➤ PRIMERA PARTE


Jungkook se encontraba en el departamento de su mejor amigo Kyle, ya que su grupo de amigos decidieron hacerle una despedida a él y a Nyra porque se irían a vivir a Australia. Pues, a su novia le llegó la oportunidad por parte de su mentora de trabajar en el nuevo centro de salud que abrió allí, lo cual la había emocionado de gran manera y no dudó en aceptar olvidándose completamente de todo porque uno de sus sueños siempre fue poder marcharse alguna vez, por trabajo o lo que fuera. Además, extrañaba a su mentora de cirugía pediátrica, ya que en el tiempo que llevaba conociéndola se habían hecho buenas amigas.

Ahora la pareja estaba pasando un buen momento junto a sus amigos, Ewan, Adalie, y los mellizos Kyle y Kayla, aunque era demasiado evidente que el pelinegro ya se veía demasiado nostálgico, por lo que estaba muy apegado a sus amigos, a los cuales no parecía molestarles para nada porque ellos también ya se encontraban extrañándolos.

Adalie parecía no despegarse de su mejor amiga, Nyra, pese a que ella se veía demasiado emocionada, lo que hacía que la pelinegra se preguntara si todavía no reaccionaba a que se marcharía a otro continente y ya no los vería seguido, o acaso la verdad era que no los extrañaría para nada. Y es que ella sentía una presión en su pecho, como también ganas de llorar, abrazarla y pedirle que no se marchara, pero es que no sólo era porque Adalie era alguien demasiado sensible, sino porque se trataba de su mejor amiga a la que conocía desde los dieciséis y ahora ya se encontraban en sus veintiocho.

Kayla, Nyra y Adalie estaban tomándose fotografías para tenerlas de recuerdo, y la última mencionada no dejaba de abrazarla con fuerza, llegando hasta a besar su mejilla, provocando la risa de la pelirroja que abrazaba también a Kayla.

—Aún no puedo creer que realmente te irás —mencionó con algo de tristeza, Kayla—. Creí que podrías rechazar la propuesta.

—¡Pero si mi sueño siempre ha sido irme! —exclamó soltando una risilla.

—Ya, pero no lo dudas ni un segundo —murmuró angustiada, Adalie—. ¿No nos extrañarás siquiera un poquito?

Nyra al notar que ambas parecían tristes al pensar en que se iría, no pudo evitar soltar una risotada para luego pasar sus brazos por los hombros de ellas, acercándolas para así abrazarlas. Ambas no dudaron en corresponder con fuerza al abrazo, sin querer soltar a la más baja de ellas.

—Si cambias de opinión...

—¡Eso no pasará!

—Oh, ¡yo también quiero un abrazo! —Ewan intervino rodeando a las tres que no pudieron evitar reír—. Bueno, en realidad, vine porque también quiero tomarme fotografías con la señorita que va a abandonarnos.

Las jóvenes se separaron y Nyra no dudó en abrazar a Ewan, el cual era el amigo más antiguo -luego de Adalie- de la joven. Siempre parecían tan inseparables, actuando muchas veces como hermanos, pues llegaban a detestarse y pelear, causando a veces la risa de los demás, pero también se amaban de una manera pura.

Kayla no dudó en ser la que les tomaría las fotografías mientras que Adalie sonreía nostálgica al verlos posar de manera graciosa, ya que hasta extrañaría escucharlos pelear o bromear llegando a ser pesados.
Al sentir un nudo formarse en su garganta, decidió comenzar a caminar para buscar a su novio, pero al no verlo, frunció el ceño, hasta que lo encontró en la cocina junto a Jungkook, ambos detrás de la isla, bebiendo cerveza mientras conversaban.

—Hey, ¿está todo bien? —preguntó Kyle, provocando que Jungkook girara a verla sorprendido al no haberla notado por estar dándole la espalda.

—Sí. Sólo estábamos tomándonos fotografías con Nyra —respondió haciendo una mueca.

—Oh, ahora lo entiendo todo —presionó los labios y se acercó—. No vayas a llorar.

—¡No lo haré! —exclamó, pero este al ver sus ojos cristalinos, soltó una risilla.

—También debería tomarme algunas fotografías con ella —dijo para sí mismo—. Oh, ¡y contigo, Jungkook! ¿Vamos?

—Ahora voy.

—Tú tranquila —fijó la mirada en su novia, la cual tuvo la intención de acercarse para abrazarlo y así intentar sentirse mejor, pero este pasó por el lado, lo cual hizo que suspirara porque parecía como siempre era distraído con ella.

Adalie lo observó con una media sonrisa mientras este caminaba echando su cabello azabache y corto hacia atrás. Kyle era de estatura alta, tez pálida, ojos celestes, nariz larga y fina, labios esponjosos, y con cuerpo fornido. Pues, le encantaba ejercitarse, tanto así, que tenía su propio gimnasio y era el instructor.

La fémina al escuchar un suspiro, volteó a ver a Jungkook que había vuelto a darle la espalda. Se acercó curiosa, observando cómo este llevaba una botella de cerveza en cada mano y acercó una a sus delgados labios para darle un sorbo.
Llevaba una camisa blanca que enseñaba un poco su pecho al estar abierta por los primeros dos botones, pantalones negros y zapatos. Su cabello azabache dividido y liso, sus cejas gruesas resaltaban sus ojos redondos y oscuros, los cuales no la miraban en ese momento, parecían perdidos al estar concentrado en beber su cerveza.

—¿Estás bien? —preguntó llamando su atención.

—Claro.

—No lo pareces.

—Eres la mejor amiga de Nyra...

—¿Y...? —frunció el ceño.

—Lo que sea que te diga, se lo dirás —aseguró haciendo una mueca.

—Puedo guardar un secreto.

—¿Segura? —examinó alzando una ceja.

—Lo prometo.

El pelinegro la miró inseguro, pues sabía lo unidas que podían llegar a ser, cómo lo más mínimo que le pasara a una, la otra lo sabía, así que, el pensar en decirle un poco lo que estaba pasando en su cabeza le generaba inseguridad porque no quería que Nyra pudiera llegar a saberlo y que no fuera por él. Pero al ver sus orbes verdes, demostrándole seguridad en sus palabras, decidió permitirse confiar un poco en que podría guardar el secreto.

—¿Y si no estoy seguro de irme, Adalie? —preguntó con voz débil y algo de desesperación en su mirada.

—¿Qué? ¿Hablas en serio?

—Es el sueño de Nyra, no el mío —recalcó haciendo una mueca.

—Pero creí que... estabas bien con eso.

—Eso creí, pero... Nyra siquiera me consultó antes, simplemente, me pidió que tomara la decisión de irme con ella o quedarme aquí —explicó desviando la mirada por un momento—. Es como si... no le hubiera importado nuestra relación, ¿sabes? —murmuró algo dolido—. Quizás si le decía que no me iría con ella, no le hubiera importado en lo absoluto.

—No digas eso. Te ama más que a nada, Jungkook —aseguró acercándose a él que la miró inseguro, como si no creyera demasiado en sus palabras—. Tan sólo está demasiado emocionada.

—Pero el hecho de que ya no pasemos tanto tiempo juntos o que no me demuestre el mismo interés, no viene de ahora que está emocionada por esto —confesó sorprendiéndola por un momento—. ¿Qué va a ser de nosotros en Australia, si aquí parecemos ya no estar funcionando igual?

—Quizás está demasiado concentrada en su trabajo, pero no creo para nada que haya perdido el interés en ti.

—No lo sé...

—Llevan ocho años de novios, Jungkook—recalcó, y este suspiró desviando la mirada.

—Quizás sólo quiero creer que ya no me ama de la misma manera porque... no quiero irme, pero tampoco quiero separarme de ella.

—Jungkook...

—Ya, no digas nada. Olvídalo —la interrumpió negando repetidamente con la cabeza, antes de darle un sorbo a su cerveza. Al ver que en la otra mano tenía la de Kyle, se la enseñó a Adelie—. Es la de tu novio.

Ella medio sonrió aceptando la botella para así darle un sorbo, al igual que Jungkook volvía a hacer con la suya, ambos con la mirada perdida al no poder evitar pensar en lo que él acababa de decir. Pues, Adalie estaba completamente segura de que su amiga amaba a ese hombre más que nada, sin importar las complicaciones que pudieran llegar a tener, por lo que no podía creer que él estuviera llegando a dudar de su gran amor.














(...)



















Durante la mañana, aquel grupo de amigos se encontraban en el aeropuerto, despidiéndose de la pareja con abrazos y lágrimas, ya que se marcharían sin saber cuándo podrían volver a verse otra vez. Adalie hasta tenía su rostro empapado de lágrimas, sin ser capaz de soltar a la pelirroja, por lo que Ewan abrazaba a ambas mujeres e intentaba contener su llanto. Y a menos de dos metros Kyle y Kayla abrazaban a Jungkook, el cual parecía completamente desganado ese día, aferrándose a su mejor amigo.

La noche anterior cuando se subió al coche junto a Nyra, la cual pudo notar que algo le sucedía y se lo preguntó, este se negó completamente. Quería poder fingir que estaba bien sin desatar una pelea, pues a la mañana siguiente se irían, así que sentía que no serviría de nada porque ella, de todas maneras, estaba segura de irse. No podía arrepentirse estando a unas horas de marcharse a Australia, porque sería algo injusto para Nyra. O eso pensaba él.

—Por favor, no dejes de escribirme —pidió la pelinegra sintiendo sus lágrimas brotar.

—Tú tampoco.

—Intentaré visitarte pronto, ¿sí?

—Por favor, Adalie —musitó con un hilo de voz—. Bien, basta. ¡Van a hacerme llorar y juré que no pasaría!

Adalie soltó una ligera risa entre lágrimas, para luego separarse y limpiarlas mientras sorbía su nariz. Nyra las limpió de manera delicada para no arruinar su maquillaje, pero soltó un chillido al sentir cómo el joven de casi dos metros y rubio, volvía a abrazarla, rompiendo en llanto, haciéndola reír al escucharlo y abrazarlo con fuerza al estar conmovida.

La pelinegra giró a ver cómo Kayla y Kyle se acercaban a Nyra para hacerla separar de Ewan y poder despedirse, por lo que ella se acercó a Jungkook que tenía la cabeza gacha, mordiendo ligeramente su labio inferior.

—Adiós, Jungkook.

—Oh, no digas adiós como si no fuéramos a vernos nunca más —reprochó haciendo una mueca.

—Bueno, tienes razón —soltó una ligera risa.

Algo dudosa se acercó a él para abrazarlo, el cual le correspondió rápidamente envolviéndola con sus fuertes brazos. Pues, si bien eran amigos hacía muchísimos años y conversaban alguna que otra vez, Adalie era de respetar demasiado la distancia que creía que debía mantener al tratarse del novio de su mejor amiga. Lo conocía hacía ocho años, pero eran contadas con los dedos de una mano las veces que se habían abrazado, así que seguía siendo algo extraño, más por el hecho de que lo hicieran con fuerza. Pero claro que sería así porque se marcharían y, Jungkook hasta sentía que podría extrañarla. Estaba más que acostumbrado a verla seguido al ser la mejor amiga de su novia, como también novia de su mejor amigo, y además, compartir grupo de amigos. Siempre se le había hecho una mujer risueña, empática, sensible y dulce, y le agradaba de gran manera, a pesar de saber que la relación que tenía con su mejor amigo no era demasiado buena. Pero sabía perfectamente que eso no la hacía una mala persona.

—Intentaré visitarlos pronto —murmuró pasando las manos por la espalda de este.

—Eso sería bueno, Adalie —confesó separándose, mirándola con una media sonrisa aunque ella pudo notar algo de desesperación en su mirada. Quizás, la misma que había notado la noche anterior.

—¿Estás bien? —se atrevió a preguntar por lo bajo, algo insegura.

Jungkook presionó los labios a la vez que negaba repetidamente con la cabeza, y cuando ella quiso indagar porque estaba preocupada, Ewan se acercó a abrazar nuevamente a su amigo, sorprendiéndolo por completo.

Al acabar de despedirse, Adalie volvió a pedirle a su amiga que intentara escribirle seguido, lo cual repitió que haría, observando cómo la pelinegra parecía estar por romper en llanto. En eso, comenzaron a caminar para marcharse mientras Adale intentaba contener el llanto, siendo abrazada rápidamente por detrás por su novio que movía una de las manos para despedirse de sus amigos.

La pelinegra al verlos subir las escaleras, desapareciendo por completo de su vista, se cubrió el rostro con la mano y sollozó. Su corazón se había encogido porque no quería aceptar el hecho de que su amiga realmente se marcharía y a otro continente, que ya no la vería seguido, que ya no estaría a su lado cuando la necesitara. Era doloroso, pero sabía que debía estar contenta porque ella lo estaba al cumplir uno de sus sueños.

La fémina había volteado para abrazar mejor a su novio y pasar las manos por su espalda, mientras que Kayla y Ewan decidían salir del aeropuerto, aunque esperarían a la pareja en el coche.

—Pronto podremos ir a visitarlos, mi amor —aseguró acariciando su espalda.

—Lo sé...

—¿Jungkook? —preguntó desconcertado.

—¿Qué...? —arrugó el rostro desconcertada, limpiando sus lágrimas mientras volteaba.

Al ver a un joven con el mismo suéter rojo que él, acercándose rápidamente con la maleta, abrió los ojos a la par mientras su novio se acercaba.
Adalie no podía creerse para nada que Jungkook estuviera nuevamente frente a ellos, pero comenzó a preocuparse cuando este se aferró a Kyle, rompiendo en un llanto desconsolado.

—Jungkook, ¿qué...?

—¡Nyra y yo terminamos! —exclamó sollozando, aferrándose con más fuerza a él—. ¡Va a irse sin mí!

—Oh, Dios, no puedo creerlo...

—¡Me duele, Kyle! ¡En verdad la amo!

Adalie no sabía cómo procesar lo que acababa de escuchar, simplemente, se quedó atónita en su lugar, escuchando cómo Kyle intentaba animar con sus palabras aunque sea un poco a su amigo, para que así pudieran marcharse y él explicarle lo que sea que había sucedido. Pues, era algo sumamente inesperado el haberlo visto subir junto a su novia para irse a otro país, pero a los pocos minutos verlo bajar ahora con su relación acabada.



















(...)

















El tiempo siguió pasando, cada día pareciendo ser más agotador que el anterior para Adalie. Había días donde necesitaba más que nunca a su mejor amiga, deseando que pudiese ir a visitarla cuando estaba hecha un caos de emociones, pero ya no tenía a dónde ir, porque en esa casa ahora sólo estaba Jungkook. Siquiera podía llamarla cuando quisiera por el cambio de horario y, además, estaba el hecho de que Nyra se la pasaba trabajando.
Había días donde no hablaban, hasta transformándose en semanas, lo que llegaba a desesperar a Adalie porque sentía cómo poco a poco iban a alejándose más. Se preocupaba por si algo le había sucedido, pero veía algunas veces las fotografías que posteaba en sus redes sociales, mostrándose tan feliz que le hacía bien y, aunque quisiese ignorarlo, también le dolía ya que a ella realmente le estaba afectando esa distancia.

Detestaba sentir que era demasiado dependiente de Nyra, aunque ya habían pasado unos dos meses desde que se fue y debería estar acostumbrándose a no tenerla cerca. Pero es que, el hecho de conocerse desde tantos años y, además, haber estado siempre la una para la otra, hasta en sus peores momentos, hacía que le costara mucho acostumbrarse a ya no tenerla cerca, extrañándola cada día que pasaba.

Aquella noche cuando salió del Spa donde trabajaba, decidió dirigirse a un bar, ya que no tenía ánimo alguno de volver al departamento con su novio. Pues, llevaban días estando realmente mal y ella siquiera podía comprender qué estaba sucediendo. Si bien, eran de tener constantes discusiones, pero nunca duraban tantos días con aquella tensión, por lo que ahora deseaba más que nunca tener con quién hablar para descargarse. Estaba segura de que si Nyra siguiera allí y no estuviera en su trabajo, podría ir a verla, hasta quedarse en la casa si no tenía ánimos de regresar, porque a Jungkook nunca parecía molestarle, además de que había noches donde él siquiera volvía por su trabajo. Y ahora a pesar de seguir teniendo a su grupo de amigos, no podía descargarse con ninguno de ellos, ya Kayla era la melliza de su novio, Ewan su mejor amigo, al igual que Jungkook que parecía haberse distanciado porque en la mayoría de veces que habían quedado, este siempre tenía alguna excusa perfecta.

No había bebido lo suficiente como para embriagarse, pero sí para tener la valentía de volver sin sentirse incomoda por la tensión que podría haber entre ellos. Caminó tranquilamente hasta que alcanzó a ver a un taxi, para luego subirse y darle su dirección.
Durante el camino sólo se dedicó a observar por la ventanilla, sintiéndose aun más exhausta, por lo que tan sólo quería darse un baño y poder descansar unas buenas horas.

Una vez que llegó, cerró la puerta tras su espalda, soltando un gran suspiro de frustración mientras se quitaba la chaqueta.

—¿Dónde demonios estabas? —preguntó molesto, Kyle, llegando a la sala principal—. ¡Te estuve llamando!

—Lo siento. Lo dejé en silencio y no lo revisé.

—Te pregunté dónde estuviste —recalcó tomándola del brazo, haciéndola voltear cuando ella quiso pasar por su lado—. ¡Dime!

—¡Sólo fui a beber! ¡Relájate! —exclamó soltándose para comenzar a caminar hacia la habitación.

—¡¿A beber?! ¡¿Con quién?! —interrogó deteniéndose a un lado del umbral de la puerta.

—Sola, Kyle.

—¿Se supone que debo creerte?

—¿Por qué te mentiría? —arrugó el rostro por la confusión.

—¡No lo sé! Pero no me creo para nada que hayas ido sola.

—Stephanie debía regresar a su casa, así que por eso fui sola —explicó intentando sonar calmada.

—No te creo...

—¡¿Por qué parece que últimamente no dejas de buscar excusas para que discutamos?! —cuestionó agotada, acercándose—. ¡Dime qué rayos te sucede, porque hasta cuando me quedo en silencio algo de mí te molesta! ¡Estoy cansada de ésto! ¡Sé sincero conmigo, Kyle!

Adalie cada día se sentía más confundida y frustrada por el comportamiento de su novio, pues parecía ser que aunque se mantuviera quieta y en silencio en un lugar, algo había hecho mal para él. Eso hacía que los días a su lado resultaran agotadores, que cada día todo se tornara peor en su relación, y que la desesperación, así como el miedo, la invadieran.
Era agobiante el tenerlo en frente, el querer poder estar a su lado como antes, el querer decirle todo lo que cruzaba por su cabeza, y sentir un nudo en su garganta por no poder al tener miedo a la respuesta. Y esa noche, había llegado a su límite porque quería más que nada poder descansar, pero él parecía querer tener otra discusión.

—¡Ya no puedo más, Adalie! —exclamó agotado, dejándola atónita.

—¿Qué? —su voz salió casi inaudible mientras su visión se tornaba nublada.

—¡Ya no puedo más con esta relación!

—¿C-Cómo puedes decir eso? Son seis años, no meses, Kyle —recalcó con la voz temblorosa por el llanto contenido.

—¡Por esa misma razón, carajo! —se acercó a ella, notando cómo su labio inferior parecía temblar, lo que provocaba que sintiera una presión instalarse en su pecho, pero ya no podía dar marcha atrás, así que tomó una bocanada de aire para hablar más tranquilo—. Ya no sé si te sigo amando.

—No es cierto. No digas eso, por favor —suplicó con un hilo de voz, queriendo acercarse más y abrazarlo, pero él la tomó de los hombros para apartarla, provocando que sollozara bajando la cabeza.

—Lo siento. Pero creo que... ya no te amo. Esto ya no es lo mismo —expresó separándose—. Realmente intenté que volviera a serlo, pero... ya no puedo seguir así. No es sano para ninguno.

—¡¿Por qué me haces ésto?!

—¡¿Acaso querías que me siguiera callando?! —cuestionó indignado—. No podía seguir con la desesperación de si volvería a sentir lo que me provocabas. Ya no soy feliz a tu lado, y tú estabas notando que ya no era el mismo contigo, ¡siquiera tenemos relaciones como antes, por Dios! Ya no era capaz de seguir ocultándolo, así que, ¿qué caso tenía seguir con ésto?

Adalie negó repetidamente con la cabeza mientras sollozaba y cubría su rostro con una mano, sintiendo rabia en su corazón. Sollozaba desconsoladamente, queriendo arrancar todo el dolor que estaba expandiéndose por su pecho, y más al sentir rodearla los brazos de Kyle, los cuales ahora solamente le estaban destrozando más el corazón.

—Todo va a estar bien —aseguró por lo bajo, dejando un beso en la coronilla de su cabeza—. Adalie...

—¡Déjame! —ordenó empujándolo lejos de ella, notando la sorpresa en su mirada.

La fémina limpió con brusquedad sus lágrimas, volteando para caminar hacia el armario y tomar su maleta para dejarla en la cama, abriéndola rápidamente.

—Hey, ¿qué haces?

—¡Me voy! ¡¿No es acaso obvio?! —preguntó intentando contener el llanto mientras buscaba su ropa.

—No tienes que irte ahora. Es tarde...

—Prefiero hacerlo cuánto antes.

—P-Pero ¿a dónde te irás?

—¡Eso no te importa, Kyle!

—Escúchame...

—¡Ya basta! ¡Déjame hacer la maleta tranquila, por favor! —pidió sollozando—. Ya he tenido suficiente de ti por esta noche, ¿no te has dado cuenta?

Adalie no podía seguir mirándolo, mucho menos escuchándolo, cuando deseaba más que nada que le dijese que era todo una mentira, que él seguía amándola intensamente así como ella a él. Pero eso jamás pasaría, porque hacía tiempo que la fémina notaba que ya no la miraba de la misma manera, aunque quería creer que era sólo producto de sus inseguridades por el hecho de que llevaba tiempo rechazando tener relaciones, que pasaron de ser una pareja sexualmente activa a estar semanas sin que pasara absolutamente nada, y no era tan sólo eso, sino también estaba el hecho de que los besos de él iban a su mejilla cuando le recordaba que no la había saludado.

Al verla de esa manera, asintió tragando con dificultad para voltear y salir de la habitación, escuchando cómo sus sollozos parecían aumentar, por lo que intentaba ser fuerte y no volver a entrar allí. Pues, sabía que sólo seguiría lastimándola y no quería para nada eso.

La pelinegra intentaba seguir metiendo en la maleta su ropa, así como también  sus perfumes y cremas, aunque sabía que seguramente se dejaría alguna que otra pertenencia, pero es que en ese momento no era capaz de pensar con claridad. Además, en cuanto lo notara sabía que podría pedírselo a Kayla, y que ella aceptaría sin dudar entregarle sus cosas.

Una vez que acabó, inhaló y exhaló de manera temblorosa, intentando calmar su llanto aunque sea para salir y que él no siguiera viéndola de esa manera. Sentía que, de todas maneras, eso no lograba mover nada en él, ni que pensara en el amor que se tuvieron y que aún existía de su parte, porque de la parte de Kyle ya había muerto.
Y en cuanto salió, pudo verlo sentado en el sofá, cómo se levantaba rápidamente al verla, sin saber qué decir o hacer. Adalie tan sólo podía sentir cómo la tristeza se hacía cada vez más grande porque deseaba que dijera algo para detenerla, pero su corazón ya no estaba tolerando tanto sufrimiento, por lo que abrió la puerta y salió sin que él hiciera algo al respecto, más que soltar un suspiro.

Se dirigió rápidamente al elevador, oprimiendo el botón del primer piso para bajar, ahora sin ya poder contener las lágrimas y los sollozos. Había hecho añicos su corazón y, aún así, intentaba comprenderlo, sabiendo perfectamente que no importaba si se tardaba días o semanas en buscarla, porque ella lo esperaría con los brazos abiertos.

Las puertas se abrieron y volvió a tomar la maleta para comenzar a caminar hacia la salida del edificio, mientras limpiaba sus lágrimas reprimiendo sus sollozos, ya que estaba el hombre de recepción y una pareja, así que no quería la vieran de esa manera.
Siquiera sabía dónde ir y ahora eso estaba desesperándola, pero al estar cerca de la puerta, ver a un pelinegro con uniforme de policía, que cuando sus miradas se encontraron, abrió sus ojos oscuros a la par, sintió que iba a derrumbarse otra vez.

—¿Adalie? —se acercó rápidamente, demostrando su preocupación—. Hey, ¿qué sucede? ¿Qué haces con esa maleta?

—Kyle... Kyle me terminó —confesó rompiendo en llanto otra vez, por lo que tuvo que cubrirse los labios.

—Pero ¿cómo vas a irte ahora? ¿A dónde irás? —interrogó curioso—. Dime y te llevo.

—¡No lo sé! No puedo ver a Kayla ahora, con Ewan no hablo hace semanas —explicó sollozando—. Stephanie tiene problemas con su esposo, así que tampoco puedo ir allí ahora, mucho menos con mis problemas. Y mi madre... no quiero que me vea así en este momento.

La miraba consternado, sin saber cómo ayudarla, qué decirle o hacer, más que acariciar su hombro mientras ella tenía la cabeza gacha y se cubría el rostro. No le gustaba para nada verla de esa manera, además que le traía recuerdos cuando ella lo había visto así en el aeropuerto.

—Ven conmigo.

—¿Qué? —preguntó mirándolo confundida.

—Puedes quedarte esta noche en mi casa, y mañana me dices qué piensas hacer.

—Pero no quiero incomodar, además, viniste por Kyle...

—Tú tranquila. Vamos —ordenó con suavidad, tomando la maleta para así comenzar a caminar hacia la salida.

Adalie quería seguir insistiendo en que no era necesario, pero Jungkook parecía completamente decidido, por lo que apresuró su paso para seguirlo mientras se limpiaba lágrimas.



















(...)




















Una vez que llegaron, Jungkook bajó la maleta de la cajuela, por más que ella se ofreció a hacerlo. Este la miraba comprensivo mientras se abrazaba a sí misma sin ser capaz de mirarlo, intentando poder seguir conteniendo el llanto. Y es que sentía demasiado extraño estar luego de meses en la casa de él, porque además notaba un gran cambio, quizás el hecho de que ya no tenía las fotografías donde salía junto a Nyra, así como tampoco se sentía la misma calidez. En ese momento detestaba estar allí, por lo que se arrepentía de no haber querido ir a la casa de su madre porque no quería que la viese se esa manera, menos que detestara a Kyle, ya que aún tenía la esperanza de volver a su lado.

Jungkook dejó la maleta a un lado del sofá, observándola algo tenso, sin saber qué hacer más que señalarle el sofá para que tomase asiento, por lo que ella obedeció. Dijo de prepararle algo para tomar y, por más que se negó porque no quería molestarlo, Jungkook caminó hasta la cocina, por lo que Adalie suspiró a la vez que frotaba sus brazos, intentando así darse algo se calor, pero al ver la manta a su lado, decidió tomarla para cubrirse y esperar a que el pelinegro volviese.

No le gustaba sentirse una molestia, razón por la que se había negado a querer algo para tomar, aunque realmente creía necesitar, pero es que ya tenía más que suficiente con quedarse esa noche allí. Pasaron unos pocos minutos cuando Jungkook volvió con dos tazas en sus manos, mirándola algo sorprendido porque se había cubierto con la manta, por lo que ella al notarlo sintió su rostro enrojecer de la vergüenza. Sabía que quizás debió preguntarle y que ahora parecía tener demasiada confianza para hacer algo así, como antes cuando estaba Nyra, pero es que realmente parecía hacer más frío de lo normal en la casa, hasta ser una completamente distinta y nada cómoda para ella.

Jungkook le entregó una de las tazas, por lo que le agradeció por lo bajo mientras él tomaba asiento a su lado, aunque manteniendo la distancia, para luego darle un pequeño sorbo a su café. La fémina también le dio un sorbo al suyo, pero luego lo miró por un momento notando que parecía algo pensativo.

—Si habías quedado con él...

—Ya te dije que no te preocupes por eso. No va a molestarse porque supuestamente nunca llegué —aseguró encogiéndose de hombros, restándole importancia.

—Eso espero.

—¿Qué sucedió? —preguntó curioso, inclinándose para dejar la taza en la pequeña mesa de madera que estaba al frente.

—Llevábamos teniendo días demasiados malos —respondió imitando la acción de Jungkook, para luego apoyar su espalda en el respaldo, notando cómo este la miraba como si eso fuera normal en la pareja—. Esta vez no lográbamos arreglarlo porque una nueva discusión aparecía.

—Oh, pero esto no es algo nuevo, ¿verdad? —inquirió inclinándose para tomar su taza y darle un sorbo, mientras ella lo miraba curiosa—. Es que él solía decirme sobre que te terminaría, así que supongo que han tenido bastantes conversaciones sobre eso. Esto no debe ser algo nuevo.

—¿Qué? —soltó una risa histérica, provocando que él se tensara—. ¿De qué hablas, Jungkook?

—Dije algo que no debía, ¿verdad? —al notar que ella parecía intentar procesar sus palabras, tragó con dificultad sin saber cómo poder enmendar su error por hablar creyendo que lo sabía—. Olvida lo que dije...

—¿E-En verdad te decía eso? —giró la cabeza para conectar sus miradas, permitiendo que él viera sus ojos cristalinos, pero aun así, asintió presionando los labios.

—E-En verdad lo siento. Creí que lo sabías —murmuró frustrado—. Lo siento...

—No. Gracias por decírmelo —lo interrumpió, desviando la mirada.

—Adalie...

—En serio, gracias.

La fémina intentaba ser capaz de contener el llanto, y Jungkook podía notarlo al ver cómo su labio inferior temblaba, por lo que no podía evitar sentir una gran culpa por habérselo dicho, creyendo que su amigo ya había intentado terminar antes, así como también sentía que, de alguna manera, le había fallado a Kyle al haber abierto la boca.

Adalie no pudo ser capaz de seguir reteniendo el llanto, por lo que se cubrió la boca con la mano, rompiendo en un doloroso llanto. El dolor era parte de ella ahora, y estaba segura de que lo sería por un largo tiempo al menos. Sentía cómo si las lágrimas quemaran su piel, y Jungkook observaba sus ojos enrojecidos, la amargura en estos, quizás al pensar en cómo Kyle llevaba más tiempo de lo que creía con la idea de terminar, pero jamás se atrevió mientras ella intentaba luchar por ambos.

Este soltó un suspiro, pasando el brazo por los hombros de ella, luego de haberlo pensado por largos segundos, y la apegó a él para poder abrazarla. La pelinegra se dejó abrazar, ya que sentía que lo necesitaba porque era como si su mundo se estuviera desmoronando, por lo que depositó la cabeza en el pecho de él, aunque no lo envolvía con los brazos. Tan sólo quería poder sentirse cómoda con aquel abrazo, por más que siguiera siendo demasiado extraño el ser abrazada por el exnovio de su mejor amiga, lo que hacía que quisiera mantener un poco la distancia. Y sabía perfectamente que, en ese momento, Jungkook estaba igual, porque hasta su manera de abrazarla demostraba que todavía seguía dudando de si estaba bien hacerlo.

—M-Me siento demasiado sola —confesó con un hilo de voz, pensando en si era correcto lo que diría, pero acabó soltándolo—. La extraño tanto.

Al escucharla y entender a lo quién se refería, tragó con dificultad mientras cerraba los ojos y sus facciones se endurecían por un momento. Pues, cada día que pasaba se preguntaba si algún día podría ser capaz de superar a Nyra, si dejaría ser aquel recuerdo que provocaba que su corazón se encogiera y el dolor lo envolviera con gran intensidad, si dejaría ser ella la que apareciera en sus pensamientos cuando escuchaba hablar sobre el amor, si cada vez que le preguntaran por ella podría ser capaz de no derramar lágrimas, si algún día dejaría de dolerle.

—Yo también la extraño —musitó con la visión nublada por las lágrimas.

—Lo siento, sé que...—la fémina intentó separarse, pero Jungkook no se lo permitió al tomarla con algo de fuerza del hombro, ya que no quería que lo viera afectado.

—Tranquila, está bien.

Adalie volvió a sollozar, casi dejándose llevar por completo porque ya siquiera era capaz de sentir la incomodidad en ese abrazo, mientras que él sentía sus lágrimas comenzar a brotar. La fémina no sabía porqué lloraba más, si por su corazón roto y la decepción que había provocado Kyle, o por cuánto necesitaba a su mejor amiga.
Jungkook, en cambio, en ese momento, sabía que ambos necesitaban de Nyra, por lo que provocaba que su dolor pareciera intensificarse aun más.

Al escuchar su celular, limpió rápidamente sus lágrimas con la mano libre aunque intentaba ser algo disimulado, para así separarse y sacarlo del bolsillo de su pantalón.

—Ya vuelvo.

Ella asintió sollozando por lo bajo, viéndolo dirigirse hacia la habitación para así atender la llamada. Con los segundos que pasaban, seguía sintiendo sus lágrimas brotar aunque había logrado poder calmar sus sollozos, lo que agradecía.
No sabía cuánto había pasado cuando vio a Jungkook volver, pareciendo algo estresado, a pesar de intentar disimularlo.

—Oye, debo irme.

—P-Pero...

—Si tienes hambre, puedes cocinarte, ¿está bien? —la miró por un momento, notando cómo parecía algo tensa—. Ya conoces la casa, así que sabes dónde está cada cosa. No he cambiado eso de lugar.

—No tengo hambre. En realidad, sólo quiero darme un baño y descansar —confesó tímida.

—Pues, hazlo. Si quieres puedes dormir en mi habitación. No tengo problema —mencionó aunque a ella se le notaba que no le parecía buena idea—. Un amigo me llamó para pedirme un favor, así que debo hacer guardia esta noche, y eso significa que volveré demasiado tarde. Descansa bien.

—Oh, está bien. Tú igual —al notar la confusión en su mirada sintió su rostro enrojecer de la vergüenza, pero es que sus nervios la estaban invadiendo cada vez más y no podía pensar con claridad—. C-Cuando vuelvas, claro.

—Sí. Tú duerme en mi cama y yo dormiré en el sofá —apuntó dirigiéndose a la puerta, observando cómo asentía más segura—. Nos vemos, Adalie.

—Cuídate, Jungkook.

Cuando la puerta se cerró, la fémina decidió llevar la maleta hasta la habitación para así poder buscar ropa para pasar a bañarse. Aún no podía evitar sorprenderse de ya no ver fotos con Nyra, más que una, pero era donde salía el grupo. Se preguntaba cómo Jungkook podía seguir allí luego de haber vivido junto a Nyra por más de tres años, por lo que suponía que en cada parte de la casa tenía algún recuerdo de ella. En eso, agradecía completamente haber decidido vivir en el departamento de Kyle, porque ahora podría buscarse uno para ella donde no habría nada de recuerdos a su lado.

El baño la había ayudado a relajarse un poco, por lo que había decidido quedarse un poco más, pero una vez que ya se encontraba con su pijama y estaba sentada en la cama, decidió tomar su celular. Lo encendió, quizás con una pequeña ilusión de encontrarse con algún mensaje de Kyle, pero eso no sucedió, así que suspirando lo dejó en la mesita de noche y se recostó sin poder evitar perderse en sus pensamientos mientras las lágrimas volvían a brotar. Y es que se detestaba por no haberse dado cuenta de que estaba luchando sola por conservar una relación, un amor que ya no tenía continuidad.




















(...)





















Cuando la fémina salió del baño, volvió a refregar sus ojos hinchados después de tanto llorar por la noche, además que seguía teniendo algo de sueño.
Al llegar a la sala principal pudo divisar a Jungkook durmiendo en el sofá, cubierto por la manta que ella había utilizado por la noche. Este roncaba, lo cual hizo que tuviera que reprimir una risilla, ya que recordaba cuando su mejor amiga solía burlarse o reprocharle por no poder descansar bien por esa razón.

Era temprano todavía, por lo que decidió preparar un café, pero no sólo para ella sino también para Jungkook. La fémina intentaba ser lo más silenciosa posible, aunque no era algo en lo que fuera buena, por lo que cuando ya tenía ambas tazas con el café y volvió a la sala principal, vio a Jungkook sentado en el sofá, refregando sus ojos, con su cabello corto despeinado, dándole un aspecto tierno para Adelie, la cual tuvo que volver a reprimir la risa al verlo así.

—¿Te desperté? —preguntó algo nerviosa, acercándose.

—No te preocupes. Últimamente no duermo bien porque me despierto por ratos —mencionó haciendo una mueca, pasando los dedos por su cabello.

—Te preparé un café.

—Gracias, Adalie —sonrió a medias antes de tomar la taza, acomodándose para que ella pudiera tomar asiento a su lado—. ¿Cómo dormiste?

—Dentro de lo que cabe, bien —respondió encogiéndose de hombros, ahorrándose el detalle sobre que lloró hasta quedar profundamente dormida. De todas maneras, eso siquiera era necesario que lo dijera porque, Jungkook, al encontrarse con sus orbes verdes, pudo darse cuenta rápidamente—. ¿Y tú?

—Además de que llegué demasiado tarde y no dormí mucho, bien —soltó una ligera risa.

—Lo siento. No debí despertarte...

—Tranquila —musitó con una media sonrisa antes de darle un sorbo a su café—. ¿Cómo te sientes?

—Creo que... tengo el corazón lleno de angustia y tristeza —murmuró de forma casi inaudible, llevando la mano a su pecho—. Duele demasiado.

—Quizás algún día deje de doler.

—¿Ya dejó doler para ti? —preguntó mirándolo, escuchándolo soltar una ligera risa amarga mientras negaba repetidamente con la cabeza.

—No puedo mentirte. Sigo esperándolo.

Ella soltó un suspiro a la vez desviaba la mirada, porque pensar en eso la llevaba a sus recuerdos junto a su exnovio. Aún se le dificultaba procesar, pues estaba tan acostumbrada a volver a ese departamento, a querer ser recibida por él, que no era capaz de aceptar que esta vez debía ir a la casa de su madre, ser recibida por ella y tener que explicar lo que sucedió con Kyle. Pues, sabía que en cuanto se lo dijera, todo se volvería más real, y de sólo pensarlo provocaba que quisiera romper en llanto.

Si luego de meses a Jungkook seguía doliéndole, ¿a ella le pasaría lo mismo? Pues, sentía que jamás podría arrancarlo de su corazón, que viviría extrañándolo, por lo que le asustaba pensar que pasaría toda su vida con aquel dolor en su pecho por ya no tenerlo. Mientras tanto, Jungkook la observó pensando en que quizás no le estaba dando esperanzas de superarlo, de volver a estar bien sin esa persona, pero es que no podía mentirle y decirle que ya no le dolía no estar con Nyra, porque si ella volviera aun luego de tantos meses, su corazón brincaría de emoción y sus brazos se abrirían para recibirla.

—¿Ya tienes pensado qué harás? —preguntó desviando el tema de conversación.

Mhm... Supongo.

—Si necesitas más tiempo, puedes quedarte —mencionó antes de darle un sorbo a su café para evitar su mirada, ya que los nervios parecían haberlo invadido por no saber cómo podría tomárselo.

—Oh, no... no te preocupes —negó repetidamente con la cabeza.

—En verdad. Además, no es malo despertar con un café —bromeó causando que ella medio sonriera, aunque bajó la cabeza.

—Gracias, pero no —respondió volviendo a conectar sus miradas—. Creo que... no sería correcto tampoco.

—Oh... puede que tengas razón. Lo siento.

En ese momento se sentía demasiado tenso, sin ser capaz de mirarla al no haberlo pensado a profundidad, así que ahora no sabía siquiera qué decir, mientras que ella pensaba en que quizás debía irse para que la tensión no siguiera creciendo en ese momento.
Se sentía demasiado agradecida con Jungkook, además, siempre le había agradado demasiado. No sólo por el hecho de que Nyra siempre había hablado maravillas por cómo era con ella, porque él -a pedido de la pelirroja también- había sido quien la había ayudado a que Kyle decidiera dar el paso de noviazgo con ella, sino también por los momentos que habían compartido aunque fueran pocos.

















(...)













Las semanas fueron pasando, Adalie pensaba en que Kyle le había hecho tan bien en un principio, que aunque en ese momento la haya destrozado, sólo quería llamarlo y estar con él, por lo que había intentado contactarse, pero Kyle jamás no contestó sus llamados. Y así siguieron pasando los días, transformándose en meses. En eso no podía evitar preguntarse porqué siempre era quién acababa con el corazón roto, porque en sus dos anteriores relaciones también fue así, y eso la llevaba también a pensar en que quizás Kyle sólo dio el paso del noviazgo con ella porque se sintió presionado. 
Ahora se había llevado partes de ella, no podía mentir, pero decidió no hundirse en la tristeza, tomar la valentía y la fuerza necesaria para así amarse lo suficiente y no seguir humillándose, esperando que él se diera cuenta de que seguía amándola.

A pesar de su corazón roto, de su decepción, los ojos anegados de llanto, y el amor hecho ceniza, se levantó.

Nada era para siempre, y a pesar de sentir que su corazón todavía murmuraba su nombre, no iba a volver a arrastrarse. Estaba más que bien en su trabajo, en su vida diaria, sintiéndose hasta mejor sin pensar en cuál podría ser el nuevo problema que tendría en su relación. Ya no tendría que preocuparse por seguir luchando sola por mantener la relación.

Ahora ese encontraba caminando junto a su amiga Stephanie, antes de que ambas fueran al trabajo. Le gustaba poder hablar con ella, más que nada ahora que sentía que su amistad había crecido al ya no tener a Nyra, y el hecho de que no podía hablar demasiado con Kayla de cómo se sentía porque le incomodaba que se tratara de la melliza de su exnovio. Pues, cuando la veía a ella, también sentía que lo veía a él de alguna manera, por lo que una presión se instalaba nuevamente en su pecho.

—Quizás el sábado podríamos salir junto a Jeremy y Marie, ¿qué dices? —preguntó con una sonrisa, Stephanie.

—¡Claro! Me gusta la idea —asintió con una sonrisa—. Jeremy me agradó.

—Perfecto. Entonces, le comentaré.

Hacía unas semanas salieron al bar, y Adalie pudo conocer a Jeremy, esposo de Stephanie. En un principio se había mostrado serio, pero luego había comenzado a agradarle al ponerse bromista y risueño.

—Vamos a comprar café antes de ir —dijo entrando a la cafetería, Stephanie.

Adalie iba a seguirla, pero antes de entrar, giró hacia su lado notando que se encontraba en frente una patrulla de policía, lo cual capturó toda su atención.
Escuchó la voz de su amiga, lo que hizo que saliera de su trance y entrara también, desconcertándola por completo cuando la atendieron y ella pidió tres cafés. Stephanie, mientras se los preparaban, insistió en saber porqué tres, pero ella no respondía, tan sólo sonreía.

—Ya, ¡dime de una vez! —exigió cuando salieron.

—Es para un amigo. Ya vuelvo —informó al tener ambos vasos en sus manos, para comenzar a caminar hacia la calle.

—¡¿A dónde vas?! ¡Adalie!

La pelinegra pasó por completo de sus llamados, dirigiéndose hacia la patrulla donde se encontraba un pelinegro, el cual estaba concentrado en su celular, hasta que sintió una presencia. Cuando se encontró con aquellos orbes oscuros que se abrieron a la par al verla, la fémina no pudo evitar sonreír.

—Buenas tardes. ¿Quiere un café, Oficial Jeon? —preguntó divertida, enseñándole el vaso, lo que hizo que este se sorprendiera más.

—Addie, qué... qué sorpresa —sonrió algo nervioso al sentirse un idiota por seguir sorprendido.

—Me imagino que debes estar exhausto de mantener las calles seguras para nosotros, así que, pensé: se merece un café —soltó una risilla, provocando la de él.

—No te hubieras molestado...

—Ya, cállate y acéptalo.

—Gracias, Addie —sonrió tomando el vaso.

Jungkook estaba realmente sorprendido de encontrársela y que además le haya comprado un café. Luego de esa vez  que la dejó quedarse en su casa, se encontraron alguna que otra vez y hasta comenzaron a enviarse mensajes, por lo que la confianza entre ellos era mayor que antes, algo inesperado para ambos, pero también agradable.

—No es nada, Oficial Jeon.

—Ya, ¡deja de decirme así! —reprochó riendo—. De todas maneras, mi amigo, Steve, fue a comprar algo para comer, así que se va a enfadar porque no le compré uno para él.

—Pues, tendrás que decirle que una buena persona sintió compasión por ti.

—Tienes razón. Por cierto, ¿qué haces por aquí?

—Oh, siempre en mis descansos vengo a comprarme un café.

—¿Eres adicta al café?

—Un poco tal vez —respondió encogiéndose de hombros—. Por cierto, no me acerqué a ti sólo por el café.

—¿Qué sucedió? —indagó curioso, arrugando levemente la frente.

—¿Y si te digo que... tengo entradas para el sábado para Wolf's Roses? —inquirió alzando una ceja mientras apoyaba la mano en la puerta, inclinándose hacia adelante.

—¡¿Qué?! ¡¿Hablas en serio, Adalie?!

—Claro. Sé que al igual que yo eres fan de esa banda, así que, cuando mi prima me regaló dos entradas porque trabaja en ese Club y les dieron algunas, pensé en ti —confesó algo tímida, notando un brillo de ilusión en sus orbes oscuros—. ¿Te gustaría venir conmigo?

—¡¿Es en serio?!

—¡Sí, Jungkook!

—Entonces, siquiera es necesario que me lo preguntes. ¡Claro que sí!

—¡Perfecto!

—Haré que un amigo me devuelva un favor para tener el sábado a la noche libre, y pasaré por ti.

—¿Qué? No, no es necesario —negó rápidamente—. Queda cerca, como a unas siete cuadras...

—Dije que paso por ti. Además, si queda cerca, entonces, paso por ti y vamos caminando —mencionó encogiéndose de hombros—. Quizás puede ser difícil encontrar estacionamiento.

Hm... está bien.

—Gracias, Addie —sonrió provocando la de ella al verlo algo tierno.

—Ya debo irme. Te veo el sábado —se despidió antes de voltear para comenzar a cruzar la calle, notando cómo su amiga la observaba atenta.

—¡Te escribiré!

Ella giró asintiendo para luego mover su mano despidiéndose y seguir su camino, dándose cuenta de que Stephanie sonreía con picardía, lo cual la hizo desconcertar por completo.

—¿Por qué me miras y sonríes así? —inquirió al comenzar a caminar.

—¿Quién es ese policía tan caliente? —indagó entrelazando sus brazos.

—Es un amigo.

—¡¿Amigo?! Vamos, no soy tonta.

—Steph, se trata del exnovio de mi mejor amiga.

—Oh, ¿y por qué hablan? —interrogó desconcertada.

—Ya te dije que somos amigos —recalcó frustrada—. Y ya, cambiemos de tema.

Adalie pudo darse cuenta de que ella la miraba no muy convencida, lo cual la hizo tensar, pero no quería pensar con profundidad en eso porque sentía que estaba bien tener una amistad con Jungkook. Además, estaba emocionada por haber conseguido acompañante para ese viernes ver a una banda de rock que le gustaba demasiado.
No tenía porqué ser malo ser amiga del exnovio de su amiga, pues Nyra lo sabía porque jamás le guardaba nada, menos si tenía que ver con ella, así que si a la pelirroja le parecía bien, entonces, no tenía porqué incomodarse.

















(...)














Había llegado el tan esperado viernes por ambos, lo cual los tuvo emocionados, y una vez que llegó por ella, no sabía porqué comenzó a sentir muchísimos nervios. De todas maneras, decidió no prestarle atención a eso y concentrarse en intentar escuchar lo que este le comentaba durante el camino. Pues, Jungkook parecía que no podía dejar de hablar, lo cual la tenía sorprendida porque jamás había sido así con ella, aunque sí lo había visto cuando se juntaba y les contaba algo a sus amigos. Su emoción al hablar, la forma en la que movía sus manos, cómo reía contagiando a los demás.
Le gustaba que fuese ahora así con ella,  pero en ese momento no sabía porqué estaba sintiendo tantos nervios y no era capaz de seguir bien la conversación, por lo que pocas palabras salían de su boca y eso hacía que empuñara las manos por irritarse consigo misma.

Una vez que llegaron, pudo notar cómo Jungkook parecía emocionado como si se tratara de un niño, pero la sorprendió cuando la tomó de la mano para entrelazar sus dedos. Ella lo miró con los ojos abiertos a la par, por lo que él al sentir su mirada, giró a verla sonriendo a medias.

«Para no perderte entre la multitud» aseguró.

Ella en ese momento soltó un suspiro intentando relajarse, ignorar cómo su piel parecía arder por su tacto, y así comenzar a caminar hacia la barra donde había algunas personas esperando comprar bebida. Ambos pidieron una cerveza y, Jungkook, aún tomando su mano, comenzó a caminar hacia la multitud que estaba en frente del escenario, intentando con algo de dificultad adelantar a las personas, pero lograron quedar casi en el medio.

La pelinegra podía notar que estaba algo ansioso por escuchar la banda, ella igual, pero sus nervios parecían aumentar más por el hecho de que este debía inclinarse hacia ella para hablarle. De todas maneras, cuando la banda Wolf's Roses llegó, enloqueciendo a la multitud, Jungkook fue uno de esos, lo que hizo que Adalie también se concentrara.

La banda había comenzado a tocar volviéndolos eufóricos, por lo que cantaron y hasta saltaron al acabar sus bebidas. Todo estaba marchando más que bien, ambos disfrutando de la banda, pero en un momento, al estar tan eufóricos con una de las canciones que parecía ser la favorita de todos, Adalie recibió algún que otro empujón, provocando que casi cayera y, Jungkook al darse cuenta rápidamente, la envolvió por la cintura con el brazo para apegarla a él. En ese instante, ella lo observó con sus ojos abiertos a la par mientras un cosquilleo recorría su estómago, provocando que sus piernas flaquearan al ver cómo le sonreía de manera tranquilizadora.

La respiración de Adalie se había vuelto pesada e intentaba pensar la manera de alejarse porque la voz en su cabeza le gritaba que eso no estaba bien, ni era normal al tratarse del exnovio de su mejor amiga, pero él rápidamente volvió a concentrarse en la banda, hasta comenzando a cantar. Para Jungkook parecía ser algo completamente normal, o siquiera le prestaba atención, por lo que ella quería poder estar tan relajada con él porque ahora no era capaz de concentrarse en la canción que tocaban.

A partir de eso, no pudo volver a concentrarse hasta que acabaron y ambos fueron a comprar más bebidas, Jungkook relajado como si no hubiera estado varios minutos tomándola de la cintura y cantando. Mientras tanto, la fémina intentaba quitar eso de su cabeza porque quizás lo que no era normal era que eso que hizo lo viera como algo más.

Una vez que salieron del Club porque ella dijo estar cansada, suspiró aliviada al sentir la brisa fresca ya que adentro le faltaba hasta el aire y sentía demasiado calor. Ahora se abrazaba a sí misma para no sentir cómo el frío la empezaba a envolver.

—¡Fue genial! —exclamó con las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta, Jungkook.

—Sí, es cierto.

—¿Sabes? Nunca creí compartir algo así sólo contigo y pasarla tan bien —mencionó mirándola con una gran sonrisa, mientras ella sentía sus mejillas arder sin saber el porqué.

—¿Me veías aburrida o qué? —inquirió intentando sonar normal.

—¡No! Claro que no es así —aclaró rápidamente, negando con la cabeza—. Te conozco desde hace tiempo y nunca te vi aburrida. Me refiero más que nada a... ser sólo nosotros dos.

—Claro, porque si estuviera Nyra, hubiéramos venido con ella —recalcó asintiendo repetidamente con la cabeza—. Ella siempre nos acompañaba aunque no le gustara algo que a nosotros sí.

—Sí, me refiero a eso —murmuró rascando su nuca y carraspeó la garganta.

Adalie pudo darse cuenta fácilmente que mencionar a Nyra tan sólo había provocado que Jungkook se tensara y su gran ánimo pareciera desvanecerse, lo que provocó que una parte de ella se arrepintiera. Pues, lo había hecho para recalcar que pensaba en Nyra, que ella por más que estuviera lejos, aún seguía existiendo, pero no sabía si lo había hecho por él o fue más para recordárselo a sí misma.

—También la pasé bien —comentó por lo bajo, frotando sus brazos, lo que hizo que él la mirase.

—¿Tienes frío?

—Sí. Creo que debí traerme otra chaqueta y no esta —dijo haciendo una mueca.

—Oh, ten...

—No, no, no. No es necesario —habló rápidamente al ver cómo este se sacaba su chaqueta negra, quedando con una camiseta negra lisa que dejaba notar sus anchos hombros y fuertes brazos.

—Tú tienes frío, yo no —colocó la chaqueta sobre sus hombros, provocando que ella al tenerlo tan cerca otra vez, pudiera aspirar el aroma a su colonia y tragara con dificultad al volver a sentir aquel cosquilleo en su estómago.

—Eres terco.

—Tú lo eres al no querer aceptar —apuntó intentando reprimir la risa—. Además, estamos cerca.

—Bueno, tienes un poco de razón.

—¿Un poco? —arrugó levemente la frente.

—¡Está bien! Toda la razón.

Jungkook soltó una risilla mientras la miraba, lo que hizo que ella no pudiese evitar admirar el brillo en sus orbes oscuros, la manera en la que se formaban unas arruguitas a los costados de sus ojos, cómo por su gran sonrisa se resaltaba el tamaño de sus paletas y su nariz se arrugaba, dándole así, un aspecto que para Adalie era hasta algo encantador.

—Oye...—habló algo nervioso, lo que llamó la atención de la fémina al notar que rascaba su nuca mientras se detenía frente a ella cuando llegaron a su casa, encontrándose a un lado del coche de él—. ¿Tienes pensado ir el siguiente sábado? Ya sabes, a la casa de Ewan.

—¿Por qué? —preguntó arrugando ligeramente la frente, notando cómo Jungkook parecía tensarse más.

—Es que Kyle tiene pensado ir —explicó provocando que ella soltase una ligera risa amarga.

—Te pidió que me preguntaras para saber si él puede ir o no, ¿verdad?

—No...

—¿Jungkook...?

—Siento que está más idiota de lo normal —confesó haciendo una mueca—. Lo siento.

—Está bien.

—En verdad lo siento. No debí mencionarlo y arruinar el momento cuando ambos estábamos cómodos —murmuró pasando las manos por los hombros de ella que bajó la mirada sintiéndose nerviosa por la cercanía, y que esa noche a Jungkook parecía no importarle el contacto, cuando antes siempre mantenía la distancia—. ¿Lo olvidamos?

—Olvidado —mintió mirándolo con una falsa sonrisa, sintiéndose aliviada cuando él apartó las manos.

—La pasé bien, así que... quizás algún día podríamos repetirlo —desvió la mirada mientras una sonrisa tímida aparecía—. Claro, si tú quieres.

—Me parece bien —asintió, aunque la voz en su cabeza le gritaba lo contrario, pero es que no podía decir lo que pensaba cuándo veía su sonrisa y la ilusión en sus orbes.

—Perfecto.

En ese momento, ambos se quedaron en silencio, él pareciendo darse cuenta de la cercanía, pero sin tener la intención de alejarse. Adalie sentía que volvía a aparecer ese cosquilleo al notar cómo miraba detenidamente cada centímetro de su rostro, conectando sus miradas por un momento mientras su respiración se volvía pesada y bajaba la mirada a sus labios pintados de un rojo. La pelinegra tampoco dejaba de mirarlo, la manera en que su cabello azabache estaba desordenado, la forma en que sus orbes la recorrían, sus labios rosados entreabiertos y cómo su lengua pasaba por el inferior humedeciéndolo.

Ambos eran conscientes de la tensión que estaba formándose, llegando a provocar que se olvidaran por completo del frío, y él pareciera tan dispuesto a dar otro paso hacia adelante para romper con la corta distancia, lo que estaba alterándola cada vez más.
A la fémina parecía ser que se le estaba hasta dificultando respirar, quería poder reaccionar, dejar de estar embelesada por él, hasta apretaba sus dientes para soportar las ganas de querer acercarse más y sentir su tacto.

—B-Bien, ya es tarde, así que... debo entrar —balbuceó provocando que él saliese de su trance.

—Oh, está bien —murmuró masajeando su nuca, desviando la mirada—. Entonces... ¿Nos vemos pronto?

—Descansa, Jungkook.

—Claro, tú igual —dijo intentando poder sonreír.

Ella volteó rápidamente para caminar hacia su casa, sintiendo cómo sus piernas parecían temblar, lo que quizás se debía a la manera en la que Jungkook parecía seguir mirándola aunque estuviera subiéndose a su coche.
Entró rápidamente, cerrando la puerta para poder apoyarse en esta, intentando poder respirar mientras sentía su corazón latir con fuerza como si quisiera salirse de su pecho.

No sabía qué era lo que estaba sucediéndole, lo que estaba sintiendo por Jeon Jungkook, pero sabía que era demasiado. Demasiado al punto que se le había dificultado dormir la noche anterior al saber que iba a verlo en horas, demasiado al punto de tener que morder sus dientes por las ganas de querer romper toda distancia, demasiado al punto de tener que contener la respiración cuando sentía la forma en que su piel ardía por su tacto, demasiado al punto en que le llegaba a aterrar.

Adalie no sabía desde cuándo estaba pasándole eso, no era capaz de llegar a algún momento. Al entrar a su habitación y darse cuenta de que aún llevaba chaqueta de Jungkook, no pudo evitar acercarla a su nariz sintiendo cómo el aroma a su colonia provocaba que volviera aquel cosquilleo, que tan sólo lograba aterrarla más al darse cuenta de lo que estaba sucediendo.

Sacó rápidamente el celular del bolsillo de su chaqueta, dándose cuenta de que tenía un mensaje de hacía unos pocos minutos de Nyra, lo que provocó que su corazón se encogiera y la culpa la golpeara.

Nyra

Hey, me imagino que ya estás en casa.
¿Cómo la pasaron con Jungkook?
Yo estoy por prepararme para ir al trabajo.

La visión de Adalie se había vuelto borrosa, porque sabía perfectamente que estaba haciendo mal al sentir eso por Jungkook, pero es que jamás esperó que al formar una verdadera amistad con él pudiera desatar aquellos sentimientos.

Ya no podía seguir soportándolo más, mucho menos al darse cuenta de que, Jungkook, de alguna manera, parecía corresponderle, porque ella era completamente consciente de que estuvieron a punto de besarse. Hubiera pasado si tan sólo uno de los dos hubiera tenido el valor suficiente para dar ese paso, y él estuvo a punto si tan sólo ella no se hubiera dejado llevar por el pánico.

Tragando con dificultad, Adalie apretó la opción de videollamada, esperando impaciente mientras tomaba asiento en la silla frente del escritorio, dejando el celular apoyado en un portalápices. Pasaron pocos segundos cuando del otro lado apareció Nyra, la cual llevaba su cabello atado en una coleta, enseñando más su rostro y permitiendo que sus orbes celestes resaltaran junto a sus largas pestañas arqueadas.
La pelinegra pensaba en cómo a aquella joven no le hacía falta siquiera una gota de maquillaje para verse tan hermosa, tan deslumbrante. Nyra siempre se le había hecho hermosa, aun cuando eran adolescentes, y lo confirmaba por cómo siempre parecía tener a los chicos haciendo fila por ella.

—¡Hey! Qué sorpresa.

—Hola, Nyra.

—¿Acabas de llegar? —preguntó curiosa, y ella asintió—. ¿Cómo la pasaron?

—Bien.

¿Sólo bien? ¡Si los dos aman a Wolf's Roses! —exclamó riendo—. ¿Sucedió algo?

Necesito hablar contigo —mencionó provocando que Nyra pareciera tensarse.

Hey, ¿qué sucede? ¿Por qué tanta seriedad? Ya estás asustándome.

—Nyra, ¿es en serio cuando dices que has superado a Jungkook? —interrogó con un ligero temblor en voz, intentando soportar el nudo que se le había formado en la garganta.

¿Por qué me preguntas eso? Dime.

¿Q-Qué sucedería si te digo que... él me gusta? —examinó con su visión nublada por las lágrimas, notando cómo ella parecía asombrarse.

—¿J-Jungkook...? ¿Él te corresponde?

—Nyra...

¡Dime, Adalie! Sé sincera conmigo, por favor.

Hoy... Hoy tuvimos un momento —confesó con un hilo de voz, limpiando rápidamente una lágrima que comenzó a rodar por su mejilla—. ¡Pero no sucedió nada! Yo... necesitaba decírtelo —su voz se quebró y rompió en llanto—. Lo siento, Nyra.

La culpa era realmente dolorosa, más al no comprender bien la manera de actuar de su amiga que había parecido tan temerosa al escuchar, pero ahora siquiera parecía capaz de mirarla. Detestaba más que nada ese sentimiento que parecía pesar aun más su pecho por el remordimiento que la estaba carcomiendo. Quería que ella pudiera perdonarla por lo que estaba sintiendo, porque sabía perfectamente que no era correcto, y ahora temía más que nada perder a su mejor amiga.

Adalie...

Te juro que jamás esperé poder sentir esto por él, hasta mantuve mi distancia, pero... sólo sucedió —explicó desesperada—. Si tú me lo pides, me haré a un lado. Juro que sí, porque tú... tú eres como una hermana para mí. Siempre vas a estar primera para mí —aseguró limpiando sus lágrimas—. Me arrancaré estos sentimientos. Sólo... por favor, perdóname...

Ya has dicho que te corresponde —la interrumpió y tragó con dificultad, desviando por un momento la mirada—. Si ambos se sienten de esa forma, ¿quién soy yo para impedir algo?

Nyra, en verdad...

No sé por Kyle, pero... está bien por mí —asintió medio sonriendo—. Ahora debo irme.

¿Q-Qué? Pero...

Te amo, Adalie.

Sin más, la rubia colgó rápidamente, provocando que ella se quedara atónita por un momento, intentando procesar lo que acababa de suceder. Pues, se había preparado para reproches y hasta para una discusión, rogando más que nada poder ser perdonada por ella, pero al contrario, Nyra parecía entenderla perfectamente y estar de acuerdo con que si ellos quisieran, podrían estar juntos.

¿Nyra realmente había superado al amor de su vida?















(...)















Los días, las semanas habían comenzado a pasar luego de aquella videollamada donde ella le confesó a su mejor amiga sus sentimientos hacia Jungkook. Desde entonces, podría dejarse a llevar sabiendo que no perdería a su mejor amiga, pero eso no sucedió. Pues, por más que se vieron alguna que otra vez, por más que notaba que él parecía querer buscar sentir su tacto, por más que cada vez la tensión parecía aumentar, la culpa la invadía de gran manera haciéndola retroceder rápidamente. Pero también estaba el hecho de que Jungkook, en esos momentos, no volvía a acercarse, lo cual llegaba a confundirla y sentirse insegura de si realmente estaban sintiendo lo mismo.

Ahora se encontraban Ewan, Kayla, Stephanie y Jeremy en el departamento que había logrado alquilar Adalie. Eso la tenía muy emocionada, por lo que no había dudado en invitar a sus amigos para festejar. En un momento había dudado demasiado si había hecho bien, pero al notar cómo Jungkook parecía no estar para nada incómodo al conocer a Stephanie y Jeremy, se sintió mejor, pues conversaba más con él que con su antiguo amigo.

El tiempo siguió pasando y Adalie estaba sorprendida de notar que Ewan se acercaba demasiado a ella, buscando hasta conversar más, y hasta Jungkook parecía sorprendido porque por momentos no apartaba la mirada de él. Y es que la pelinegra no podía comprender aquel comportamiento de su amigo, ya que en los últimos meses no parecía importarle que ella no pudiera ir la mayoría de veces para no incomodar a Kyle. Aunque no dijera nada al respecto, el hecho de que sus amigos no le dijeran nada, le dolía demasiado porque extrañaba mas que nada cuando eran unidos y parecía importarles su presencia. 

—Bien, con Kayla ya debemos irnos —informó levantándose, Ewan.

—Oh, esta bien.

—¿Tú vas a quedarte, Jungkook? —preguntó Kayla, por lo que este miró a Adalie, la cual se tensó, así que miro a Jeremy que le sonrió animándole a quedarse mas.

—Sí, me quedaré otro rato si no es molestia. Jeremy me agradó demasiado —comentó sonriente.

—Por mí esta bien —dijo Adalie, intentando restarle importancia mientras Ewan y Kayla parecían algo sorprendidos.

Estos comenzaron a despedirse de todos, Ewan hablando un poco con Jungkook, por lo que la joven aprovechó para caminar hacia la puerta junto a Adalie.

—¿Sabes? No me gusta nada cómo han cambiado las cosas desde que Nyra se marchó y tú y mi hermano terminaron —comentó cuando dejaron de caminar y la pelinegra giró a verla—. Jungkook comenzó alejándose de nosotros, y ahora tú también lo haces.

—Es que sé por medio de Jungkook que Kyle no me quiere presente cuando está él —explicó haciendo una mueca.

—Mi hermano a veces es un idiota, pero Ewan te echa de menos y yo igual —expresó provocando que ella sonriera ilusionada.

—¿En verdad?

—¡Claro que sí! ¿Tú no me extrañas?

Adalie no respondió con palabras, al contrario, la envolvió con sus brazos provocando que ella riera mientras le correspondía rápidamente. Ahora se sentía más que bien al darse cuenta que sus amigos sí la extrañaban por más que parecían preferir a Kyle.

—Por cierto...—habló separándose, Kayla—, qué extraño que Jungkook quiera quedarse más rato.

—¿P-Por qué? —preguntó nerviosa, intentando disimularlo.

—Pues, las pocas veces que nos ve, siempre es el primero en marcharse —respondió encogiéndose de hombros—. Sé que ustedes se han visto porque él lo ha dicho, y no me lo esperaba la verdad. Siempre fue más cercano a Ewan y Kyle, ahora parece distanciarse más, pero juntarse contigo. Es en verdad extraño.

—Es que nos hemos encontrado un par de veces y... tenemos algunas cosas en común, así que se podría decirse que estamos formando una verdadera amistad —explicó tensa.

—¡Estoy tan agotado! —exclamó Ewan, provocando que Adalie se sobresaltara, y este al notarlo soltó una risilla a la vez que pasaba el brazo por sus hombros—. ¿Por qué te asustas?

—P-Por nada —respondió casi por lo bajo, sintiendo una intensa mirada, lo que le hizo girar la cabeza al darse cuenta que Jungkook tenía la mirada fija en ellos, pero cuando las conectaron, este se inclinó para tomar la copa de vino y desvió la suya.

—Es muy lindo tu departamento. En verdad me encantó, Adalie —habló la melliza, llamando su atención otra vez.

—Gracias.

—Espero que nos invites otra vez —apuntó antes de abrazarla, Ewan.

—Claro —murmuró correspondiendo al abrazo, sintiendo cómo Kayla también se unía.

Una vez que se despidió de sus amigos, cerró la puerta tras su espalda, encontrándose con la mirada oscura y curiosa del pelinegro, el cual seguía hablando con Jeremy. Tragó con dificultad sintiendo sus nervios volver a aparecer, por lo que puso de excusa que iría a la cocina, así que Stephanie no dudó en seguirla.

—Hey, ¿qué te sucede? ¿Por qué estás así? ¿Es por Jungkook? —interrogó curiosa, acercándose a la joven que tenía las manos sobre la isla y su cabeza gacha, suspirando frustrada.

—El sentimiento es cada vez más fuerte, y no sé cuánto más voy a poder controlarme —confesó conectando sus miradas, permitiendo que su amiga notase la desesperación en su mirada.

—¿Y qué es lo que esperas? —cuestionó desconcertada, arrugando la frente—. ¿Acaso no has notado que no te aparta la mirada? ¡Hasta era fácil notar sus celos cuando con Ewan hablabas y hasta lo abrazaba, siendo que a él lo estás evitando todo el tiempo! —exclamó apoyando la mano en su hombro—. Deja de hacerlo esperar. Ya ninguno puede seguir reprimiendo lo que sienten, y tú sigues poniendo distancia.

—¡No puedo con la culpa, Stephanie! —murmuró con los ojos cristalinos.

—¡Pero ella dijo que estaba bien si ambos se sentían de la misma manera!

—¿Y si es mentira? —preguntó con un ligero temblor en la voz—. ¿Y si sigue amándolo?

—Pues, ella decidió terminarlo y ya no está aquí —recalcó encogiéndose de  hombros.

—La amo demasiado y siento que estoy fallándole —explicó angustiada.

—Nyra te dio permiso, así que no puede molestarse contigo, menos cuando le fuiste sincera.

—No sé qué hacer.

—Haz a un lado esa culpa y déjate llevar —aconsejó con suavidad, acariciando su espalda—. Ambos sienten lo mismo.

Adalie la observó con los ojos cristalinos, por lo que Stephanie le regaló una sonrisa tranquilizadora para así abrazarla. La pelinegra no dudó en corresponderle, apoyando la cabeza en su hombro, agradeciendo poder tener a otra amiga que pudiera escucharla y no la juzgara en absoluto, porque ya tenía suficiente consigo misma.

—¿Está todo bien? —al escuchar esa voz masculina que demostraba algo de preocupación, ambas se sobresaltaron, observando a Jungkook que se encontraba a un lado del umbral de la puerta.

—C-Claro.

—Sí, por cierto, con Jeremy ya debemos marcharnos —mencionó haciendo una mueca.

Adalie, por una parte, agradeció que ella desviase el tema ya que pudo notar que Jungkook pareció no creerle, pero cuando volvieron a la sala y Jeremy se levantó para dirigirse también a la puerta al ver a su esposa tomar su chaqueta y bolso, sintió un cosquilleo en su estómago. Pues, eso significaba que se quedaría a solas con Jungkook, justo cuando se sentía demasiado vulnerable ante él.

—Me agradaste demasiado, Jungkook, así que espero que podamos juntarnos pronto —apuntó el rubio con una sonrisa en su rostro, que provocó que se la devolviera.

—Oh, sí, quizás podríamos juntarnos otro día los cuatro —mencionó Stephanie. Adalie la miró asustada, pues Jungkook la observó a ella al escucharla.

—A mí me parece muy buena idea —opinó con una gran sonrisa, provocando la sorpresa de Adalie.

—Supongo que... estaría bien.

—Perfecto. Entonces, nos vemos pronto.

Jeremy le dio un pequeño abrazo a Jungkook, palmeando su espalda, mientras Stephanie le daba uno a Adalie, siendo rápidamente correspondida. Podía sentir los nervios de la pelinegra, por lo que al separarse la miró con picardía, provocando su indignación, pero decidió despedirse de Jungkook mientras su esposo se despedía de la pelinegra.

En el momento en que quedaron solos, Adalie tenía que apretar los dientes y empuñar las manos para intentar mantener el control, rogando para que su cordura pudiera ganarle al deseo al tenerlo tan cerca. Pues, allí se encontraban ambos sentados en el sofá grande, él mirándola de una manera que le hacía saber que también estaba luchando por tener control de sí mismo, pero si ella se lo permitía, rompería con toda la distancia.

—Fue extraño, ¿no? —Jungkook se inclinó para tomar su copa de vino, intentando eliminar la gran tensión que se había formado.

—¿A qué te refieres? —arrugó ligeramente la frente, intentando calmar sus pensamientos viendo cómo le daba un gran sorbo al vino.

—Ewan —respondió con obviedad—. Kayla igual. No lo sé.

—Ella mencionó que ya no te juntas tanto, y que las pocas veces que lo haces, te marchas primero.

—Ya no es lo mismo —explicó encogiéndose de hombros—. Ya no es lo mismo sin ella... sin ti.

—Pero...

—No dejan de mencionarla.

—Yo también la menciono —recalcó tensa.

—Y es normal, porque entiendo perfectamente la amistad que tienen. Lo entendí cuando vivía con ella —explicó dejando la copa en la mesa.

—Siempre va a estar primero para mí —murmuró provocando que él la mirara al comprender a lo que se refería.

—¿Tanto así? —examinó alzando una ceja.

—Antes que cualquier persona.

Asintió desviando la mirada, intentando ignorar la presión que se había instalado en su pecho al darse cuenta que, entonces, jamás cedería a lo que sentía. Y quizás era algo esperado, algo completamente normal, pero Jungkook ya no sabía qué más hacer para seguir reprimiendo lo que sentía.

—Vaya, tiene suerte de tenerte.

Adalie, al escucharlo, sintió cómo un nudo se formaba en su garganta porque no lo creía así para nada.

—Hey, tranquila...—murmuró llevando una de las manos a la suya que estaba sobre uno de sus muslos—. Está bien.

La fémina al sentirlo inclinarse y pasar el brazo alrededor de sus hombros para acercarla a él, no pudo evitar romper en llanto de manera silenciosa. Y es que aquel sentimiento estaba matándola, ya no sabía cómo seguir lidiando con eso, recriminándose, siendo torturada por el remordimiento.
Rogaba que él se alejara porque ponía todo a arder, tanto como su cordura y su ser. Era capaz de hasta derribar los planes y todo su autocontrol, al punto de que rompió aquel abrazo.
Sus miradas se conectaron, sus latidos se aceleraron y se estremeció cuando este acunó su rostro, limpiando de manera delicada las lágrimas con los pulgares.

—Lo entiendo. Está bien.

—Ella es la primera persona para mí, así que... le hablé sobre esto —confesó provocando que se sorprendiera—. Y tienes razón. Está bien.

—¿Qué?

—Dijo que está bien si tú me correspondes.

—¿E-Entonces...?

Al verla acercarse con inseguridad mientras cerraba los ojos, llevó la mano a su mejilla, sintiendo cómo sus latidos se aceleraban al darse cuenta de lo que iba a suceder. Cuando sus labios se rozaron, Adalie sintió estremecerse, pero se dejó llevar moviendo sus labios lentamente al compás de los de él.
Miles de sensaciones la invadían, aceptando que la llenara de culpa por sus deseos, por sus pensamientos más impuros, pero claro que no era la única se sentía así. Jungkook, al dejarse llevar por completo, apegándola más él mientras sus lenguas danzaban, también podía sentir que cargaba con esa culpa, pero la aceptaba por completo porque era como una muestra del amor que estaban comenzando a sentir el uno por el otro.

¡Hola!

¿Qué les pareció esta primera parte y los personajes? Demasiado tranquilo para ser algo escrito por mí, ¿no? ¿Será que se viene todo el smut y drama en la siguiente parte?

La segunda parte va a ser publicada el sábado, ya que no tengo ningún capítulo de otra historia escrito y no quiero dejarles sin nada este fin de semana

Espero que les haya gustado esta primera parte, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos el sábado en la parte final!

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