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El día del evento.


Alex se despertó por el sonido de las notificaciones de su celular por lo que él agarra dicho dispositivo para ver de qué se trata, y descubre que son varios mensajes de Jaime avisándole que Jennifer Kord le respondió su mensaje y que lo cito para que vaya hoy a la empresa a las once cuarenta de la mañana.

El joven de pelo rizado le responde a su amigo con un sticker de un plátano bailando. Luego ve que a su correo le llegó una respuesta a su solicitud de empleo en el despacho de abogados de Harris & Dickinson, en donde lo citan para una entrevista este día a las once y media de la mañana.

Cuando Alex lee eso se levanta de golpe de su cama – ¡Eso es en treinta minutos! ¡Mamá!

Silvia al oír los gritos de su hijo pequeño entra rápidamente al cuarto de Alex – ¿Te sientes bien? ¿Te duele algo?

– Estoy bien, mamá – Alex está sacando del armario el único traje que tiene – Pero necesito que me lleves a la calle Washington, por favor.

– ¿Por qué?

– Tengo una entrevista en treinta minutos, y me acabo de enterar.

Ella al escuchar eso ayuda a su hijo a buscar sus zapatos y corbata – Debes comer algo antes de irte o te vas desmayar.

– Comeré unas galletas en el camino.

– Bien – Silvia sale de la habitación para ir a encender la camioneta – Tienes suertes de que tu padre decidiera ir caminando hoy al trabajo. 








La entrevista de Alex fue mejor de lo que él esperaba, y el encargado de recursos humanos le dijo que debe estar atento a su correo electrónico los próximos días.

Él le envió un mensaje a su mamá que llegara a casa en aproximadamente veinte minutos para que ella no se preocupe por él.

Luego le envió un mensaje a Jaime informándole que acaba de salir de una entrevista de trabajo, y que está por la zona de la torre Kord.

Unos segundos después el celular de Alex empieza a sonar, y él ve en la pantalla el nombre de su amigo por lo que responde de inmediato.

– ¿Cómo te fue? ¿Ya estás dentro de Kord?

¿Dónde estás?

– Por la quinta avenida, frente a la cafetería Snow, ¿por qué?

– Espérame ahí, por favor.

¿Jaime que sucede?

– Estoy a cinco cuadras de ti.

– Bien, aquí te espero.

Alex espera sentado en una parada de autobús a que su amigo llegue por varios minutos. Él intenta procesar la extraña llamada que tuvieron ellos dos pero los pasos de alguien derrapando casi frente de él lo saca de su ensoñación.

Ve que se trata de Jaime quien lleva puesto al igual que él un traje pero a diferencia del suyo el de su amigo está totalmente arrugado (y Alex cree que es por qué Jaime tuvo que haber corrido para llegar rápido), y también nota que entre las manos de su amigo esta una caja de hamburguesa.

Jaime ¿Qué paso?

Es una larga y rara historia.

¿Estas metido en problemas?

– No... no lo creo – murmura Jaime quien toma asiento al lado de Alex – ¿Tal vez?

– ¿Por qué llevas una caja de hamburguesa?

– Me la dio Jennifer Kord.

– Okey – Alex intenta pensar en cuál es la pregunta correcta que debe hacerle a su amigo – ¿Me contaras la historia?

Jaime asiente – Bien, así comenzó todo.

» Llegue veinte minutos antes a la cita programada acompañado de toda mi familia que antes de entrar a su única y especial manera me desearon surte. Al ingresar al lugar la recepcionista me dijo que los paquetes se reciben en la parte trasera pero le explique que tengo una cita con la señorita Kord a las once y media de la mañana.

» Ella me barrio con la mirada para luego pedirme que tome asiento en el lobby. Por lo que espere por una hora en ese lugar a que me llamaran pero solo veía a la gene de mi alrededor ir y venir.

– ¿Y ahí fue cuando te dieron esa caja?

– No, estaba a punto de irme al entender el nulo interés de Jennifer en ayúdame por lo que cuando estoy pidiendo un Uber, y veo que ella va saliendo de uno de los elevadores. Por lo que corrió hacia ella para hablarle.

– Sigo sin entender que tiene esto que ver con la caja de hamburguesas, ¿Por qué te la dio?

– Bien – Jaime rueda los ojos al percibir la impaciencia de su amigo en oír todos los detalles – Para resumir todo, ella al verme me contrato de inmediato para luego darme esto, y me pido que cuide esto, y que no abra la caja.

¡Qué demonios! ¿Por qué aceptaste?

– Los millonarios son raros, Alex. Además de que necesito el dinero.

– Tienes razón – murmura el nombrado – Pero ¿Por qué sonabas nervioso en la llamada?

– Los de seguridad no me dejaban salir de ahí pero Jennifer me ayudo a que me dejaran marcharme.

– ¿Y eso no se te hizo sospechoso?

– Ahora que lo dices... Ella estaba nerviosa por alguna extraña razón además de que de la nada comenzaron a aparecer muchas personas de seguridad a Kord.

– Jaime...

– Lo sé, Alex.

– Entonces será mejor irnos de aquí.

En ese momento llega un autobús para la buena surte de ellos por lo que ambos suben a este, y Alex para el pasaje de ambos. Ellos caminan hasta la parte trasera de dicho autobús para seguir platicando.

– Por cierto, ¿Cómo te fue en tu entrevista?

– Bien – Alex sonríe ligeramente – Pero debo esperar noticias de ellos durante un par de días.

Jaime le da un empujón juguetón a Alex – Salvaremos a nuestras familias.

– Si, lo haremos.   

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