Capitulo 2- Ángel

-Hola muñequito –el pequeño de ojos color miel salta en su lugar por el susto. LuHan le ha sorprendido con su llamado.

Sehun siempre llega media hora antes de la hora de entrada al instituto. Se encontraba leyendo un libro, pero el llamado del chico nuevo le ha puesto un susto bueno.

-M-Me has asustado –tartamudea nervioso. El aliento cálido del mayor golpea en su cuello. Lo tiene inclinado tras de él. LuHan se está deleitando con esa deliciosa fragancia a dulce y... ¿a leche en polvo? ¿Qué rayos?

-Dios, niño, hueles a... bebé. ¿Acaso sigues tomando leche en polvo? –inquiere divertido aun sin apartarse de su lado. Sehun baja la cabeza, como siempre, y niega con ella misma.

-N-No –musita.

-Vamos bebé, yo sé que aun tomas ese polvito para nenes –se sigue burlando.

-Detente –sentencia con voz queda.

-No te agrada que se metan contigo, eh –parece que LuHan se divertirá mucho en su estancia en su nueva universidad-. Vamos muñequito, solo no quiero aburrirme.

-¿Por qué has llegado tan temprano? Faltan –el menor mira su reloj, que parece más bien una linda esclava de plata, comprobando la hora-, aun 20 minutos para entrar a clases.

-No sé, quizá algo muy bonito que vi ayer me animo a llegar, por primera vez, temprano a clases –Sehun no sabe cómo interpretar esa sonrisa de lado que le ofrece su mayor.

-Oh –es lo único que dice.

LuHan vira los ojos, ¿acaso ese niñato no entendió su indirecta?

-¿Cuándo comenzaremos con las tutorías? –inquiere. Sehun por primera vez, desde que el mayor llego, levanta su cabeza y por ende, su vista.

A LuHan el tema de las tutorías es algo que para nada le interesa, pero su precioso tutor, sí.

-Ah, eso, cuando tú quieras. Yo estoy disponible –oh, eso desearía Luhan, pero de otra distinta disposición.

-¿Qué te parece hoy en la tarde? –sugiere.

-S-Sí. Está bien. Puede ser en mi-Luhan no le deja terminar.

-En mi casa. Es lo mejor, créeme –le giña un ojo para luego disponerse a sentar a su lado en el banco.

-B-Bien –LuHan ha notado, desde que cruzo palabra con ese niño, que le pone nervioso. Mucho.

-¿Te pongo muy nervioso, no es así? –le sigue fastidiando.

-Y-Yo... e-eso... –no puede seguir más con el juego de palabras y vuelve a bajar la mirada derrotado y solo asiente.

-Oh, pero que bebé eres. Créeme Sehun, no te hare daño, no soy capaz de meterme contigo de una forma violenta y muchos menos podre lastimarte siendo como eres –dice. No sabe ni de donde rayos ha sacado tales palabras, pero las ha dicho.

-¿Y-Y... como soy? –las mejillas pálidas de Sehun se apoderan de un color carmesí violentamente. LuHan no deja de admirar su precioso perfil y solo sonríe. Es una sonrisa normal.

-Así, tierno, inocente, muy, muy ingenuo y puro. No creo que si quiera seas capaz de matar una mosca –ríe.

El menor levanta nuevamente su cabeza y sus ojos miran directo en la dirección de su mayor.

-Tú eres muy interesante, Luhan h-hyung –el contrario se queda helado. Sin palabras. Ambos se miran directo a los ojos. Es algo muy intenso. El niño de Sehun a pesar de tener una mirada pura y acendrada, su mirada es penetrante. Penetra en la negra alma de Luhan.

-¡Be-Hun! –un chillido del exterior del aula, hace que ambos se interrumpan en su guerra de miradas para así, mirar en la dirección del chillido.

-KyungSoo hyung... –musita el menor.

-¡Oh! –exclama en sorpresa cuando analiza la situación el chico de ojos grandes y de más baja estatura.

Luhan solo puede virar los ojos en fastidio.

-Lo siento. Be-Hun, ven, podemos hablar –pide. Sehun pude leer el miedo en esos enormes ojos de su amigo.

-S-Si –se levanta del banco torpemente y camina con la mirada del mayor sobre su espalda.

Luhan parece molesto, claro que lo está. Tiene que estarlo. Le han quitado a su juguetito.

***

-¡Por Dios! ese chico de hace un instante es ¿Luhan? –el rostro de su mejor amigo es de terror.

-S-Si, pero no es tan malo como se ve –salta a su defensa. 

-¿Qué? Estas bromeando ¿no? –el menor baja la mirada. Eso es un no-. Sehun, por Dios, se ve tal cual es un delincuente; tatuajes, piercings, hematomas (restos de golpes de una de sus barbaridades) y sin duda, tiene una mirada pesada y llena de odio por el mundo. No dejare que te corrompa. No lo hare.

-No, no, no... hyung. No juzgues por su apariencia, aunque no te niego que temí mucho de él cuando le vi, s-sus ojos son... muy bonitos y te atemorizan encantadoramente. ¡Pero...! Él n-no, n-no... es malo –KyungSoo vira los ojos. Su amigo es un niño tonto.

-No Sehun. No permitiré, como tu mejor amigo, que mantengas contacto con ese. Haremos lo que esté en nuestras manos para que le proporcionen otro tutor –Sehun levanta su mirada sorprendió y... asustado.

***

Desde la conversación con KyungSoo, Sehun regreso al aula, estaba un poco llena. Los estudiantes ya comenzaban a llegar. Cuando entro observo como Luhan estaba rodeado de varias chicas de sus compañeras. Le estaban flirteando, claro, Sehun solo pudo pensar que ellas quizás querían ser amigas de él. Y eso le agrado.

Tomo asiento a su lado. Luhan le veía de soslayo. Estaba molesto. ¿Acaso Sehun no sabía que eran los celos? No, claro que no. Además, ¿Por qué el angelito debería estar celoso? Si, absurdo. Pensó Luhan.

Las clases pasaron normales. Sehun apuntando y Luhan solo viéndole de reojo. No podía poner atención en clases teniendo menuda belleza a su lado.

-Joven Lu –el profesor le llama. Este solo le mira sin importancia-. Le solicitan en dirección.

-Oh, genial –Sehun levanta la vista de su cuaderno para mirar con preocupación a su mayor. ¿Qué hizo? ¿Por qué le llaman en dirección? Son preguntas que rondan su cabeza.

Los murmullos no tardan en crecer.

Luhan camina con desdén hacia la dirección, guiado por un prefecto. Sehun sigue preocupado. A pesar de no conocerle, Sehun ha llegado a sentir empatía por él. Bien sabe que Luhan es un chico problema, él es su tutor, debe guiarlo por el bien.

Así se pasa la ultima hora. Sehun no puede concentrarse. Está preocupado. El timbre suena. Todos los alumnos salen como una parvada. Sehun, como siempre, es el último. Hoy debe regresar a casa solo. KyungSoo tiene clases extras de canto, por lo cual no puede acompañarlo. El menor está guardando sus útiles en su mochila. Una vez guardados estos, mira hacia su lado derecho, ahí siguen los útiles de Luhan (un cuaderno y una pluma) sin decir nada, se levanta de su lugar y comienza a guardar los de su mayor. Termina. Se cuelga su mochila tras su espalda mientras que la mochila de Luhan la abraza contra su pecho. Está por comenzar a caminar para ir hacia la dirección, quizá encuentre a Luhan y preguntar si todo está bien, pero la mirada furiosa de este le enfrenta. Le congela. Le atemoriza. Luhan está parado en el marco de la puerta. Sus manos están vueltos puños y su mandíbula muy tensa.

-L-Lu-

-Cállate niño –espeta con furia, tal cual perro rabioso. El mayor camina lentamente hacia Sehun, este está bien aferrado a la mochila del mismo. Tiene miedo-. ¿Así que quieres cambiar? Quieres dejar de ser mi tutor porque soy una persona delincuente, una persona escoria, una persona peligrosa... Muñequito, pensé que eras diferente –el aliento terriblemente fresco de Luhan choca contra el rostro pálido del menor-. Sabes, no me molesta el hecho de que quieras dejar de serlo, sino, el cómo te has expresado de mí, sé que todo eso es verdad, pero lo dije antes: Jamás te haría daño. No me has creído. Deberías de saber que las escorias pueden cumplir más una promesa que una lacra como los "buenos" como... tú. Las lacras somos leales a los nuestros –los ojos de Sehun están comenzando a cristalizarse. Esta confundido y tiene miedo, un miedo que nunca sintió y eso aún le atemoriza más-. Oh no, no llores. No eres una puta nena para que lo hagas –grita si poder contenerse más. Sehun cierra sus ojos por el temor-. Ya basta niñato estúpido, deja de ser tan ingenuo. Además le has dicho a mi padre que te acoso. ¡Eres realmente estúpido –Sehun no puede soportarlo más. Él no sabe que ha sucedido para que Luhan se muestre de esa forma con él. No lo sabe. Abre sus ojos, y como lo esperaba, de ellos salen lágrimas. Ya está llorando. Avienta la mochila contra el pecho del contrario y espeta:

-No sé de qué hablas. Si quieres juzgarme, bien, hazlo. No te lo impido, Luhan. Pero jamás juzgare a nadie por lo que dicen de él y mucho menos por lo que se ve ¿Qué derecho tengo yo a ello? –sin más, sale corriendo dejando a un Luhan completamente sorprendido.

Pasan alrededor de 4 minutos cuando escucha pasos tras de él.

-Eres un bárbaro sin escrúpulos ¿Cómo te a través a gritarle a mi Sehun? –la misma voz chillona de antes es quien le reclama. Luhan se gira. No tiene expresión alguna-. He decidido lo mejor para él. Yo sabía que no eras bueno para él. Una compañía como tú para mi inocente niño no está bien –es todo lo que dice y se marcha.

Ahí es donde, por fin, Luhan cae en la cuenta que ha hecho una de sus tantas mierdas. Que ha metido la jodida pata hasta los más profundo del hoyo.

Le grito estupideces a su ángel y este sin estar enterado de lo más mínimo. Pero lo peor, le hizo llorar y acuso injustamente, a ese niño atrapado en el cuerpo de un adolecente, si, Sehun es un niño.

-Ángel... –musita para luego salir corriendo del aula. Cueste lo que cueste tiene que dar con el domicilio de su ángel. No le dejara ir tan fácilmente por su estupidez.

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