora fluye bien, con tranquilidad, pero entonces uno de mis imbéciles compañeros me habla por teléfono, histérico porque no llegué a la primera hora para la exposición que teníamos, además de recordarme sobre el examen que tenemos después del almuerzo. Mierda, lo olvidé por completo.

     Supongo que tendré que reponerme de esto, al menos por hoy, para enfrentar este jodido día.





JiMin

—Tu parte del trabajo es a penas aceptable —reclama SeulGi, TaeMin me mira con desaprobación, odio cuando levanta su ceja y se cruza de brazos.

—Ya sé, lo siento mucho, ayer apenas tuve tiempo de hacerlo.

—Claro, porque pasaste toda la tarde con YoonGi.

— ¿Cómo sabes eso?

— ¡Es obvio! A penas te llamó, saliste corriendo detrás de él y siempre están juntos. Una cosa es que te olvides de nosotros a la hora del timbre, pero tienes que aplicarte o ya no haremos trabajos en equipo contigo.

     Bueno, eso dolió. SeulGi suele ser demasiado directa a veces, sobre todo cuando se enoja. Casi siempre, se le pasa rápido, pero esta vez parece más severa que antes.

— ¿Pueden perdonarme? Prometo que lo haré mejor, es que ayer fue un día demasiado loco, tengo que contarles algo enorme.

—Esta vez no será tan fácil convencernos con chisme —rezonga ella, pero TaeMin se ríe porque ella dijo la palabra mágica.

—Solo si es un buen chisme —añade él, SeulGi lo golpea en el hombro con su carpeta, pero al final los tres reímos, señal de que me han perdonado o al menos dejarán pasar esto.

     Definitivamente ya no puedo decepcionarlos así.

—Es un buen chisme, se los aseguro.

—Más te vale, pero hablo en serio, Park, deja de pensar con el pito o arruinarás tu carrera, ¿bien?

—Lo dice el que se distrae viendo por la ventana cuando pasa HyunA —molesta SeulGi.

     Bien, ya estamos cien por ciento contentos, molestar a TaeMin es la actividad favorita de ella.

—Les prometo que tendré todo bajo control, chicos.

—Eso espero, cogerte al hijo del rector no te da inmunidad académica —regaña SeulGi, pero ahora con más gracia que enfado.

— ¡Pero yo...! —Mis mejillas se encienden, delatándome.

     Pero, para mi suerte, el profesor DaeSung entra al salón y silencia a todos los presentes. Menos mal, porque todavía no sé cómo les voy a platicar todo lo que pasó. Más me vale hacerlo bien, solo con los detalles relevantes y no mencionar nada sobre la discusión.

     En fin, el tiempo de la primera clase transcurre tan lento como un caracol subiendo escaleras. Parece que pasó una eternidad cuando el timbre suena y nos cambiamos de aula, con el profesor Kyunhyun, quien pone la condición del trabajo como pase de entrada para su clase, lo cual me hace sentir más culpable.

     Si no hubiera terminado mi parte, los tres seríamos suspendidos de su clase. Claro que ellos me miraron con cierto reproche, pero solo pude agachar la mirada y prometerme ser más responsable la próxima vez.

     Durante los pequeños momentos que no hacemos mucho en clase, le mando algunos mensajes a YoonGi, pero no responde. Le doy los buenos días, mando corazones y besos, incluso una foto mía con cara de aburrimiento, pero nada. Bueno, supongo que debe estar muy concentrado o más atareado que yo, lo entiendo. Sin embargo, no puedo evitar impacientarme a medida que la hora del almuerzo se acerca.

     Me siento inquieto, acelerado y alerta a cada minuto que pasa. De pronto, tengo la necesidad de salir de aquí urgentemente, como si algo me estuviera persiguiendo o tuviera prisa. Solo puedo deducir que estoy nervioso por YoonGi y su repentina ausencia, no puedo soltar aun los hechos de ayer y todas las dudas que me surgieron. Además, las actitudes de mi padre me tienen harto, me preocupa decepcionar a mis amigos, especialmente a Jin, todo me abruma, siento una opresión en el pecho.

     A la angustia, se suma la culpa repentina, como si mi cabeza me quisiera convencer de que soy el responsable de que YoonGi no pudiera venir a la escuela hoy. Tal vez lo extenué demasiado, tal vez le generé un problema enorme con su padre, tal vez ahora me odia y no querrá verme nunca más...

— ¡JiMin!

— ¿Qué pasó? —De pronto, vuelvo a mí. SeulGi me mira desconcertada, es entonces que me doy cuenta de que estoy llorando. Dejé que mis emociones me ganaran otra vez, soy tan tonto.

—Te pregunté si trajiste almuerzo. ¿Estás bien? ¿Por qué lloras?

—Yo, eh...

     No puedo responder, de pronto estoy desbordado. Todo me sobrepasa, necesito aire, no puedo pensar ni respirar. ¿Qué me está pasando? Miro a todos lados, notando que el salón se está vaciando y los pasillos afuera se llenan de estudiantes. Busco la salida desesperadamente mientras SeulGi trata de llamar mi atención. Pero antes de que pueda responderle, veo a YoonGi a lo lejos.

     Y de pronto siento cómo mi mundo se acomoda en un segundo.

—Los veo luego, tengo que hablar con YoonGi —sé que me van a odiar por esto, pero les explicaré después. Si son mis amigos y me quieren, lo entenderán.

     Ahora, más que nunca, necesito a mi novio. Mi cuerpo tiembla de frío y de ansiedad en cuanto salgo del salón cargando todas mis cosas con torpeza, ni siquiera me pude poner el abrigo adecuadamente, tan solo corro hacia él, casi chocando en el intento salvaje por alcanzarlo. Lo intercepto en el pasillo, con mi corazón acelerado y una enorme sonrisa.

— ¡YoonGi! Hola, amor —lo saludo con tanta energía, que casi me quedo sin aire, pero él ni siquiera me sonríe de vuelta.

—Te veo otro día —dice sin más y pasa de largo, dejándome aturdido.

— ¡Espera! Yoon, ¿está todo bien? —Reacciono y me apresuro para caminar a su lado pero él ni siquiera me mira, pareciera que quiere acelerar el paso para librarse de mí.

—Sí, pero preferiría no verte hoy —su voz suena fastidiada, más que simplemente monótona como es habitual en él. Y duele. Mis manos duelen.

— ¿Por qué? ¿Estás molesto conmigo? ¿Es por lo de ayer?

     Él se detiene en seco, plantándose frente a mí y tomándome firmemente por los hombros, de manera que me siento intimidado por su reacción.

—No, JiMin, solo quiero estar solo.

— ¿Qué ocurre? —Comienzo a desesperarme, quiero llorar, quiero abrazarlo y rogarle por algo de tiempo juntos, pero él es como una coraza enorme en este momento.

     Y todo debe ser mi culpa.

—Te contaré después, debo irme ya, tengo un examen más tarde —intenta irse, pero yo lo tomo del brazo para detenerlo.

—Amor, cuéntame, tenemos todo el receso. Sabes que puedes confiar en mí. ¿Verdad?

     Mi voz tiembla sin control, ya estoy desbordado y me siento tan rechazado e idiota, todo es mi culpa, él está así porque yo soy idiota, descuidado, desconsiderado e insistente.

—Hablaremos después —se suelta con brusquedad, lastimándome con su mirada indiferente.

—Yoon, por favor, no me dejes así. Quiero hablar contigo sobre algo importante.

— ¿Sobre qué? —A penas tengo un segundo de su atención, trato de tomarlo de la mano, pero él no me corresponde, solo se queda estático.

—Sobre por qué no querías presentarme a tu padre aún —sé que estoy siendo imprudente, insistiendo de la manera que a YoonGi lo exaspera, pero ya no puedo con la desesperación.

—JiMin, por favor no hablemos ahora sobre eso, de verdad necesito estar solo.

— ¿Te puedo ver más tarde?

—No sé, yo te aviso —empieza a caminar nuevamente, pero me emparejo a su ritmo. No puedo dejarlo ir sin al menos una mínima respuesta concreta.

— ¿Te veré más tarde o no?

     Entonces, veo en él una faceta agresiva que nunca me había mostrado. Me enfrenta a la cara, mirándome como si me odiara. Es cuando sé que lo he estropeado definitivamente. ¿Por qué no puedo mantener la puta boca cerrada?

— ¡Ya te dije que no sé! No me sigas, por favor JiMin. Necesito... estar... SOLO.

     Cruzo mis brazos en mi pecho debido al miedo y dolor que siento. A él no le importan mis lágrimas, solo me mira como si me odiara, seguro lo hace.

—De acuerdo... nos vemos entonces. Te amo.

     Y me da la espalda, alejándose, dejándome hecho un mar de lágrimas y con un montón de emociones mezcladas que me aturden y paralizan. Rabia, culpa, confusión, rechazo, dolor.

     Empiezo a sentirme... confundido.

     Ayer todo estaba bien.

     Ayer.

     Ayer tuvimos sexo por primera vez.

     ¿Y si no le gusté lo suficiente? ¿Y si sólo me quería para eso y ahora me va a ignorar para siempre? ¡Entonces por eso no me quería presentar con su padre! ¡Porque sólo me quería para tener sexo y luego me iba a desechar! Ayer me dijo que me amaba y ahora simplemente me da la espalda, me grita y acribilla mis sentimientos con su indiferencia.

     Me siento tan idiota, tan imbécil por haber confiado en él, por haberlo amado tanto.

     Siento que todos me miran, así que corro a esconderme en el baño para llorar en silencio. No puedo ver a mis amigos así como estoy, tengo que desahogarme, ni siquiera puedo respirar.

     Aunque las cuatro frías paredes del cubículo me asfixian, no hay otro lugar donde pueda calmarme. Lloro en silencio, ahogando mis sollozos en mi bufanda hasta que mi rostro se siente hinchado y me duele la cabeza. Trato de respirar, de pensar, no puedo seguir así, tengo que pensar, tengo que resolver esto...

     Pienso en lo que NamJoon me dijo y en todo lo que llevo de noviazgo con YoonGi, tratando de hallarle sentido a todo esto. Él no es otro JungKook. Podrá ser gruñón, malhumorado, demasiado honesto y cambiante, pero no es ese tipo de persona que usa a otros solo para complacerse una vez y después desaparece. Trato de orientar mis pensamientos según el consejo de Nam ayer.

     Tal vez YoonGi se portó así hoy por otra razón. Si soy honesto, no debí insistirle tanto, simplemente debí ser comprensivo con él, darle su espacio y ser paciente para que pudiera contarme lo que le pasa en otro momento, con más calma. Pensando con un poco más de lógica, tal vez se siente decaído el día de hoy, no durmió bien o tuvo una pelea con su padre, se desveló haciendo tarea o estudiando para su examen, o este mal humor matutino solo sea un efecto secundario de sus antidepresivos.

     Eso tiene más sentido, me hace sentir mejor. No puedo seguir pensando mal de él, es el amor de mi vida. Además, ha confiado en mí de una manera tan única y hermosa, por lo que no tiene mucho sentido que deje de amarme de la noche a la mañana.

     Debo ser positivo al respecto, a pesar de que todo se sienta terrible. Me siento acorralado de muchas formas, pero esto solo es una prueba para nuestro amor. No creí que tendría que lidiar con tantas cosas al mismo tiempo, pero ahora mi prioridad es YoonGi y mantener un perfil bajo para que mi padre me deje en paz.

     Para cuando me doy cuenta, el receso ya ha terminado. El timbre me saca de mis pensamientos, ya puedo ver todo un poco más claro, el desahogo surtió un buen efecto, aunque ahora me duele la cabeza y quisiera irme a casa.

     Salgo del baño con la vista en el suelo, me pongo la capucha de mi sudadera para ocultar mi rostro, pues no quiero que nadie me vea en esta situación.

     Entro a mi salón y me acomodo junto a SeulGi, donde ella me apartó un lugar. El profesor aún no llega, así que me acerco para agradecerle. Pero de inmediato nota mis ojos rojizos y su rígido rostro se emblandece para mí. TaeMin, sentado tras ella, hace lo mismo.

— ¿Estás bien?

     Error fatal. ¿Por qué esa pregunta siempre me hace desbordarme? ¿Por qué nunca puedo contestar un simple "estoy bien" en lugar de evidenciarme al instante? Comienzo a llorar otra vez, pero manteniendo el silencio, no quiero llamar la atención de los demás. Entonces ambos se levantan y me sacan del salón hecho un mar de lágrimas.

— ¿Qué pasó, Minnie? —TaeMin es quien me abraza primero. Aunque me cueste admitirlo, sí necesitaba mucho un abrazo aunque me apene desahogarme con ellos porque siento que no me entenderán.

—Nada, nada...

— ¿Cómo que nada? ¡Dinos ahora, Park JiMin! —Regaña SeulGi, pero no es agresiva, más bien suena muy preocupada.

—Nada, es sólo que... YoonGi...

— ¡Ah, no puede ser! ¿Qué te hizo? ¿Fue grosero contigo? ¿Te terminó? —La escucho refunfuñar desde mi refugio en el pecho de TaeMin. Puedo jurar que se está jalando las trenzas de frustración.

—No, simplemente dijo que quería estar solo, que hablaríamos más tarde.

— ¿Y qué más? —Pregunta TaeMin—. No creo que estés llorando solo por eso. ¿Qué más pasó, JiMin?

—Es que, nosotros ayer... nosotros hicimos... —No puedo hablar sin desbordarme, esto me sobrepasa. SeulGi se une al abrazo cálido, lo cual le agradezco porque ahora siento que necesito ser apretujado con amor. Acarician mi cabello y me dejan liberar todo el dolor que siento, hasta que logro respirar con tranquilidad.

— ¿Qué hicieron? —SeulGi me anima a sentarme en la banquita afuera del salón, quedo en medio de los dos, mirando mis pies con vergüenza.

—Nosotros tuvimos sexo ayer —confieso con mi mirada perdida—. Tuvimos sexo ayer por primera vez, pero hoy se portó indiferente conmigo y dijo que necesitaba estar solo.

— ¡Ese bastardo sin corazón! ¡Lo voy a matar, lo mato, no puede hacerte eso! ¡Maldito cerdo vil! Sabía que no podíamos confiar en él.

—Tranquila, SeulGi. Hablaré con él más tarde, es solo que me sentí muy mal. Creo que amanecí muy sensible por otras cosas, estoy exagerando.

— ¡No lo defiendas! ¡Es obvio que te usó! ¿Qué mierda se cree?

—Cálmate, no ganarás nada gritándole así —interrumpe TaeMin—. No nos precipitemos, a veces la gente necesita su espacio. Tal vez pasó algo que no tiene nada que ver con JiMin.

     Después se voltea para observarme, pidiendo con sus ojos que yo intervenga, pues nuestra amiga está ya con la cara roja debido al enojo. No debí contarles. No debí regresar a clases.

—Así es. Tal vez discutió con su padre o recibió una mala calificación.

—Es el puto hijo del rector, JiMin ¡Es obvio que no puede recibir malas calificaciones! ¡Reacciona, por el amor de Dios!

— ¡Suficiente, SeulGi! ¡Estás exagerando, mierda! ¡Los dos están exagerando! —Por primera vez, veo a TaeMin exasperado con ella.

—Perdón, me alteré demasiado. Pero esto no se puede quedar así, JiMin.

—Déjalo, SeulGi —insiste Taemin—. Él sabrá cómo resolverlo, nosotros no conocemos tan bien a YoonGi como él.

—Gracias por preocuparse —interrumpo—. Y perdón por molestarlos, y por ser tan irresponsable. Les prometo que no volveré a retrasarme con mis trabajos, me pondré a trabajar en lo que tenemos pendiente.

—Oh, lo harás —se burla TaeMin—. Porque si no lo haces, te voy a poner un calzón de castidad, no podrás coger con YoonGi hasta que entregues tus tareas.

— ¡Qué asco, TaeMin! —Me río avergonzado y SeulGi le da un golpe en la cabeza, pero todos reímos al respecto.

—Sí, que asqueroso eres —regaña ella, entre risas—. ¿Cómo te sientes, Minnie?

—Bien, sólo necesitaba desahogarme. Como dije, estoy algo sensible y estresado.

—Te entendemos, pero ánimo, no te pongas triste. ¡Ya dejaste de ser virgen! ¿Qué tal tu primera vez?

— ¡TaeMin! Eres un cerdo entrometido, no hables de eso aquí.

— ¡Tiene que contarnos cada detalle! —Se excusa, yo sólo los miro con mucha diversión.

—Lo haré —interrumpo su discusión—. Pero en otro momento, ahora tenemos que entrar a clases. El profesor ya viene.

     Ambos asienten y entramos al salón a empujones, pues TaeMin sigue molestando a SeulGi con chistes sexuales sobre mí y ella no halla como callarlo. Normalidad, al fin.

     Cuando entro a clases, me doy cuenta de que me siento menos abrumado, más tranquilo. El nudo de dolor que tenía en el pecho se ha disuelto, permitiéndome poner más atención a clases.

     ¿Exageré un poco las cosas?

     Tal vez, pero reconocerlo me ayuda a entender que las cosas no son perfectas y que esto solo es un obstáculo que YoonGi y yo superaremos. Aunque tengo un miedo intenso a que me deje de amar, por ahora solo debo ser racional y esperar que él esté listo para hablar.

     Así que decido escribirle, solo para cerrar el asunto para mí mismo y mantener mi atención en la escuela por lo que resta del día.


JM: Cuando estés listo para hablar, me dices. Sabes que puedes confiar en mí siempre. Te amo muchísimo :)


     Me dispongo a continuar con el estudio, la lectura de hoy es pesada. Pero no pasan ni cinco minutos cuando...

Don't leave me, now believe, hashiri dasu

     El profesor me mira con desaprobación y mis amigos también. Pero yo solo puedo pensar en una cosa.

No ending, kimi wa boku no kodou.

     Es YoonGi.

     ES YOONGI.

     Me levanto rápido de mi asiento, excusándome con que es algo familiar y salgo para contestar. Afuera está empezando a llover, pero no me importa.

— ¡Hola, amor! —Otra vez, mi respiración se acelera, impaciente y emocionado.

Hola JiMinnie.

— ¿Qué pasó?

Perdón por hablarte feo, es solo que no me siento bien hoy —responde con su voz un poco apagada.

—No te preocupes, Yoon. ¿Pero por qué no te sientes bien?

Lo hablaremos mañana, hoy tengo mucho que hacer.

— ¿Seguro que no puede ser hoy? Estoy preocupado por ti, de verdad.

Hoy no puedo, estaré muy ocupado con mi hermano. Pero mañana seguro podremos hablar bien, te lo prometo.

—De acuerdo, pero cualquier cosa, no dudes en llamarme o escribirme. Estaré siempre que me necesites.

Gracias, qué lindo —por su tono de voz, podría jurar que sonrió un poco.

—Te amo, YoonGi.

Yo también te amo, hablamos después.

—Yoon...

¿Sí?

—Nosotros... estamos bien, ¿verdad?

Claro que sí, tontito. Ya deja de preocuparte tanto, te vas a arrugar.

—Tonto —ambos reímos, al fin, reímos otra vez.

Así me amas.

—Con todo mi corazón —suspiro, sin poder ocultar mi enorme sonrisa.

Hablamos después, cursi.

     Y cuelga. No necesité más que una pequeña charla y algo de risas para sentirme mejor, siento que vuelvo a respirar. Entonces todas mis exageraciones me golpean en la cara con un enorme TE LO DIJE.

     Me ama. ¡Claro que me ama!

     Me ama y solo me trató así porque no se siente bien. Y si no se siente bien, seguro yo podré hacerlo sentir mejor después. Si no me amara, no se hubiese molestado en llamar para disculparse.

     Todo está bien.

     Al menos con YoonGi, todo está bien.




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top