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Las cosas en el castillo se sentían extrañamente tranquilas, Eloise estaba sentada en uno de los sillones de la sala común, estaba totalmente exhausta, pues tuvo que regresar corriendo de la reunión en la torre de Gryffindor.

Habían discutido que la señal comenzaba a perderse, pero Ginny insistía en que debían seguir, pues tenía el presentimiento de que el trío dorado había logrado captar las señales.

¿Cómo lo sabía? Pues apenas en la madrugada se comenzaba a sospechar que Harry Potter estaba en Hogsmeade, se le había visto por su patronus.

Ginny realmente aseguraba que ella había visto el patronus de Harry desde la ventana de su habitación, pero tanto Eloise como los otros estudiantes, creían que a Ginny solo le hacía falta dormir un poco más, que tal vez fue el patronus de alguno de los habitantes intentando defenderse de los molestos dementores que Voldemort tenía en cada esquina.

—Harry Potter esta aquí... — se escuchó a Pansy murmurar mientras entraba con Blaise a la sala común.

—No, no es así, Pansy —. resopló el chico —. Simplemente son rumores de los estúpidos Gryffindor.

Eloise fingió no escuchar la conversación, ambos chicos se veían tan preocupados que ni siquiera notaron la presencia de Eloise en la sala común.

Pronto fue cuando Draco Malfoy entró corriendo, como si buscara con desesperación algo... o a alguien.

—Draco... — se apresuró Eloise a decir al ver al rubio.

Draco puso sus ojos grises sobre ella y se apresuró hasta su pequeño cuerpo. —¿Es cierto?

Eloise sabía exactamente a lo que se refería. —No... son solo rumores, Ginny ha estado algo rara-

La voz de la chica fue interrumpida cuando el frío brazo de Draco la atrajo hacía él y comenzó a correr hasta llevarla finalmente a su habitación, aquel lugar que Eloise ya conocía.

Draco pareció colocar un hechizo silenciador sobre la habitación y se dio media vuelta para hablar con ella una vez más.

—Bien, continua.

—Como decía —. ella continuó con cuidado —, Ginny ha estado bastante estresada, no ha dormido mucho como todos aquí, es prácticamente imposible con los mortifagos de arriba a abajo torturando estudiantes por el incumplimiento de las normas-

Draco la interrumpió para decir: —Ve al punto, por favor, Eloise.

Eloise lo miró unos segundos y asintió. —Lo siento —. murmuró —. A lo que me refiero es que, Ginny jura haber visto el patronus de Harry en Hogsmeade, ella dice que era él.

Draco tragó saliva y la miró asustado. —Eloise, debes mantenerte a salvo.

—Draco, creo que no es momento de que me des órdenes. — respondió en tono burlón.

Draco estaba bastante pálido ahora. —Harry Potter estuvo en la mansión la semana pasada... — admitió de de repente el rubio.

La cara de Eloise cayó de repente y empezó a caminar con agresividad hacia Draco Malfoy, lo empujó dos veces y lo miró incrédula.

—¿Por qué no me dijiste? — le gritó llena de molestia.

Draco la miró, estaba buscando la combinación perfecta de palabras para no arruinarlo más, pues él aseguraba que debió haberle contado todo eso antes.

—Realmente no lo sé —. admitió —. Se que debí decírtelo antes, Harry estuvo en la mansión hace poco.

Eloise lo miró directamente a los ojos, apenas y podía creer lo que el chico le estaba diciendo, entonces se apresuró a decir lo que su corazón tanto esperaba: —¿Hermione estaba ahí? ¿Con él?

Draco apretó sus labios y desvió sus ojos hacia el techo para entonces luego suspirar y asentir lentamente, apretando con fuerza sus ojos.

—¿Draco, ella está bien? ¿Que sucedió?

El rubio la miró unos segundos y suspiró. —Eloise, justo ahora tienes que escucharme, lo que estoy a punto de decirte no es algo fácil, realmente tienes que escucharme y mantener la calma en todo momento.

La castaña lo vio unos segundos y entonces pudo sentir como la confusión la llenaba por completo de pies a cabeza.

Aquella sensación de ansiedad la estaba envolviendo por completo una vez más, una conocida e incómoda sensación en su cuerpo.

Sus manos se comenzaban a sentir frías, apenas podía tragar saliva con facilidad, sentía que algo le estaba cerrando la garganta poco a poco y la impaciencia era cada vez mayor, quería que Draco lo dijera de una vez, ¿por qué tanto misterio?

Su estómago comenzaba a revolverse y en su cabeza comenzaban a aparecer los peores escenarios para su hermana.

Estaba encerrada.

La capturaron.

Incluso algo peor, estaba muerta.

Draco abrió la boca, su voz salía temerosa viendo la reacción de Eloise. Aquella mueca de horror y preocupación en su rostro, las lágrimas cristalizaban sus ojos, seguido de eso resbalaban con facilidad por la suavidad de sus mejillas. Podía apreciar con detalle cómo el pecho de Eloise se elevaba y bajaba con violencia, su respiración comenzaba a hacerse más espesa, le dolía verla así.

Eloise comenzó a nevar con la cabeza mientras Draco narraba cada cosa que había sucedido en la mansión.

—Bellatrix lanzó eso, ya sabes... estoy seguro de que había una especie de magia oscura sobre el objeto —. finalizó Draco —. A quien sea que eso haya golpeado, no sobrevivirá, Elle.

Las hiperventilaciones la atacaron sin avisar, sus rodillas cedieron y el golpe en seco contra el piso sorprendió a Malfoy, quien se apresuró a levantarla y tomarla entre sus brazos, aquella chica apenas podía procesar cómo podía la información.

—No entiendo como todo esto ha pasado. — murmuró ella.

Después de todo aquel sufrimiento que Hermione había ocasionado en la vida de su hermana, sufrimiento del cual no llegó a sentir culpa alguna durante mucho tiempo, Eloise la seguía amando, era su hermana, su mejor amiga, compartían sangre, algo más que solo "sangre sucia", era su compañera de toda la vida, quien siempre parecía aparecer en los momentos difíciles, a pesar de ausentarse en los felices de la castaña.

Le dolía el pecho, una sensación enfermiza la invadía, no había más pudor.

—Draco, lo peor está por comenzar. — ella volvió a repetir, levantó sus ojos y pudo ver al chico rubio asentir, en sus orbes grises se podía percibir con total claridad el miedo que habitaba en él a pesar de llevar consigo aquella marca.

Un par de chicos asustados, aferrándose al cuerpo del otro en busca de un poco de reconforte para su pobre alma, su roto corazón y su desordenada mente.

Un poco de paz es lo que buscaban.

—Ellos estarán aquí pronto...

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