﴾26. 5HiT! 4/5﴿



Omnisciente

     Son las siete de la mañana. La luz rosácea del amanecer se filtra por las opacas ventanas de la sala de espera en el área de urgencias, los cuatro siguen esperando noticias de SeokJin. Tae está babeando dormido, recargado en el hombro se HoSeok, quien no durmió en toda la noche por la preocupación. NamJoon está acostado, mirando hacia el techo, ocupando dos sillas, incómodamente con las piernas flexionadas y el brazo cayendo hasta el piso. JiMin está sentado en silencio, con la mirada perdida, los ojos hinchados de tanto llorar y las manos tan temblorosas que debe ponerlas bajo sus piernas. YoonGi fue a traerles café.

     La puerta que da a la sala de urgencias se abre, una enfermera joven, vestida pulcramente, sale y llama la atención de los presentes.

— ¿Familiares de Kim SeokJin?

     Eso los pone alerta a todos, se levantan casi al mismo tiempo, NamJoon cayéndose ruidosamente en el suelo y levantándose a tropezones, Tae despertando bruscamente; los cuatro rodean a la enfermera, bombardeándola con preguntas, por lo que esta tiene que calmarlos casi bruscamente.

— ¡Por favor, guarden la calma!

     Una vez callados todos, la miran expectantes, nerviosos, ansiosos, preocupados. La enfermera, al ver sus expresiones de sufrimiento y sus rostros ojerosos, suaviza su tono y les ofrece una tranquila sonrisa, señal de buenas noticias.

—Tuvimos que administrarle varias unidades de sangre y muchas vitaminas, pero se encuentra estable, no presenta signos de intoxicación, al parecer solo fue el corte.

     Al unísono sueltan un suspiro de tranquilidad, NamJoon rodea los hombros de JiMin y le da un suave apretón. Está bien. SeokJin está bien, seguro podrán llevarlo a casa pronto. Tae rompe en llanto por la tensión acumulada y se refugia inmediatamente en el pecho de HoSeok, quien lo abraza fuerte mientras le pide más respuestas a la enfermera.

— ¿Podemos verlo ya?

—Aún no, lo trasladaremos al ala de habitaciones en un par de horas. Cuando eso pase, les avisaremos para que se muevan a otra sala de espera.

— ¿Está despierto? ¿Preguntó por alguien? —Interviene JiMin, desesperado.

—Sigue dormido, tuvimos que aplicarle un sedante porque se puso un poco agresivo cuando tratamos de ponerle la intravenosa, pero se espera que recobre la conciencia pronto, los mantendré informados.

—Muchas gracias, enfermera —HoSeok le ofrece una venia respetuosa, la enfermera asiente amigablemente, se da media vuelta y desaparece tras la puerta, los chicos se voltean a ver unos a otros. Entonces, después de largas horas de silencio, por fin pueden hablar entre ellos.

—NamJoon —comienza HoSeok —, no sabes cómo te agradezco que hicieras esto. Nosotros... no teníamos idea de que Jin sería capaz de intentar algo así.

—Nunca lo imaginamos —corrobora Taehyung, saliéndose del abrazo de HoSeok y tomando la mano de este—. Es decir, se veía tan normal y anoche solo creímos que estaba estresado por el trabajo.

—No sé qué decir, chicos —responde NamJoon—. Pero me alegra haber actuado pronto, a pesar de lo aterrado que estaba.

—Estaremos en deuda contigo por siempre —dice HoSeok, comenzando a llorar otra vez—. Cualquier cosa que quieras de nosotros, sólo pídela.

—Con calma, HoSeok —responde NamJoon con voz nerviosa, no sabe cómo sentirse al respecto, piensa que si hubiese tardado un segundo más, SeokJin estaría muerto, todo se lo atribuye a la suerte... ¿o al destino? — Lo único que quiero ahora es que estemos tranquilos. ¿Quieren ir a descansar a su casa? Yo puedo quedarme a hacer guardia y avisar cuando podamos verlo.

— ¡Quedémonos todos un rato más! —Interrumpe JiMin, todos se le quedan viendo extraño—. Es que... YoonGi ya compró café para todos, acaba de escribirme que llega en cinco minutos.

     Con tan solo mencionar al susodicho, JiMin se sonroja y el ambiente se relaja un poco. Una vez que ya saben sobre el bienestar de SeokJin, solo les queda esperar. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que molestando a JiMin? Taehyung se le queda viendo y le lanza una sonrisita burlona, a pesar de tener sus ojos húmedos por el llanto.

—Así que... ¿ya son novios? —Le pregunta el rubio con voz divertida.

— ¿Qué? ¡No!

— ¿Ah no? —HoSeok le sigue el juego—. Pues anoche se veían demasiado juntitos, ¿no será que salieron a una cita en otro lado y no en el cine?

— ¡Hobi hyung! —Las mejillas de JiMin están ardiendo de vergüenza, le da un poco de risa, pero aun así está apenado—. Él solo estaba siendo amable conmigo.

—Aja~ —canturrea Taehyung—. No tardan en follar, ¿cuánto apuestas, Hobi hyung?

—Si ellos tardan más de un mes en follar, me llevarás a mi café favorito, si tardan menos de un mes, te dejaré hacerme lo que quieras.

— ¿Lo que yo quiera? —Le pregunta Taehyung y le reta con una sonrisita perversa.

— ¡A ver, ya es suficiente! —Grita NamJoon, entre molesto y queriendo reírse por las tonterías de los otros—. Estamos en una situación seria, tal vez podamos molestar a Chim más tarde, cuando hayamos tomado el café que su noviecito nos va a traer.

     Entonces, todos estallan en risas inmediatamente, incluso JiMin, quien no puede evitar sentirse emocionado por la palabra "novio".

— ¿Por qué creen que Jin haría algo así? —Pregunta JiMin, tras el pequeño ataque de risas—. Ustedes lo conocen de más tiempo que yo. ¿Hay algo en especial que lo pudo haber orillado a eso?

—No lo sabemos —responde HoSeok—. Aunque, ahora que lo dices, nosotros no conocemos mucho sobre el pasado de Jin. Lo único que nos ha contado es que se fue muy joven de su casa y consiguió becas para poder estudiar su carrera, sabemos que pasó tiempos difíciles, pero no nos dijo de qué ciudad es o dónde está su familia. Tampoco creo que sea por el asunto de Kookie, hemos hablado del tema estos días y parecía muy feliz de haber arreglado las cosas con él.

—Cualquiera que fuese su razón, lo que me preocupa es lo que tenga que decirme cuando despierte —interviene NamJoon—. Mientras esperábamos la ambulancia, me dijo varias veces que me odiaba.

— ¿Por qué te odiaría, hyung? —Pregunta JiMin—. Le salvaste la vida.

—Pero él quería morir, JiMin —responde el mayor con su voz decaída—. Él me lo dijo, que lo había arruinado, que me odiaba, que yo era un idiota.

—Bueno —interrumpe HoSeok—. Por lo pronto no pensemos en eso, simplemente seamos positivos, está vivo y pronto podremos llevarlo a casa y cuidarlo. Tenemos que darle mucho amor para que se recupere pronto, él ha hecho mucho por nosotros, tenemos que devolverle el triple del cariño que nos ha dado.

—Oww Hobi, mi amor~ —dice Tae con ternura y abraza fuerte a su novio, todos sonríen después del hermoso comentario de HoSeok, quien siempre les da esperanza y tranquilidad a todos, a pesar de lo mal que la estén pasando. Todos concuerdan con él, lo importante ahora es que SeokJin sigue con vida.

     Se sientan todos de nuevo y conversan un poco, están cansados y hambrientos, pero felizmente ansiosos por recibir más noticias de SeokJin. Entonces YoonGi entra en la sala, cargando una base de cartón llena de vasos de café, un periódico bajo el brazo y con su cara de póker más plana de lo habitual.

— ¡YoonGi hyung! —JiMin se levanta feliz de su silla y corre a ayudarlo con el café que parece a punto de caerse de sus manos—. Muchas gracias, eres nuestro héroe... ¿estás bien?

     YoonGi luce serio y callado, se le queda viendo a JiMin sin hacer ninguna expresión, no le contesta y simplemente se acerca a donde están los demás, el menor lo sigue, confundido. Les ofrece el café a los otros tres y cada uno toma un vaso, agradeciéndole. JiMin se le queda viendo, preguntándose por qué de pronto tiene ese cambio de actitud tan abrupto. Entonces, YoonGi ya con sus manos libres de vasos, se saca el periódico que guarda en su axila y lo pone frente a los demás.

—Creo que ya sé por qué SeokJin hizo lo que hizo —les dice con voz preocupada, luego les muestra el periódico.

     Y la respuesta estaba muy clara: en primera plana y con letras exageradamente grandes, la razón por la que SeokJin decidió atentar contra su vida.

Kim SeoJin, chef de prestigioso restaurante en Itaewon: La grotesca historia detrás de su éxito.

— ¡¿Qué mierda es eso?! —Grita HoSeok—. ¿De dónde lo sacaste, YoonGi?

—Lo compré en la tienda de conveniencia, también lo vi en otros aparadores —responde apenado. El ambiente se tensa debido a la nota.

     HoSeok toma el periódico de la mano ajena, se levanta y da vueltas por toda la sala, leyendo e intentando comprender. Entonces empieza a leer en voz alta la nota de la primera plana.

El aclamado Kim SeokJin, ese mismo que le dio cinco estrellas al restaurante más famoso de la ciudad, resultó haber escalado al éxito de la manera más sucia y antinatural que uno se podría imaginar. El tan humilde chef no es más que un farsante que no se formó su propio éxito, sino que utilizó el dinero de hombres importantes y se valió de poderosas influencias para estar donde está. La pregunta es, ¿merece el mejor restaurante tener un líder con una historia llena de deshonra y faltas a la moral? En la columna siguiente pueden apreciar las fotos de un Kim SeokJin más joven, ofreciendo favores sexuales por dinero a hombres mayores. La fuente anónima también informó que el chef se aprovechó de la bondad de un hombre con cáncer, le quitó el dinero y huyó de Gwangju...

—No, eso debe tener una explicación—interrumpe NamJoon, nervioso—. No puedes creer lo que dice ahí, no es más que una nota amarillista escrita por alguien que lo odia. ¿Qué con eso de "informante anónimo". Probablemente las fotos sean montajes y ese tal informante solo debe ser un contrincante que le tiene envidia.

— ¿Pero quién podría odiarlo tanto como para hacerle esto? No tiene sentido, Jin hyung es la persona más amable del mundo, no podría dañar ni a una mosca—. Dice HoSeok, aun viendo confusamente el periódico, las lágrimas comienzan a bajar por sus mejillas. Taehyung lo consuela y JiMin también se acerca con esa intención.

     La sala se queda en silencio, tan solo se escucha el murmullo de los médicos y enfermeros del otro lado de la puerta, uno que otro bebé llorando, el zumbido constante de la luz neón en el techo. No saben qué pensar al respecto, una confusión muy grande se instala en cada uno, especialmente en HoSeok, quien lo conoce desde hace más tiempo y nunca supo nada de eso. La puerta se abre nuevamente, la misma enfermera de antes sale.

— ¿Quién de ustedes es NamJoon?

     Todos voltean a verla, aún sin poder quitar sus rostros consternados. El nombrado levanta la mano, confundido.

—Kim SeokJin despertó, pregunta mucho por usted, dice que es urgente verlo ahora.

— ¿Segura que es a mí a quien quiere ver?

—Sí, puede pasar.

     NamJoon se gira y voltea a verlos a todos, preguntándoles con la mirada, pidiendo permiso, los demás están tan confundidos como él. ¿Por qué SeokJin querría ver a alguien que ni conoce en un momento tan vulnerable? Inundado de curiosidad e incertidumbre, NamJoon le quita el periódico a HoSeok y se dirige hacia adentro de la sala, seguido por la enfermera.

—Sígame, por favor —le pide la enfermera. NamJoon asiente y atraviesa un largo pasillo de cubículos cubiertos por cortinas azules, albergando dentro pacientes que se quejan, lloran, roncan y balbucean. El desagradable olor a hospital le hace escocer la nariz y los ojos, tiene que tallarlos un poco por la comezón. Al final del pasillo, se encuentra SeokJin acostado, viendo al techo, con los ojos rojos, el cabello revuelto y sus muñecas cubiertas por gruesas vendas.

     Al entrar al cubículo, la enfermera retrocede y cierra la cortina para darles privacidad. NamJoon empieza a sentir cómo su pulso se acelera. Ver a SeokJin vivo le produce mucha felicidad, pero también tiene miedo.

—Hola, SeokJin. ¿Cómo te sientes?

     Vaya pregunta estúpida, obviamente no está bien. SeokJin voltea lentamente su cabeza y encara a NamJoon, fijando su vista en sus ojos y arrugando el entrecejo. De pronto, empieza a llorar descontroladamente y a hablar entrecortado.

— ¿Por qué me hiciste esto? ¿Quién te dio permiso? ¡Te odio, maldito entrometido!

     El acusado empieza a llorar con él, deja el periódico a un lado, por ahora no necesita que SeokJin lo vea. Toma asiento en la silla al lado de la camilla y acepta cada insulto, cada mirada de odio, no puede culparlo por sentirse así. Se quedan inmóviles por varios minutos, sin decirse nada, hasta que NamJoon decide enfrentarlo. Levanta su cabeza y envuelve la mano herida de SeokJin entre las suyas, dándole pequeñas caricias a su piel que recuperó la calidez. Este no reacciona, solo lo ve fijamente con sus ojos llenos de dolor, odio y resentimiento.

—Solo hice lo correcto.

—No sabes cuánto te detesto... si ya estaba arruinado, ahora lo estoy más. ¿No pudiste simplemente dejarme morir y ya?

—Basta, SeokJin —le corta en seco los reclamos, pero mantiene la unión entre sus manos—. Escúchame bien y te lo voy a decir una sola vez, si hice lo que hice no fue porque tuviera opción, ¿cómo iba a dejarte morir así nada más? ¿Qué acaso no pensaste en los demás cuando te hiciste eso? SeokJin, yo...

— ¡Claro que pensé en los demás, estúpido! —le interrumpe, llorando y con su voz quebrada—. ¡Ni siquiera sabes por qué lo hice! ¡Yo lo hice por mis niños!

—Si sé por qué lo hiciste.

     El mayor se le queda viendo confundido, enojado. Quisiera expresar toda la furia que siente dentro, pero está tan débil aún que no puede siquiera elevar más el tono de voz.

— ¿De qué mierda estás hablando? —Le reprende—. No sabes lo que dices, NamJoon, no tienes idea de...

— ¿Esto te parece familiar? —Le muestra la portada del periódico donde se lee ese titular dedicado a SeokJin, quien aparta su vista al instante y llora más alto de lo que lo ha hecho hasta ahora. Lo peor, para él, no era haber sobrevivido, sino haberlo hecho para presenciar su derrota ante el mundo, estar ahí cuando todos lo empiecen a rechazar, estar vivo y quedarse solo. Su peor pesadilla se hizo realidad.

     SeokJin se queda completamente mudo después de un rato, NamJoon se sienta en el borde de la cama y le acaricia su cabello suavemente, mirándolo con tristeza. No puede creer nada de lo que está pasando, solo quisiera poder abrazarlo y decirle que todo está bien. No quiere pedirle explicaciones porque sabe que se sentirá juzgado, pero necesita hacerle saber que nadie que lo ame le va a importar su pasado. Siente esa terrible necesidad de hacer que se sienta a salvo, pero no sabe cómo, así que solo comienza a hablar lo primero que piensa.

—Escúchame, SeokJin —comienza a hablar en voz baja—. Ni a mí ni a los demás nos importa una mierda esto, ¿entiendes? Yo no te conozco lo suficiente, pero podría decir que eres lo suficientemente amado por los chicos, que sé que les va a importar una mierda, ¿y qué importa lo que piense el mundo? Que se jodan, tú eres más que lo que está escrito aquí, lo cual ni siquiera creo que sea verdad, es la versión de los escritores amarillistas de mierda que no tienen consideración por la gente, además le quita credibilidad el hecho de que las fotos estén muy borrosas y el informante sea anónimo. Todo esto es una mierda. ¿Entiendes lo que digo?

     Absoluto silencio, SeokJin no voltea ni se inmuta, solo permanece escuchando con la mirada perdida, dejando que NamJoon siga pasando su mano por su negro y fino cabello.

—Sé que me odias —continúa NamJoon—. Entiendo tus razones. No volveré a pararme en tu casa si así lo deseas, pero te diré una cosa: tal vez no estabas destinado a morir todavía, tal vez, si sigues aquí, si pude rescatarte a tiempo, fue porque aún tienes algo qué hacer en este mundo, aún no es momento de que te vayas. O al menos no de esa terrible forma. Tienes gente que te ama, SeokJin, tal vez ellos son la única razón ahora para permanecer con vida, no lo sé, pero la vida, el universo, el destino, dios, o no sé qué fuerza endemoniada te dio una segunda oportunidad, así que aprovéchala.

     NamJoon se levanta de la cama y lo mira una última vez, después se voltea, esperando ser detenido por SeokJin de alguna forma, pero el mayor se queda en completo silencio, ni siquiera se atreve a mirarlo cuando sale del cubículo.





JiMin

     El humor de hoy no es precisamente para preocuparse por la escuela. TaeMin y SeulGi me han estado llamando y enviando mensajes, preguntando por qué no llegué a la escuela, pero la verdad no tengo ánimos para responderles, me siento derrotado.

     La noticia de Jin me cayó como balde de agua fría anoche, cuando Nam me lo contó llorando, no podía creerlo. El dulce Jin que me recibió con reglas y cuidados excesivos cuando llegué, ese que me apapachó en mis malos momentos, me vistió, me maquilló y me llenó de seguridad, intentó quitarse la vida. Nada tiene sentido, no creo nada de lo que está en ese maldito periódico, no voy a creer eso por nada del mundo. Solo necesito ver a Jin hyung y abrazarlo mucho, cuidarlo como él me cuidó a mí, pero NamJoon tuvo el privilegio de verlo primero, solo espero que no lo odie, realmente esperaba que se gustaran y tuvieran una linda historia de amor, pero ya todo lo tendremos que dejar en manos del destino.

     Y hablando de destino...

     Mientras todos esperamos a NamJoon, yo comienzo a sentirme nervioso por otro tema. YoonGi no me ha dirigido la palabra en todo el rato que hemos estado aquí. Bebí mi café, conversé un poco con los chicos sin despegarme de él. Nada. Simplemente se quedó sentado, cruzado de brazos, viendo al vacío. Aunque, si lo pienso mejor, realmente yo tengo la culpa de que esté así. Por mí es que pasó la noche en vela, no lo culparía si estuviera realmente molesto conmigo ahora, quizá debí pedirle que se fuera cuando noté que estuvo cabeceando a eso de las tres de la mañana, o al menos que se fuera a dormir a su auto, si es que no quería irse.

     Y otra cosa que me confunde mucho, es que pasó de portarse tierno conmigo, a ser completamente indiferente. Incluso ayer en el cine lo noté raro, como si se hubiera arrepentido de invitarme a salir. Llegué a sentir que la película le desagradó y que mis pláticas lo aburrían. Ahora no solo me siento culpable por hacerlo pasar una mala noche, sino por no ser suficiente como para hacerlo sonreír o interesarse en lo que le quiero contar. Tal vez mis gustos sí son tontos, tal vez soy demasiado aburrido para él.

     Además... mierda, no puedo parar el caos que hay en mi cabeza. Tampoco puedo dejar de pensar en eso que vi, sin querer, debajo de su manga. No quise preguntarle nada en el momento porque todos estábamos en shock por Jin, pero lo que vi sin duda fue una cicatriz. No quisiera ser chismoso ni suponer cosas catastróficas, pero no lo puedo evitar.

     Volteo mi rostro y me le quedo viendo por unos segundos, su piel es blanca y suave como la cerámica, su nariz es redondita, sus ojos oscuros asemejan los de un gato y sus pestañas son pequeñitas y finas... A pesar de estar tan cansado por no haber dormido nada, luce tan hermoso y perfecto, nunca lo había visto detalladamente de cerca, ahora me puedo dar cuenta de lo apuesto que es en todos sus ángulos.

     Él a penas nota mi mirada, no responde. Con toda la vergüenza del mundo, decido romper el silencio entre nosotros.

—YoonGi...

— ¿Qué? —Responde con su voz plana de siempre. Mierda, está molesto. Está molesto y todo es por mi culpa.

— ¿Está todo bien? Anoche estabas muy diferente a comparación de ahora.

—Estoy bien, Park, solo estoy cansado.

—Si quieres puedes irte a dormir, hyung. Ya hiciste mucho por mí, Jin sobrevivió, no quiero molestarte más.

—No fue para mí una molestia, Park, lo hice con gusto —por fin hacemos contacto visual, me regala una ligera sonrisa. Luce cansado, tiene ojeras y sus labios están forzándose demasiado para no abrirse en un bostezo.

—Muchas gracias —sonrío para é y por fin me decido a preguntarle—. YoonGi, yo quisiera saber... ¿qué fue lo que le pasó a tu muñeca?

     La sonrisa forzada que YoonGi me ofreció al inicio, se esfuma como polvo en el viento. Sus ojos se oscurecen terriblemente y deja de mirarme, se voltea al otro lado. Algo dentro de mí empieza a doler, siento otra vez esa terrible punzada que va desde mi codo hasta mi meñique y se expande al resto de la mano, provocándome un nudo en la garganta e invadiéndome de ganas de llorar.

—Vamos afuera —se levanta rápidamente y me toma de la muñeca, jalándome hacia afuera donde el sol empieza a calentar y la luz lastima mis adormilados ojos. Volteo donde los chicos, todos se quedan viendo un rato y luego dejan de prestarnos atención. La puerta se cierra tras nosotros y YoonGi me lleva más lejos hasta que llegamos al estacionamiento, justo donde está su auto.

— ¿Dije algo malo? —Pregunto con nerviosismo. Él se recarga sobre el cofre de su auto y agacha su cabeza, cruza sus brazos y suelta un largo suspiro antes de volver a mirarme y dirigirme la palabra.

—No, JiMin, no dijiste nada malo.

—Entonces, ¿puedo saber lo de tu brazo o no?

— ¿Ya llevaste clases de neuroanatomía, JiMin? —Me pregunta. Bien, eso me confunde, ¿a qué viene esa pregunta? Me está desviando el tema y no me agrada.

—No, pero me gusta curiosear sobre esos temas, leo artículos y veo videos sobre esos temas de vez en cuando.

— ¿Sabes cómo se le llama coloquialmente a la 5-HT?

— ¿Te refieres a la serotonina? —No estoy entendiendo nada, quiero golpearlo por confundirme con su repentino cambio de tema, no estamos en la escuela, joder.

—Esa misma.

—No entiendo hacia dónde va tu pregunta.

—Te diré que, probablemente, en estos días puede que las sustancias de la felicidad estén funcionando moderadamente bien, lo presiento porque usualmente no lo hacen porque tengo depresión.

     Espera... ¿qué mierda? ¿Depresión? Me quedo atónito, ¿por qué carajos me está diciendo eso? ¿Será que ya confía en mí suficiente para decirme algo tan delicado?

— ¿Depresión?

—Sí, JiMin, y te diré que, de no ser por ti, probablemente mi química cerebral seguiría igual de jodida que antes, siento que algo cambió en mí. De alguna forma sacudiste mis neuronas.

—No entiendo, ¿puedes ser más claro?

—No puedo ser más claro porque odio explicarle estas cosas a la gente, tendrás que descifrarlo por ti mismo porque no pienso decirte más.

— ¡Pero, YoonGi! Explícame un poco más.

—Debo irme, JiMin. Mi padre me habló furioso porque no llegué anoche, además muero de sueño, probablemente dormiré todo el día.

     Maldita sea, se va a ir así nada más, sin explicarme nada. No entiendo, estoy demasiado confundido y adormecido como para saber de lo que habla. ¿Por qué jodidos me habla en clave y de esa forma tan intelectual? No puedo negarlo, me encanta que sea tan inteligente y pueda explicar científicamente lo que le pasa, pero ahora no estoy suficientemente lúcido como para entender la química del cerebro.

— ¿Por qué te vas a ir sin explicármelo? ¡No, no, no! —De pronto me doy cuenta del berrinche que estoy armando, pero me importa un carajo.

—Porque quiero y puedo, JiMin-ah —esboza una linda sonrisa, toma mi barbilla entre su blanca y suave mano, me da un ligero apretón. Dios, esa sonrisa está acabando conmigo. Tengo ganas de besarlo, quiero abrazarlo tan fuerte como lo hice anoche, lo necesito conmigo ahora. Pero me contengo, no puedo besarlo en los labios así como lo hice con JungKook, es demasiado rápido.

—Bueno, está bien, ve a descansar —finalmente dejo de luchar para que me explique.

— ¿Por qué te pones tan rojo, Park?

     Mierda, no me di cuenta cuando empecé a sonrojarme, ¡maldita sea!

—Este, yo...

—Después me explicas, tengo que irme ya. Saluda a SeokJin de mi parte, me alegra que ya esté mejor. Nos vemos mañana en la escuela, supongo.

     Me quedo mudo y lo sigo con la mirada mientras rodea el auto para subirse. Apenas enciende su auto, la música pesada comienza a sonar, como siempre. Saca su mano por la ventana y me dice adiós, le correspondo el gesto sin dejar de mirar fijamente su rostro a través del parabrisas. Se va de reversa y conduce por la larga avenida hasta que no puedo verlo más.

     Me quedo ahí, de pie mirando al vacío, con el corazón vuelto loco y unas terribles náuseas invadiéndome.

     ¿Qué mierda fue todo esto y por qué siento el estómago tan revuelto?





YoonGi

     Es oficial, perdí la cabeza. Necesito ir a hablar con la única persona que me podría dar un consejo a pesar de tener un CI casi rozando el rango de limítrofe. BaekHyun. Es un idiota, pero cuando se trata de estupideces sentimentales, él siempre me ha servido de ayuda.

     Ha sido mi amigo desde mi desastrosa fiesta de novatos y, hasta ahora, es el único ser humano fuera de mi familia al que tolero y le tengo aprecio real, excepto cuando le estoy enseñando, por eso empecé a cobrarle con café. Mi paciencia tiene un precio alto que no se paga con solo ser amigos.

     Pero ahora, el motivo de nuestra reunión de emergencia en el café de siempre, no es para estudiar, sino porque me urge sacar esto de mi sistema para entenderlo.

—Repíteme lo que le dijiste —exige BaekHyun mientras le da vueltas a la crema de su frappé con la cuchara.

—No, ya lo escuchaste una vez, no lo diré de nuevo.

—Prácticamente le dijiste "me gustas", pero a tu típica manera sabionda y arrogante.

— ¡Ya lo sé! ¿Y ahora qué mierda hago?

—Primero dime una cosa, ¿te gusta?

— ¡No lo sé, mierda, no lo sé!

—Tienes que saberlo, si no, solo estás jugando con el pobre chico.

—Él es quien juega conmigo, Tocino idiota, ¿no lo entiendes?

— ¿Y cómo es eso? Prácticamente tú lo has hecho todo desde que se conocen, tienes más poder sobre él de lo que imaginas.

—No me refiero a eso, sino a que algo tiene el bobo que me hace sentir cosas que creía muertas.

     Mientras le cuento, me siento cada vez más tembloroso cuando pienso en lo que pasó anoche. Lo del intento de suicidio del tal SeokJin movió muchas emociones en mi interior, y ver cómo Park sufrió debido a eso, cómo me mostró su vulnerabilidad, me impulsó a querer cuidar de él, justo como cuidaron de mí cuando quise morir. De alguna forma empecé a sentirme bien haciéndolo, incluso tenerlo abrazado de mí como un jodido koala me pareció cómodo, como si encajáramos bien.

     Mierda, ¿por qué ahora? No tiene sentido, no recuerdo la última vez que me sentí así por una persona. Tengo miedo, preferiría encerrarme en mi cuarto y no salir nunca a tener que enfrentar lo que me está pasando, pero ya la regué, el chico Park ya tiene razones para seguir hablándome y molestándome con su tierna vitalidad.

—Deberías decírselo claramente, YoonGi.

—Ni siquiera me gustan las relaciones, son una pérdida de tiempo y te quitan mucha libertad.

— ¿Qué libertad quieres conservar, YoonGi? ¿La sexual? Por dios, ya ni se te ha de parar de tanto que tienes sin usarla.

—Eres un pendejo, BaekHyun, no debí siquiera hablarte sobre esto.

—Creo que hiciste lo correcto, siempre tienes problemas con tus emociones, hermano. Mi consejo es este: si te gusta, díselo. Ya te arriesgaste a decírselo a tu manera, ahora hazlo de una forma que él lo entienda. Pero si sólo lo vas a ilusionar y no vas a poner de tu parte, mejor rómpele el corazón una sola vez siendo claro.

—Mi intención no es la de ilusionarlo, sí me gusta, el problema es que no sé cómo acercarme.

— ¿Qué tal una cita? Una real, el cine no cuenta porque no puedes hablar, necesita ser en un lugar donde puedan estar de frente y conversar, conocerse más.

—Bueno, creo que no suena tan mal. ¿A dónde lo llevo?

—A donde quieras, menos al motel o a tu casa, eso déjalo para después.

     Me da un poco de risa su comentario, ya no me siento tan confuso sobre el siguiente paso. Tal vez BaekHyun tenga razón, tal vez sí debería ser claro con JiMin y decirle lo que realmente pasa conmigo.

     Anoche, mientras lo tenía descansando en mi hombro, me le quedé viendo tanto tiempo que se me hizo terriblemente tierno. Esos labios gorditos y brillantes, esa nariz delgada, esos ojos que se pierden cuando se ríe, su cabello negro cubriendo su frente, joder, realmente tiene un rostro hermoso y angelical. Y él es terriblemente inocente e infantil. Digo, no es como que me guste mucho estar con alguien así, pero la ternura que me causa verlo puede hacer que soporte sus aburridas pláticas sobre la literatura basura.

     Y su abrazo... por los siete infiernos, su cuerpo se sintió tan bien al amoldarse al mío, tan delgado y frágil, como si necesitara ser cuidado eternamente, como un cachorro sin madre que busca amor desesperadamente.

     Me gusta, lo admito. Me gusta, pero no sé qué tan lejos podré llegar. Ni siquiera sé si me gustará dentro de unos años, o si me gustará suficiente como para poder besarlo. Me gusta, pero no sé si quiero una relación. Odio la etiqueta de "novio", siento que de alguna forma te asfixian, te poseen, te quitan tu libertad de hacer todo lo que quieres.

     Además, no sé si él sea completamente capaz de entender mi situación. Tengo un tipo de depresión algo resistente que va y viene desde que tengo doce años, tomo medicamentos de manera intermitente desde los quince y estos tienen efectos desagradables en mí, especialmente cuando me los cambian o dejo de tomarlos por un tiempo. A veces estoy de mal humor, a veces no duermo, otras veces me duele el estómago como si se me fuese a salir por el culo en cualquier momento. Otras veces duermo demasiado y tengo tantas náuseas que me es difícil levantarme por las mañanas, por lo que voy de malas a la escuela la mayoría de los días. Él no podrá comprenderlo.

     Tengo miedo incluso de mostrarle cómo soy, porque tengo una forma de pensar que va en contra de muchas cosas que son "políticamente correctas" en este mundo, cosas que a la mayoría de la gente no le gustan y toman mi actitud demasiado mal, por eso nunca le cuento a nadie sobre mí. Las únicas personas que saben sobre mi depresión son mi familia, el tocino idiota, el psiquiatra... Y ahora, Park JiMin.

     No sé si estoy listo para esto, siento que si me acerco y me muestro como soy, sólo terminaré por destruirlo y destruirme, ¿o realmente podré hacerlo feliz? No lo sé, ya no tengo idea de lo que estoy pensando o haciendo. Supongo que sólo tendré que hacer lo de siempre: dejarme llevar y esperar a que pase algo.



Perdón por estar como kdrama de esos donde se besan en el capítulo 100, ggg, es que esto necesita un desarrollo, no todo en la vida es nomás coshadera y ya, amistades.

AgustDina

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