﴾11. Nuevas señales﴿


JiMin

     Antes de salir, tomo un poco de papel y me seco las lágrimas, terminando así de arruinar el bello maquillaje que Jin me puso. Me veo al espejo, estoy fatal, pero ya no me importa. Solo quiero ir a casa a llorar tranquilo y desahogarme. Por suerte, Jin llegó más rápido de lo que esperaba.

     Cuando decido salir, rastreo el café con la mirada, pero no puedo ver a Jin en ningún lado, en cambio, a quien alcanzo ver y no me lo puedo creer, es al patán de Min YoonGi parado como si esperara a alguien.

     Trágame tierra y escúpeme en otro universo.

     Ya estoy harto de sentirme avergonzado y justo hoy tenía que coincidir con el chico que me hizo ensuciar mi ropa interior anoche y además me trató como basura.

—¿YoonGi hyung?

—Hola, vine a rescatarte por cuarta vez —me contesta y yo siento mis mejillas arder. Me mira como si no me hubiera tratado del asco ayer y yo no puedo mirarlo porque recuerdo mi sueño húmedo.

—Ehm... ¿de qué hablas? ¿Cómo que viniste a rescatarme? —me siento confundido, su presencia me molesta tanto como me da curiosidad.

—Estaba en el café de enfrente y te vi discutir con tu novio... ¿está todo bien?

—¿Me estabas espiando? —no puedo creer que sea tan descarado, empiezo a sentirme asustado y a ver fijamente la puerta, esperando ver a Jin atravesarla lo más pronto posible y... ¿novio? Bueno, no lo culpo por confundirse, ya que seguramente sí nos veíamos como si fuéramos algo. Duele mucho.

—No, solamente fue casualidad que yo estaba tomando café del otro lado y creí que tal vez necesitarías ayuda para sacártelo de encima, no parecías a gusto con su presencia. ¿Te hizo algo malo?

—¿Y a ti qué te importa? ¿Por qué decidiste venir, en primer lugar? —le escupo como si quisiera quemarlo con mis palabras, no entiendo cómo es que viene aquí a preocuparse, cuando ayer se portó como un imbécil. Hipócrita.

—Solo siéntate conmigo un rato —con voz apacible, me invita a sentarme en una de las mesas libres, pero no confío en él del todo. A pesar de que me haya llevado a casa ayer y regresado mi mochila intacta. Pensándolo bien, tal vez no es tan malo como yo lo veo, quizá ayer solo estaba de malas por no dormir bien o estaba estresado.

—Está bien —decido ceder, de todas formas, Jin llegará pronto y tendré un pretexto para irme. Nos sentamos junto a la ventana y de pronto mi teléfono suena estruendoso con una llamada. Es Jin.

—¿Hola?

¡JiMin! Lo siento tanto, cariño, hubo un choque y nos tienen obstruido el paso, pero ya están despejando la avenida, llegaré en quince minutos máximo. ¿Te encuentras bien? ¿Ya se largó JungKook?

—Sí, ya se fue y ya me salí del baño, no te preocupes. Estoy bien, te esperaré aquí.

Bien, perdóname de nuevo, pero me apresuraré.

—No te preocupes, conduce con cuidado —fastidiado, cuelgo y noto que YoonGi me mira demasiado.

     Genial, ahora tendré que esperar quince eternos minutos con Min YoonGi. ¿Por qué me pasan estas cosas a mí? Debo estar muy salado como para que me pase tanta desgracia en cuestión de solo dos días. Primero me pierdo y después me rompen el corazón.

— ¿Y bien? —me cruzo de brazos y lo volteo a ver, exigiendo una respuesta—. ¿Ya me vas a decir por qué estás aquí?

     Ante mi exigencia, YoonGi se queda perplejo y se me queda viendo por unos segundos, totalmente mudo.

—Este... bueno, la verdad no lo sé. Es que creí que tal vez necesitarías mi ayuda.

—¿Para qué necesitaría tu ayuda durante una cita?

—Bueno, no era precisamente una cita, ¿o sí? ¿Por qué no me cuentas qué pasó?

—¿Y por qué de pronto te interesa tanto? Ayer me trataste como basura y hoy a penas y respondiste mi saludo en la escuela. La verdad es que no puedo entender tu comportamiento extraño.

—Bueno, creo que sí te debo una disculpa por haberme portado así contigo ayer, yo solo quería ayudarte, no tuve malas intenciones —de inmediato su gesto se vuelve rígido, podría decir que está enojado, pero su cara es difícil de descifrar—. Y tienes razón, tus asuntos no son de mi incumbencia, supongo que debería irme.

     Entonces, me comienzo a sentir un poco culpable por su reacción, él por un momento se vio genuinamente preocupado por mí y yo solo me estoy comportando justo como él, mezquino y grosero. Este no soy yo, es mi corazón roto que quiere desquitarse. YoonGi no tiene la culpa de que yo esté dolido.

—Espera —lo intento detener antes de que se levante de la silla—. Perdón por tratarte así, no fue mi intención. Solo estoy enojado y triste, mi cita terminó mal, JungKook no era lo que yo esperaba y se portó como un imbécil conmigo.

     Él reacciona, su mirada parece sentir compasión por mí o algo así, entonces se acomoda en la mesa con sus codos apoyados y su cara acunando su blanco rostro. En esa posición de pronto siento que se ve muy lindo.

—Bueno, eso explica por qué fingió no conocerte cuando le pregunté por ti.

—¿Qué? ¿Qué te dijo JungKook? ¿Qué le dijiste tú? —no sé qué decir, estoy sorprendido y no sé si debería darme miedo o sentirme halagado.

—Solo llegué y le pregunté por ti, le dije que habíamos quedado para estudiar, pero dijo que no sabía nada y se fue.

—No puede ser —termino riendo por lo que YoonGi hizo, de pronto hablar con él se siente tan ligero y no parece el mismo de ayer.

—Sí, vaya cretino. A todo esto, ¿estás mejor? Te ves como si hubieras llorado un montón.

—En efecto, lo hice —me siento apenado, tallo mis mejillas como si así se fueran a poner menos rojas, solo es un acto para esconderme—. Pero ya estoy mejor, gracias por preguntar. Y él no era mi novio, por cierto, solo un chico que conocí en un bar hace una semana, pero resultó que solo estaba interesado en tener sexo, así que heme aquí, llorando como un bebé por eso.

     Ni siquiera sé por qué le estoy contado esto a YoonGi, quizá es mi necesidad de desahogo o tal vez... tal vez no es tan idiota como pensaba y de verdad se preocupa por mí.

—Bueno... un bar no es precisamente un lugar donde podrías encontrar personas con intenciones románticas. Además, tú no tienes cara de ser un tipo que va a los bares a ligar, eres demasiado inocente.

—En mi defensa, me llevaron, iba con mis roomies a celebrar el cumpleaños de JungKook. Esa fue mi primera salida de noche en Seúl y creí que iba por el camino correcto, solo seguí las señales que el destino me puso en frente y...

     Apenas digo eso, YoonGi suelta una carcajada y se tapa la boca para tratar de ocultarla, pero lo hace muy tarde porque yo lo descubrí. Ahora me siento tonto por haberme abierto así. Tengo la misma sensación que cuando se burló de mí ayer por mi letra y por mis gustos musicales.

—Claramente no debí confiar en ti, te sigues burlando de mí igual que ayer.

—Lo siento, pero es que lo que dijiste sonó a cuento de hadas —el idiota termina de reírse en mi cara mientras yo me enfado más y más, surgen en mí las ganas de abofetearlo.

—Eres tan grosero, no te entiendo, primero eres amable conmigo y te preocupas y al siguiente minuto te ríes en mi cara.

—Ya, no hagas tanto drama por eso —lo dice a la ligera, como si no me doliera en absoluto—. Solo tuviste una decepción amorosa, pasa todo el tiempo, sobre todo en las ciudades grandes. ¿Es que nunca habías tenido una cita con nadie?

—No...

—Ah, ya veo, virgen.

—¡Cállate! —me enfado tanto, intento taparle la boca, pero él es más fuerte que yo y sostiene mis manos en la mesa, no de forma agresiva, pero puedo notar que su intención es alejarme.

—Mira, voy a ser realista contigo, las cosas en la vida real no son como en las novelas adolescentes o las películas románticas, que, por tu inocencia, asumo que consumes ese tipo de contenido. Si me reí de ti fue porque eres el ejemplo vivo de cómo la gente idealiza a las personas antes de conocerlas a fondo, solo que, a diferencia del resto, tú me acabas de conocer y te puedo abrir los ojos de una vez.

—¿Y debería estar agradecido por eso? —estoy confundido, la forma en la que habla es tan... como si tuviera la razón, pero a la vez no puedo evitar sentir que quiere sentirse superior.

—Claro, todo el mundo necesita ser salvado de su ceguera, por eso te conviene juntarte con gente como yo, porque pienso con la cabeza fría y no me dejo guiar por mis emociones.

—No entiendo nada... —suspiro algo cansado, mi mente ya llegó al límite hoy, ni siquiera tengo ganas de seguir discutiendo con él porque no sé si tiene razón o no. ¿Qué clase de señal del universo es esta? ¿Me está tratando de decir que jamás encontraré a mi alma gemela o que mis emociones son tontas o algo así?

—Cuesta trabajo, lo sé —él me habla ahora con compasión, entonces lo veo sacar algo de su mochila, es un libro que desliza por la mesa hacia mí. Yo lo tomo con inseguridad.

—"La insoportable levedad del ser" —leo el título, luego lo veo a él con cara de duda—. ¿Qué es esto?

—Se llama libro, está hecho de papel, impreso con tinta.

—Qué tonto —aunque su broma fue estúpida, me río y él lo hace conmigo—. Me refiero al contenido del libro.

—Pues tinta y palabras —se sigue riendo de mí, pero mi humor ya no está tan irritable como al principio—. Es una novela, pero seguro no de las que sueles leer, no es rosa y tampoco tiene un final feliz. Te lo presto para que comiences a cultivarte y a dejar de leer novelas basura.

—Bueno... gracias —se la acepto, pero hay algo en esta situación que me causa mucha curiosidad. Para empezar, él asumió (y adivinó) que en efecto leo ese tipo de novelas, como si tuviera un sexto sentido a pesar de ser medio arrogante.

—No hay de qué, quizá la próxima vez que tenga que salvarte de otra desgracia, te preste otro libro.

—Pero vamos a la misma escuela —río con un poco de ironía—. No tienes que esperar a que me pase otra calamidad, podemos ser amigos y almorzar juntos de vez en cuando.

—Sí, ya lo veré, yo siempre estoy ocupado.

—Me imagino, eres el hijo del rector, seguro tienes que estar a la altura.

—¿Quién mierda te dijo eso? —de pronto su humor cambia, lo irrité claramente, no debí decir eso. ¿A caso tengo un talento para molestar a las personas sin querer o qué me sucede hoy?

—Mis amigos —contesto con timidez—. Cuando fuiste a entregarme la mochila, ellos me hablaron sobre ti.

—Bueno, ahora depende de ti si crees toda la mierda que circula sobre mí en la escuela. Por eso no me junto con nadie ahí, todos son idiotas.

—¿Eso me incluye?

—Solo si hablas de mí a mis espaldas y te crees todo lo que te digan. Pero creo que ya sabes demasiado de mí para tu propio bien. Aunque la verdad me importa una mierda si le cuentas a todos los de tu grupo que soy gay, ya me odian sin siquiera conocerme en todos los grados y por eso yo odio de vuelta a todos.

     De pronto, me siento muy culpable por haber abierto mi bocota, no sabía todo lo que estaba implicado al hablar con YoonGi. A decir verdad, ahora me parece una persona tan interesante, a pesar de su arrogancia inicial, siento que él merece tener en la escuela a un amigo que crea en él y lo respete. De hecho, me siento tan identificado con él en este momento.

—Jamás haría eso —tengo el impulso de tomar su mano, pero me contengo y juego ansioso con las hojas del libro—. Déjame ser tu amigo, no es justo que en la escuela te traten así, eso es muy cruel.

—Tampoco es como que esté solo, tengo un amigo.

—Yo solo decía, mi intención no es molestarte —genial, ahora siento una combinación de compasión y vergüenza hacia él. ¿Qué está mal conmigo? ¿O es él?

—No lo haces, solo es que a veces soy un amargado, pero sí me gustaría ser tu amigo —ahora sonríe un poco, juro que nunca vi a nadie variar tanto en su estado de ánimo, así como lo hace YoonGi.

—Amigos, entonces —le ofrezco mi mano para que la estreche, pero él la ignora muy a su modo y en su lugar me sonríe, otra vez me siento ridículo, pero al menos ya más feliz porque, aunque la pasé mal hoy, terminé haciendo un amigo que no esperaba.

—¡JiMin! —entonces escucho una voz familiar y en nada, Jin me levanta de mi silla y me abraza impaciente—. ¿Estás bien, Minnie? ¿Dónde está JungKook? Y... —voltea a ver a YoonGi con los ojos entrecerrados— ¿Quién es este?

—Él es Min YoonGi —me separo del abrazo caluroso de Jin y decido hacer las presentaciones formales—. Es el chico que me rescató cuando me perdí. YoonGi, te presento a Jin, es uno de mis roomies y mi sustituto de mamá.

     Jin lo rastrea de arriba hacia abajo, como si intentara encontrar algo malo para empezar a juzgar, así justo como lo hizo conmigo cuando lo conocí.

—Oh, mucho gusto, Min YoonGi. Te agradezco lo que hiciste, si se hubiera tardado un poco más, seguro su padre lo regresa a Busan sin dudar.

—Eh, de nada —contesta algo nervioso, como si la presencia de Jin le incomodara—. Bueno, ya debería irme.

—No, alto ahí. ¿Qué fue lo que pasó? —Jin lo detiene en seco—. ¿Me puedes explicar, JiMin, por qué está YoonGi aquí y dónde mierda está JungKook?

     YoonGi y yo nos volteamos a ver en silencio, cosa que a Jin le frustra y decido hacer un simple resumen para no sentirme más avergonzado ni generar incomodidad en mi nuevo amigo.

—JungKook resultó ser peor de lo que yo esperaba, discutimos y me fui a encerrar al baño. Cuando decidí salir, YoonGi estaba aquí y conversamos un poco mientras tú llegabas. No sé a dónde se fue el imbécil aquel y no quiero saberlo, solo quiero ir a casa.

—Ya veo —Jin suena consternado, espero que no se esté culpando por esto—. Bueno, pediré un café antes de irnos, despídete de tu amigo. En casa hablaremos.

     Entonces él se va hacia la caja para hacer su pedido, YoonGi y yo nos quedamos en una semi privacidad que se siente algo incómoda.

—Sí parece de verdad una mamá —ambos reímos un poquito, ya más relajados.

—Sí, a él es a quien tienes que pedirle permiso para que yo pueda salir a jugar.

—Bueno, lo tendré en cuenta, pero si tengo que pasar por un interrogatorio para sacarte de tu casa, mejor te secuestro.

—Me agrada la idea —sonrío, aunque me siento algo bobo, seguirle el juego se siente bien—. Pero si me secuestras, te encontrará y hará un pastel con tus sesos. Te advierto que ni lo notaré cuando los coma porque cocina demasiado bien.

—Correré el riesgo —por primera vez me enseña sus dientes en una amplia sonrisa y peina su cabello con sus largos dedos, haciéndolo hacia atrás... eso me hace estremecer de pronto. ¿Por qué estoy teniendo esta reacción? La respuesta creo que es simple: YoonGi es un chico guapo, interesante, inteligente y ahora es mi amigo. Esto no lo vi venir.

— ¿Nos vamos, JiMinnie? —Jin aprieta un poco mi hombro, llamando mi atención.

—Andando —le regalo a YoonGi una sonrisa algo tímida—. Nos vemos en la escuela, nuevo amigo.

—Así será —responde algo intimidado por la presencia de Jin, nos miramos de reojo un par de veces más cuando nos despedimos, dejándolo solo en esa mesa.

     Por un momento, puedo sentir la gran diferencia de emociones dentro de mí: el corazón roto por hacerme estúpidas ilusiones, el odio hacia JungKook, la felicidad cuyo causante es YoonGi, que con su ambivalente personalidad me hizo sentir mejor el día de hoy, me salvó de seguir sintiéndome miserable y me dio su amistad, muy a su modo de ser.

     Sin embargo, al subirme a la camioneta junto con Jin, comienza el inminente interrogatorio sobre JungKook y, con ello, de nuevo se vuelca sobre mí la avalancha de tristeza y odio.

—Quiero cada detalle, JiMin. ¿Qué te dijo exactamente?

—Jin, me da mucha vergüenza decirte.

—Por favor, cuéntame. Si no, no sabré cómo lidiar con él después. Una cosa fue lastimarme a mí, siendo mayor y más maduro que él, pero hacerte sufrir a ti ya es pasarse de la raya.

—Quería que fuéramos amigos con derechos —decido solo hablar mientras Jin conduce, mirando hacia la nada porque las lágrimas se acumulan en mis ojos—. Al principio se portó tan lindo conmigo, como si de verdad quisiera algo serio, pero luego salió con esa estupidez y cuando le dije que no, terminó culpándome, dijo que yo lo había provocado la otra noche en el bar. Le grité, me fui a encerrar al baño y él siguió insistiendo hasta que la empleada lo calló. Luego solo dejó una nota y se fue.

— ¿Qué decía la nota? —saco el ticket de mi bolsillo y se lo leo en voz alta, con mi voz temblorosa. Ahora que hago eso, duele más porque comienzo a ser consciente de lo idiota e infantil que fui.

—No ha dejado de ser una mierda de persona —escupe con odio, puedo ver cómo su mandíbula se tensa y su voz dulce se transforma—. Esto es mi culpa, debí contarte lo que me hizo, pero mi parte ingenua y amable no quería romper tus ilusiones. Hice todo mal, Minnie, de verdad perdóname.

— ¡No! No, no, no —me duele mucho que Jin se culpe por esto, me duele absolutamente todo y no sé cómo remediarlo—. Si hay un culpable aquí, soy yo por no hacer caso. Pude haberme ahorrado esto si no hubiera dejado que mis tontas ilusiones me gobernaran. Yo sé que tú solo querías que yo lo conociera, fuiste bueno al darle el beneficio de la duda, eres demasiado amable y te agradezco que me hayas alentado, aunque no saliera ben.

—De todas formas, JiMin, me siento responsable por esto —su mirada se vuelve triste, tanto como la mía—. Lo único que me consuela, es que lo que te propuso y lo que te dijo no fue tan atroz como lo que me hizo a mí. Me hubiera dolido más si se repetía todo o si salía con algo peor.

—¿Puedo preguntar qué sucedió? Puedes contarme, hyung, no voy a juzgarte, lo prometo.

—Espero que así sea, porque no me siento para nada orgulloso de lo que sucedió entre él y yo. Fue complicado, yo estaba vulnerable y sé que fue incorrecto de principio a fin. Solo no me odies ni pienses mal de mí, JiMinnie, todo eso está en el pasado y aprendí de mi error.

—Lo prometo, no te juzgaré, estoy para ti, así como tú lo estás para mí, hyung.

     Él suspira con pesadez, como si le costara demasiado articular palabras, pero aun así no se niega a contarme, a pesar de que va conduciendo y se nota que quiere llorar.

     Mientras me narra su historia, su voz tiembla repetidas veces y me transmite todo el odio y tristeza que siente hacia JungKook, cosa que tenemos en común en este momento. Cuando termina de contármelo todo, me quedo sin palabras, pero con unas inmensas ganas de abrazarlo para darle consuelo. En definitiva, lo que me hizo a mí no es para nada parecido a lo que sucedió con Jin y me hubiera gustado saberlo antes para ni siquiera aceptar salir con él. En cierto modo, yo no puedo culpar para nada a Jin por lo sucedido, empezando porque, aunque no me contó a detalle el por qué estaba tan vulnerable cuando se involucró con JungKook, yo le creo y quiero apoyarlo, aunque no entienda por completo su pasado, porque él me apoyó a mí, así que debo devolverle el mismo cariño.

     Para cuando el tramo hacia la casa termina y es momento de entrar, ambos terminamos por acordar que el verdadero culpable aquí es JungKook.

     Lo odio y jamás volveré a confiar en él.





     La tarde transcurrió extraña. Si bien, Jin y yo ahogamos nuestras penas en pastel de chocolate, apapachos y una película, acompañados por HoSeok a quien obviamente le contamos el chisme de JungKook, cuando ambos subimos a nuestra habitación cada uno, se sentía como si en mi mente hubiera algo inconcluso.

     Luego de hacer mi tarea, me puse pijama, me acosté a mirar el techo y sin querer, pero como siempre me pasa, comencé a darle vueltas a todos los sucesos de hoy. A mí vino la resignación de que, por más que lo intentara o que buscara otra forma de verlo, JungKook no es ni será jamás el amor de mi vida, mi alma gemela, mi amor para siempre. Siendo sincero, creí que dolería más, pues mientras más lo pienso, más siento que tal vez él y yo no debimos conocernos o que, si nos conocimos, quizá fue para que el destino me diera una lección o... o para que eso me llevara a conocer a otra persona.

     Eso me lleva a pensar en Min YoonGi, en cómo llegó él hoy a "rescatarme", a mostrarse interesado a pesar de que se burló de mí. Sentí muy extraña esa interacción en nosotros, pero ahora que lo pienso, terminó siendo muy agradable, sobre todo al prestarme ese libro y tratar de ayudarme, de alguna manera.

     Al rebobinar en mi mente cada recuerdo de hoy, siento como si todas las piezas quisieran encajar de alguna manera. ¿Será posible? ¿Esta decepción amorosa tenía qué sucederme por una razón? ¿Es acaso que YoonGi...? No, no lo creo... ¿O tal vez sí? Entre más lo pienso, más sentido tiene en mi cabeza la frase de "algunas personas son solo parte del trayecto, no el destino", pero no quiero apresurarme como con JungKook y terminar más lastimado.

     Quizá estas son nuevas señales que debo observar con más detenimiento. Tal vez Min YoonGi jugará un papel importante en cuanto a mi destino. Con ese pensamiento ambiguo en mi cabeza, las nubes grises de tristeza se disipan y nace en mí una nueva esperanza: si YoonGi tiene señales qué mostrarme, las seguiré y quién sabe... si las señales me guían bien, tal vez él sea el indicado.



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top