﴾16. Un cambio﴿
JiMin
— ¡Dios, JiMin, de verdad discúlpame! —Jin está llorando de risa, al igual que HoSeok por la tremenda sorpresita del tinte.
— ¡Al menos no te tocó un jodido tinte azul o verde! —Se burla HoSeok y ambos están que no pueden contener las lágrimas, se tiran en el sillón y yo termino por contagiarme de su risa, me tiro sobre los dos y finjo que peleo con ellos por un buen rato, hasta que el ataque de risa nos deja exhaustos en el sofá, tirados y recuperando el aliento, sobando nuestras barrigas por lo mucho que duelen.
—Aunque nos haya fallado el color, yo creo que te ves muy bien —dice HoSeok tras reponerse de la agitación.
— ¿De verdad lo crees? Tengo mucho tiempo sin usar mi color natural, me siento un poco extraño.
—Claro que te ves precioso, incluso tu cara se ve más joven con ese color oscuro, eres muy bello y todo lo que usas te queda bien, ni te quejes.
—Gracias, Jin hyung —a decir verdad, me apeno un poquito porque no estoy tan acostumbrado a recibir cumplidos, pero si ellos dicen que me veo bonito, les creo.
—Así como quedaste, seguro que le gustarás sí o sí tal YoonGi.
—Eso espero o tendré que disfrazarme de taza de café para llamar su atención —bromeo un poquito, ellos también hacen bromas de ese tipo, me hacen sonrojar bastante diciendo que si YoonGi no gusta de mí es porque seguramente ha de ser ciego, pero yo solo me río.
No me considero en general tan bonito, a veces siento que la gente exagera cuando halaga mi belleza, así que solo dejo que ellos me mimen un poco más mientras vemos una película, dejando de lado cualquier tema que genere incomodidad, pasamos nuestra noche de viernes en paz y tranquilidad.
Finalmente, cuando estoy a solas en mi habitación, me siento frente al espejo para peinar mi cabello antes de acostarme. Supongo que este color no se trata de un simple accidente, tal vez es otra señal de que debo dejármelo así por alguna razón, ¿no? Es decir, yo no creo en los accidentes, más bien pienso que todo pasa por una razón, es cosa de destino. Así que, aunque yo quería mi cabello de color rojo, este nuevo yo quizá debe traer el cabello negro por una razón.
—Muy bien, JiMin, dime hasta qué línea alcanzas a ver.
—Hasta la tercera.
— ¿Y ahora? —El optometrista aumenta un lente más en el aparato.
—Ya puedo verlas todas, solo la última es un poco confusa.
—Bien, la prueba ha terminado. Parece ser que sí tienes un grado de miopía y astigmatismo, vas a necesitar lentes.
Malas, no, pésimas noticias.
Después de clases tuve que ir a hacerme una prueba de vista obligatoria debido a que mis profesores han notado que ni sentándome al frente de la clase alcanzo a ver bien, eso los exaspera, así que me tuvieron que canalizar al especialista que cubre mi seguro médico escolar. Ya había tenido problemas de la vista antes, pero nunca significó un problema como ahora, así que no me quedó de otra.
Papá casi se infarta cuando le dije que necesitaba lentes y que desde hacía un par de años que no veía bien, me regañó por descuidar mi salud y bla bla bla, sermones de padres. Una vez terminada la prueba, salgo del consultorio donde me evaluaron y me dirigen a escoger un armazón. Me pruebo varios, pero ninguno me convence. Los cuadrados no me gustan, los ovalados tampoco. Entonces mi atención se dirige a unos redondos de armazón plateado que me agradan bastante.
— ¿Qué tal estos, noona? —Le pregunto a la chica que me está mostrando los armazones.
— ¡Te ves adorable! —expresa con un poco de exageración, yo sé que no es cierto porque le pagan para que venda los armazones, pero al verme mejor en el espejo, logro sentirme bonito con este tipo de lentes.
—Me los llevo —ella toma el armazón y los lleva a la habitación de atrás para graduarlos.
Después de casi una hora de espera, están listos. Tras pagar, salgo ya con mis lentes ya puestos. No me había dado cuenta de lo jodida que tenía mi vista hasta ahora que me los puse. Todo se ve más nítido, los letreros, los edificios, hasta los postes de la luz. A pesar de ser algo incómodos, me agrada poder ver mejor, supongo que me tengo que resignar.
Al caminar para tomar el autobús rumbo a mi casa, paso por una tienda de ropa y accidentalmente me topo con mi reflejo en el aparador de vidrio. Me quedo mirando un rato, tratando de descifrar por qué de pronto mi apariencia me parece tan familiar. Entonces me doy cuenta: cabello negro, lentes redondos... ¡Igual que YoonGi! ¿Por qué no me di cuenta antes de elegir los lentes? Maldita sea, ya no puedo ir a cambiarlos por otros. Ahora seguro pensará que lo estoy intentando imitar. Mi único consuelo es que hay muchos chicos en mi escuela con este tipo de lentes.
Al llegar a casa, noto que Jin llegó un poco temprano. A penas son las cinco de la tarde, es raro que no se esté comportando tan adicto al trabajo, como siempre.
— ¡Jin hyung! ¡Estoy en casa!
— ¡Sube, JiMin, tengo algo para ti! —Grita desde el segundo piso.
Corro por las escaleras casi a tropezones y entro a su cuarto, donde está con HoSeok planchando una prenda encima de la cama.
— ¡Volví! —Grito y los abrazo a ambos.
— ¿Y esos lentes, JiMin? —Pregunta Hobi.
—Oh, me mandaron al optometrista y descubrí que los necesitaba.
—A ver si no te deja de gustar Min YoonGi ahora que ya ves bien —se burla Jin.
Me río de la broma, pero es imposible que me deje de gustar, lo he visto de cerca y aunque sea tímido, sigue siendo bastante lindo.
— ¿Qué tienes ahí, hyung? —Señalo la prenda que está planchando.
—Es algo para tu fiesta de novatos, la vi en la tienda y no pude evitar comprarla, te imaginé en ella y estoy seguro de que se te va a ver lindísima.
— ¡Gracias, hyung! Es muy bonita.
La prenda consiste en una simple camisa negra con cerecitas por todos lados, la tela era suave pero ligera, perfecta para el calor que seguramente hará el viernes. Me apena un poco que Jin me haya comprado esta prenda, pero HoSeok me ha dicho en varias ocasiones que a él le gusta hacer regalos para la gente que quiere, así que acepto la camisa con cariño.
—Como tú, tengo en mente un bonito maquillaje para hacerte ese día, tu cara es perfecta para experimentar.
—Alguien está más emocionado por la fiesta de novatos, que el mismo novato —se burla HoSeok.
— ¡Ush, cállate Hobi! Cuando fue tu fiesta de novatos y la de Tae, también los puse muy guapos a los dos. Ahora es turno de que JiMinnie obtenga el toque mágico de mis manos expertas.
—Aprecio mucho tu ayuda, la de los dos. La verdad es que nunca fui a una fiesta en Busan, mis padres nunca me dejaron salir a ningún lado.
—Pero aquí eres libre, no te preocupes. Solo el viernes ten cuidado, no te separes de tu grupito y no bebas nada que esté en un vaso, no dejes que nadie te sirva ninguna bebida, por seguridad.
—Está bien, aunque la verdad no pienso beber nada. ¿Qué tal si mi papá me llama y estoy ebrio?
—Bueno, solo toma tus precauciones, chiquillo. Ahora lárgate a hacer tarea, haré la cena, Taehyung y JungKook van a venir.
— ¿JungKook?
—Sí, ya volvió de su viaje, vamos a reunirnos todos a cenar, verás que todo saldrá bien.
—Sí, Chim, ya verás, no tienes qué preocuparte de nada. Al parecer, Kookie ha mejorado como persona estos días, estoy seguro de que todos estaremos muy cómodos esta noche.
—Espero que sí —asiento con la cabeza, más o menos convencido, entonces me despido para ir a mi habitación.
Cuelgo la camisa en un gancho adentro de mi clóset, alejada de las otras prendas para que no se arrugue, ya que Jin se tomó la molestia de lavarla primero y plancharla para mí.
Mientras saco mis libros y carpetas para centrarme en la tarea, no puedo evitar que mi cabeza se llene de pensamientos. Sobre JungKook, sobre YoonGi, sobre lo nervioso que me pone el tema de la fiesta porque no sé cómo interactuar con tantas personas, pero también estoy nervioso por el tema de intentar acercarme a YoonGi.
Eso que dijo Jin sobre los introvertidos es bastante confuso para mí, porque también soy introvertido, solo que no como lo es YoonGi. Yo no suelo evitar a las personas como él lo hace, me gusta estar en compañía pero solo de las personas con las que me siento realmente seguro. No soy como Taemin, por ejemplo, que le gusta hacer amigos con los compañeros de otras carreras y otros semestres, a veces me cuenta chismes de personas que no conozco y me marea con tantos datos. Por eso es que todo lo que sé sobre YoonGi, es en contra de mi voluntad porque él es quien acarrea esa información y Seulgi solo le alimenta la llama del chisme todos los días.
A pesar de eso, quiero mucho a mis amigos y estoy contento de que pude juntarme con alguien apenas entré a la escuela y... ¿en qué estaba? ¿Por qué estoy pensando en mis amigos ¿De qué estaba hablando antes?
¡Ah sí! De YoonGi. No sé cómo acercarme a él, tal vez deba ponerme a buscar en sus redes sociales, si es que tiene, quizá pueda ver lo que le gusta para ver si tenemos algo en común y poder conversar al respecto.
Desisto de mi tarea y me meto a buscar. Twitter, descartado, Instagram, mucho menos, no hay ningún Min YoonGi que sea MI Min YoonGi. Finalmente, lo encuentro en Facebook, pero no puedo ver casi nada porque todo lo tiene privado... genial, demasiado introvertido, pero al menos puedo enviarle una solicitud de amistad, lo cual me pone exageradamente nervioso, como cuando mandé mi solicitud para la Universidad.
Me pongo a fisgonear mientras tanto, las fotos que tiene son puras selfies donde no sonríe, pero sus ojos brillantes a través de sus lentes son hermosos. En algunas fotos tiene los labios partidos, como si se los mordiera con frecuencia. De las fotos no encuentro casi nada, solo hay cosas familiares y tiene una fotografía con un chico de bajita estatura y la cara afilada, con ojos grandes. Parece que es su hermanito menor o un primo, no lo sé. Me frustro porque no encuentro algo diferente a lo que ya he visto de él: fotos de su café y su libro, paisajes, bosques, quizá le gusta viajar.
Después de explorar todo, no hay señales de que haya aceptado mi solicitud, así que decido dejar de esforzarme por ahora, de alguna manera llegaré a él, pero por ahora debo ponerme a hacer la tarea y a prepararme mentalmente para ver a JungKook.
Después de toda esta semana, me ha quedado claro que las señales van hacia YoonGi y que JungKook solo fue mi primera lección en esta ciudad para cuidarme de los tipos que solo quieran sexo de mí, pero no creo que YoonGi sea ese tipo de persona.
No podría serlo, tiene la mirada más tranquila que he visto en mi vida.
Cuando el timbre de la casa suena, me alerto y mi mandíbula se tensa. Escucho las voces en el piso de abajo y de inmediato reconozco la risa de JungKook. Pierdo la concentración por completo, por más que me esfuerzo por leer y entender, no lo logro, especialmente cuando escucho unos pies acelerados en la escalera y luego dos toques en mi puerta.
— ¡JiMinnah! —Es TaeHyung—. Es hora de cenar, sal de ahí antes de que se te quemen las pestañas, nerd.
— ¡Ya voy! —Cierro el libro de golpe y me recargo en la silla, me quito los lentes y tallo mis ojos cansados. Entonces escucho mi puerta abrirse y a TaeHyung aproximarse.
—Vamos, debes tener hambre, Jin ya me dijo que si no te llamamos a comer, no lo haces por estar de matado.
—No estoy de matado —suspiro un poco frustrado porque... bueno, sí estoy de matado—. ¿Ya llegó JungKook?
—Sí, fuimos por él en la camionera de Jin hyung. ¿Te sientes bien para verlo?
Me levanto de la silla para estirarme, mi espalda cruje un poco pero me alivia. Finjo una sonrisita de conformidad, no quiero verme grosero con una visita.
—Estoy bien, ya conversamos, todo quedó en el pasado —lo empujo hacia afuera para que deje de hacerme preguntas que no quiero contestar, me pone nervioso.
Juntos bajamos las escaleras, JungKook y Hobi están sentados esperando a Jin, quien sale de la cocina con una bandeja de costillas que acaba de sacar del horno. La mesa ya está puesta, solo faltamos nosotros dos.
—Hola, JiMin —saluda él, su sonrisa parece genuina, pero yo voy con precaución, así que me siento al lado de Tae, lo suficientemente lejos que puedo.
—Hola, hyung, ¿qué tal estuvo el viaje con los trainees?
—Aburrido, solo nos llevaron a tomarnos fotografías, creí que haríamos un deporte extremo en las montañas o algo, pero nos tuvieron encerrados en el hotel casi todo el tiempo.
Mientras comemos, JungKook cuenta un poco sobre su viaje y mientras más lo escucho, más me doy cuenta de que realmente es un chico muy noble por las cosas que platica. Ayudó a sus compañeros a coser la ropa que accidentalmente se rompió, mintió para que el manager no se enterara de que estaban saltando como locos en las camas del hotel, dividió su comida y le dio la mayor cantidad al chico del grupo que tiene diabetes. ¿Cómo es que tanta bondad pudo lastimarme el corazón? Mientras los demás le preguntan cosas y retroalimentan, yo los escucho y los veo reaccionar.
Es entonces cuando entiendo que él era una pieza faltante en este hogar, pues Jin se ve más risueño al platicar con él, también Hobi y Tae se ven contentos, pero el único que parece no encajar, soy yo.
—JiMin-ah, a penas y has hablado. ¿Estás bien? —Comenta Jin, claramente preocupado porque yo pueda estar incómodo con JungKook aquí.
—Estoy bien, solo tenía hambre. Eh...voy al baño...
Sintiéndome incómodo, me levanto de la silla y hago quizá demasiado ruido, siento las miradas de todos sobre mi espalda cuando subo las escaleras. Bien podría haber usado el baño de abajo, pero necesito respirar por lo extraño que me siento, así que voy al baño de arriba, el que está frente a la habitación de Jin hyung.
Me encierro ahí, sentado en la tina, tratando de averiguar por qué me siento tan abrumado. ¿Es JungKook? ¿Es que estoy nervioso por la escuela? ¿Es que me genera conflicto su presencia y todavía no lo perdoné por lo que pasó?
No sé cuánto tiempo pasa, pero en algún momento escucho unos toques en la puerta y una voz que no esperaba escuchar.
—JiMin, ¿podemos hablar?
—Sí, espera un momento.
Tomo el suficiente aire para abrirle la puerta, no puedo pensar en nada, mi cabeza se siente nublada y casi creo que estoy exagerando, pero no puedo tranquilizarme. Al abrirle la puerta, veo su rostro iluminado por la tenue luz del pasillo. Su cuerpo es muy grande como para que yo salga, así que vuelvo a sentarme a la orilla del a tina de baño y con la mirada lo invito a sentarse.
—No puedo evitar sentir que me sigues odiando, no te veías para nada cómodo mientras cenábamos.
—Perdón —mis ojos se llenan de lágrimas sin mi permiso, detesto ser tan sensible—. No sé por qué de pronto me sentí así, no debería, no me hiciste tanto daño a mí como se lo hiciste a Jin hyung, siento que soy un exagerado, lo siento, pero no sé qué me pasa.
— ¿Qué necesitas de mí?
— ¿A qué te refieres? —lo miro con confusión.
—Así como suena, ¿qué necesitas de mí? Es decir... todas las personas necesitamos cerrar situaciones haciendo algo o escuchando algo. Yo le di cierre a mis problemas contigo y con Jinnie hablando, sincerándome y aceptando que no fui una buena persona. Pero hay otras personas que... que necesitan tomar otras acciones.
—Sigo sin entenderte.
—Mira, por ejemplo... —mira al techo, como si buscara las respuestas ahí, luego se sienta volteando hacia mí, con una pierna dentro de la tina—. Cuando nos peleamos entre nosotros en mi equipo de trainees, a veces se torna ruidoso y físico. Nuestro manager nos ayuda a resolver nuestros problemas dependiendo de qué le sirva a cada quién. A mí me gusta hablar llorar y pedir abrazos, yo no grito ni me desahogo de manera agresiva, pero algunos de mis compañeros necesitan gritar, usar el saco de box o algo frente a la persona con quien tuvieron el conflicto. Por eso te pregunto qué necesitas de mí. Puede que quieras gritar, llorar o golpear algo para desquitar ese enojo que tienes hacia mí. Yo aceptaré eso porque mereces cerrarlo de la mejor manera.
No puedo creer que esté escuchando eso de JungKook. A pesar de que comencé a tenerlo en mejor concepto durante la cena, ahora veo lo noble que en realidad puede ser, no solo en sus palabras, sino en sus actos. Me quedo en silencio, aferrado a la tina con ambas manos, pensando en lo que realmente me está pidiendo mi cuerpo en este momento.
—Necesito gritar —suelto el aire que retuve sin darme cuenta—. Gritar, llorar y... tal vez golpear algo.
—De pie —me ordena de inmediato y se para frente a mí, luego va hacia la habitación de Jin y regresa con una almohada.
— ¿Qué haces?
—Ayudándote —se rodea el brazo con la almohada y luego toma mi mano, formando un puño con este, con mi pulgar por fuera de mis demás dedos—. Esta es la forma correcta de golpear con el puño, no metas tu pulgar o podrías lesionarlo. Ahora golpea.
Se pone de lado, poniendo su brazo rodeado por la almohada frente a mí. Pero yo no me creo capaz de hacerlo.
—No quiero hacerlo, es muy ridículo, es exagerado.
—No, no lo es. Hay algo dentro de ti que no te permite continuar, para ti no funcionó hablar, ahora haz lo que realmente necesitas. Grita, golpéame sobre la almohada con ambos puños, insulta, sácalo de tu sistema hasta que tus sentimientos estén en calma.
—Pero nos van a escuchar los chicos...
—Ya están advertidos sobre lo que van a escuchar. Ahora, JiMin, deja de dudar y actúa de una vez.
—Está bien.
No puedo mirarlo a los ojos cuando lanzo el primer golpe, él se coloca en una posición firme, con sus piernas abiertas y flexionadas, está inmóvil como una piedra.
— ¡Más fuerte! ¡Y grita! —Eleva un poco su voz, lo cual agita un poco mi necesidad de seguir golpeando.
Entonces, me paro igual que él y comienzo a golpear, un puño tras otro que no alcanza a llegar a su piel, pero saber que estoy golpeándolo me hace sentir bien, aunque sé que no debería actuar nunca con violencia, esto no es precisamente violencia, ¿verdad?
— ¡Te odio! —Finalmente me atrevo a gritar, mientras golpeo—. ¡Eres un maldito calenturiento, hijo de puta, irrespetuoso, me arrepiento de haberte besado, te odio, te odio, te odio!
— ¡Más fuerte, sácalo todo!
— ¡Te detesto! ¡No debí haber pensado que el destino me había llevado a ti para bien! ¡Te odio, te odio! ¡No puedo creer que pensé en enamorarme de ti, eres un imbécil, lastimaste a Jin y después tuviste el descaro de joderme a mí también!
Entre más grito, él sonríe satisfecho, entonces me doy cuenta de que la liberación está llegando poco a poco. Lo sigo golpeando una y otra vez, lloro y grito, mi voz hace eco en el baño y mis puños se van sintiendo cada vez más cansados, mi garganta empieza a doler por los gritos, pero mi corazón está cada vez más tranquilo.
Es como si una liga hubiese estado atada alrededor de mi garganta, queriendo decirle tantas cosas que no pude en el momento, pero ahora que puedo, la liga se rompe y de mí sale todo lo que se estuvo acumulando durante las últimas dos semanas.
Finalmente, tras golpear y sacar todo el discurso de odio que llevaba dentro, termino agotado y me siento en el borde de la tina, jadeando agitado, pero libre.
— ¿Mejor?
—Sí —no necesito pensar mucho en mi respuesta, porque es más que verdadera.
— ¿Hay algo más que necesites de mí?
Lo miro a los ojos y, tras toda la rabia que liberé de mi ser, vienen las lágrimas. Quizá estoy siendo demasiado dramático, pero se siente bien. Me levanto y lo abrazo con fuerza, llorando contra su pecho. Él me corresponde el abrazo, en el que duramos unidos un par de minutos, hasta que me siento mucho mejor, repuesto.
— ¿Y bien?
—Gracias —sollozo y me separo de él—. No sabía que necesitaba esto, lamento si golpeé muy fuerte.
—No te disculpes, todo está bien. No me dolió, ¿crees que en mi grupo nos tumbamos los dientes cada vez que hay una pelea? No, hacemos todo de manera simbólica.
—Pues simbólicamente hablando, sí sentí que pude haberte arrancado el brazo a golpes si quería.
—Lo sé —ambos reímos, entonces puedo respirar tranquilamente después de una incómoda cena que sentía eterna.
—JungKook, quiero que seamos amigos —tomo un largo suspiro, las palabras se sienten tan ligeras al salir—. Después de escucharte, de conocerte un poco más hoy, me sentí culpable de odiarte y porque eres un chico realmente noble y amable.
—Te agradezco por mejorar lo que piensas de mí, también quiero que seamos amigos. Solo amigos, así como soy amigo de Hobi, Tae y Jin, amigos sin intenciones ocultas, lo prometo.
—Es un trato, entonces —le ofrezco mi meñique—. Prométeme que nunca más vas a portarte como un imbécil ni conmigo ni con nadie.
—Lo prometo —toma mi pequeño dedo con el suyo, que es enorme, la diferencia me da algo de risa.
— ¿Ya terminaron de matarse allá arriba? ¡Si no bajan ahora, no les daré pastel, más vale que tengan todos sus dientes en su lugar, salvajes! —Ese es Jin, complementando el bonito momento de liberación y perdón.
Un perdón real. Puede que este sea el comienzo de una bonita y larga amistad.
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