﴾17. Amigos﴿




JiMin

     Cuando la cena terminó, era tarde, por lo que JungKook se quedó a dormir en el sillón. Jin tuvo que llamarle a su mánager para avisarle que se quedaría, para evitarle problemas, así que todos quedaron contentos, excepto yo. Cuando subí a terminar mi tarea, todavía sentía que había algo más por resolver, así que me tragué mi vergüenza por ser demasiado sentimental y fui a hablar con Jin a su cuarto.

     Le expliqué que con JungKook aquí, me sentía como si no encajara, como si no hiciera falta ya que Kookie había regresado y parecía volver a integrarse bien con los demás. Fueron demasiadas emociones, no sé por qué soy tan inseguro y me da miedo no agradar a las personas, especialmente a Jin, no solo porque la renta que me cobra es ridículamente barata, sino porque lo aprecio demasiado como para causarle problemas a propósito.

     Y él, tan cariñoso y comprensivo como siempre, me abrazó y me explicó que ahora soy parte de la familia. Que a pesar del conflicto que hubo con JungKook, las cosas parecían ir mejorando y fue muy claro al decirme que quería que todos fuéramos amigos, porque los amigos son la familia que uno escoge y si no tenemos eso, no tenemos nada, pues incluso tu familia biológica puede darte la espalda en cualquier momento.

—Tal como me pasó a mí, como le pasó a JungKook —recuerdo bien esas palabras, pero no quise preguntarle más sobre su pasado y su familia porque sé que es algo doloroso para él, por la forma en que lo dijo con sus ojos casi llorosos.

     Entonces, pude irme a la cama con mucha más tranquilidad de saber que estoy en el lugar correcto, con las personas adecuadas. A pesar de que llevamos poco tiempo viviendo juntos, se siente como si hubieran estado siempre conmigo.



YoonGi

     Ya estoy hasta la madre de esto. Cada vez es más molesto y no encuentro una solución. ¿Por qué Park JiMin sigue atormentándome con su presencia en mi cabeza? Ya estoy harto de seguir preocupándome por haberlo tratado mal la semana pasada en mi auto.

     Hice el intento, juro que sí. Durante el resto de esa semana, intenté acercarme, contestarle los saludos. A veces me lo encontraba por casualidad en los pasillos, otras veces yo mismo lo buscaba, revisando su horario en el tablero de anuncios para saber en qué edificio iba a estar, pero por más que quise acercarme para hablar con él y disculparme o al menos mostrarme agradable, no pude.

     ¿Por qué me sigue preocupando? No puedo sacármelo de la cabeza, es tan jodidamente molesto. No solamente los efectos secundarios de la medicación me están impidiendo pensar bien, sino que toda mi atención se dirige a crear escenarios fantasiosos de mí mismo acercándome a JiMin para hablar con él. Trato de pensar que no lo merece, que solo es un niño llorón, simple, superficial y demasiado rosa para mi gusto, incluso dudo que pueda entender la profundidad del libro que le presté; pero no puedo dejar de sentir lástima por él y también pensar en lo bonito que es.

     Tiene una linda sonrisa, ¿y qué? No impresiona a nadie, cualquiera con maquillaje podría lucir como él, hasta yo. Tiene un buen culo, ¿y qué? Hay otros con mejores nalgas. Escucharlo reír a lo lejos me da escalofríos y pensar en él me provoca un nudo en el estómago, casi hasta hacerme vomitar. O tal vez son las náuseas producto de la medicación, no lo sé.

      ¿Y qué es lo peor de todo? Que justo anoche, a mis jodidos veinte años, tuve un maldito sueño húmedo, cosa que creí que ya había superado, no me pasaba desde los doce. Desde que tengo depresión y estoy bajo medicamento, mi deseo sexual ha oscilado entre estar muerto y enterrado tres metros bajo tierra, a dispararse como si fuera un maldito perro en celo. ¿Y lo peor, peor, peor de todo esto? Que ese jodido sueño húmedo fue con el idiota de Park JiMin. Estábamos en mi cama, o al menos eso recuerdo, y me lo cogía tan duro que el idiota clamaba por más y estaba llorando de lo mucho que le gustaba. Amanecí asqueado y confundido, pero al menos no me sentía hecho mierda al igual que otras mañanas desde los últimos cinco años. ¿Está haciendo efecto finalmente el medicamento? No tengo la más mínima idea, pero al menos no me siento como los días anteriores. Sin sueño y hasta con ganas de ir a la escuela. Supongo que solo fue debido a los efectos fisiológicos que vienen después de un orgasmo. La liberación de esos químicos en mi cerebro, los cuales creía muertos, me ayudó a amanecer menos jodido que otros días.

     No solo el asunto de Park me tiene enfadado, también hay otra cosa. Durante todo el día en la escuela han estado hablando sobre la jodida fiesta de novatos del viernes, tanto que lo único que pude hacer para evadir la monotonía de las conversaciones a mi alrededor, fue ponerme mis auriculares y correr todo el Back in Black hasta que casi me sangraron los oídos, pero ni eso funciona porque el idiota de BaekHyun se sienta frente a mí y me quita los audífonos para sentarse a conversar sobre la jodida fiesta y sus tutorías. Solo le doy por su lado con lo del estudio, pero sigue insistiendo con el otro tema.

—Tienes que ir.

—No, tengo cosas más importantes qué hacer.

— ¿Como masturbarte viendo porno gay? —El idiota suelta una risa burlona, escupiéndome un poco en la cara. Puede que haya amanecido con menos ganas de morirme, pero aún me molesta a insistencia de las personas.

—Al menos es más entretenido y no tengo que interactuar más que con mi gorda verga. Además, sabes bien por qué no voy a esas fiestas.

—Lo sé, pero ya ha pasado bastante tiempo, la gente ni lo recuerda.

— ¿No lo recuerda? Tu presencia es el recordatorio constante de lo que pasó esa noche, no se necesita publicarlo cada día en un tablero de noticias, todos lo recuerdan. No iré.

—Ve conmigo, anda, necesitas salir a divertirte un poco.

—Tu concepto de diversión es abismalmente diferente al mío, no iré. Punto.

— ¿Ni siquiera por ese chico de primero?

— ¿Quién?

—Ese que tenía el cabello naranja, el que me contaste que llevaste a casa porque se perdió.

— ¿Y por qué iría a la fiesta solo por él?

—He visto cómo te mira, Yoon, tal vez tú estés muy ciego, pero yo no. A lo mejor lo que necesitas es un culito de primer semestre para que se te quite lo amargado.

—Lo que necesito es que cierres el puto hocico o lo haré yo, a golpes.

—Piénsalo, tienes hasta el jueves porque vamos a organizarnos para comprar algunas cosas. Quizá si vas puedas intentar conversar con el chico, conocerlo un poco, se nota desde lejos que le gustas.

—Si tanto quieres que alguien se ligue al mocoso ese, hazlo tú. No iré, punto.

     Enfadado, me levanto de la mesa, dejando mi almuerzo a medias. De todas formas no tengo hambre por las náuseas, así que me alejo lo más rápido que puedo, pero en cuanto pongo un pie fuera de la cafetería, lo primero que veo es al jodido Park caminando hacia el edificio con sus dos amigos. Antes de que me vea, desvío mi camino rápidamente. No tengo el humor para saludarlo hoy, a pesar de que noto que se ve bastante bien. ¿Cuándo fue que se pintó el cabello? El color negro le sienta bastante bien, al igual que esos lentes que son bastante parecidos a los míos.

     Encuentro un lugar vacío, detrás del laboratorio, así que me refugio tirándome en el pasto para calmarme, siento mi corazón algo acelerado. Malditas taquicardias, maldita medicación psiquiátrica. ¿Por qué me sentí así de pronto? ¿Fue cuando vi a Park? ¿O antes cuando Baek me insistió de la fiesta? Soy tan patético.

     Para distraerme un poco, enciendo mi teléfono y me meto a las redes sociales, cosa que realmente no hago a menudo, pero de vez en cuando me calma un poco mirar otras cosas en lugar de contemplar mi miserable existencia. Cuando entro a Facebook, encuentro que tengo varias solicitudes de amistad, pero ninguna me llama tanto la atención como la de que dice "Park JiMin". Mi corazón permanece acelerado al ver su nombre ahí. ¿Qué mierda? Jodido niño, seguro se metió a mi perfil a fisgonear. Me quedo mirando la pantalla por algunos segundos, pensando si debería aceptarla o rechazarla, quizá bloquearlo. Tras estar como imbécil contemplando la pantalla, finalmente tomo mi decisión.

     Bueno, quizá acabo de condenarme a mí mismo.



JiMin

     Estoy aburrido en mis clases de estadística, casi quedándome dormido, pero si cabeceo aunque sea un poco estoy seguro de que el maestro me pondrá alguna amonestación en mi calificación, así que aunque esté perdido ya de lo que está pasando en el pizarrón, saco mi teléfono discretamente y entro a Facebook para evitar quedarme dormido.

     Y lo que veo hace que casi quiera saltar de mi asiento. No. Puede. Ser. ¿Estoy soñando? ¿Debo pellizcarme fuerte para averiguarlo? ¡No puedo creerlo! Estoy más que eufórico, enloquecido, maniático, no puedo describir lo feliz que me siento. ¡YoonGi me aceptó en Facebook!

—Oye, ya baja ese teléfono y pon atención, el profesor Lee te va a ver —me regaña SeulGi, pero yo solo puedo mirarla con una sonrisa tremendamente boba, ella me pide explicaciones con su cara de "¿qué mierda pasa contigo?"

     Yo solo niego con mi cabeza, haciéndome el tonto por dos razones: no le he contado a mis amigos que soy gay y tampoco les he dicho que me gusta YoonGi. Probablemente tendré que contárselos en algún momento, pero aunque ya me sienta en confianza con ellos, todavía no puedo hablar mucho de mi orientación en la escuela. A pesar de que a mi alrededor he notado cierta clase de diversidad, aún me cohíbe un poco pensar en abrirme así, a pesar de que al inicio me sentía como una mariposa libre.

     Finalmente me trago la emoción y SeulGi me ignora, pero por más que trato de concentrarme en la clase, mi mente se regresa una y otra vez a ese momento en que vi la pantalla de mi teléfono. Estoy un paso más cerca de conocerlo, no puedo pensar en otra cosa, solo quiero meterme en este mismo momento a su perfil para revisar todo lo que pueda, cualquier pista de lo que le gusta, de cómo es él, por ahora es la única guía que tengo para vencer mi timidez y decidirme a tener otra conversación con él, no solo los saludos casi nulos que me da, seguramente por su timidez.

     Cuando la clase termina, por fin mi día escolar está concluido, gracias al jodido cielo porque ya no podía soportar otra hora más, mis dedos pican ansiosos por revisar el perfil de YoonGi. Sin embargo, antes de que pueda ponerme la mochila en la espalda para irme, SeulGi me detiene.

— ¿Ya me vas a decir qué te tenía tan distraído en clase? A penas y anotaste lo que el profesor decía.

—Nada, no es nada importante, solo... solo que actualizaron el manhwa que estoy leyendo y ya quiero volver a casa para leerlo.

—Bueno, si tú lo dices —me pongo rojísimo ante la cara de sospecha que pone, claramente no me cree y Taemin está demasiado ocupado luchando por meter sus cosas a la mochila, por lo que ni siquiera me presta atención.

—Bueno, chicos, nos vemos más tarde, eh, digo, nos vemos mañana, debo irme ya, Jin hyung ya es... está esperándome afuera, iremos a hacer la despensa.

     Estúpido JiMin, estúpida tartamudez, qué estúpido soy. ¿Por qué no puedo mentir bien? Como sea, necesito huir lo más pronto posible, así que me despido de ellos sin detenerme a ver sus reacciones porque seguro quedé como un imbécil. ¿Qué Jin vino por mí? ¡Si ya les he dicho muchas veces que trabaja todo el día!

     Ush, como sea, ya no quiero seguir pensando en eso. Acelero mi paso rumbo al estacionamiento para tomar el autobús cruzando la calle, así me veré menos sospechoso que si lo espero en la entrada principal. Todavía siento mis mejillas terriblemente rojas y el corazón acelerado, pues no puedo dejar de sentirme culpable por mentirles a mis amigos con algo tan estúpido, todo por no poder contarles todavía sobre lo que soy.

     Y por estar de distraído, acabo chocando con alguien casi de frente, a penas logro mantenerme de pie, me apoyo del auto más próximo, pero la persona con la que choqué terminó en el piso y...

— ¡Maldito Park, fíjate por dónde caminas!

— ¡YoonGi, perdón!

     Por si no fuera suficiente la vergüenza de mentir, ahora tiré y lastimé justamente a la persona en la que no dejo de pensar. Me agacho para ayudarle a levantarse, pero él rechaza mi mano. Sus libros, bolígrafos, marcatextos y su celular están tirados en el suelo, así que en lugar de levantarlo, le ayudo a juntar las cosas.

—No puede ser que cada que te vea estés cometiendo una torpeza, Park, tienes muy mala suerte, más vale que no sea contagioso.

—Perdón, fue un accidente, juro que no te vi.

—Eso es evidente —se levanta y sacude sus rodillas, acomoda sus lentes y me mira con desprecio mientras recoge sus cosas también.

—Perdón —estoy rojísimo otra vez, nervioso porque no hago más que quedar mal frente a él. ¿Por qué no puedo solo agradarle y ya? ¿Por qué tengo que ser tan estúpido?

—Ya, tranquilo, no es para tanto —siento su tono suavizarse un poco, entonces me atrevo a mirarlo y le entrego sus cosas lentamente.

—Claro que lo es. ¿Te lastimaste? Déjame acompañarte a la enfermería para que te revisen.

—Tranquilo, en serio, caí sobre mi mochila, estoy bien —toma sus cosas de mis manos, al tenerlo así de cerca, siento algo extraño entre nosotros. Su expresión es plana como la del día que me llevó a la escuela, pero en sus ojos hay algo más.

—Bueno, me alegra que no te hayas hecho mucho daño. ¿Ya terminaron tus clases?

—Sí, ahora voy a casa. ¿Y tú?

—También.

     Ambos nos quedamos mirando fijamente por un par de segundos, como esperando que el otro diga algo, quizá quiere que me esfume o algo. Ya no me ve con desprecio, al menos.

— ¿Te llevo o qué es lo que estás esperando?

— ¿Qué? ¡No, no! No es eso, solo, eh... nada, solo me alegra verte, no hemos hablado mucho desde la semana pasada. Eh... ya estoy por terminar el libro que me prestaste.

     Él se me queda viendo en silencio, como si quisiera ver a través de mí, lo cual me pone nervioso, pero hay algo en su mirada que me hace sentir extrañamente atraído.

—Tal vez pronto estés listo para otro, si quieres te puedo traer algunos y eliges el que más te llame la atención.

— ¡Claro! Me encantaría —quizá me emociono de más—. Bueno, me voy a casa, nos vemos mañana, supongo, en los pasillos.

—Espera —toma mi hombro delicadamente en cuanto trato de darme la vuelta—. Creo que fui un poco grosero contigo. ¿Quieres que te lleve a tu casa?

—Hyung, no quiero ser una molestia.

—Para nada, me queda de paso, vivo a cinco minutos de tu casa. ¿Vienes? Me está empezando a molestar el calor.

—Sí, vamos —jodidamente emocionado, camino tras él conteniendo las ganas que tengo de saltar. ¡No puedo creerlo!

     Esta... esta es otra señal. Pude haber chocado con cualquier otra persona que estuviera en mi camino, pero justo con la persona que choqué fue YoonGi. La persona que la semana pasada me vio a lo lejos y decidió llevarme a la escuela, fue YoonGi. La primera persona que conocí cuando llegué a la escuela, fue YoonGi. Quien estuvo a mi lado cuando me decepcioné en mi primera cita, fue YoonGi. Todo estuvo claro desde el principio. Es él.

— ¿Vas a ir a la fiesta de novatos? —me pregunta en cuanto nos subimos al auto.

—Sí, ya tengo listo lo que usaré. ¿Tú irás?

—No soy un novato.

—Sí, pero se supone que la fiesta es para que los estudiantes de mayores grados celebren con nosotros la entrada a la Universidad.

—Eh... —se ríe con algo de sarcasmo, por lo que veo—. Bueno, dejaré que te desilusiones por tu cuenta, solo ten cuidado con lo que bebas.

—Sí, Jin hyung me advirtió sobre eso. ¿Tan malo es?

     Él enciende el auto y nos incorporamos a la avenida, me siento todavía algo nervioso, mis brazos están tomados de las orillas del asiento, como si tuviera que salir corriendo. Quizá solo estoy ansioso por agradarle a YoonGi.

—No es malo, la fiesta podría ser divertida, pero te aconsejo que no bebas más de la cuenta. Los de semestres más avanzados suelen ser... pesados.

— ¿Tu fiesta de novatos fue muy pesada?

—Vi que me agregaste a Facebook —me cambia el tema drásticamente, tomando una respiración algo agitada, como si el tema de la fiesta le aburriera o como si... como si yo le aburriera con mis temas de conversación.

—Sí, gracias por aceptarme. Tu perfil apareció en las sugerencias, supongo que Facebook nos espía o algo así.

—No es nada, solo es Facebook —se encoge de hombros, no hallo la manera de conversar más con él, pareciera que todo le da igual. ¿O soy yo?

—YoonGi, eh, ¿yo te agrado? —mis nervios me obligan a decir lo primero que me llega a la mente, pero de inmediato me arrepiento.

—Claro, si no lo hicieras no me hubiera ofrecido a llevarte a casa. ¿Por qué la pregunta?

—No lo sé, solo que tengo la sensación de que no soy muy agradable para ti.

—Solo eres muy ruidoso —se ríe, finalmente veo en él una risa más genuina—. Pero me caes bien, Park. No te tomes a mal mis silencios o mis caras, en general las personas me aburren y las evito, pero al parecer no eres como las demás personas.

— ¿Por qué dices eso? —quiero gritar, quiero gritar, quiero gritar.

—Porque te traté mal el día que te traje a la escuela, a penas te estuve regresando los saludos y de todas maneras fuiste amable conmigo hoy. Yo en tu lugar, me hubiera pateado a mí mismo la mochila muy lejos y tirado los cuadernos a la basura. Pero en cambio me ayudaste.

—Bueno, no podía dejarte ahí tirado, fue mi culpa. Además... se supone que somos amigos, ¿no es así?

—Claro, había olvidado que en eso quedamos. ¿Ves? Soy un mal tipo y de todas maneras me sigues considerando tu amigo. Eso no lo hace cualquiera, por eso me agradas.

—No eres mala persona. Mi mamá siempre me ha dicho que debemos dar el beneficio de la duda a las personas. Además, no está bien juzgar desde la primera impresión.

— ¿Y cuál fue tu primera impresión de mí?

—Que eras un poco gruñón —él ríe, de verdad... ¡Está riéndose por algo que dije! Maldita sea, su sonrisa... es preciosa.

— ¿Y ahora qué piensas de mí?

—Eres amable —contesto sin pensarlo, también con una sonrisa en mi rostro—. Yo puedo ver que... que te preocupas. Si no hubieras aparecido ese día en el café, probablemente hubiera llorado mucho más de lo que lloré. Tu visita inesperada mejoró bastante mi día.

—Es raro escuchar a alguien decir esas cosas de mí, pero gracias —ahora su sonrisa es una suave mueca, pero sigue siendo hermoso.

—Yo soy así, me gusta decir esas cosas a las personas que me agradan.

—Lamento haberte hablado mal antes —otra vez cambia el tema, pero no me molesta en absoluto—. Es que a veces... a veces tengo días muy malos y realmente no quiero que nadie me hable o se me acerque, ni siquiera mi familia.

—Lo entiendo —a pesar de que no es del todo cierto, porque eso a mí no me pasa, intento comprenderlo—. Pero no te preocupes, no dejarías de ser mi amigo solo por tener un mal día, todos tenemos días horribles.

—Eres un mocoso muy peculiar, me agrada —entonces, saca su teléfono y me lo entrega, yo me quedo viéndolo con cara de duda—. Tu número, pásamelo. Los amigos se pasan los números de teléfono, ¿no es así?

—Es cierto —tomo el celular ya desbloqueado por él y con bastantes nervios, lo anoto y de ahí mismo me hago una llamada—. Listo, ahora subimos el nivel de nuestra amistad.

     Ahora tengo su número de teléfono. MALDITA SEA, TENGO SU NÚMERO DE TELÉFONO. ¡NO TENDRÉ QUE SOBREVIVIR DE LAS MIGAJAS DE SUS REDES SOCIALES!

—Llegamos —señala él tras recoger su celular cuando se lo entrego, ni siquiera me había dado cuenta de que estábamos ya en mi casa.

—Muchas gracias por traerme —sonrío como un maldito idiota, no puedo evitarlo, estoy que quiero gritar.

—No hay de qué. Si quieres puedo traerte a casa cuando salgamos a la misma hora. No tengo problema.

—Solo si no te causa molestia, realmente no quiero molestarte.

—Ya te dije que no me molesta, acepta o entonces sí me pondré gruñón.

—Está bien —suelto un enorme suspiro, no hallo como salir de este auto, no quiero bajarme, quiero quedarme viendo su hermosa sonrisa otro rato más.

—Nos vemos mañana.

—Hasta mañana —me bajo del auto, pero dejo la puerta abierta un momento—. ¿Puedo decirte algo?

—Dime.

—Si tienes días malos y quieres hablar con alguien, llámame. Para eso están los amigos.

—Lo pensaré, Park. Ahora largo, tienes tarea qué hacer —aunque su voz suena ruda, ríe, esta vez mostrando sus bonitas encías rosadas.

—Tú también, adiós, gruñón —hago una mueca de desagrado hacia él, jugueteando y riendo.

     A penas él se va, yo siento la euforia acumularse en mi garganta y entro corriendo a casa. HoSeok está haciendo tarea en la mesa de la cocina y Taehyung está jugando videojuegos, pero detienen lo que están haciendo cuando me ven y preguntan por mi enorme sonrisa. Entonces es cuando puedo sacar lo que traigo atorado.

— ¡YOONGI ME PASÓ SU NÚMERO DE TELÉFONO!



Pregunta para mis lectores viejos: ¿les están gustando estos capítulos reconstruidos?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top