﴾46. Buenas tardes﴿
JiMin
Mierda.
Trágame tierra y escúpeme en otra dimensión.
A pesar de estar somnoliento, siento la vergüenza apoderarse de mí y lo único que se me ocurre hacer es meterme por completo bajo el cobertor para evitar que me vean.
¡JODIDA MIERDA! ¿¡POR QUÉ!? ¿Por qué tuve que quedarme dormido tanto tiempo? Las malditas ocho de la noche, mi padre me va a matar y Jin estará furioso conmigo. Se supone que acordé con él avisarle dónde estaría para que pudiera cubrirme y esto definitivamente va en contra de todo lo que hablamos esta mañana. Y el maldito trabajo en equipo con mis amigos...
Estoy avergonzado, indignado y acorralado.
El rector Min llegó simplemente y encendió la luz, seguro jamás se imaginaría lo que iba a encontrar. ¿Y ahora qué haré? ¿Qué cara voy a dar? No veo la hora e irme a mi casa, pero seguro allá afuera nos espera un enorme regaño por parte del padre de YoonGi. Lo más probable es que me corra de aquí, tal vez yo no le agrade por esto. Seguro va a pensar lo peor de mí, que soy un precoz o que vengo a invadir casa ajena sin ser invitado antes por él.
¡EXCELENTE MANERA DE CONOCER A TU SUEGRO, PARK! ¡ME LLEVA LA JODIDA Y REVERENDA CHINGADA!
— ¿Te vas a quedar ahí toda la vida o vas a vestirte ya? Es tarde.
Genial. Ahora YoonGi se ríe de mí. ¿Por qué se burla en un momento tan serio como este? Ni siquiera sé que hacer, tan solo me quedo hecho bolita debajo del cobertor, avergonzado, sintiéndome pegajoso porque dormí con el trasero lleno de... oh no, qué mala manera de arruinar un día tan perfecto. ¿Por qué a mí?
—Hey, sal de ahí, papá seguro trajo la cena o tal vez nos mande a comprarla —trata de llamar mi atención moviéndome, pero no puedo moverme. Quiero llorar, siento que estoy por entrar en pánico. De pronto, siento que me falta el aire. Y él... ¿cómo puede pensar en comer cuando acaba de pasar algo así de grave?
—JiMin, sé que estás despierto, deja de ocultarte —y lo único que me protegía del exterior, es arrebatado de inmediato por las manos de mi novio. Me deja expuesto, causándome todavía más ansiedad y miedo.
Cubro mi rostro y refugio ahí las traicioneras lágrimas, no lo puedo evitar, estoy desbordado y muy sensible. No solo la siesta me dejó así, sino todos los pensamientos que me abruman por la hora que es y porque no saldré vivo de aquí, no con todo lo que he escuchado sobre el rector Min y su carácter demoníaco.
Y YoonGi solo se ríe de mí. ¿Qué no ve que estoy llorando, en una terrible crisis? Debería estar consolándome.
— ¿Por qué lloras? —Intenta descubrir mi cara, pero me resisto.
— ¡Déjame!
—Oye, cálmate —sigue riéndose, pero ahora está más cerca de mí, lo sé porque la cama se hunde detrás de mí y mi espalda recibe la calidez de su pecho. Vuelve a cubrirme con el edredón y ahora parece como si me arrullara, porque besa mi hombro y me rodea en un agradable abrazo. ¿Se está preocupando por mí? Sí, y parece estar de lo más calmado. Yo debería estar en estos momentos recibiendo un regaño de su padre y probablemente desterrado de su casa. ¿Por qué no está pasando eso?
Sus lindas caricias logran calmarme, hasta que mi llanto para y al fin decido descubrir mi rostro y voltearme para pedir explicaciones o al menos recibir de frente su consuelo. Y lo que veo realmente me hace sentir mejor. Él está sonriente, irradiando calma, con el cabello negro revuelto y sus ojitos hinchados por la tremenda siesta que nos dimos. Tiene aspecto de que no se gritó con su padre hace un par de minutos. ¿Por qué está tan tranquilo?
—Ya que paraste de llorar, arriba. Tienes que vestirte, es tarde —ni siquiera me deja abrazarlo más o darle un beso, o tan siquiera respirar en su pecho para terminar de calmarme.
Se aleja demasiado rápido, dejándome con una desazón terrible. Estoy confundido, desconcertado por su actitud. Todavía no puedo moverme, me quedo sentado en la cama, contemplando desde la confusión a mi novio desnudo, está buscando nuestra ropa por el piso.
Aunque me siento perturbado por todo, me detengo a contemplar su preciosa desnudez. Dios... estoy tan apenado y no sé qué pasará, pero no puedo evitar sonreír como un tonto calenturiento de solo ver lo que me acabo de comer. Basta. ¡Concéntrate, Park! ¡Concéntrate en pensar cómo demonios vas a disculparte por esto! No sé qué le voy a decir...
Perdón por estar desnudo en su casa, señor Min.
No era mi intención coger en su casa, señor Min.
Hola, soy su yerno, es un honor conocerlo. Perdone por tener sexo en su casa y que tuviera que encontrarnos.
¡No! ¡Mierda!
— ¿Qué esperas para vestirte?
Para cuando vuelvo de mis pensamientos ansiosos, él ya está vestido a medias con un pantalón negro, mirándome otra vez con esa sonrisa de burla.
—YoonGi... —no sé por dónde empezar, no encuentro las palabras, solo quiero seguir llorando.
— ¿Piensas quedarte desnudo toda la noche? No voy a vestirte, JiMinnie, no eres un bebito, arriba.
¿Qué no se cansa de reírse de mí? Está como si nada, tomando una camiseta blanca del piso y vistiéndose rápidamente, dejando aún más en ridículo mi desnudez.
— ¿Por qué no estás preocupado? —Casi siento que lo estoy acusando de algo, pero no entiendo por qué no le teme a su padre. Esto que hicimos es malo y muy reprobable.
— ¿Por qué debería? —Ahora es mi ropa la que toma del piso, poniéndola al lado de mí.
—YoonGi, tu padre acaba de encontrarnos desnudos en su casa. ¿Eso no es motivo suficiente para preocuparse?
—Esta es mi casa también —se encoge de hombros, como si nada pasara.
—Pero él es tu padre —intento hacerle ver la gravedad del asunto, pero no sé si estoy hablándole en chino o por qué demonios no me entiende.
—JiMin —suspira, como si estuviera cansado de mí—. Tal vez tú le temas a tu padre o pienses que el mío es un ogro que me echará de casa a patadas solo porque me encontró desnudo con mi novio en mi propia cama. Pero eso no va a pasar, cálmate. De hecho, él quiere conocerte y este es el mejor momento para hacerlo, ¿no crees?
— ¿Qué?
— ¿Estás sordo o qué? —Ahora juguetea con mi cabello, revolviéndolo de forma que me molesta. No entiendo nada.
—Es que... es que no entiendo.
—Explícame qué parte no entiendes, porque parece que hablamos en idiomas diferentes. Dime exactamente qué pasa.
—Solo... solo me preocupa que me regañe por estar aquí en estas condiciones, no quiero que piense mal de mí o que ya no me permita verte por esto.
—Hablas como si él no cogiera en su propia cama, JiMin.
— ¿Puedes dejar de burlarte? Estoy preocupado, tengo mucho miedo y no quiero que te regañe por mi culpa.
—A ver, ya fue suficiente, cálmate.
Acude a mí, limpiando con sus pulgares mis lágrimas, me atrae hacia él en un abrazo que me hace sentir mucho mejor.
—No va a pasar nada de eso que estás pensando, JiMin. Mi papá no es como el tuyo. Si hay alguien más despreocupado que yo, es él. ¿Eso querías saber?
— ¿Estás seguro? —Mi voz sale quebrada, otra vez estoy llorando y siendo patético sin razón, por lo que veo.
—Sí, ya deja de preocuparte —se separa de mí y besa mi frente, no deja de sonreír. Creo que... que puedo confiar en que dice la verdad. Después de todo, lo que escuché después de que se gritaron, fueron solo risas del señor Min, pero mi miedo intenso no me permitió pensar en eso.
—Está bien —respiro hondo, al fin liberándome de una preocupación.
—Buen chico. Ahora vístete, te espero en la sala.
— ¡No me dejes solo! —Tomo agresivamente su brazo, antes de que se aleje de mí.
—No estarás solo, ahí tienes al Señor Unicornio para que te cuide —otra vez se burla de mí, señalando el peluche que se alcanza a ver desde el armario abierto. Ese juguete que me trae recuerdos vergonzosos a la mente. ¿A qué está jugando?
— ¡No te vayas! ¿Qué vas a hacer?
—A saludar a mi padre y decidir qué cenaremos.
—Pero... pero... ¿Por qué no esperas a que me vista y salimos juntos? No quiero salir solo, me da mucha vergüenza.
—Si te espero, se hará tarde. No hagas un drama, solo vístete y sal —risas y más risas. ¿Cómo es que no puede entender mi ansiedad? Primero me consuela y ahora se ríe de mí, no entiendo a veces esta forma de ser en él.
Ni siquiera me da tiempo de decir algo más, tan solo me abandona como a un cachorro en la lluvia, desnudo y pegajoso en medio de su cama, pasando por la peor vergüenza de mi vida.
Bueno... no me queda de otra, tengo que apresurarme.
A pesar de que mis ojos lagrimean otra vez debido a la ansiedad, me levanto de la cama. Mi cuerpo duele, especialmente mi trasero y me tiemblan las piernas. Quisiera poder disfrutar de estas sensaciones, celebrar que tuve mi primera vez con el amor de mi vida, pero no puedo.
De mi mochila, saco mi cajita de pañuelos y termino con todo el contenido, el lubricante y el semen de YoonGi hicieron un desastre ahí abajo, casi termino con la piel rozada por intentar limpiarme lo mejor que puedo.
Aún tembloroso, me visto hasta que toda mi vergüenza queda cubierta, incluso me pongo mi suéter. Todavía no tengo el valor para salir, pero por lo pronto tengo que revisar mi celular. Eso me da más miedo que salir a ver a mi suegro. Aunque no escuché el teléfono en ningún momento, de todas formas me da miedo revisar y encontrar llamadas o mensajes de mi padre.
Pero, para mi suerte, no hay nada de él, solamente un mensaje preocupado de SeokJin, preguntando por qué no he llegado a casa. No es tan reciente, es de hace una hora. A pesar de que me apena, le aviso que me quedé dormido con YoonGi y que llegaré pronto.
Bien, dos preocupaciones menos. Ahora solo falta salir a enfrentar la realidad.
Respira, Park. ¿Qué es lo peor que podría pasar? Bueno, sí podrían pasar cosas malas, pero YoonGi me dijo que todo estaría bien, así que debería creer en él y simplemente actuar tranquilo.
¿A quién engaño? No puedo actuar tranquilo en una situación así. Esta es, por mucho, la peor manera de presentarme con el padre de mi novio. Aunque YoonGi le reste valor a esto, yo aún creo en los valores familiares y aunque ser homosexual no sea muy tradicional que digamos, todavía tengo la idea de que conocer a la familia de tu pareja debería ser algo especial y formal, no un desastre bochornoso donde mi suegro me encuentre desnudo en la cama con su hijo. Al menos nos encontró después y no durante...
Dios, qué desastre.
Pero no tengo opción, debo enfrentarlo aunque me esté cagando de miedo.
No sé de donde saco la valentía, pero finalmente me pongo las pantuflas que YoonGi siempre me presta y abro la puerta muy lentamente, tratando de escuchar lo que sucede afuera. Los escucho hablar, pero no distingo nada de lo que están diciendo. Asomo solo un poco mi cabeza, pero la pared del pasillo es demasiado amplia como para alcanzar a ver lo que pasa en la sala.
De pronto, escucho pasos hacia mí, me quedo paralizado, con ganas de encerrarme nuevamente, pero cuando YoonGi se planta frente a mí, me tranquilizo un poco.
—Creí que nunca saldrías, anda, papá quiere conocerte.
—Pero...
—No me obligues a arrastrarte hasta la sala, JiMin, solo ven.
— ¿Estás seguro? ¿Él no está molesto?
—No sé cuántas veces necesitas que te lo repita, pero no está molesto.
—Me da pena, YoonGi, no puedo... —quiero llorar otra vez, mis pies me pesan, no puedo moverme.
—Ya fue suficiente de niñerías, ven aquí, Park —tira de mi brazo, haciéndome enojar. Odio que me jaloneen, no hay nada que deteste más.
—No me jales, puedo ir solo —me suelto con brusquedad, siento mis mejillas rojísimas por el enojo y la vergüenza. Claro que voy a enfrentar esto, pero lo haré a mi modo.
—Vamos —esta vez, me ofrece la mano, un gesto más amable, así que enlazo mis dedos con los suyos y, aunque me cuesta caminar, lo hago lento detrás de él hasta que llegamos a la sala, donde su padre cambia los canales en el televisor, despreocupado.
YoonGi suelta mi mano y se sienta al lado de él, con la misma ligereza de carácter que antes. Entonces, el señor Min me ve y de inmediato me siento cohibido y con ganas de huir. Lo observo detenidamente. YoonGi se parece a él en sus ojos pequeños y la piel blanquísima, pero su rostro está más embarnecido por la edad, la mandíbula firme, nada semejante al rostro redondito de su hijo.
Hazlo, JiMin. ¡No seas un jodido cobarde! Bien, respira. Inhala, exhala, cuenta hasta diez, respira y acércate.
Uno. Doy pasos cortos para acercarme a ellos.
Dos. El camino tan corto al sillón se me hace eterno.
Tres. Empiezo a marearme por la tensión en mi cuerpo.
Cuatro. El pánico me invade mientras menos metros me separan de ellos.
Cinco. YoonGi me mira burlón.
Seis. El señor Min también me mira parecido.
Siete. Mi corazón ya no puede más.
Ocho. Esbozo una sonrisa e intento calmarme.
Nueve. Me doy cuenta de mi aspecto que no revisé antes de salir de la habitación. Mi cabello está revuelto y olvidé ponerme mis calcetines.
Diez.
—Buenas tardes.
¿¡EN SERIO, JIMIN!? ¿NO PUDISTE DECIR ALGO MÁS ESTÚPIDO?
—Hola, muchacho —responde el señor Min, se levanta y me tiende la mano. Estoy tieso. Veo de reojo a YoonGi y lo veo aguantarse la risa frenética que está por soltar. Asiente y yo también, vuelvo mis ojos a su padre y le estrecho la mano, se siente cálida y él no deja de sonreírme.
Pareciera que están conspirando contra mí, porque ninguno deja de verse feliz mientras yo estoy muriendo de vergüenza por dentro.
—Señor Min, mucho gusto, soy Park JiMin —claro que lo sabe, sabe quién soy: el estúpido novio de su hijo.
—Lo sé, me da gusto conocerte al fin —me invita a sentarme con un gesto amable. Con la mirada en el suelo, tomo mi lugar junto a YoonGi.
El silencio se torna incómodo, ni siquiera el ruido del televisor logra aligerar un poco el ambiente, o quizá solo soy yo quien está tenso porque los otros dos parecen demasiado tranquilos. Temo por mi vida, mi dignidad y mi estabilidad emocional.
—Señor Min, le pido una enorme disculpa —finalmente me trago mis ganas de llorar y decido dejar de ser un cobarde.
— ¿Por qué? No hiciste nada malo —al igual que su desvergonzado hijo, el señor Min me sonríe con esos ojos gatunos. ¿A caso soy el único aquí que tiene preocupaciones normales?
—Yo...
—JiMin está preocupado porque cree que lo arrastrarás de los cabellos fuera de aquí porque nos encontraste desnudos en la cama, está muy, muy avergonzado, solo míralo, parece un tomatito y hace rato no paraba de llorar —explica YoonGi, avergonzándome todavía más y riéndose en el momento, su padre solo le sigue la corriente. ¿En qué mundo viven?
—No hay nada de qué avergonzarse, como si no te hubiera encontrado así muchas veces antes.
— ¿Ves? Nada de qué preocuparse, Minnie —YoonGi toma mi mano, a modo de hacerme sentir mejor, pero todavía estoy consternado y tratando de procesar todo lo que está pasando.
—Gracias por no enfadarse, señor Min, de verdad, no era mi intención, se nos pasaron las horas, le prometo que...
—Chico, tranquilo —él apaga el televisor y ahora tengo su total atención—. De verdad, no necesitas disculparte ni nada. Eres bienvenido en esta casa, claro que me hubiera gustado conocerte en otras circunstancias, le he dicho a YoonGi muchas veces que te traiga a cenar o que te invite al cine con nosotros en familia, pero nunca accede. En fin, no te sientas mal, esta es tu casa, relájate, te ves muy tenso.
—Si ya terminaste de echarle tu sermón de padre perfecto, sugiero que vayamos a buscar la cena, además debo llevar a JiMin a su casa porque ya pasó su toque de queda—interrumpe YoonGi.
— ¿Entonces no te quedas a cenar, JiMin?
—Sí me gustaría, señor Min, pero si mi papá llama y no estoy en casa, se pondrá furioso porque ya es tarde para mí.
—Es una pena, pero de igual forma me da gusto conocerte por fin, eres muy mencionado en esta casa.
—Papá, ya basta —YoonGi le tuerce los ojos, haciéndome reír un poco. Nunca pensé que lo vería avergonzado por algo así, pero está tan rojo de sus mejillas como yo.
—Bueno, llévalo a casa, de regreso pasa por YeonSang y compren una pizza.
—Andando —YoonGi se levanta, tomando las llaves de su auto de la mesa.
Antes de seguirlo, me pongo de pie y me despido del señor Min con una reverencia respetuosa.
—También me dio gusto conocerlo, le prometo que me haré tiempo para cenar con ustedes en otra ocasión, señor Min.
—DongHan.
— ¿Perdón?
—Mi nombre es DongHan, por si no lo sabías. Y sé que tal vez pensaste que te iría mal conmigo porque tengo fama de ser déspota y cruel, pero esa es solo mi reputación de rector. Aquí en casa, puedes llamarme DongHan o como te parezca más cómodo.
—Me alegra saber eso, gracias por ser amable conmigo —suspiro, aliviado y listo para irme.
—No hay de qué, te estaré viendo por aquí, vayan con cuidado.
—Claro —le regalo otra reverencia y me retiro a recoger mis zapatos.
Mis pies están helados por la falta de calcetines, pero sigo avergonzado y no pienso devolverme a buscarlos, así que me obligo a soportar la incomodidad. Por lo menos dentro del auto, YoonGi ha encendido la calefacción y podré aguantar.
— ¿Qué fue todo eso? —Finalmente me atrevo a hablar con más libertad, ya que mi pecho se siente libre de tensiones.
—Nada, solo tú siendo torpe y paranoico, amorcito.
¿Por qué siento que se está burlando de mí otra vez? ¿A caso soy su payaso personal o qué?
— ¿Cómo que nada? ¿De qué hablaron cuando saliste primero? Tienes que decirme, todavía estoy preocupado.
—JiMin, hablo en serio, ya deja el tema, no entiendo por qué te afecta tanto.
— ¿No es obvio? ¡Nos encontró desnudos, YoonGi, en su casa!
— ¡Ya te dije que es mi jodida casa también! Solo le estás dando vueltas al asunto sin razón, JiMin.
—Pero es como una falta de respeto, para empezar ni debimos hacerlo ahí.
— ¿Y dónde más? ¿En tu casa?
— ¿Qué tiene de malo mi casa?
—Nada, pero dudo que con tus paranoias quisieras hacerlo ahí. Además, no voy a pagar un jodido motel cuando tengo mi habitación disponible siempre.
—Bueno, ese no es el tema, no respondiste mi pregunta. ¿De qué hablaron cuando saliste y me dejaste sólo en tu habitación?
—JiMin, basta —impone elevando su voz, está enfadado—. No te alteres por esto, mi padre no es un controlador de mierda como el tuyo. Si fuera así, ¿crees que te hubiera tratado tan bien?
—Pero yo...
—Pero nada. Aquí no es Busan. Hay algo que debes saber y quiero que te quede muy claro: mi familia es muy diferente a la tuya, nadie juzga, nadie controla la jodida vida sexual y el tiempo de otros, hacemos lo que queremos y punto. Y si de verdad estás curioso sobre lo que hablamos, pues no fue a gran cosa. Solo me reprochó por milésima vez que tardé en traerte a casa porque él tiene mucho tiempo insistiendo en conocerte, pero yo no quería presentarte todavía. ¿Contento?
— ¿Por qué no querías?
Ahora, de estar preocupado, paso a sentirme extraño, saturado de información y sobre todo, un poco ofendido por eso último que dijo YoonGi.
—Porque creí que debía esperar más para involucrarte en mi vida y con mi familia.
— ¿Te avergüenzas de mí o algo?
—No. Después hablamos sobre eso, ahora debo llevarte a casa e ir por mi hermano.
Maravilloso, logré enfadarlo. ¿Por qué soy así? ¿Por qué no puedo dejar de ser tan impaciente? Aun así, la duda no va a dejarme dormir. El día que se supone sería el mejor de mi vida, está finalizando de la peor manera. No se supone que deberíamos discutir después de tener un momento tan lindo e íntimo.
—Está bien, pero sí quiero hablarlo después.
Y me quedo callado, comenzando a sufrir para mis adentros. Mis manos duelen otra vez y solo puedo permanecer en silencio gracias a que me aferro a los lados del asiento mientras él conduce rumbo a mi casa.
Las dudas comienzan a invadir mi cabeza, son más ruidosas que la música de YoonGi. Y lo primero que pasa por mi cabeza es "no le gustas tanto, se avergüenza de ti porque eres un idiota y no quiere que su familia te conozca".
Pero me dijo que me ama...
El trayecto es difícil, no hablar con él me duele demasiado, porque siento que cualquier cosa que diga solo empeorará el problema. Así que decido intentar calmarme. Esto es solo un pequeño bache, un malentendido que seguro arreglaremos después, como aquella vez que me bloqueó y al siguiente día lo resolvimos. Quizá solo necesita estar calmado un rato y por sí solo me contará las cosas.
Cuando al fin llegamos a mi casa, apaga el motor, baja el volumen de la música y se voltea hacia mí, pero soy yo quien rompe el silencio abrumador.
—Yoon, ¿lo que dijiste hoy fue real? —Tomo su mano con algo de miedo, estoy a punto de llorar.
— ¿Qué cosa?
—Que... me amas... ¿Me amas de verdad? —Ante mi voz temblorosa, una leve sonrisa se forma en sus labios y se acerca para darme un dulce beso que libera toda la tensión de mi cuerpo.
—Sí, es verdad, te amo.
— ¿Y entonces por qué no querías presentarme con tu padre aún?
La imprudencia me domina otra vez, no puedo dejar el tema así, no dormiré, no podré concentrarme en la tarea pendiente, no podré hacer nada.
—Hablaremos de eso mañana, JiMin. Me siento muy cansado, solo quiero cenar y dormir lo más pronto que pueda.
—Bien, lo entiendo —me acerco a él, lo suficiente para besarlo un poquito más, solo para asegurarme de que todo está bien entre nosotros.
Él me corresponde, abrazándome tanto como podemos en la incomodidad del auto. Al besarnos, no puedo evitar que todos los recuerdos dulces de hoy me provoquen un terrible sonrojo.
—Por cierto, gracias por tratarme tan bien hoy, a pesar de que casi lo arruino.
— ¿Te gustó? —Excelente, ahora está sonriendo para mí, justo el gesto que necesitaba de él.
—Lo amé, a pesar del dolor. ¿A ti te gustó?
—Bastante, eres muy sexy, de verdad te veías muy bien encima de mí, debemos repetir eso.
Dios, YoonGi, me vas a provocar una erección si sigues hablando así.
—Definitivamente quiero repetirlo, te prometo que la siguiente vez será diferente.
—No te presiones, no es bueno que te obligues a que algo grande entre por tu culo, queremos que funcione bien para poder repetirlo, ¿no?
— ¡YoonGi! —No puedo evitar reírme a carcajadas, apenado. Tiene un don para decir imprudencias tan acertadas.
—Me encanta verte todo avergonzadito —aunque se burla, me atrae otra vez para un beso, esta vez más profundo. Me eriza la piel, sobre todo cuando mete su lengua de golpe y terminamos enredados y sonrojados.
—Ya, hasta aquí o no te tendré piedad, soy capaz de hacértelo en el asiento trasero.
—Eso sería interesante —me separo de él, reponiendo un poco mi cabello que despeinó en ese breve y voraz beso.
—Primero domina la cama y después te lo haré en el auto —deja una suave caricia en mi mejilla, señal de que ya es momento de despedirnos.
—Espero aprender rápido —beso su mejilla por última vez, necesito que esto dure.
—Anda, entra a casa o tu remedo de mamá vendrá por mí.
—Bien, nos vemos mañana —finalmente tomo mi mochila, resignado a que el día juntos terminó y es momento de despertar del sueño.
—Te amo.
—Yo también te amo —correspondo, sin creer que él fue el primero en decirlo. ¿No es lindo? Y más que eso, es la mayor señal de que esto va más que bien.
A pesar de mis dudas, él no deja de demostrarme que lo nuestro ha valido la pena. Con eso en mente, salgo del auto y le mando un besito volador antes de verlo perderse entre las calles. Hace frío y está oscuro, pero dentro de mí hay una calidez que podría iluminar un salón entero.
Finalmente, entro a casa. Todo está en silencio, parece que no hay nadie en casa. Quizá sea lo mejor, estar a solas en este momento para procesar todo lo que acaba de sucederme. Subo a mi habitación, comprobando que estoy solo, sin duda, lo cual es raro porque HoSeok no suele quedarse fuera entre semana, Jin hyung debe estar con Nam en su departamento.
Esta soledad tan inusual me hace bien, por ahora. Tras ponerme mi pijama, me tiro en la cama mirando al techo para meditar un poco sobre este día.
No puedo creerlo.
No.
Puedo.
Creerlo.
¡LO HICE! ¡LO HICE, LO HICE, LO HICE!
¡HICE EL AMOR CON YOONGI! ¡PERDÍ LA VIRGINIDAD!
Y fue tan hermoso, a pesar de todo, no creí que me iría tan bien para ser la primera vez. Por un momento, creí que lo echaría a perder, pero gracias a YoonGi tuve una primera vez perfecta y llena de amor.
Pero...
Pasé la peor vergüenza de mi vida el mismo día y eso no lo olvidaré nunca. En serio, qué maldita pena. No sé cómo voy a ver al rector Min ahora y mucho menos sé qué cara pondré si YoonGi o él me llegaran a recordar los sucesos bochornosos de hoy. Si pudiera borrar algo de este día, en definitiva sería eso, porque todo lo demás salió muy bien.
Es decir... sé que tuve un problema en la mañana con Jin y que mis amigos no están conformes con mi comportamiento de enamorado, pero fuera de eso, el día fue perfecto. Sin embargo, no dejo de pensar en algo que me angustia todavía más que el hecho de ser encontrado por mi suegro en una situación bochornosa.
¿Por qué YoonGi no me quería presentar con su padre todavía? ¿Será que aún no confía suficiente en mí? ¿O simplemente no me ama tanto como para dejar que me conozca su familia? Es extraño, porque si ya tuvo la confianza de hablarme sobre su intento de suicidio, lo cual es bastante personal, no veo por qué presentarme con su familia le causaría tanto conflicto.
Necesito un consejo. Debo consultarlo con NamJoon.
Un dato muy XD: esto me pasó en la vida real, así conocí a mi ex-suegro XDXDXDXDXD
Me encanta auto humillarme ggg
AgustDina
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top