Stay With me

Su humor estaba insoportable, no era para menos. Estaba tan afectado, enojado y con tanta rabia que realmente sentía que quería acabar con todo y con todos.

Y ahí estaba Papita, tratando de aclarar las cosas, defendiendo a Dan porque sabía de antemano que era inocente, que ambos habían probado los productos, que él había usado su propia mano y el spray estaba en perfecto estado.

Error, no era el momento.

¿Era importante eso que papita estaba diciendo? Realmente lo único que le pesaba en ese instante era que Kim Dan había hecho todo eso por dinero y que por su culpa había tenido el resultado obtenido. Sabia que lo iban a suspender por haber perdido el control y que tenía que prepararse para la cirugía, esa que lo estaban obligando en este punto a realizarse.

Estaba jodido, completamente.

No le importaba alguna explicación, solo quería irse, que lo dejaran en paz. Y alejarse porque estaba seguro que podía lastimar a alguien y papa estaba siendo un perfecto candidato para eso.

Respiró hondo, no miró atrás cuando el automóvil arrancó, haber lanzado la chaqueta de Dan fue liberador para él y es que no entendía como había sido capaz de traicionarlo.

¿Qué iba a hacer con ese hombre que vivía con él? Se sentía estúpido por no haberle dicho nada cuando lo vio llorando, ¿Y que era eso de haberse ido cuando él le había dicho a Dan que se largara de su vista?

Resopló, mirando por la ventana con sus brazos cruzados mientras reinaba un silencio sepulcral.

—¡Todo va a estar bien, Jaekyung!

—¡No veo como todo puede estar bien! -el entrenador lo conocía mejor que nadie, era mal hablado y con problemas de ira. El tono con el que estaba dirigiéndose no era el adecuado.

—Que hayas empatado no significa el fin de tu carrera. -Puso inmediato sus ojos en blanco, para él era mucho peor. Un empate no era ni una pérdida ni una derrota. Era el limbo. Ya había perdido su título.

—¿Por qué Kim Dan no vino con nosotros? -El entrenador Park y Yoseph se vieron rápidamente tratando de decidir quién le decía.

—Despedimos a Dan. -Y la vena de su sien brotó enseguida.

—¿¡Por qué hicieron eso sin consultármelo!? -Otra vez iba a explotar, el nivel de cólera de ese muchacho para su corta edad iba a matarlo en cualquier momento.

—Así haya o no tenido que ver en lo que pasó, no fue cuidadoso, por su culpa todo terminó así, Jaekyung, conseguir a alguien no va a ser fácil, pero confiar en Kim Dan nuevamente va a ser difícil. Por eso lo hicimos.

—No quiero que lo despidas.

—Jaekyung, ya le giramos su liquidación.

—Dan trabaja para mí, no para ustedes. -Y parecía una fiera, tanto que decidieron callarse.



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Caminó lento por todo el apartamento con su pie adolorido, ese que pedía descanso.

—¡Dan! -Lo llamó repetidamente, sin embargo, no había señales de él, en ninguna parte.

Fue a la habitación del joven, se dio cuenta que sus prendas ya no estaban, rio sin poderlo creer. Pensar que él lo había traicionado y que se había convertido en un idiota.

—Te subestimé. -Afirmó mientras apretaba sus dientes. Y es que con esa carita de yo no fui, no podía creer que fuera capaz de romper un plato y había roto toda la vajilla.

Su atención se fue a su celular, que vibraba, no tardó en maldecir al ver de quién se trataba la persona que lo estaba llamando. "vieja bruja" decía en la pantalla de su celular.

Dejó que la llamada se terminara para ir al baño del muchacho, su cepillo de dientes no estaba, más los implementos de aseo. No había dejado nada de él.

—¡Cómo fastidias! -gritó frustrado al ver que nuevamente lo llamaba esa persona y sabía de antemano que no lo iba a dejar en paz.

—¿Qué diablos quieres, vieja bruja? -Gritó fuera de sus cabales, ya sabía lo que se avecinaba y es que esa mujer jamás lo llamaba.

—¡Solo tenias que hacer una cosa bien y aún así eres tan inútil que empataste la pelea!

—¡La cantidad de dinero mensual que te giro no cambiará por el resultado de esta pelea, así que no te atrevas a marcarme nuevamente! -Colgó la llamada mientras una corriente de aire salía de su boca.

—¡Maldita bruja! -Volvió a decir. —Te odio, progenitora.

Miró al techo. —Yo te hubiera ofrecido más dinero Kim Dan, solo tenías que pedírmelo. -sabía que todos los que estaban a su alrededor lo hacían por su dinero.

Respiró hondamente, tenía que prepararse para su cirugía, no había cabida para sentimentalismos, lo más importante en ese momento era recuperarse. Eso y nada más.

—Puedes irte al infierno Kim Dan.

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Ya había pasado casi una semana desde su cirugía, esa que fue un éxito, ahora debía pasar por la recuperación, no esforzarse, no entrenar de mas, sin embargo, Jaekyung era muy terco.

Estaba impaciente, nunca antes el señor Joo se había quedado en el mismo espacio mientras hacía su trabajo y eso le parecía sumamente incómodo. La mayoría de las veces cuando trabajaba en el penthouse él no estaba presente, era más frecuente encontrarse con Dan que se veía que era una persona agradable y bastante noble, que con él, cada vez que veía a Jaekyung era imposible no sentir miedo y es que era alto, musculoso, demasiado fuerte y tenía un carácter de mierda.

—¿Le puedo colaborar en algo señor? ¿Desea que traiga algo por usted? -Negó con la cabeza.

—Estoy bien así.

—Si necesita algo yo puedo ayudarlo. -Sabía que Dan se hacía cargo de todo lo relacionado con él y se le hacía sumamente extraño que no estuviera y más cuando Jaekyung estaba operado y era evidente que necesitaba toda la ayuda posible.

Algo había sucedido con Kim Dan.

Sin embargo, si lo mencionaba era más que obvio que era mujer muerta, él hombre en cuestión era bastante quisquilloso y ya había sucedido con muchas de sus compañeras que habían sido asignadas a ese lugar, habían sido despedidas o ellas mismas habían pedido el cambio de lugar voluntariamente. Para ella había sido sencillo, no mencionar nada de lo que veía en la casa, absolutamente nada, así fuera lo más turbio, oscuro y es que entendía que Jaekyung era un hombre con muchos secretos.

Sus preferencias sexuales, los juguetes, los condones, estaba más que claro que tenía una relación con Dan, más bien era una extraño vínculo, donde no tenía la menor idea si Jaekyung sentía cosas por el joven, aunque sí sabía lo que el señor Kim sentía por el otro.

—¿Desea algo de comer? -Ella nunca había cocinado para él y dudaba que tuviera la deliciosa sazón de Dan, que daría por volver a probar nuevamente su comida.

—Si sigues preguntando cosas... —Lo siento señor, mi intención no era molestarlo. -Tomó rápidamente los implementos de aseo, debía huir y dejarlo solo. Irse al otro extremo del apartamento para no molestarlo. Dio pasos fuera de la sala de estar, pero se detuvo en seco al escuchar su voz.

—Oye...¿Recuerdas el paquete rojo que encontraste en la basura? ¿Ese que te dije que no me importaba qué diablos hicieras con él? ...¿Te deshiciste de él como te ordené?

La joven mujer pensó su respuesta y las palabras que iba a decir, es que conocía mejor que nadie el carácter de su jefe. Un paso en falso y podía quejarse en la empresa de limpieza y ellos perder un cliente tan importante como lo era el deportista, ¿En qué terminaría toda la situación? En su despido inminente.

Estudió el ambiente, sabía leer muy bien a las personas, había escuchado por todo lo que estaba pasando, el empate, la sanción, su operación, no saber dónde estaba Dan. Se lo preguntaba porque le interesaba, así que respondería con toda sinceridad.

—Señor yo lo conservé, no quería desobedecerlo, pero el paquete tenía una carta del señor Kim Dan que creo que es importante que usted la tenga. -su corazón dio un brinco.

—¿Una carta? -No, en esa mañana no se dio cuenta que en el paquete había algo más para él y es que habia reaccionado con tanta ira que eso obviamente no fue capaz de verlo. Saber que Kim Dan se había lastimado por comprarle una cosa que jamás le pidió era algo muy tonto, pero ahora que no estaba, tal vez, solo tal vez necesitaba tener eso que había rechazado desde un inicio.

—Si, dentro de un sobre rojo - desesperado, su interior se encontraba entrando en un caos total aunque por fuera no lo demostrara. Así que mantenía esa cara, como si estuviera en calma cuando estaba muriendo por saber de qué se trataba.

—¿Puedes traerlo?

—Si señor. -Sus ojos la siguieron por toda la sala de estar hasta uno de los muebles en el lugar, abrió la puerta tomó lo que estaba guardado y volvió. Le sorprendió que eso hubiera estado tanto tiempo en su casa y jamás lo hubiera notado.

—La bolsa se arruinó un poco en la basura, pero logré recuperar el llavero y la carta. -Y lo recibió, no tardó en darse cuenta que estaba doblado en una esquina, él se había encargado de dañarlo con semejante golpe, si lo hubiera recibido sin decir absolutamente nada, tal vez Dan no se le hubiera ocurrido reunirse con el señor Choi, sabía que desde ese momento se había perdido todo.

Él estaba evitándolo, desde entonces, muy concentrado en su pelea, la comunicación con Dan pasó a ser difícil a nula, tal vez debieron haberlo hablado mejor y es que simplemente odiaba sus cumpleaños. Sí, desde entonces algo se había fracturado, algo había cambiado y parecía no tener reversa.

—Lo dejo solo. -Él asintió con su cabeza y solo hasta que se fue miró el el sobre que claramente ya estaba abierto, era obvio que su empleada había leído todo, sin embargo, eso no era importante.

Leyó, cada palabra escrita con una hermosa y delicada caligrafía, sus ojos no daban crédito a lo que estaba contenido en aquel pequeño papel, por eso lo leía una y otra vez. Sí, mencionaba de la forma más bonita asi tal cual como era Dan, que la admiración y el agradecimiento que sentía por él, poco a poco sin que él lo hubiera podido controlar o hacer algo al respecto, se convirtió en amor, el más bello y puro, porque era la primera vez que sentía algo así por alguien y por eso esperaba que pudiera compartir muchos años más a su lado.

Lo amaba.

Dan, lo amaba.

No entendía porque su pecho se comprimía tanto, porque ahora respirar era difícil. ¿Por qué estaba leyendo eso en ese momento cuando no tenía la menor idea donde estaba Dan?

—¡Que estupidez!

—¡El amor no traiciona! -Cerró su mano, formándola un puño, arrugando la carta y lanzando el papel a la pared. Estaba seguro que estaba en algún lugar, con el dinero que le dieron por haberle quemado el pie.

—¡Casi te creo! -Y era imposible que alguien lo amara, en su mente nadie sobre la tierra lo quería. Levantó la ceja mientras negaba con la cabeza y sin ninguna explicación aparente su carita llorosa apareció en su mente, preguntándole si realmente no le creía.

Por supuesto que le creía.

Con los ojos cerrados.

¿Entonces dónde diablos estaba?¿Por qué no le contestaba el teléfono? ¿Por qué se había marchado cuando más lo necesitaba?  Cuando lo necesitaba en sus terapias para poder rehabilitarse y volver a ser el campeón que siempre había sido. Se levantó y fue a recoger el papel, lo desdobló y dejó encima el llavero.

Respiró hondo, no le debía afectar en lo más mínimo lo que estaba sucediendo, ya había usado y desechado antes.

Remplazarlo, tal vez debía pensar en esa posibilidad, en poco tiempo entraría nuevamente al ruedo y necesitaría a alguien que lo complaciera lo suficiente como para satisfacer su maldición y no entendía como es que la sonrisa de Dan aparecía en su mente derribando esa idea de cambiarlo por otro, no soportaba pensar en él.

—¡Oye! -Gritó fuerte, su humor nuevamente se tornaba insoportable.

—¡Vete de mi casa! -La sorpresa en su rostro fue evidente, ¿Debió haberle dicho que había lanzado a la basura el regalo tal cual como se le ordenó?

—¿Estoy despedida, señor?

—No, solo quiero estar solo.

—Si señor. -No duro ni cinco segundos en su campo de visión, desapareció del apartamento sin hacer ruido, sabiendo que claramente Jaekyung necesitaba su espacio y que su vida estaba en juego si se quedaba.

¿Y si Dan no le mintió? Ya había vivido con él lo suficiente como para saber cómo era el fisioterapeuta, ni siquiera aceptó todos los regalos costosos que le había hecho Heeseung o se había ido con él, prefirió quedarse con esa misma ropa de pobre.

Timbraron y maldijo al pensar que era la chica que le ayudaba con el aseo de su hogar, que se devolvía porque había olvidado algo, pero de inmediato se sorprendió al ver a Papita, el entrenador Park Y Joseph.

—¿Qué diablos hacen aquí? -gruñó, notablemente molesto.

—Señor debo decirle algo muy importante. -A regañadientes los dejó pasar, recibiendo la fruta que le habían traído con su mano libre.

Los hizo pasar hasta la sala de estar para sentarse y escucharlos.

—¿Qué es eso tan importante que deben decirme? -De manera arrogante, los miró levantando la ceja.

—¿Acaso ya se fue el último inútil que quedaba en mi gimnasio?

—No señor, los que nos quedamos lo hicimos por lealtad a usted. -Papita respiró hondo tratando de llenarse con las palabras adecuadas. —Solo quería decirle que hablé con un compañero, él mencionó que había visto al señor Choi perseguir a Dan un día, cuando él iba a entrar al gimnasio antes de la pelea con Baek, pero el Doc se rehusaba a hablar con él, sin embargo, el señor Choi mencionó a la abuela del Doc y por eso accedió a reunirse con él.

—¿La señora Kim? -se le hizo sumamente extraño que el señor Choi supiera de la abuela de Dan, había estado más que claro que los habían investigado, que habían hecho todo lo posible por llegar a él y por eso habían usado a Dan.

—Él los siguió hasta una cafetería porque sintió curiosidad y escuchó toda la conversación. Al Doc le ofrecieron un apartamento en Gangam, un auto, doblar su salario si era el nuevo fisioterapeuta de Baek. -era un juego de niños para Jaekyung, pudo haberle dado eso y mucho más a Kim Dan. — El Doc rechazó la oferta claro está, pero el señor Choi al ver que Dan se iba a ir mencionó que podían tratar a su abuela en Estados Unidos, pero la oferta cambió, allí debía decirle información sobre usted.

—¿Y aceptó? ¿Quemó mi pie por su abuela?

—No, dijo que no podía traicionarlo y se fue... Yo estuve el día de la pelea y ayudé a probar a Dan todos los productos, él no puede ser el espía. -Sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Me querían reclutar para el gimnasio de Baek. Allí escuché que hicieron trampa y que el señor Choi apostó toda su fortuna, ganó mucho dinero por lo que pasó.

—Ya hablamos con la policía, sin embargo, la investigación tardará. -Yoseph apoyó a Papita.

—Debemos disculparnos con el doctor. Lo trataste mal, todos lo hicimos. -Ahora fue el entrenador Park quien habló.

—¿Y qué? ¿Querías que lo felicitara por quemarme el pie? ¡Yo soy el que más está sufriendo aquí!

La discusión se había salido un poco de control. Al final, el entrenador Park era quien lo había traído donde estaba, sacándolo de tener un futuro de delincuencia. Por eso le tenía respeto y si, sabía que al menos debería encontrar a Dan.

—Kim Dan no me contesta, no sé dónde está.

🐺 ———————————————————————

Llegó al hospital, tenía que estar ahí con su abuela, era su debilidad, al menos la señora debía tener una pista de donde estaba su nieto, en caso de no encontrarlo allí, claramente Dan no se iba a alejar de ella y mucho menos cuando estaba enferma.

Entró, pero su sorpresa fue evidente al ver que en la cama se encontraba un hombre. La enfermera se quedó viéndolo, lo recordaba y es que olvidar a un hombre como Joo Jaekyung era imposible.

—¿Que pasó con la señora Kim? ¿Dónde está? -Su mente rápidamente trabajó, como siempre haciendo las teorías más catastróficas, pensó en que Dan se pudo haber ido con ella gracias al dinero que el señor choi le dio.

No era su culpa y es que aunque deseaba confiar en Kim Dan su mente era supremamente fatalista, pero su teoría cayó al suelo con las siguientes frases que pronunció.

—¿La señora Kim? -No, no le agradó en lo absoluto la expresión en el rostro de la enfermera. Como si tuviera que dar una noticia que le daba mucha tristeza.

—La señora Kim murió hace aproximadamente una semana. -Sus ojos se abrieron de inmediato, sin dar crédito a lo que le decían.

—¿El tratamiento no funcionó? -Preguntó sin poder creer lo que estaban escuchando sus orejas de coliflor. Tanto dinero que habían invertido en que se recuperara y que de un momento a otro muriera, parecía injusto.

—No, el medicamento no hizo el efecto que se esperaba y debido a su avanzada edad ya era muy riesgoso practicarle alguna cirugía.

—¿Por qué no la trasladaron a otro hospital? ¿A otro país? -La señora era muy buena, el poco tiempo que hablaron y compartieron fue suficiente como para que tuviera un lugar en la vida de Jaekyung.

—En el estado que se encontraba la señora Kim, ya los tratamientos eran poco probables que funcionaran, aquí o en otro lugar...Esta información se le fue indicada al señor Kim. Aunque se le pidió que se preparara, el día de la muerte fue necesario sedarlo. -Lo estaba pasando mal y en ese tiempo Jaekyung solo pensó en su carrera, en su recuperación, en lo horrible que lo había pasado él. Nunca se dedicó a imaginar que Kim Dan no estaba gastándose el dinero que imaginó que tenía, estaba viviendo un infierno al haber perdido a su abuela. 

—Fue el funeral más triste que he presenciado, nadie vino a acompañarlo, solo el personal médico. -y si, pensó en su carita nuevamente llena de lágrimas.

No podía llegarse a imaginar cómo Dan se estaba sintiendo, no era de los que sentía lástima por nada, ni nadie, pero estaba bastante sorprendido. Lo que le dijo papita cobraba cada vez más sentido.

—Se le sugerio al señor Kim Dan iniciar un tratamiento psicológico, realmente en el tiempo que estuvo internado se le veía muy mal. Las personas que están solas en esta situación están más expuestas a cometer suicidio.

Su corazón latió, desesperado, amenazando con salir de su pecho ¿Y si no le contestaba porque ya ...? Negó con su cabeza, no. Su respiración comenzó a sonar fuerte. ¿Qué le pasaba? ¿Tenía miedo a perderlo? Después de haber discutido no podía terminar todo así, no.

—¿Dijo donde iba a estar? -Y pudo notar la desesperación de Jaekyung.

—El señor Dan rechazó el tratamiento debido a que aseguró que no tenía dinero para poderlo costear. No sé exactamente dónde puede estar, pero la señora Kim le pidió que llevara sus cenizas a su pueblo natal.

Y aún así no podía calmarse, no, si era verdad que Dan ya no estaba en ese mundo terrenal, estaría seguro que asesinaria con sus propias manos a Baek y al señor Choi por provocar la pelea con Dan.

¿Dónde podía buscarlo? No tenía ni idea que la abuela no fuera de la capital, mucho menos conocía el pueblo donde había nacido la señora, no sabía dónde encontrarlo. No había una sola pista.

No sabía nada de Dan.

Su celular sonó, mostrándole que le había llegado un mensaje, fue rápido, cuestión de segundos le tomó el abrirlo porque estaba esperando alguna señal de vida del remitente.

Kim dan: "Señor, no se preocupe por el dinero que le debo, solo le pido por favor que me de algo de tiempo mientras consigo un nuevo trabajo. Le pagaré hasta el último centavo con el interés que usted considere prudente.

Siento todo lo que sucedió."

Respiró profundamente, al menos Dan estaba vivo.

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Holaaa

Muchas gracias si llegaron hasta aquí.

Esta historia como les dije en la reseña es lo que pienso que va a pasar después del cap 51, aunque creo que está yéndose totalmente diferente de la historia.

¿Qué pasará en el capítulo de mañana?

Pueden dejarme aquí sus teorías.

Gracias por comentar 🖤

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