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⚠️Advertencia de violencia física en este capítulo⚠️

ARA, 1905

Corría entre las mujeres apresuradamente, sin intensión choca con algunas de ellas y en disculpa susurra Lo Siento.

No detuvo su prisa y continuó su camino alzando su largo vestido verde que le entorpesía el paso.

Tomó aire en cuanto llego al palacio de la reina. Alisó su vestido fino y luego su cabello negro. En cuanto su mano rozó con el pomo de la puerta, esta fue abierta.

—Jisoo te estábamos esperando.

—Lo siento, algo pasó en la granja yo-

—Eso ya no importa, pasa, la reina te espera.

Cabizbaja y apenada llegó hasta su excelencia. Se arrodilló frente a ella rogándole perdón por su tardanza.

—¿Qué ha pasado? Me preocupe mucho por tí —la mujer estaba sentada en su trono, era la más elegante de todas.

Era normal que la realeza actuara así y más con la actual situación. Todas las mujeres debían estar más unidas que nunca, como hermanas.

—Han soltado a las ovejas y las gallinas. Tuve que hacerme cargo apenas me desperté.

—¿Quién crees que haya sido?

—Los hombres —aprovechó para mirarla a los ojos, estaba segura— ¿Quién más se desvelaría en la noche para hacer tal jugada pesada?

—¿Cómo esta la agricultora Kim?

—He intentado calmar a mi madre, pero eso la llevó a matar a una de las gallinas.

—¿Por qué?

—Se comió su joya más s preciada.

Todos conocían cual era la joya más preciada para la trabajadora de la tierra y el ganado; su anillo de bodas.

—Y la mató para poder conseguirla.

—Introdujo sus manos dentro de esta después de cortarla a la mitad, rebuscó entre sus órganos sin piedad alguna hasta encontrarla —dijo Hyemin desde atrás, era la mejor amiga de Jisoo.

—No toleraré que este acto vuelva a suceder, en unos días me encaminaré para ver al rey y le plantearé esta situación. Al que haya desobedecido la regla se le matará.

—Si no es de mucho problema querida reina, me gustaría acompañarla, quisiera ver a mis hermanos y entregarles algunas cosas.

Jisoo debía aprovechar la oportunidad, quería encontrarse con su admirador secreto.  Se estaban escribiendo desde hace un año exactamente.

—No estoy en condiciones de negarme a nada de lo que me pidas, iras conmigo, pero eso sí, llevaras un velo para ocultar tu rostro a los hombres.

Primera regla de las mujeres de ARA; no mostrar su cara a los hombres. Eso se veía como una buena obra hacia ellos, ya que, ellos estaban deseosos de ver, tocar y sentir a una mujer.


...


Metió cuanto podía en su maleta: vestidos, zapatos, joyas, comida. En cuanto un vaso de cristal calló al suelo se detuvo y se alejó a ver qué ocurría acercándose al umbral de la puerta de su habitación cruzada de brazos.

Vio a su mamá quien tenía entre sus manos una de las cartas que le enviaba su admirador secreto.

Con desprecio la agricultora se acercó hacia ella y la cogió del pelo, Jisoo se quejaba del dolor y trataba de zafarse, pero la mujer apretaba más y más fuerte, hasta que la dejó caer sobre el suelo, chocando con una mesa y por suerte no se lastimó la cabeza.

—¡¿Cómo se te ocurre?! —a la mujer se le salía la rabia por los ojos—. ¡Te van a matar!

La joven se mantuvo en silencio y se abrazó así misma. Observó a su madre quien continuaba con la carta en la mano, pero en un momento de desesperación la estrujó y la dejó caer en el suelo.

Fue hacia ella y le comenzó a pegar una y otra vez por la cara con el puño cerrado, hasta que la cara de su hija calló al suelo sin fuerzas, con una hemorragia nasal sin control y hematomas en sus mejillas antes blancas y bien cuidadas.

Con poca fuerza soltó: —Yo lo amo —su madre le pegó en el vientre —.No me pegues más, por favor —suplicó.

—Tú no eres mi hija, eres solo una adolescente caliente y con hormonas a flor de piel —volvió a pegarle.

—¿Qué está haciendo agricultora Kim? —Hyemin abrazó por la espalda a la violenta y de baja estatura mujer alejándola de su amiga.

—Déjame . Mejor la mato yo antes que la reina —bajo y subió sus brazos con enojo.

Jisoo se levantó con dificultad, todo su cuerpo le palpitaba por el dolor, se tocó el vientre intentando dar un paso.

—Mamá, al igual que yo amas a un hombre, a mi padre ¿Por qué no me entiendes? —dijo con las lágrimas a punto de salir.

—Vas a morir —resopló —¡Y yo no quiero ver eso!

—Me escaparé con él . Me lo prometio.

Bufo —Eres tan ingenua Jisoo, los hombres son ratas ¿No has aprendido nada de la historia de la reina? Ni siquiera conoces a ese hombre, ni su nombre sabes.

—Mamá te amo, pero —suspiro adolorida— Quiero encontrar mi verdadera felicidad lejos de aquí.

—No le dire a la reina, pero si sales por esa puerta ya no serás mi hija —soltó con desdén.

—Tampoco serás mi amiga —dijo Hyemin, lo que provocó sorpresa en Jisoo.

—Creía que eras mi amiga.

—No quiero que me vinculen con alguien sentenciada a la muerte por estar en una aventura con un hombre —dijo con desprecio.

Me dieron la espalda.

Lentamente se dirigió a su humilde habitación, se limpió la sangre de su rostro, puso un pañuelo suave dentro de los huecos de su nariz para evitar la continua hemorragia y se colocó una planta para aliviar el dolor en el vientre.

Agarró su maleta decidida a irse, la reina la esperaba en su carruaje sin saber que le estaba dando la llave a su nueva vida.








¡Hola! Esto ha sido un capítulo demasiado doloroso, pero tenían que conocer un poco de cómo era la vida en la región de mujeres de ARA

¿Qué les pareció?

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