Capítulo 17
Capítulo 17: Incierto.
Movía mi cabeza de un lado a otro con el ritmo de la canción consumiendo mis pensamientos y cuerpo que se movían sin mi consentimiento. El lápiz se desplazaba entre mis dedos sin querer quedarse quieto ningún segundo, jugando entre los espacios de ellos o golpeando repentinamente las hojas bajo de mi al caer de mis manos.
Suspiré derrotada al no sentir como en las películas cuando las ideas para canciones o composiciones te llegaban de la nada al pensar en alguien, bueno,deseaba que me sucediera, pero no era así, esta no era una película, porque si lo fuera yo no estaría aquí encerrada en mi propia casa mientras que afuera de esta había miles y miles de personas muriendo por un estupido virus creado por los estupidos chinos para arruinar las vidas de las personas. Estaba frustrada de ya no tener mi libertad y mucho menos mis viajes que tanto ayudaban para mi cordura, que estaba perdiendo rápidamente encerrada en estas cuatro paredes de color blanco.
Me senté de golpe en la cama al sentir la repentina necesidad de querer salir de la habitación y tomar el aire en el balcón, o quizás solo quería ver al lindo castaño que tenía de vecino. Me calcé mis zapatillas con lentitud y aún con los audífonos puestos en mis oídos salí al balcón a paso tranquilo sintiendo de lleno un fuerte rayo de sol golpeando toda mi piel descubierta. Caminé a la baranda apoyando mis ante brazos en ellos concentrándome en la música que se se reproducía desde mi teléfono mientras observaba fijamente el árbol que se movía suavemente por la pequeña brisa de la tarde.
"Una melodía tan perfecta
que me ayuda a pasar el día
y los pensamientos de nosotros
por siempre
es uno que nunca se irá"
Sonreí encantada por la melodiosa voz de Shawn Mendes que realmente estaba llegando a mi corazón en este momento. Creo que yo estaba sintiendo esas palabras, bueno, casi todo era tan incierto que no sabía lo que estaba sucediendo conmigo. No sabia lo que sentía o lo que pensaba al ver a Thomas Holland, todo era incierto Y hablando del rey de Roma, el risueño chico salió de su habitación con una divertida barba que como pude ver era de espuma de afeitar, Tom se dirigió directamente hacía el árbol haciéndome con una seña de cabeza que pasara a su lado.
Negué rápidamente divertida con una mueca de desaprobación — Claro que no, falso Tony.
Tom soltó una pequeña risa que encantó hasta en lo más profundo de mi ser, pero al ver su insistente sonrisa y que seguía mirando entre mi, el árbol y su balcón me harté, quité mis audífono de un tirón y junto a mi teléfono los dejé con cuidado sobre el sofá del balcón. Mire otra vez a Tom un poco indecisa, pero ya no hubo vuelta atrás al tomar con una mano la gran y fuerte rama del árbol, con la otra mano agarre en busca de ayuda la mano que me estiró Tom y pase hacia el otro lado con cuidado y un gran salto haciendo que cayera milagrosamente en los brazos del chico y no de suelo.
Me separé rápidamente con una sonrisa tímida y pasé de él entrando en la habitación sin voltearme a verlo otra vez sentándome directamente en su cama quitándome las zapatillas despreocupa — si, ponte cómoda — hablo con sarcasmo Tom llegando a mi lado para sentarse en el principio de la cama cruzándose de piernas.
— Gracias, ya estoy muy cómoda — le devolví con sarcasmos tomando con las manos la toalla que se encontraba sobre la cama y el gran tazón de agua con una cuchilla clásica que se utilizaban para quitar la espuma y eso, que no me sabía el nombre por claras razones, como que yo no sabía nada de términos técnicos de afeitar, solo afeitar. Al final era yo quien afeitaba a mi papá porque a mi mamá siempre le daba nervios de cortar a su marido, yo era quien tenía tiempo de sobra últimamente y era quien le insistía que se la cortara, así que me decía que yo lo hiciera
— ¿Me permites?
Tom sonrío para asentir levemente con la cabeza dando un corto salto para acercase más a mi. Pasé mi lengua por mi labio inferior con un poco de nerviosismo que intenté ocultar mirando solamente la zona baja de su rostro. Tome su mentón por la zona sin aplicación de crema y atraje su rostro un poco más en mi dirección pasando concentrada la afilada hoja sobre su suave rostro — Eva, yo eh querido hablar contigo en toda la semana, lo sabes ¿no?
— Estoy un poco informada — asentí con la cabeza levemente quitando la crema en el tazón y pasarla en la toalla aún sin mirarlo a los ojos, si lo hacía mis nervios se dispararían mucho más arriba del cielo — ¿porque insistes tanto en hablar, Thomas? — pregunto interesada, es decir, me merecía una respuesta ¿no? ah estado bastante insistente, yo siempre acepté a hablar, pero cada vez que nos disponíamos a hacerlo algo o alguien nos interrumpía abruptamente.
— Me gustas... — soltó de la nada el chico tomando por sorpresa y que pasara sin cuidado la hoja sobre su piel, me separé de golpe y alcé mi mirada a sus ojos que me miraba tranquilos — eres increíble y me haces sentir bien con solo tu presencia. Eva, eres especial para mi.
Abrí mi boca sorprendida intentando procesar todas sus palabras de confesión en toda mi pequeña mente que estaba más perdida que nunca ¿que se le decía a tu amor de infancia después de que confesara sus pensamientos sobre ti? yo lloraría de la emoción en otros tiempo, pero ahora era una adulta y tenía que ser fuerte en la situación ¿no?
— Tú también me gustas, Thomas — confesé de vuelta para quedar a mano. El chico sonrió y tomó de mis muñecas jalándome hacia él haciendo que quedara sentada sobre su regazo con una pierna a cada lado de su cuerpo, pero al intentar dejar de lado las cosas que tenía en mano, hice un mal movimiento tirando a Thomas hacia tras y yo sobre él.
Reímos suavemente compartiendo miradas por segundos interminables sintiendo como mi corazón latía como loco — no te vuelvas a ir.
Mi sonrisa se esfumó, apreté mis labios y llevé mi mano ya libre a su mejilla que empezó a sangrar por una pequeña cortadura que le hice con la cuchilla.
— Mi estadía es incierta, Thomas — le dije haciendo una mueca mientras que sentía sus manos paseando por mi espalda acariciando mi cabello — mi futuro es realmente impreciso.
— No te vuelvas a ir, no otra vez — susurro subiendo su rostro al mío rozando su nariz con la mía, sintiendo su respiración combinarse con mi pesada respiración. Este era nuestro momento — simplemente quédate junto a mi, Eva. Creemos un nosotros.
— Ese nosotros será incierto, pero me quedaré, por ahora, para ver qué nos depara el mañana — sonrió al fin sintiendo como mi corazón de llenaba de emoción y cariño ¿este era el sentimiento de hogar que tanto buscaba?
— ¿Me lo prometes?
— Lo prometo...
Entonces cómo la última vez pasó en cámara lenta, sus ojos bajaron a mis labios, su mano en mi espada subió a mi espalda alta empujándome hacia él con suavidad y la sonrisa corta en sus labios, sonreí también y empecé a cerrar mis ojos poco a poco, pero el sonido de la puerta siendo abierta fuertemente me tomó por sorpresa separándome antes de tocar sus labios, di un salto para caer a un lado del chico que asustado por el fuerte sonido de la puerta chocando con la pared se sentó de un tirón. Mire hacia la puerta y ahí lo vi, y puedo jurar que nunca había tenido tanta vergüenza frente al chico que se hace llamar mi mejor amigo que sonriente se apoyó en el marco d el a puerta mirándonos con las cejas levantadas.
— ¡No es lo que parece! — intenté excusar, pero el solo negó con la cabeza divertido mirándonos entretenido.
— Mira, eres mi mejor amiga, pero sería mejor que fueras mi cuñada, así que no diré nada y saldré de aquí como si esto nunca haya pasado.
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