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Eloise había dejado atrás a aquel rubio, dejando que su corazón doliera ante su ausencia.

Estar lejos de él era una simple tortura, difícil de describir y doloroso de percibir.

Sentía que su corazón nunca se iba a calmar, latía tan rápido que en cualquier momento se escaparía de su pecho, le dolía todo y sentía que sus pies comenzaban a tropezar. Ella ya había perdido la cuenta de cuánto tiempo llevaba corriendo por los pasillos del castillo con Ginny Weasley, apenas podía percibir la voz de la pelirroja, los hechizos de estudiantes que con suerte lograban aturdir a los mortifagos, dándoles un poco más de tiempo de escapar, mientras que por otro lado los hechizos de los mortifagos destruían cada parte del castillo de Hogwarts, asesinando todo a su paso acompañado de pura maldad.

Sentía que el pasillo que ambas corrían no tendría final, jamás terminaría como esa pesadilla en la que se encontraban viviendo.

Eso hasta que sus piernas se detuvieron, frenando en seco y casi cayendo al suelo, Eloise enfocó sus ojos hacia el frente y pudo darse cuenta de que ya había amanecido.

Su cabeza se había perdido toda la noche, se perdió pensando en cuanto le hacía falta, en la incertidumbre de no saber si aquel muchacho estaba bien o no, la incertidumbre y el dolor de estar lejos de la persona que amaba.

Era tan inexplicable la forma en que su corazón dolía al tenerlo a tal lejanía.

Pero ella estaba ahí, mientras se quedaba paralizada con Ginny en medio de lo que ahora era un campo de batalla, los humos negros subían al cielo y en lo profundo de su corazón deseaba que Draco fuera uno de ellos, que huyera lejos y se mantuviera a salvo.

—¡Ginny! — la voz de aquel chico era casi imposible de no reconocer.

Ron Weasley corría a toda prisa hacía ambas chicas, Eloise se sentía incapaz de procesar todo lo que estaba sucediendo, todo pasaba demasiado rápido, ni siquiera tenía tiempo.

Pero entonces logró ver aquella cabellera castaña que por más odio que le guardara después de cada pelea, siempre estaba ahí. Hermione Granger.

Eloise sintió como su corazón cayó al piso al sentir los brazos de su hermana rodeando su ahora débil y cansado cuerpo.

—Eloise. Por Merlin, estás aquí. — sollozó Hermione.

Eloise apenas podía hablar, su lengua parecía no saber cómo responder y su voz simplemente no podría salir. Podía sentir el calor del cuerpo de Hermione, la humedad de su cuerpo sudado y lo rápido q subía su pecho.

Hermione estaba en llanto.

—Mione.

Hermione no dijo otra palabra, solo se aferró al cuerpo de Eloise.

De repente, la batalla pareció tomar una pausa, un pequeño descanso. Los estudiantes y profesores llevaban los cuerpos heridos hacia el piso del Gran Comedor, el cual estaba casi irreconocible.

—Tenemos que buscar a los Weasley, Eloise. — dijo Hermione de repente.

Y los chicos se pusieron en busca de aquella familia.

—¿Dónde está Harry? — preguntó en voz baja Ginny hacia su hermano.

—¿Dónde está Harry? — repitió Hermione asustada.

—Yo- no tengo idea. — tartamudeó Ron casi como si estuviera mintiendo.

—¿Qué estás diciendo, Ron? — Hermione estaba perdiendo la poca paciencia, la montaña de emociones apenas les podía permitir controlar lo que sentían.

—Ginny, Ron, vengan aquí. — se escuchó a lo lejos el padre de aquella familia de pelirrojos.

—Por Merlin... — exhaló Ron como si estuviera preocupado, no tardó mucho en comenzar a correr como si no hubiera un mañana hacia sus padres y sus hermanos.

—No es cierto... — murmuró Ginny para después salir corriendo a la misma velocidad.

Eloise no comprendía lo que sucedía, hasta que vio que ambos chicos estaban arrodillados en el piso y... faltaba un gemelo ahí.

—Merlin, ¿estará herido? — dijo Hermione con un tono preocupado.

—Tal vez, deberíamos acercarnos, conozco algunos hechizos de curación que podrían ayudar al menos a desinfectar y evitar que se infecte. — respondió Eloise.

Ambas hermanas se acercaron lentamente con sus varitas en la mano, hasta que conforme se acercaban el sollozo de la familia se hacía más fuerte. ¿Por qué ninguno hace algo para curar al gemelo Weasley?

La pregunta interna de Eloise fue resulta rápidamente. Lo habían asesinado. Fred Weasley estaba muerto.

Hermione no dudó ni un segundo en acercarse a Ron, mientras Eloise se encontraba observando en completo shock aquella escena.

Por su mente pasó si es que Draco seguiría con vida, el sol comenzaba a salir y se dio cuenta de que habían estado en batalla toda la noche. Había estado una noche entera sin saber absolutamente nada de Draco.

Su corazón dolía como nunca antes lo había hecho.

Y de repente pudo observar el herido cuerpo de Neville saliendo del Gran comedor, quizás iría a explorar, pero en realidad fue cuestión de unos segundos para que todos comenzaran a salir detrás de aquel chico.

Para ese momento de la fría mañana, Eloise se encontraba absolutamente cansada, su cuerpo estaba agotado y sus piernas respondían con trabajo, temía que los mortifagos volvieran pues no se sentía capaz de volver a correr de hechizos asesinados lanzados a su cuerpo.

Simplemente miraba como Hermione intentaba calmar a Ron, dándole fuerzas para mostrar esa valentía de Gryffindor solo un momento más, mientras la pesadilla acababa.

Solo que su cabeza seguía dando vueltas en lo mismo, ¿Dónde esta Draco? ¿Dónde está Harry?

La preocupación jamás abandonó su cuerpo.

Eloise se quedó vagando en sus pensamientos de una forma profunda, intentando buscar un poco de tranquilidad, pero la voz de su hermana la sacó de ahí : —Eloise, vamos, se ve importante.

Y así lo hicieron, ambas caminaron hasta estar por completo fuera del comedor, pero ahora mismo podían sentir el piso debajo de ellas temblar con un poco de brusquedad, ¿qué estaba pasando?

Un poco más lejos y se podía divisar con completa claridad un grupo enorme de mortifagos, en el fondo de su corazón Eloise deseaba que Draco siguiera ahí.

Y de pronto, aquel grupo estaba lo suficientemente cerca como para que todos pudiesen darse cuenta de que Harry Potter parecía estar muerto en los brazos de Hagrid.

—Harry Potter ¡está muerto! — gritó Voldemort, acompañado de un montón de risas y celebraciones de los mortifagos.

—¡No! — gritó Ginny de una forma desgarradora.

—Silencio, niña. — Voldemort le dijo a Ginny.

Fue en los momentos siguientes donde la cabe- de Eloise comenzó a dar vueltas y su vista se nublo por completo.

El señor tenebroso les ofrecía a los sangre pura y a los mestizos unirse a él, mientras que daba por hecho el asesinato a todos los sangre sucias que se encontraran aún vivos, eran una plaga andante. Eloise era consideraba una plaga más. Sería asesinada.

Pero las cosas estaban ocurriendo demasiado rápido, pues en aquel momento en el que el señor oscuro daba la orden de asesinar y capturar a los sangre sucia, Harry Potter comenzó a moverse lentamente sin que los mortifagos se percataran de aquello y pronto fue, cuando una nueva batalla se desató en medio de todos.

Los mortifagos huían y Eloise comenzó a dispersarse, buscando con desesperación a Draco. Lo buscaba a él.

Y en ese momento, pudo divisar aquella cabellera blanca. Era Draco, su Draco.

Comenzó a correr hacía él, gritando su nombre intentando que la escuchara entre los gritos y hechizos entre ellos.

Entonces llegó hasta a él y no dudó en abrazarlo, el chico respondió su abrazo y de un momento a otro cayó de rodillas, llevando el cuero de Eloise consigo.

—¿Draco? — el tono de Eloise estaba bañando en completa preocupación.

Eloise tomó el rostro de Draco y pudo ver como el chico ni siquiera podía ver con claridad, solo parecía que estaba luchando por salvar su vida.

Las lágrimas comenzaron a resbalar por el rostro de la castaña, los sollozos cada vez se hacían más fuertes sin importarle que los mortifagos luchaban a su alrededor y otros escapaban al ver que estaban derrotando a su señor oscuro.

—Draco, ¿qué tienes, mi amor? — la desesperación de Eloise era más que notoria.

Draco la pudo ver después de un gran esfuerzo, la imagen borrosa, el olor que lo hipnotizaba, ese tacto cálido y suave que solo ella lograba proporciónale. Definitivamente era su Eloise.

Draco dibujó una sonrisa con esfuerzo y finalmente... cerró los ojos.

Draco Malfoy se encontraba sin consciencia sobre el regazo de Eloise Granger.

En medio de la batalla del señor oscuro y Harry Potter.

Entonces, Harry Potter finalmente pudo acabar con la oscuridad del mundo mágico, pero en ese momento, el cuero de Draco se hizo más pesado.

Eloise comenzó a gritarle a Draco, pidiendo que respondiera, que por favor abriese sus ojos.

Entonces ella sintió la mano de Hermione sobre su hombro.

—Él no está más aquí, Elle —. dijo ella con suavidad en el oído de su hermana, abrazando el tembloroso cuerpo de aquella chica —. Está descansando finalmente de la tortura, Elle.

Ambas hermanas se quedaron en el piso, esperando que Eloise llorara más y más hasta el completo cansancio.

Su corazón dolía como no tenía una idea. Estaba enojada con todos e incluso con ella misma, por permitir que Draco se quedara solo.

Los padres de Draco fueron por su hijo, Eloise apenas podía escuchar a Narcisa Malfoy gritar por el cuerpo de su hijo tirado en el piso; Eloise no soportó el dolor y Hermione la tomó para que Narcissa pudiese llevar el cuerpo de su hijo y darle una digna sepultura.

Oh, pero Eloise deseaba estar con él, no quería separarse ni un minuto aún si su cuerpo se encontraba sin vida.

El dolor apenas la dejaba estar sentada como era debido.

Eloise había perdido al amor de su vida a manos de una guerra fría y violenta.

Eloise Granger había perdido a Draco Malfoy.

Su corazón estaba completamente destrozado.

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créditos a: mi novio que me ayudo a elegir entre mis opciones de finales jaja
AÚN QUEDA UN EPÍLOGO NIÑAS !!

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